Los méritos de las mujeres deben reconocerse sobre todo cuando en la multiplicidad de funciones, demuestran que la compatibilidad entre la vida personal y las responsabilidades profesionales, se pueden lograr con un propósito: Disfrutar hacer y ser lo que por decisión propia elegiste.
La jueza Martha Alanís es una mujer que en cada palabra refleja la firme convicción de haber elegido bien una profesión que dignifica mirando hacia esas mujeres que encaran vulnerabilidad por enfrentar violencias, marginación o el implacable olvido de la sociedad.
Soy Martha Alicia Alanís Sánchez, nací en Tampico, Tamaulipas. Mis padres son Conrado Alanís Gómez y María de la Luz Sánchez Badillo. Fui hija única y crecí en un pueblo que se llama Congregación Anáhuac, Veracruz, situado cerca del municipio de Pueblo Viejo. Fui muy feliz en ese lugar. Amo mi tierra, pero no me gustaba la realidad que ahí se vivía, por ejemplo, muchas niñas no estudiaban, las escuelas no tenían una cancha, ni existía la infraestructura para que los estudiantes se desarrollaran. Por lo tanto, las jóvenes se casaban y hasta ahí llegaban.