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12 Mayo 2024, Puebla, México.

Sobre la historia reciente en nuestro país / Mario Ernesto Patrón Sánchez

Universidades | Ensayo | 5.SEP.2023

Sobre la historia reciente en nuestro país / Mario Ernesto Patrón Sánchez

Contexto para el IV Informe 2022-2023 como Rector de Ibero Puebla

Mundo Nuestro. El siguiente texto forma parte del IV Informe de  Mario Ernesto Patrón Sánchez y fue presentado por su autor como el trazo del marco contextual sobre el que transcurrieron en el último año las actividades de la universidad Ibero Puebla.

 

 

Para trazar el marco contextual de este informe, recuperaré las claves de lectura de la realidad que la Compañía de Jesús en México ha planteado en su Proyecto Común de Provincia 2022-2026[1], en el que convoca a las personas que participan en todas sus obras a hacer propio el dolor de los millones de mexicanas y mexicanos cuyas vidas son diariamente laceradas y coartadas por estructuras sociales injustas; a escuchar sus clamores; a desentrañar las causas que perpetúan el olvido, la marginación y explotación en tantos entornos y lugares de nuestro país; y a aceptar con libertad y hondura la invitación a ser constructores de esperanza y reconciliación.

Dicho documento pone la mirada sobre seis ámbitos de la realidad de nuestro país que reclaman urgente atención: la violencia, la pobreza y la desigualdad; la polarización social, las secuelas de la pandemia, las juventudes y el deterioro del medio ambiente.

Violencia en el país

En la última década y media la violencia en nuestro país ha sostenido una dinámica de agravamiento que se ha mostrado indiferente al cambio de signo político de los últimos tres gobiernos.

Las cifras oficiales sobre la actividad delictiva en nuestro país, con altas y bajas marginales a lo largo de los años, siguen dibujando sin embargo una línea ascendente en la mayoría de los delitos más ominosos como el homicidio, la desaparición de personas y el feminicidio.

Asimismo, la presencia de la violencia -como señalan los jesuitas de México- “se extiende por todos los territorios, sectores y estratos sociales”[2] y, en particular, las redes macrocriminales ocupan amplias zonas de nuestro país en las que se hace patente una pauta histórica de marginación, ausencia de la institucionalidad del Estado e impunidad, que han abierto en el tejido social amplios márgenes para el despliegue de una economía delictiva que compromete la vida cotidiana de millones de personas.

Todas esas condicionantes se verificaron en el caso del asesinato, el 20 de junio del 2022, de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora y del guía de turistas Pedro Palma en el templo de Cerocahui, cuyo victimario jamás fue aprehendido y procesado conforme a la ley pues su cuerpo fue encontrado 8 meses después con indicios de haber sido ejecutado por el crimen organizado. Este hecho consumó un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y evidenció la continuidad del régimen de desprotección al que se encuentran sometidas decenas de comunidades marginadas en nuestro país cuyas vidas y recursos están a merced de la delincuencia.

Frente a la complejidad y magnitud de la crisis de inseguridad, el Estado no ha sido capaz de instrumentar políticas públicas que modifiquen las causas de la violencia y den paso a la construcción de una paz con justicia. Por el contrario, los últimos tres gobiernos se han empeñado en una estrategia de militarización, que no sólo ha resultado ineficaz, sino que ha puesto en serio riesgo el respeto de los derechos humanos y ha comprometido la matriz ciudadana de nuestro modelo democrático.

Pobreza y desigualdad

El segundo ámbito de atención prioritaria que destaca la Compañía de Jesús en México es la pobreza y la desigualdad.

