Cultura | Opinión | 28.FEB.2021
La Palafoxiana en su laberinto / La opinión de Montserrat Galí Boadella
El contexto: casi diez años sin presupuesto y sin una dirección capacitada
Los hechos
En días pasados el tema de la Biblioteca Palafoxiana ha saltado de la prensa, un tema que en los medios académicos preocupa desde hace muchos años. El actual gobierno del Estado de Puebla anunció que se estaba realizando una auditoria a los museos de Puebla y a la Biblioteca Palafoxiana, sin mencionar su status administrativo. El motivo: indicios muy sólidos de una corrupción que afecta los bienes artísticos y patrimoniales del Estado. El actual gobierno ha tardado dos años en emprender una tarea que algunos poblanos hace años que denunciamos., algo que era vox populi. Dicen que más vale tarde que nunca.
En esta ocasión nos detendremos en el tema de la Biblioteca Palafoxiana porque precisamente hace unas semanas un grupo de investigadores y académicos nacionales e internacionales, entre ellos varios Consejeros de dicha biblioteca, organizamos un Coloquio Internacional en el que no solamente revisamos las últimas investigaciones relacionadas con la biblioteca sino que también revisamos la situación de la Biblioteca Palafoxiana en estas últimas administraciones. También emitimos un comunicado con motivo de la denuncia del gobierno
En 2005 la biblioteca recibió el nombramiento de Memoria del Mundo que otorga la UNESCO, gracias a varias iniciativas; menciono en especial la de la Dra. Rosa María Fernández de Zamora, que a la sazón era representante en México de Memoria del Mundo. El trabajo de acopio de toda la documentación necesaria para lograrlo estuvo a cargo de varias personas, pero de manera señalada de la Mtra. Judith Fuentes Aguilar, así como del personal de la Secretaría de Cultura encabezada por el Mtro Alejandro Montiel. El documento de la UNESCO se puede consultar en internet y es importante conocerlo para entender dónde nos encontramos ahora.
Dicho nombramiento estuvo apoyado por numerosas instituciones que aportaron recursos y por un importante trabajo de catalogación y organización que no sólo respondiera a los estándares internacionales de las bibliotecas históricas y de las más importantes bibliotecas del mundo, sino que garantizara que los compromisos internacionales adquiridos por el Estado de Puebla se iban a cumplir. A finales de 2019, en una reunión de trabajo que sostuvimos con Memoria del Mundo México, encabezado actualmente por la Dra. Catherine Bloch, nos comprometimos a realizar una revisión y diagnóstico de lo realizado por la Secretaría de Cultura hasta su disolución en 2011. Ponemos a disposición de los interesados el documento. Cabe señalar que esta reunión la solicité personalmente porque en julio de 2019, pocos días antes de salir de la subsecretaría de cultura que ocupé por 5 meses y medio, declaré públicamente que la Biblioteca Palafoxiana estaba en riesgo de perder su nombramiento porque no cumplía ninguno de los compromisos adquiridos en 2005. A ello respondió el representante de la UNESCO en México, Frédéric Vacheron, desmintiéndome tajantemente. Cabe señalar que este funcionario visitó la Biblioteca Palafoxiana en los primeros días de febrero de 2019 y le pareció que todo estaba en orden en la Palafoxiana (véase Boletín de la UNESCO en México, en línea).
El laberinto administrativo
El día 1 de febrero de 2011 Rafael Moreno Valle tomó posesión como gobernador de Puebla. Pocos días después se extinguió la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla (7 febrero de 2011) y la Biblioteca Palafoxiana quedó bajo la administración del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECAP), quién mantuvo como directora la Dra. Estela Galicia, dedicada a vigilar desde su despacho en un monitor los movimientos de la Biblioteca. A partir de aquel momento la Biblioteca se convirtió en el Salón de actos de todos los eventos del morenovallismo, y por su aspecto esplendoroso y fotogénico, fue el telón de fondo de sus actos protocolarios y el lugar privilegiado para las fotos oficiales de la pareja en el poder. Los pasos que se estaban dando para convertir la Biblioteca Palafoxiana en un gran centro bibliográfico de referencia, el apoyo a la investigación y las publicaciones, la difusión de su acervo, los convenios con universidades, bibliotecas y centros de investigación quedó en el olvido. Fue sólo salón de actos morenovallista.
