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25 Abril 2024, Puebla, México.

Contemplar el norte desde la comunidad alfarera de Mata Ortiz / Sergio Mastretta

Cultura /Sociedad civil organizada /Economía | Crónica | 20.NOV.2022

Contemplar el norte desde la comunidad alfarera de Mata Ortiz / Sergio Mastretta

PRIMERA DE TRES PARTES

 

Fogón

La mayor sorpresa de una obra de arte es la sencillez con la que se produce. Será que de eso se trata la belleza. Pienso en ello cuando contemplo a Héctor Gallegos Martínez, un maestro ceramista de 41 años de edad, quemar una pieza en el patio de su casa al atardecer del sábado 2 de noviembre en el pueblo de Mata Ortiz, en el municipio de Casas Grandes, Chihuahua. Pero la vida, como la realización entera de estas maravillas, es mucho más compleja, aunque las manos de los artistas nos permitan soñarla por un instante, perfecta.

 

En una tapa de tambo, una por una cuecen las ollas los alfareros de Mata Ortiz. Foto de Mundo Nuestro.

 

No hay a la vista un horno ni nada que se le parezca. Sobre la tapa metálica de un tambo asienta una vasija y la cubre con una maceta de barro que monta en tres pedazos de ladrillo; no la encierra, pues en esta pieza no busca con la oxidación el tono negro que se logra si la cubre por entero, a la manera del llamado barro negro de Oaxaca; añade luego una a una las rajas de la corteza de un álamo seco que ha traído del río y las rocía con petróleo. Un cerillo enciende de inmediato un fuego uniforme que arderá poco más de media hora. Cuando el improvisado fogón cumpla su tarea descubriremos una olla con el color natural del barro fundido, pintada ya con los colores clásicos de la cerámica de Paquimé, el rojo del oxido de hierro, el café casi negro del mangajeso en camino de convertirse una más de las maravillas que tanta fama le han dado a la comunidad alfarera de Mata Ortiz.

 

 

Familias alfareras 1 Héctor Gallegos y Laura Bugarini

 

La pieza se quema en el improvisado fogón. Héctor tiene tiempo para hablar de lo que más le interesa contar: el desarrollo de su esposa Laura como una de las principales ceramistas de la comunidad alfarera de Mata Ortiz.Y por ella habla del orgullo que siente por su pueblo.

 

Laura Bugarini pule una pieza de su manufactura. Foto de Mundo Nuestro.

 

Laura Bugarini tiene 43 años, es Gran premio Nacional de Arte Popular , y cuenta de sí misma: "Me di cuenta de que ya todos los alfareros hacíamos lo mismo, así que decidí experimentar con algo totalmente diferente. Fue ahí cuando un buen día las ideas llegaron a mi mente, y un año después de tanto intentarlo logré btener un diseño en una olla que causó admiración, un diseño menudito como mis manos. Y algo muy importante, un diseño propio y original que nadie había realizado antes y al cual ahora se le conoce como estilo Bugarini."

 

Héctor Gallegos y su técnica de esgrafiado. Foto de Mundo Nuestro.

 

La galería en la casa de la familia Gallegos Bugarini

 

Paula Gallegos Bugarini, hija de Laura y Héctor, sigue la huella de sus padres. Es una de las ganadoras del 25 Cconcurso Regional Mata Ortiz 2022.

“Todo se origina de nuestros antiguos de Paquimé --dice el Maestro Héctor Gallegos--. Formas y diseños se rescataron de ellos. Los artesanos de la primera generación nada más hacían réplicas de los diseños y las formas de Paquimé, puro Paquimé y algo de la cultura mimbre que también existió aquí. Fue la segunda generación la que empezó con algo más personal, y de los primeros, Manolo Rodríguez y mi esposa Laura Bugarini, ellos se atrevieron a sacar un diseño propio, y por ahí se empezaron a animar los demás con estilos y formas diferentes, algunos como familias y otros como algo más personal. Por eso al estilo de mi esposa Laura se le conocer como Estilo Bugarin. Ella enseñó a sus hermanas y a otros artesanos. Dijo ella, si no hago algo propio no voy a progresar, no voy a salir adelante. Y se atrevió. Y ahora su influencia ha llegado hasta el sur, y mero en Oaxaca con los que hacen alebrijes ya con diseños de Laura y Mata Ortiz."

