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24 Abril 2024, Puebla, México.

Género, racismo y discriminación / Gerardo Pérez Muñoz

Sociedad | Opinión | 15.AGO.2022

Género, racismo y discriminación / Gerardo Pérez Muñoz

 

 

¡Los pueblos indígenas somos fuertes! A pesar de 522 años de opresión, de esclavitud, de exterminio. ¡Existir hoy como pueblos quiere decir haber demostrado la fuerza que tenemos!”  Berta Cáceres. Mujer de origen Lenca y defensora del medio ambiente, asesinada en 2016 por defender el río

                                                                            Gerardo Pérez Muñoz

Estimado lector y lectora, ¿se ha puesto a pensar como reaccionaría usted si, estando en un país extranjero de repente la o lo encierran primero en la cárcel y después en un hospital psiquiátrico, sólo por el hecho de que no entiendan su lengua materna y que durante 12 largos años le administren medicamentos por creerlo/la  loca/o? Esto sucedió ya muy entrado el muy cacareado racional, democrático, globalizado y respetuoso de los derechos humanos, siglo XX. El de la razón instrumental y la tecnología salvadora

Doña Rita Quintero López Patiño  mujer rarámuri originaria de la Sierra Tarahumara, de Urique, Chihuauhua, hablante de la lengua rarámuri. Un día Rita decidió salir de su comunidad y caminar y caminar durante sus días y noches hasta llegar al pueblo de Ulysses, Kansas en los Estado Unidos. Para llegar hasta ese estado, Rita tuvo que atravesar los estados de Texas y  Oklahoma en el lado norteamericano.

Cuenta la historia y el relato que cuando Rita hurgaba en una fría madrugada en un bote de basura y vestida con su tradicional mukira rarámuri, hicieron su aparición dos policías, obviamente blancos,  quienes le preguntaron en ingles a Rita  su nombre. Por supuesto, ella no entendió lo que le preguntaban y los policías se extrañaron de que les hablaran en una lengua extraña y totalmente desconocida para ellos.

Posteriormente es llevada a una cárcel en la que no pudo ser identificada puesto que no hablaba inglés, manejaba muy pocas palabras en español y nadie de los presentes entendía su lengua materna, por lo que pensaron que estaba loca. Los policías la pusieron a disposición del Departamento de Trabajo Social, en dónde también dictaminaron que estaba loca y que había que enviarla a un pueblo más grande. La mandaron a la localidad de Larned, en donde la encerraron en un hospital psiquiátrico

            Una vez internada, los médicos diagnosticaron que padecía esquizofrenia y al no poderla incorporarla en actividades sociales, procedieron a darle fármacos y al ver que no le funcionaban, le inyectaron medicamentos psicotrópicos prohibidos, ya que según los médicos, estos le ayudarían a mejorar el proceso del pensamiento.

Estas negligencias médicas provocaron en Rita inestabilidad al caminar, movimientos involuntarios, síntomas de dilema, dolores fuertes de cabeza, vista nublada, dificultad al hablar, entre otras consecuencias graves que marcaron para siempre su salud física y mental.

Rita Permaneció hospitalizada desde 1983 hasta 1995  y nunca le hicieron un peritaje antropológico o sociológico en el país que presume de su estado de derecho y su sistema de justicia, al igual que su democracia de exportación

En los interrogatorios psiquiátricos Rita explicaba: yo llegué de arriba. Al principio los doctores pensaban que venía de Canadá. Los médicos le preguntaban, en una especie de confusión lingüística si había llegado de arriba, del cielo, y ella contestaba que sí, de tal suerte que dedujeron que estaba loca. En la cosmovisión rarámuri, los tarahumaras afirman que llegaron del cielo.  A Rita le aplicaron un test psicológico de 750 preguntas en inglés que obvio, no pudo contestar.

Fue el también Chihuahuense y hablante del rarámuri, Miguel Ángel Guiner Rey que vivía en Kansas, quien en una visita al hospital conoció a Rita y entabló una plática con ella en su propia lengua. Fue él quien logro   repatriar a Rita a Chihuahua. Miguel Ángel Giner inició una demanda estado de Kansas por mala praxis médica 

Sin ayuda y en la miseria, enferma y en el olvido la mujer que cayó del cielo (Rita), falleció a los 93 años el 11 de septiembre de 2007.  (El Heraldo de Chihuahua.)

Su caso fue conocido gracias a la labor periodística de Mary Sánchez, reportera del Kansas City Star, publicado en julio de 1995 y septiembre de 1996.

Fue el dramaturgo, guionista, escritor, abogado, presidente de la SOGEM, miembro de la Comisión de Artes y Letras del ex CONACULTA, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, y autor de las obras Los ilegales (1979), Tina Modotti, (1982), Querido Diego, te abraza Quiela (versión del libro de Elena Poniatowska, 1988), Elena mil veces, vida y obra de Elena Poniatowska (1990), Tabasco negro (1997), La Malinche (1998), Hotel Juárez (2003) entre muchas otras obras,  el también Chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda (Uruáchic, Chihuahua 6 de agosto de 1948-Ciudad de México-31 de julio de 2008) quién escribió en 1999 una obra acerca de esta historia, La mujer que cayó del cielo.

