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27 Abril 2024, Puebla, México.

Año bisiesto 2024: historia, mitos y curiosidades / Carlos Rodríguez Gacintti

Cultura /Sociedad | Crónica | 1.FEB.2024

Año bisiesto 2024: historia, mitos y curiosidades / Carlos Rodríguez Gacintti

El calendario Gregoriano fue promovido por el Papa Gregorio XIII en 1582.

2024 es Año Bisiesto, un año extraordinario con 29 días en febrero

El nuevo año acaba de empezar y puede que algunos no se hayan dado cuenta aún de la gran peculiaridad que llega con él y es que, 2024, es año bisiesto. ¿Qué quiere decir esto? Año bisiesto es un año “raro”, como todos los que hemos nacido en año bisiesto. Los años normales son de 365 días, los años bisiestos son de 366 días, porque se le añade el 29 de febrero y esto ocurre únicamente cada cuatro años en años pares (menos excepciones que describiremos más adelante). Aproximadamente el 0.07% de las personas en todo el mundo hemos nacido en año bisiesto, de signo zodiacal Piscis y envueltos en ficción, invención, mitos, cuentos, eventos prodigiosos, leyendas y un largo etcétera. La extraña realidad es que quienes nacimos el 29 de febrero sólo tenemos día de cumpleaños cada cuatro años y siempre nos preguntan ¿Cuándo festejas tú cumpleaños cuando no hay 29, el 28 de febrero o el 1 de marzo?; algunos intentamos festejarlo a diario. 

¿Por qué existen los años bisiestos?

El año bisiesto es el que tiene un día más. Es una anomalía del calendario, que se explica por el hecho de que la Tierra no tarda 365 días en dar la vuelta al Sol. Exactamente, tarda 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Estas cinco horas y pico se redondean a 6, se acumulan y cada cuatro años se suman al calendario, de modo que forman un nuevo día (24 horas).

La astronomía en Egipto, el origen del calendario

 

Los egipcios ya tenían un año bisiesto de cada cuatro. Con la llegada de Julio César a Egipto, los romanos adoptaron la idea del año bisiesto y crearon un nuevo calendario que se llamó calendario juliano. Esta nueva fórmula tampoco era perfecta, y conllevaba quitar un día del calendario cada 128 años.

 

Retrato de Gregorio XIII - creador del calendario gregoriano-  realizado por Passarotti.

Fue el papa Gregorio XIII quién afinó el calendario juliano: fue hasta 1582, cuando se adoptó el calendario gregoriano en el cual, cada cuatro años tenemos un día más, a excepción de los años múltiplos de 100. Pero, para acabar de cuadrar las cifras, sí que tienen un día más los años múltiplos de 400. Por lo tanto, el año 1900 (múltiplo de 100) no tuvo un día más, pero el año 2000 (múltiplo de 400), el 2020 y 2024, sí.

Aun así, la adición del año bisiesto no compensa completamente el cambio de estaciones: cada 128 años (para el calendario juliano) y cada 3,323 años (para el calendario gregoriano) todavía hay un día adicional de retraso en comparación con el evento astronómico.

Normalmente se cree que el día añadido al calendario es el 29 de febrero, pero eso no es exactamente cierto. Primero, el día que se añadió fue el 24 de febrero. Por eso el año se llama bisiesto, porque añade el bix sextus dies ante calendas martii (‘repetición del sexto día antes del primero de marzo’). Fue con la reforma gregoriana con la que se cambió el día añadido, que pasó a ser el 29 de febrero.

Hay calendarios según los cuales en los años bisiestos el día añadido es el 24 de febrero y, por lo tanto, ese día no se celebra ningún santo. Pero también hay calendarios que al añadir el día 29 de febrero, como el resto del año, ponen a los santos que murieron este día, como San Hilario o San Román.

Otras curiosidades

La ciudad de Anthony, Texas (EE.UU.) es la “Capital Mundial del Año Bisiesto”. Aquí, en el año bisiesto se realiza un festival de cuatro días, que incluye una cena de cumpleaños para los nacidos el 29 de febrero. Hay, además, una serie de amuletos recomendados para los años bisiestos según las creencias populares, entre los que se destacan:

  • Colocar alguna campana en algún rincón de la casa para limpiar las malas energías
  • Guardar entre los objetos personales una moneda fechada con el año bisiesto. Eso trae doble suerte en salud, trabajo, amor y dinero.
  • Tener una piedra de cuarzo rosa en la mesita de luz para que el amor dure toda la vida.

Mitos y eventos extraordinarios.

A lo largo de la historia, el fenómeno del año bisiesto ha sido objeto de múltiples interpretaciones y simbolismos. Algunas culturas lo consideran como un momento fuera del tiempo lineal habitual, donde las reglas se vuelven flexibles y es posible acceder a realidades diferentes. Esta visión mística ha permeado muchas tradiciones relacionadas con el año bisiesto.