 

Grillos, libélulas, luciernagas. El esplendor del campo en la imaginación del alfarero. Esta pieza de Héctor Gallegos Martínez luce en un sitio especial de su galería. No está a la venta. Es una de las primeras ollas que este alfarero produjo hace más de treinta años. Una idea de sus principios. Un espejo de su evoluciòn. Foto de Mundo Nuestro.

 

“Los nativos americanos vienen de una línea de sangre de sus antepasados --reflexiona Héctor--, desde hace cientos de años, y por eso no se pueden salir de sus diseños, les significan algo. Nosotros no estamos ligados de sangre con Paquimé. Fue su cultura la que existió aquí, pero por eso Mata Ortiz está abierto a experimentar y a innovar con diseños y formas, siempre y cuando se mantengan los materiales y las técnicas de Paquimé, originarias de aquí.”

 

 

Pieza en la galería de la familia Gallegos Bugarini. Foto Mundo Nuestro.

 

Revolución

 

Francisco I. Madero, con Pascual Orozco a su derecha, posa con otros jefes maderistas tras la batalla de Casas Grandes, el 6 de marzo de 2011, en el que las fuerzas federales derrotaron a los revolcionarios con un saldo de 58 rebeldes muertos.

 

Juan Mata Ortiz es el nombre de este pequeño pueblo en el noroeste de Chihuahua. Llegamos a esta comunidad con el interrogante simple sobre una comunidad que en no más de cincuenta años produjo uno de los fenómenos más importantes del arte popular en México. Poco importa ya que su nombre provenga de un militar muerto por los guerreros apaches en algún momento del siglo XIX, y que antes de que el gobierno posrevolucionario lo rebautizara así, tuvo por nombre Pearson, el apellido del ingeniero Fred Stark Pearson, quien, además de participar en la construcción en 1901 de la presa de Necaxa, en la Sierra Norte de Puebla, fundara en 1909 el Ferrocarril Noroeste de México, un sistema ferroviario y maderero en Chihuahua propietario de más de un millón de hectáreas entre Madera y Ciudad Juárez. Eran los tiempos de la legendaria acumulación de tierra en pocas manos, del apellido Terrazas y sus haciendas, como la de San Diego, a unos cuántos kilómetros de la futura comunidad alfarera. 

 

Ex Hacienda de San Diego, propiedad de Luis Terrazas en los tiempos de Don Porfirio. "Yo no soy de Chihuahua --decía el potentado propietario de más de dos millones de hectáreas en el centro norte del estado--, Chihuahua es mìo."

 

Por Pearson, hoy Juan Mata Ortiz, pasó Madero en marzo de 1911. A los porfiristas les dio tiempo de derrotarlo en Casas Grandes, y por ahí quedaron enterrados en masa por lo menos 58 rebeldes maderistas, pero de poco les serviría, pues semanas después el viejo dictador escaparía del país con la muy certera frase de que ahí dejaba el tigre suelto.

Pearson murió en el hundimiento del Lusitania en 1915, y por su emporio pasó la revolución que terminaría con el sistema económico porfirista, y de la comunidad de Mata Ortiz nada se sabría sino hasta cincuenta años después, cuando el campesino Juan Quezada Celando descubrió sus capacidades artísticas en los refinados tepalcates que encontraba en los montes cercanos provenientes de la cultura paquimé, la que alcanzara su máximo desarrollo setecientos años antes en estas llanuras al noroeste de la Sierra Madre Occidental.

Poco importa ya esa historia. La que tienen en mente las alfareras y alfareros es la suya propia, la que arranca con Juan Quesada, la que explica lla realidad de sus vidas plasmadas en el barro que sus manos moldean y pintan en la gravedad llana de sus vacijas. 

 

Las  manos de un viejo artesano trabajan la olla sobre la base de yeso en la que la despegan. Foto de la galería del Maestro Tati Ortiz.

 

Paisajes

 

Estación Pearson...(Juan Mata Ortiz Chih.Mx) Antigua Estación Construida  por el Ferrocarril Noroeste de México en el año de 1910..… | Noroeste, Juan  mata, Chihuahua

Juan Mata Ortiz. A la derecha, la estación construida en 1910. Foto de Raúl Loya, en Pinterest.

