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Jueves de Corpus: El día del Halconazo. Y hasta hoy, la impunidad

Sociedad /Gobierno /Política | Crónica | 11.JUN.2021

Jueves de Corpus: El día del Halconazo. Y hasta hoy, la impunidad

A 50 años de la matanza del jueves de corpus, 10 de junio no se olvida

 

Los Halcones era una organización paramilitar que utilizó el gobierno federal para contener las protestas estudantiles y que se hizo famosa la tarde del 10 de junio de 1971 cuando masacró a los estudiantes que marchaban por las calles de la ciudad de México exigiendo el respeto a sus derechos constitucionales.

 

Las fuerzas secretas del régimen

 

 Luis Echeverría en 1971. El Ogro filantrópico.

 

Luis Echeverría, impune a sus 99 años.

 

Existen indicios que llevan a la conclusión de que los Halcones tomaron parte activa en la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968 y que al parecer, este grupo paramilitar fue disuelto poco tiempo después, sin embargo no desapareció. Se desconoce a ciencia cierta en qué momento se creó esta agrupación ni de cuántos elementos se componía, como se trataba de una organización secreta, no ha sido posible desentrañar todos los misterios que la rodeaban.

            Gracias a los testimonios de algunos de sus exintegrantes que conocieron parcialmente su historia y funcionamiento, se sabe que la misión inicial que se les encomendó fue la de proteger instalaciones estratégicas como la primera línea del metro inaugurada en 1969, pero muy pronto se convirtió en un grupo de golpeadores al servicio del gobierno utilizado para amedrentar y en algunos casos eliminar a sus enemigos. Eran varias las instituciones involucradas en su formación y entrenamiento: el Ejército jugaba un importantísimo papel, pero también estaba involucrado el entonces Departamento del Distrito Federal de cuya nómina formaban parte.

            Algunos investigadores han logrado averiguar que el jefe y creador del grupo fue el coronel Manuel Días Escobar que se desempeñaba como subdirector de Servicios Generales del Departamento del Distrito Federal, gracias a la desclasificación de algunos documentos y fotografías ha sido posible constatar que importantes personajes de agencias de seguridad y del ejército estaban relacionados con los Halcones pues aparecen con ellos en los campos de entrenamiento, Jesús Castañeda Gutiérrez que era el jefe del Estado Mayor Presidencial del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez es uno de los altos mandos que aparecen en esas fotografías. Ese cuerpo de militares asignados al cuidado del presidente y que protagonizaron varios episodios de la historia nacional sumamente vergonzosos, fue disuelto por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador. También existen fotografías que muestran la participación del Fernando Gutiérrez Barrios en los entrenamientos de paramilitares.

 

Preparación y adiestramiento de los Halcones

 

Echeverría en ROMA de Cuarón | Querétaro

Fotograma de la película Roma. La preparación de los Halcones.

 

 San Juan de Aragón es una colonia que estaba infestada de Halcones, en el Bosque de Aragón había una pista de entrenamiento a cargo de ex militares quienes contaban con la colaboración de elementos de la Armada Japonesa. Los reclutas recibían cada 12 días una paga de alrededor de 750 pesos; quién se enrolaba ya no tenía posibilidades de salir, en caso de desafiar la consigna, simplemente desaparecía. Un ex Halcón cuya identidad permanece oculta asegura que participó en la masacre del 2 de octubre de 1968 y que le tocó actuar como francotirador. Díaz Escobar puso este grupo a las órdenes de Alfonso Corona del Rosal, ex regente capitalino. Fueron los Halcones quienes en los trágicos sucesos de Tlatelolco colocaron la bandera rojinegra en el zócalo de México y culparon a los universitarios como estrategia de provocación. Los Halcones operaban conjuntamente con otros grupos de choque como “Acuario”, “Pancho Villa” y “Abejas”.

            Este grupo paramilitar resultó ser muy eficaz como parte de la policía secreta del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, era un cuerpo hábilmente entrenado para detener y nulificar todo movimiento que oliera a revuelta o manifestación estudiantil.

 

La marcha

 

A 50 AÑOS DEL “HALCONAZO” - Sol Quintana Roo

 

El 4 de junio de 1971 el auditorio Che Guevara se encontraba abarrotado de estudiantes de la UNAM y del IPN, celebraban el que el gobierno de la Ciudad de México acababa de liberar de la cárcel de Lecumberri a las últimos estudiantes presos detenidos el 2 de octubre de 1968, también celebraban el regreso del exilio en Chile de aquellos compañeros líderes del movimiento estudiantil.