Considero importante mencionar cómo el arte o una de sus ramas, puede visibilizar y poner en escena una problemática social. Rascón Banda como algunos otros creadores y artistas -muy pocos por cierto- estuvo lejos del hedonismo y narcisismo de creadores y artistas actuales que se sienten parte del star system

La historia de Rita nos muestra entre otras cosas, la ancestral y proverbial miseria de los pueblos y comunidades indígenas, el patriarcado presente en las mismas comunidades y en toda la sociedad actual, el racismo y la  discriminación por vestir y hablar diferente, los dispositivos y discursos de  poder de la “civilización occidental, blanca y anglosajóna”, como son los sistemas jurídicos y médicos, la güeritocracia y su ancestral mentalidad propia del colonialismo cultural o bien, el racismo institucional.

Otro caso emblemático de racismo, discriminación, misoginia y de la injusta justicia institucional, fue el caso de Jacinta Francisco Marcial, indígena ñhañhu originaria de Santiago Mexquititlán, estado de Querétaro. Jacinta de 46 años y madre de seis hijos, fue condenada a 21 años de cárcel.

El Universal - Nación - Ordenan a PGR reparar daño a Jacinta Francisco

Jacinta Francisco fue detenida en  2006 y estuvo presa en el Centro de Readaptación de San José El Alto, Querétaro. Se le acusó del secuestro de seis agentes de la Agencia Federal de Investigaciones de México, quienes aseguran que ella y otros vendedores de los puestos del mercado de la plaza de Santiago Mexquititlán los tomaron como rehenes en marzo de 2006 durante una operación contra vendedores de DVD “piratas”. Jacinta fue sentenciada injustamente a 21 años de prisión y a pagar una multa de 90 mil pesos. Gracias a la intervención del Centro Pro Derechos Humanos y una intensa campaña de Amnistía Internacional, Jacinto fue liberada en el 2009

Sobre este caso, Robert Knox de Amnistía Internacional, declaró “es un escándalo. Es una farsa de administración de justicia y un claro ejemplo de la justicia de segunda clase que suelen recibir en México las poblaciones indígenas.”

Un caso más fue el de Virginia Silvestre, mujer mazahua y 90% monolingüe. A sus 40 años fue acusada de haber asesinado a su nieta de dos años y sentenciada a 43 años. Virginia no contó con un interprete y firmo una hoja escrita en español en la cual aceptaba su culpabilidad.

Le ofrecen un 'usted disculpe' tras 16 años; Virginia Silvestre sale de la  cárcel

En México, 7.011 personas de pueblos originarios están en prisión. El 85,2% de ellas (casi 6.000) no tuvo acceso a un intérprete y tres de cada 10 están encarceladas sin sentencia. (Censo Nacional de Sistema Penitenciario Federal 2021).

Fue gracias a un despacho de abogados que tomó su caso, que Virginia salió libre luego de que se comprobó que su nieta había fallecido por una lesión en la cabeza, producto de una caída que fue accidental.

 

Pobreza y mujeres indígenas

 

        Porcentaje de mujeres indígenas en situación de pobreza (42.4%)

         (10 años de medición de pobreza México 2008-2018)

Las mujeres hablantes de lenguas indígenas presentan un riesgo 370% mayor de no terminar la primaria.

Sólo el 7.4% de las mujeres indígenas se ocuparon como empleadoras o en las posiciones directivas, profesionales y técnicas de la clase de servicios.

55.2 % de ellas trabajan en empleo precarios, con bajos salarios y sufren acoso sexual.

79.7% de las mujeres indígenas tienen carencia de acceso a la seguridad social. (CONEVAL, 2020).

32.2% de las mujeres indígenas carecen de calidad y espacios de la vivienda. (CONEVAL)

          66.5% de ellas carecen de los servicios básicos. (CONEVAL, 2020)

         33.5% de carecen de acceso a la alimentación.  (CONEVAL, 2020)

         7.5% de las niñas de 6 a 12 años de edad no asisten a la escuela-

         La deserción escolar entre las niñas de 13-15 años es de 29.4%.

         La inasistencia de niñas y niños “mestizos” de entre 6 a 12 años es de                 

           4.6%

13.2% de las niñas y 15.4% de los niños de 13 a 15 años de

edad a nivel nacional, no asiste a la escuela (INEGI, 2020).

La esperanza de vida de los miembros de los pueblos indígenas,

es siete años menor al promedio nacional.

El 38.6 % de los indígenas declaró sufrir discriminación en el último año, 20 % en una oficina de gobierno, 23.2 % en el ámbito familiar y 31.4 %  dentro de su ámbito laboral o escuela.

Seguimos reproduciendo un sistema social, económico y legal, profundamente injusto, colonial, patriarcal, de capitalismo salvaje y desbocado, güeritocrático, pigmentocrático y aporofóbico, el cual se ha cebado en las mujeres indígenas y su sistemática y estructural triple de discriminación: por ser mujeres, pobres e indígenas, como lo hemos visto con estos tres casos.  Sistema que urge y es necesario transformar de raíz y no sólo darle una maquillada y  remozarlo. Los pueblos indígenas son Los condenados de la tierra (Franz Fanon, dixit), en su propio territorio y país. Berta Cáceres también mencionó que:

Vivimos en un clima de impunidad y de nula administración de justicia