Durante el sexenio del presidente López Obrador, gracias a las importantes reformas laborales que ha impulsado, en especial los incrementos al salario mínimo, a las transferencias directas de apoyos sociales y a la rápida recuperación económica tras la fase crítica de la pandemia, se ha logrado una disminución en la pobreza por ingresos de la mayoría de los mexicanos. Según datos de Coneval, desde 2020, el ingreso laboral per cápita se ha incrementado poco más del 14% en términos reales y la pobreza laboral ha regresado a los niveles del 2018.[3]

Sin embargo, las cifras sobre la pobreza patrimonial en nuestro país, que reflejan con mayor fidelidad el efecto a largo plazo de las condiciones estructurales de desigualdad perpetuadas históricamente, presentan una perspectiva menos optimista. Según información de la Base de Datos Mundial sobre Desigualdad, en México el 10% más rico de la población posee cerca del 79% de la riqueza del país.[4]

Detrás del concepto de desigualdad asoman millones de historias de marginación normalizada por la sociedad e ignorada por el Estado; innumerables rostros de personas imposibilitadas de cubrir sus necesidades humanas más básicas y sin acceso a los medios que les permitan cambiar sus condiciones de vida y sus perspectivas de futuro.

Polarización social

Ciertamente en todo el mundo, no sólo en nuestro país, impera un entorno propicio para la crispación y la polarización social.

La convivencia social se ha tornado volátil y el espacio público se ha visto enrarecido en el actual momento histórico como resultado de la convergencia de diversos factores, entre los que destacan las expresiones y efectos multidimensionales de una desigualdad que no encuentra respuestas en las instituciones y autoridades que solían mediar y gestionar con razonable legitimidad y eficacia la natural conflictividad social. En palabras del filósofo Franco Berardi, en nuestro tiempo “la violencia reemplaza a la mediación política porque la razón política ha decidido quedar desprovista de potencia”.[5]

En este escenario ha florecido un perfil de líderes que ha optado por incentivar y sacar provecho de las tensiones a flor de piel en sociedades cada vez más desiguales, al costo de simplificar y dar la espalda a la excepcional complejidad característica de la realidad actual. Como ha dicho recientemente Edgar Morin, “estamos en una era en la que el pensamiento maniqueo y las alternativas simplistas se hacen pasar por conocimiento o pensamiento” y en estas condiciones es cada vez más difícil hacer valer una visión compleja de las cosas.[6]

En este aspecto nuestro país también es un caso sobresaliente. El presidente López Obrador ha transitado en los últimos tiempos hacia interpretaciones cada vez más simplificadas de los problemas nacionales que parecen estar fundadas en la convicción de ser el único intérprete legítimo de la realidad y de la voluntad popular. Lamentablemente, dicha actitud ha encontrado un entorno propicio en la crónica incapacidad de una oposición política sin autoridad moral ni creatividad para proponer una perspectiva de país distinta y pertinente; con lo cual se ha transferido sobre la sociedad civil la carga adicional de contrastar el discurso oficial.

Secuelas de la pandemia

El pasado 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud anunció el fin de la emergencia sanitaria provocada por la Covid-19; tres años y tres meses después de la declaratoria de inicio y dejando tras de sí un registro oficial de 765 millones de contagios y 6.9 millones de muertes; cifras que, a decir de los especialistas, habría que multiplicar al menos por tres para que reflejen más fielmente la realidad.

En el marco de dicho anuncio, el director general de la OMS, Tedros Adhanom dijo que la Covid “Ha sido mucho más que una crisis sanitaria. Ha causado graves trastornos económicos, eliminando billones del producto interior bruto, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones en la pobreza. Ha causado una grave agitación social (…) con millones de personas experimentando soledad, aislamiento, ansiedad y depresión.”[7]

Vista al inicio como una fractura en el engranaje del modelo civilizatorio dominante que ofrecía valiosas oportunidades para impulsar un rediseño profundo de nuestro modo de habitar y relacionarnos en y con el planeta, la pandemia, aunque no significó el punto de inflexión deseado en la historia de la humanidad, ciertamente puso en evidencia los efectos letales de nuestras principales pautas de vida y organización: la devastación de los bienes comunes, el desmantelamiento de los sistemas públicos de salud; así como la pulsión de explotación y auto explotación del sujeto contemporáneo promovida por una cultura que entiende la realización humana como “rendimiento”[8] individualista y que exponencia la dinámica de consumo, convertido en el indicador privilegiado del éxito en nuestra época.