            Los estudiantes universitarios querían manifestar su indignación por el crimen de Estado cometido en su contra acompañado de una prisión injusta. Simultáneamente había un movimiento en Monterrey organizado por estudiantes de la Universidad de Nuevo León que protestaba y exigía una ley orgánica que les otorgara una mayor participación en la vida de la comunidad, también protestaban por la imposición de un rector militar.

            El comité de lucha estudiantil coordinaba una movilización de solidaridad con esta universidad programada para el jueves 10 de junio de 1971 partiendo del Casco de Santo Tomás con destino al Zócalo capitalino.

 

 

La masacre

 

Roberto es un Halcón de 19 años.  A él le ordenaron buscar periodistas y confiscarles equipo y material. No tiene de otra, conoce su misión y está entrenado para ello, además, sabe que lo están vigilando, tiene que cumplir su misión.

            Los Halcones están entrenados para rodear el movimiento, ir cerrando el círculo y atrapar a los líderes que se les han asignado, las calles están bloqueadas, tienen órdenes de dejarlos pasar en un sentido para después cerrar el círculo y detenerlos. Divididos en grupos, cada Halcón porta garrotes de bambú de 2 metros, macanas y varillas de acero forradas con cinta de hule.

            Han cerrado el metro Normal, en las calles aledañas al Colegio Militar hay camiones del ejército revueltos con camiones de basura, camiones del DDF, patrullas, julias, algunos vecinos piensan que es por el jueves de Corpus, debe ser por las ceremonias y la fiesta de las mulas. Todas las calles que desembocan en la Avenida de los Maestros están bloqueadas,

Son diez para las cinco de la tarde, es la hora convenida, se inicia la marcha, sale del Casco de Santo, avanza por la avenida de los Maestros, los estudiantes entonan a capela el Himno Nacional, hay mucha tensión pues el 68 está muy fresco, pero nadie cree que el gobierno sea capaz de repetir la matanza de Tlatelolco, los granaderos que vigilan les ceden el paso, una cuadra más adelante se repite la acción, eso es muy sospechoso. En la esquina que forman Circuito Interior y la Calzada México-Tacuba hay cinco tanques antimotines.

De pronto se escucha el tronido de un lanzagranadas, esa es la señal, aparecen los Halcones y comienzan los disparos, han caído en la ratonera.  Roberto ve a un periodista gringo corriendo, va rumbo a Melchor Ocampo, trata de quitarle la cámara, el gringo la avienta, corre hacia el cine Cosmos y tropieza con dos cuerpos embarrados de sangre fresca, eran jóvenes como Roberto. En las azoteas hay francotiradores, disparan a la muchedumbre, traen paliacates con los que se cubren la cara, aparecen otros en las esquinas y abren fuego, Roberto y los otros como él tienen que identificarse con los nombres claves como La Sombra, El Monstruo, El Virolo, El Diablo, El Barajas, Los Caballos, etc. Algunos Halcones portan fusiles M-16, disparan a mansalva. En ese tramo que acaba de recorrer Roberto hay más de 40 estudiantes asesinados.

 

A matar.

 

Decenas de granaderos a caballo van cerrando el círculo, algunos estudiantes arrojan canicas al piso para que los caballos resbalen, salen a relucir las macanas de la policías, hay estudiantes en el piso, aparecen más Halcones, son jóvenes que van en tenis y con el cabello muy corto a diferencia de los estudiantes que usan el pelo largo, como los hipis.

 

Odio paramilitar.

 

Los pelones no corren con miedo, llevan varillas gruesas y con ellas golpean a la gente, son como palos de escoba pero producen terribles descargas eléctricas, después se supo que es un invento coreano importados por el gobierno. Los estudiantes tirados en el piso son pateados por los Halcones, caen cinco estudiantes muy jóvenes, han de tener como veinte años, las estudiantes mujeres quieren correr pero les es muy difícil; aparece el periodista gringo con la camisa manchada de sangre.

