Naturaleza y sociedad /Sociedad civil organizada /Cultura /Economía | Reportaje | 31.ENE.2023
Viaje a un país que construye su salvación 1 / Sergio Mastretta
Qué país se contempla si bajas desde la ciudad de Puebla al totonacapan en Papantla, sigues por Tampico la cuenca del Pánuco hacia la bifurcación de sus afluentes Tampaón y Moctezuma, el territorio teenek en la huasteca, trepas por Aquismón la montaña tropical de la huasteca todavía potosina en Xilitla y rematas en las cañadas agrestes de los pames en la Sierra Gorda en Jalpan, antiguo dominio de las misiones franciscanas y hoy convertida en Reserva de la Biósfera.
Un país de claros y oscuros, de rancias disputas por el futuro nacional que se escuchan en el altiplano, queda atrás, como lo vemos más allá del atardecer que cae sobre la cañada del río Adjuntas en la Sierra Gorda de los pames queretanos.
En el camino un país de ceibas y ahuehuetes que con todos sus años lo soportan a pesar de sus desvaríos. La misma fuerza deben tener las lenguas totonaca, teenek, náhuatl y pame que se escuchan incomprensibles en las conversaciones bajo su sombra. La fuerza con la que las montañas detienen el derrumbe de la tierra hacia la costa. La de los ríos que logran cruzarlas desde las planicies resecas de Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí a golpe de tormentas milenarias.
Un país con muchas más certidumbres que las que se arrinconan en el caos del altiplano. El país de las mega urbes se diluye en estos planos abiertos de barrancas escarpadas y lomeríos distendidos hacia el mar.
Consejo de Ancianos en El Tajín. "Aprender lo de los abuelos, conocer cómo fue el mandato".Foto de Mundo Nuestro.
Llevamos en la mirada las palabras duales Totonacapan-Tajín, Teenek-Tamtoc, náhuatl-Xilitla, pames-Jalpan. El renacimiento cultural y espiritual que busca un Consejo de Ancianos totonaca; la restauración de la selva que han logrado los campesinos teenek, a un tiempo arqueólogos y ecologistas en medio de las explotaciones ganaderas que rodean una ciudad llena de vida hace 2,500 años; el sueño surrealista de un aristócrata inglés aliado con carpinteros y maestros de obra náhuatl soporta el desarrollo ecoturístico de Xilitla; la montaña pame, la de la endémica insurrección de los indios contra la invasión de su territorio, se resguarda en serio bajo el prototipo de reserva natural de la biósfera.
Alfarera totonaca Juana Vázquez Hernández. Foto de Mundo Nuestro.
Tres ríos que bajan desde el altiplano se juntan en esta encrucijada que se mira desde el puente en Las Adjuntas, en el camino que lleva dede Jalpan hasta Río Verde, en San Luis Potosí. Correrá desde aquí en una sola corriente que verá caer la cascada de Tamul y que romperá la sierra para formar el Puente de Dios, en el municipio de Aquismón. Este mismo río, ya con el nombre de Tampaón, ha envuelto desde siempre a la ciudad teenek de Tamtoc, donde se descubriera el Monumento de la Sacerdotiza y a la Venus de Tamtoc en el año 2005,
La Venus de Tamtoc, descubierta en su lecho en un manantial oculto a la vista del mundo por más de dos mil años. Foto de Mundo Nuestro.
Qué país contemplo y que reseñaré en cuatro tantos en esta crónica.
Ribera del Tampoán vista desde la pirámide principal en Tamohí, justo donde se encontró la escultura del Adolescente de Tamuín, una de los tesoros más admirados en el Museo Nacional de Antropologia. El río sufre la extracción incontable de millones de litros al año para las industrias del azúcar, carne, cemento y electricidad. Foto de Mundo Nuestro.
Un país en el que la naturaleza y el acoso que sufre se impone sobre cualquier otra conversación: la catástrofe industrial que ya ocurrió en la región petrolera de Poza Rica, que puede continuar con la amenaza del fracking en la región de la mesa de Metlaltoyuca, en Puebla, y el totonacapan veracruzano de Papantla; el riesgo mortal de la cuenca del río Pánuco por la extracción sin freno del agua del río Tampoán en su paso por las sabanas de Tamuín y Ciudad Valles para las industrias cañera, ganadera, eléctrica y cementera.
Alfredo Gámez, campesino y excavador del Monolito 32 en Tamtoc. Foto de Mundo Nuestro.
Pero aquí también otro país: el del renacimiento material y espiritual que construyen las artesanas y curanderas totonacas; el de la memoria milenaria del pueblo teenek, como la roca misma de la Venus de Tamtoc; el sueño surrealista a golpe de zapateo de son huasteco un domingo en Xilitla; la transparencia del agua en los manantiales de Concá en el que se bañan los jóvenes pames la mañana de un lunes cualquiera.
Figuraciones de un poeta inglés y un maestro de obras en el parque escultórico de Edward James en Xilitla. Foto de Mundo Nuestro.
Follaje del Árbol Milenario, como le llaman al ahuehuete que vive desde los tiempos más antiguos al pie de los manantiales de Concá. Foto de Mundo Nuestro.
El altiplano tiene sus propios ánimos de sobrevivencia. También desde ahí el país busca su salvación. Pero el país que contemplo en este viaje tiene un aliento fresco que impulsa el sueño de que otro país es posible.
(CONTINUARÁ CAPÍTULO 2: EL RENACER ESPIRITUAL EN VOZ DE LOS ANCIANOS TOTONACAS EN TAJÍN)