 

Mirar al norte desde la comunidad alfarera de Mata Ortiz. Contemplar desde ahí un país distinto y tan nuestro. Cuánto de lo que somos como nación se sostiene en su sobrevivencia de frontera. Cuánto detiene, cuánto contiene. Su extensión es su defensa. Anoto estas frases en mi libreta de reportero cuando recorremos la autopista que nos lleva al territorio de Casas Grandes.

 

Llanura y montaña. Foto de Mundo Nuestro.

 

Pensar el norte aquí mismo, bajo el alto cielo, cristalino casi siempre, rizado en trechos. Nubes altas, finas, frías que acompañan por la mañana el viaje por la carretera que atraviesa la llanura.  Campos sólidos, ocres en el otoño rotundo, interminables, simples. Planos rotos en crestas gemelas, repetidas, como si la vista se estancara en infinitos páramos resecos.

En la noche se cierra el circuito obscuro. No hay pueblos, no hay luces, solo el silencio vasto abierto a la transparencia de las estrellas. Puedes imaginar a los tráileres somnolientos o a los entumecidos guerreros antiguos en una misma pradera atisbando la negrura del horizonte informe.

"Subprovincia de las Altas Llanuras. La región de las Altas Llanuras se caracteriza por una sucesión de llanuras intermontanas, amplias y alargadas, separadas por serranías de rocas volcánicas, basculadas al noreste, y dispuestas en un típico patrón de bloques de falla escalonados; es de carácter transicional y representan el límite difuso, de cambio gradual, con la Provincia de Cuencas y Sierras.  La altura media sobre el nivel del mar de las llanuras es de 2000 metros sobre el nivel del mar y de 2400 metros sobre el nivel del mar los cordones montañosos." (Info del Gobierno del Estado de Chihuahua.

La noche en la llanura de Mata Ortiz, en Casas Grandes, Chihuahua. Foto Googel Earth.

 

Familias alfareras 2 / Tati Ortiz

 

 

El Maestro Tati Ortiz explica la elaboración de una vasija.

 

Primero describe sus herramientas: una jeringa para empezar a hacer los cortes alrededor de la pieza, una madera para el alisado interior, y un pedazo de segueta para quitar las intersecciones de nuestras hechuras de dedos. Una cubetita con agua y el pedazo de molde hecho con yeso, que es lo que usamos, pues no ocupamos torno, y un plástico para elaborar las tortillas.

Por supuesto, sus manos. Esas corren sueltas, con la parsimonia de sus palabras, serenas y estrictas sobre el barro.

 

Serie fotográfica de Mundo Nuestro.

 

Tati describe el proceso de elaboración de una vasija a partir de un molde de yeso para la base y los churros de barro. Mientras sus manos amasan el material y dan forma a una tortilla perfecta que asienta en el molde, Tati platica de la venta de una olla en Oaxaca. Dice sin dejar de trabajar la pieza: “Lo más difícil de todo esto es la concretación de la venta”.

Los ojos nuestros van a sus manos que golpean y aplanan, tuercen y golpean y amasan, hasta dejar lista una bola perfecta que convertirá en tortilla y asentará en el molde. No moldea con tornetilla –“Mi papá sí la usa, pero yo no me acoplo”, dice--. Cuando reparamos, él ya está en el fin del proceso que ahora no veremos, cuando la pieza se arregla para el secado y con arreglos de focos que la van calentando poco a poco para que no la quiebre el aire agreste del campo de Chihuahua la dejan lista para los pasos siguientes: el lijado, el bruñido, el grabado y la pintura.

Luego Tati da cuenta de la tecnica del grafito. Del hecho que llevó a su descubrimiento: la urgencia de firmar una olla para un gringo urgido de llevársela, y la firma que su papá realiza con un lápiz en la base de la pieza, a la carrera; el fuego de la quema descubrirá que la firma resplandece sobre la finura del barro blanco cocido. El grafito, desde entonces, es vital en la producción de Mata Ortiz.

Prueba y error, el barro... Y la vida humana.

 

 

 

CONTINUARÁ CON SEGUNDA PARTE