La columna de estudiantes ha sido cortada en varios pedazos, habitantes de los edificios aledaños arrojan palos y objetos con los que los estudiantes se puedan defender, cerca hay una construcción, aparecen albañiles cargando maderos, van en auxilio de los estudiantes. Los Halcones vuelven a la carga, ahora los apoyan policías que disparan gases lacrimógenos, de los edificios llueven algodones empapados en vinagren, son para contrarrestar los gases, ahora hay más Halcones armados con fusiles M-1, M-2 y M-16, otros van armados con Kendos y bajos sus chamarras esconden pistolas; llegan más Halcones en camiones y bajan de ellos gritando “Che, Che, Che Guevara”, golpean con los kendos a los estudiantes que alcanzan, esperan unos minutos y sacan armas de fuego y las detonan sobre los estudiantes, éstos están encerrados. En las calles colindantes con la Benemérita Escuela Nacional de Maestros hay grupos de granaderos y Halcones que corretean a los estudiantes, se oyen disparos, un estudiante corre y busca dónde refugiarse, milagrosamente se abre una puerta y unos brazos lo jalan al interior de una casa, otros corren hacia la escuela, ahí matan a Josué, su  novia lo ve caer, apenas llevaban tres meses de novios, pasaban juntos el mayor tiempo posible.

Una estudiante llora en un rincón, ha sido algo terrible, nunca había escuchado un balazo, nunca había visto un muerto y ahora, repentinamente está en medio de una balacera viendo cómo matan a gente inocente, jamás entenderá por qué el gobierno ordenó esa matanza.

 La bala que mató a Josué la dispararon desde el techo de la Normal, le atravesó el corazón, un pulmón y un riñón. Era una bala expansiva de M-1 de uso exclusivo del Ejército.

            Otra estudiante está histérica, ve en uno de los salones a un grupo de muchachas, varias están heridas de bala, las acompaña una maestra que reparte algodones tal vez con alcohol o vinagre, su blusa está manchada de sangre.

            Una muchacha se esconde en el baño, pero el miedo le gana, al salir observa cómo varios Halcones golpean a un estudiante; quiere huir, uno de ellos la da un garrotazo en el cuello, el dolor es muy intenso pero logra salir corriendo, se esconde junto con otros en las canchas de la escuela, ahí permanecen hasta pasadas las nueve y media de la noche.

            Nadie sabe cómo, pero había francotiradores en el interior de la escuela, desde el techo dispararon y mataron a muchos jóvenes. También detonaron pistolas automáticas de varios calibres, los estudiantes se refugiaron donde pudieron, unos en la Normal, otros en el cine Cosmos, otros más corrieron al Panteón Inglés.

            Edmundo cayó cerca del cine Cosmos, una bala expansiva le atravesó el tórax. Entre varias personas los arrastraron hasta Tláloc número 4, ahí los ayudaron a meterlo en la vecindad donde murió.

            Los heridos van siendo llevados al hospital Rubén Leñero, ahí son auxiliados por otros enfermos y algunos estudiantes.

            La balacera inició a la 5:14 de la tarde y no cesó durante el resto de la tarde, los mil doscientos Halcones que atacaron a los estudiantes mantuvieron su agresión durante más de cinco horas. Asesinaron a más de 120 jóvenes.

Circulan autos particulares tripulados por Halcones que levantan cadáveres y heridos, un grupo de estudiantes destruyen una panel de la policía, otros toman un camión y tratan de embestir a los Halcones pero son ametrallados; en represalia, los Halcones asaltan el Rubén Leñero y a balazos se llevan a muchos heridos.

 

Frente a la Normal, cerca de un charco de sangre se han colocado  veladoras formando una cruz, dicen que ahí mataron a una jovencita.

 

Enfermera militar, un testimonio

 

Las actividades de estos grupos paramilitares eran tan secretas que la mayoría de los militares ignoraba su existencia. Un grupo de enfermeras militares estudiaban posgrado e la escuela superior de enfermería, ese día fueron retenidas hasta pasadas las 7 de la noche.