En algunas tradiciones celtas también se asociaban eventos mágicos a los años bisiestos, se decía que durante estos periodos el velo entre el mundo humano y el mundo de las hadas era más delgado, lo cual permitía un mayor intercambio entre ambos.

En Japón existe una leyenda popular relacionada con los años bisiestos conocida como “Año del Tigre”. Según esta creencia, cada 12 años (incluyendo bisiestos) hay un año especial regido por el tigre en lugar del zodiaco chino comúnmente utilizado. Se cree que durante este periodo pueden ocurrir sucesos inusuales y sorprendentes.

En la antigua Roma se creía que los años bisiestos eran propicios para realizar matrimonios, se decía que las mujeres que contraían matrimonio durante este año tenían más posibilidades de encontrar felicidad conyugal.

En España, existe una superstición relacionada con el nacimiento en un año bisiesto, según esta creencia popular, las personas nacidas durante este período tienen mala suerte y están destinadas a tener una vida llena de problemas y desgracias.

Incluso en la literatura se encuentran referencias al año bisiesto. Por ejemplo, William Shakespeare mencionó esta fecha en su obra “El sueño de una noche de verano”, donde los personajes experimentan situaciones inusuales y mágicas durante un día extra que ocurre cada cuatro años.

Año bisiesto: Una superstición romana

También en la antigua Roma, los años bisiestos eran vistos con cierto recelo y superstición, muchos veían este día adicional como un presagio de mala fortuna y desequilibrio. Se creía que alteraba el orden natural de las cosas, y podía traer consigo eventos inesperados y caos. Se pensaba que iniciar cualquier empresa nueva, como negocios durante un año bisiesto estaba destinado al fracaso. Este miedo al infortunio llevó a las personas a ser más cautelosas y a evitar tomar decisiones importantes durante estos años, prefiriendo esperar hasta el siguiente año. Además, había una creencia generalizada que afirmaba que los años bisiestos afectaban el ciclo agrícola. Los agricultores romanos temían que las cosechas plantadas en un año bisiesto no prosperaran o que la calidad de la producción se viera mermada.

Curiosamente, ciertas tradiciones romanas también asignaban al mes adicional de febrero, durante el año bisiesto, una connotación de purificación. Febrero derivaba de ‘Februa’, un festival de purificación y expiación. Los romanos realizaban rituales de limpieza y expiación para protegerse de los espíritus malignos y asegurar la prosperidad en el año venidero. Así, el año bisiesto también se asociaba con una oportunidad para renovarse y corregir desequilibrios.

Mito maya

Según la cultura Maya, el año bisiesto se relacionaba con el dios Kukulkán (también conocido como Quetzalcóatl). Se creía que cada cuatro años, Kukulkán descendía a la tierra para bendecir a la humanidad con un día extra en el calendario. Este día adicional era considerado un regalo divino para compensar cualquier desajuste entre el ciclo lunar y solar.

Tradición de año bisiesto en Irlanda

Una de las tradiciones más pintorescas asociadas con el año bisiesto en Irlanda es el derecho de las mujeres a proponer matrimonio a los hombres el 29 de febrero. Esta costumbre, también conocida como el Privilegio de las Damas, se remonta a antiguas leyes irlandesas o, según algunas historias, a un acuerdo que San Patricio hizo con Santa Brígida en el siglo V. Es una tradición que rompe con el convencionalismo del hombre como quien usualmente hace la propuesta matrimonial.

Además, existe la creencia de que esta práctica trae suerte y es un signo de igualdad y balance. No obstante, si un hombre rechaza la propuesta de una mujer en un año bisiesto, debe compensarla de alguna manera; tradicionalmente, se espera que el hombre ofrezca a la mujer guantes para ocultar su mano sin anillo, o debe presentarle suficiente tela para un vestido o una suma de dinero.

En la actualidad, aunque la tradición ha perdido algo de su seriedad original, el 29 de febrero sigue siendo un día en el que las parejas pueden disfrutar de este juego de roles invertidos con un toque de humor y amor. En Irlanda, es común encontrar eventos y fiestas temáticas que celebran el día, manteniendo viva la tradición en el espíritu de la diversión y el folklore.

El eco de esta costumbre irlandesa ha trascendido fronteras y ha sido adoptado en diferentes culturas alrededor del mundo, convirtiéndose en parte de la cultura popular. Películas, libros y programas de televisión han hecho referencia a este peculiar privilegio, expandiendo el mito y perpetuando la magia de los años bisiestos, y con ello, la rica tradición que ha capturado la imaginación de muchos.