Desfiles

Desfiles. A la vista el de mi memoria: 1970. A frente del Instituto Militarizado Oriente la banda militar. Perdido en la masa del contingente va un muchacho de quince años. Vislumbro en él decenas de generaciones de jóvenes replicantes del nacionalismo local al son de tamborazos y redobles. Lleva guardada, como todos los que en esos 5 de Mayo quedamos marcados,  la ciudad que cobija su historia personal. Y como siempre a esa generosa edad, nada pregunta. Marcha. Ya tendrá tiempo de cuestionar el mundo en el que vive.

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— Municipios Puebla (@MunicipiosPue) May 4, 2021

Desfiles. El mismo centro de la ciudad. Martes 4 de mayo, ayer. El joven forma la retaguardia de golpeadores que han desbaratado el tinglado que vendedores ambulantes tienen a un costado del lo que fuera el mercado de La Victoria. El también apenas rebasa los quince años, suficientes para darle la fuerza necesaria para lanzar al aire botes y sombrillas. La turba pasa, y él corre a alcanzarla. No retumban tambores. Sí innumerables preguntas que no cruzan por su cabeza. Y una: ¿qué ciudad es esta que tropieza irremediablemente con las mismas piedras de sus desatinos?