“Ese día llegamos a la Escuela Superior de Enfermería a tomar clases normales a las 0800, en las mismas instalaciones estaba la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), nos llamó la atención que había muchos estudiantes, aunque no todos lo parecían, abundaban los greñudos y un tanto desaliñados. En el receso como a las 1030 notamos la presencia de algunos vehículos militares afuera de las escuelas, estaban en la calzada México -Tacuba. A la hora de comida como a las 1400 ya se escuchaba mucho alboroto, el escándalo era por parte de los estudiantes; gritos y maldiciones hacia los militares. A la salida de clases, a las 1700 ya estaba todo rodeado de camiones de militares, no había tanques; quisimos salir en nuestros carros pero no nos dejaron. Una compañera era Cap. 1/o y mandó a llamar al oficial a cargo; le explicó nuestra situación, éramos estudiantes y no estábamos comisionadas, teníamos que entrar a trabajar de velada a las 2000 en el Hospital Central Militar (HCM); corrió los respectivos conductos y fue así como nos dejaron salir como hasta las 1830-1900. Al día siguiente por supuesto que ya no nos autorizaron a acudir a la escuela; pudimos hacerlo hasta pasados varios días cuando se calmaron las aguas. Ese Jueves de Corpus no presencié ni escuché ninguna balacera y mucho menos masacre”.

 

La mañana siguiente

 

A 49 años del “Halconazo”: la matanza de estudiantes que marcó al gobierno  de Luis Echeverría - Infobae

 La Prensa, al día siguiente

 

El día 11 se formaron comisiones para buscar heridos y muertos. El rumor era que se los habían llevado al Campo Militar Número Uno. Fue hasta el domingo en la madrugada cuando apareció Josué en el Servicio Médico Forense (SEMEFO). Su cuerpo tenía un tiro de gracia en la cabeza. Es increíble que estos salvajes le hayan dispararon cuando ya estaba muerto.

 

José Moreno, estudiante asesinado el 10 de junio de 1971.

 

Los que recorrieron los hospitales de la ciudad, delegaciones y el SEMEFO vieron los cadáveres de mucha gente que murió durante esa masacre, fueron muchas las imágenes de horror que les impactaron profundamente: había una señora embarazada con el abdomen abierto de un bayonetazo, niños balaceados, viejitos, muchachitas y muchos jóvenes.

Los brigadistas contaron más de 125 muertos, entre niños, mujeres, ancianos  y estudiantes.  

El funeral de Josué se realizó bajo la vigilancia policiaca, había agentes secretos y militares por todas partes, tomaban fotografías y seguían a sus familiares y amigos. El único delito fue ser estudiante y protestar contra lo que consideraban injusto.

 

La impunidad

 

El regente de la ciudad era Alfonso Martínez Domínguez, declaró que “el país no quiere revueltas ni motines. Una cosa es una Revolución con mayúscula, creadora, dinámica, reformadora, y otra cosa es la violencia callejera, sin sentido, sin orientación, sin apego a nuestras leyes”.

Cuando se le cuestionó sobre la existencia de los Halcones respondió:

“El Departamento del Distrito Federal no tiene ningún cuerpo de ese tipo. ¡No existen los halcones! Esa es una leyenda.”

            La realidad es que la DFS detectó que había una creciente inconformidad con el gobierno de Echeverría. Fue un claro mensaje del presidente en turno de la manera en la que se tratarían los movimientos sociales en su gobierno. Utilizó a los Halcones para dar su mensaje. Pasado ese trágico suceso las movilizaciones sociales desaparecieron prácticamente, pero a cambio apareció la guerrilla, el Halconazo era una clara evidencia de que la manifestación pública era imposible.

            En 2002 Vicente Fox creó la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, se sentó en el banquillo de los acusados a Luis Echeverría, Díaz Ordaz ya había muerto. Echeverría fue sancionado con reclusión domiciliaria.

Es lamentable que se sigan presentando casos similares como el de los desaparecidos de Ayotzinapa. Es necesario seguir luchando para evitar la impunidad que tanto daño le ha hecho al país.

 

REFERENCIAS

 

Dávila, Darío. Un halcón regresa a la escena de la matanza. Crónica. Recuperado de http://www.crónica.com.mx/notas/2003/69140.html el 10 de junio de 2021.

Del Campo Castañeda, José de Jesús Martín. Perdí a mi hermano. El universal.  Recuperado de https://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/2016/06/10/perdi-mi-hermano   el 10 de junio de 2021.

El olor de la muerte: testimonio del 10 de junio de 1971. Regeneración. Recuperado de https://regeneración.mx/el-olor-de-la-muerte-del-10-de-junio-de-1971/ el 10 de junio de 2021.

Hernández, Ma. Imelda. Comunicación personal. 10 de junio de 2021.

Najar, Alberto. Quiénes eran Los Halcones, el brutal grupo paramilitar mexicano que aparece en la película "Roma" de Alfonso Cuarón. BBCNews Mundo. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46562349 el 10 de junio de 2021.