Esos y otros factores que originaron la pandemia y recrudecieron sus impactos siguen ahí después de la declaratoria de fin de la emergencia sanitaria. También sigue abierta la disyuntiva sobre nuestro futuro.

Jóvenes de las periferias

La violencia, la pobreza, la desigualdad y la covid-19 han agravado las condiciones de vida de toda la población, pero especialmente la vivencia y las expectativas de futuro de las juventudes en América Latina.

Ya en el 2021, en el informe de resultados de su “Encuesta sobre Juventudes de América Latina y el Caribe dentro del Contexto de la Pandemia del COVID-19”[9], la ONU llamaba a las sociedades y gobiernos a poner especial atención en los cambios en la vida cotidiana que supusieron las medidas preventivas y de confinamiento motivadas por la pandemia; así como a los impactos producidos en los ámbitos del trabajo, la educación, la salud y la convivencia, que lastraron seriamente las condiciones de vida de las juventudes en nuestros países.

Dos años después hemos visto profundizarse las afectaciones en dichos ámbitos: según estimaciones actualizadas de Unicef, la covid sumó 16 millones adicionales de niñas, niños y jóvenes pobres en Latinoamérica para un total actual estimado en 87 millones, lo cual ha significado un retroceso de 20 años en los indicadores de pobreza en la región.[10]

En nuestro país, si bien el comportamiento de la economía durante la pandemia y el proceso de recuperación posterior han sido comparativamente mejores que en el resto del subcontinente, los retos que el Estado y la sociedad deben enfrentar consistentemente para poder ofrecer a nuestras juventudes posibilidades verdaderas de agenciamiento y realización integral son enormes.

 

Deterioro del medio ambiente

La socioambiental es una de las dimensiones en la que el actual gobierno despertó más expectativas, especialmente entre las organizaciones ecologistas y las comunidades defensoras de sus territorios. Hoy, en su recta final es también uno de los campos en el que el balance del actual sexenio muestra más sombras que luces.

El emblemático proyecto del Tren Maya resume buena parte de los motivos de desencanto y alarma que ha generado la agenda medioambiental de la 4T. En el proceso de concreción del proyecto poca voz han tenido las comunidades originarias; por el contrario, y como ha ocurrido en otros conflictos socioambientales, las perspectivas críticas han sido objeto de descalificación e incluso de acallamiento.

Este caso es ilustrativo de un balance más general que hoy podría hacerse del gobierno de López Obrador rumbo a su conclusión. Cinco años después, en la realidad de nuestro país se advierten menos cambios que continuidades. Asimismo, la estrecha sintonía inicial con una base amplia y plural de la sociedad se ha ido decantando hacia una relación más discursiva y clientelar que efectiva con las mayorías pobres, al tiempo que se estrechó y fortaleció una cercanía con el ejército que parecía impensable al principio del sexenio y que sin duda lo trascenderá.

 

[1] Proyecto Común de Provincia 2022-2026; Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, A.R.; 2022

[2] Ibíd., p.36

[3] https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/ITLP-IS_pobreza_laboral.aspx

[4] https://wid.world/es/mundo/#shweal_p90p100_z/WO;MX/last/eu/k/p/yearly/s/false/71.004/85/curve/false/country

[5] Franco Berardi; Futurabilidad; Caja Negra; p.41

[6] https://elpais.com/ideas/2023-04-29/el-filosofo-edgar-morin-a-sus-101-anos-mientras-estoy-poseido-por-las-fuerzas-de-la-vida-el-espectro-de-la-muerte-retrocede.html

[7] https://www.who.int/es/director-general/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing---5-may-2023

[8] Cfr. Byun-Chul Han; La sociedad del cansancio; Herder, 2012

[9] https://www.cepal.org/es/publicaciones/46990-encuesta-naciones-unidas-juventudes-america-latina-caribe-dentro-contexto-la

[10] https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20230401-unicef-16-millones-de-ni%C3%B1os-m%C3%A1s-quedaron-en-la-pobreza-en-am%C3%A9rica-latina-tras-la-pandemia