Paralelamente se contrataron proyectos millonarios y cuestionables como la Casa de la Música de Viena, y se desarrollaron nuevos espacios –destruyendo siempre los anteriores- creando aquello conocido como Museo Barroco, otros de los escenarios del poder del morenovallismo, construido por un fideicomiso opaco. En 2017, cuando todavía existía el CECAP, se creó un frankenstein llamado Organismo Público Descentralizado (OPD) Museos Puebla que integró en calidad de museo la Biblioteca Palafoxiana. En realidad se trataba de una forma encubierta de privatización de los espacios históricos, culturales y museísticos de Puebla, en donde se podían crear fideicomisos, comodatos o sencillamente rentar los espacios para eventos, como fue en el caso de la Biblioteca Palafoxiana. Por otro lado personajes aficionados a los libros antiguos entraban y salían de los espacios reservados de la biblioteca sin que haya cámaras al interior que pudieran captar algún acto indebido. Porque la seguridad brilla por su ausencia.
De esta época --- porque no podemos considerar todos los funcionarios que en algún momento tuvieron alguna responsabilidad en la Palafoxiana --, la figura más prominente por ser el cerebro de las políticas “culturales” del morenovallismo, era el embajador Jorge Alberto Lozoya Legorreta, quien instaló su bunker en el Museo Barroco después de haberse encaprichado de distintos recintos, como el Colegio de San Pedro adyacente a la Biblioteca Palafoxiana, que remodelaron a su gusto sin atender las más mínimas normas de restauración vigentes. Con este personal llegamos a la era oscura de la OPD Museos Puebla, manejada también por Legorreta y su mano derecha Iván de Sandosequi, en que la Biblioteca Palafoxiana fue definitivamente dejada de la mano de dios.
En este contexto y desorden de casi 10 años, sin presupuesto propio, sin directores capacitados en las actuales ciencias de la biblioteconomía, y especialistas en bibliotecas de fondo antiguo, sin vigilancia, sin presupuesto, sin medidas de seguridad, pasto de los turistas, pasto de los curiosos de las noches de museos que deambulaban haciéndose selfies por la Biblioteca, no sólo es imposible que no ocurran ilícitos sino que más bien es un milagro que no haya habido algún accidente o desgracia. Y de esto, y de la OPD Museos Puebla, informé al entonces electo Miguel Barbosa Huerta en la efímera y única entrevista que tuvimos. Estaba yo a cargo de la subsecretaría de cultura de la Secretaría de Cultura y Turismo de Puebla cuando me preguntó cuáles serían las acciones que emprendería si tuviera que plantear un proyecto para la cultura en el nuevo gobierno. Le dije que era “imprescindible” derogar la OPD Museos Puebla. Quiso saber por qué. “Porqué es un nido de corrupción”, le contesté. “Hágame un informe sobre esto”. Realicé el informe y esperé en vano podérselo entregar.
Al recién estrenado Secretario de Cultura, Julio Glockner le hice este y muchos otros comentarios sobre la OPD y la Biblioteca Palafoxiana, pero él y el señor gobernador consideraron que la OPD era muy eficiente y manejaba los recintos de manera muy profesional. La OPD nunca se derogó.
Y así es que llegamos a la situación actual.
Para terminar voy a enumerar los principales puntos en los que la Biblioteca Palafoxiana no cumple con lo exigido en el nombramiento Memoria del Mundo. No me voy a extender en ellos porque son precisamente el punto de partida del proyecto que el grupo de Consejeros de la Biblioteca Palafoxiana y un grupo de expertos en libro antiguo y bibliotecas históricas estamos trabajando.
He aquí los principales:
1) Accesibilidad universal del catálogo (disponible en plataformas asequibles);
2) Sala de exposiciones (Sala Fabián y Fuero, que se otorgó ilegalmente a la catedral);
3) Sala de referencia, computadoras para usuarios;
4) Proyecto académico y de investigación con personal propio;
5) Programa de publicaciones;
6) Actividades de difusión (Palafoxiana móvil, sala lúdica);
7) Plan de manejo;
8) plan de preservación y seguridad (incendios y la eventualidad de terremotos), así como sistema de videovigilancia en la sala de consulta interior y áreas de preservación del acervo.
Hay otros temas que se plantean en el proyecto en curso, sin embargo consideramos que no es este todavía el momento para hacerlo público. En todo caso, reiteramos nuestra disposición para colaborar con las autoridades responsables a nivel estatal, nacional e internacional de nuestra Biblioteca Palafoxiana con la asesoría que nos corresponde ofrecer como Consejeros y firmantes de la nominación.