Naturaleza y sociedad /Deportes | Crónica | 29.SEP.2024
Trilogía de los cerros Zapotecas, Tecajete y Teoton / Porfirio Tepox Cuatlayotl
Ir de camino por la naturaleza/ trigésima crónica
Con cariño para Carla Verónica
Dos circunstancias dan inicio a este nuevo recorrido, un lugar en el universo y un instante en la historia, me refiero, a la plaza de la concordia de la ciudad de San Pedro Cholula y a la fecha 15 de septiembre del año 2024, sendas circunstancias han sido el punto de reunión de la cuadragésima cuarta caminata, denominada Trilogía de los cerros Zapotecas, Tecajete y Teoton, la cual tiene como propósito realizar el ascenso a estos cerros; el recorrido tiene una distancia aproximada de 26 kilómetros el cual estuvo dirigido y organizado por el Club Alpino San Bernardo y Cachorros de Cholula. Los integrantes de sendos clubes alpinos convocan a realizar esta caminata a otros grupos alpinistas del Estado de Puebla y de otros Estados de la República Mexicana. Es oportuno mencionar que otros caminantes también llegan a la cita para degustar, junto a los integrantes de los clubes alpinos, los paisajes de los caminos artesanales, asimismo, paladear dos ingredientes que sobresalen en este recorrido, esto es, la solidaridad del grupo y la admiración de cada caminante al sumergirse en los escenarios naturales.
Antes de exponer de manera sucinta ambos ingredientes citados: solidaridad y admiración, primero presentamos algunas pinceladas que recorren un poco la geografía regional, la botánica, la zoología y la cultura contenida en los cerros recorridos, Zapotecas, Tecajete y Teoton. Ciertamente, a los caminantes de esta trilogía y a quien escribe estas líneas; estas pinceladas del recorrido, nos permiten recordar cada paso dado en esta caminata, además, nos dan la oportunidad de recapitular colores, aromas, sabores, sonidos y texturas táctiles que fueron revistiendo cada instante y cada latido de esta marcha. Por otro lado, para quienes lean este relato de la vida en los caminos artesanales, y nunca hayan hecho una caminata, quizá este relato será un impulso y un horizonte que los ponga en movimiento para recorrer estos senderos, llevando siempre consigo en su mochila senderista y en su corazón el respeto a la naturaleza y la responsabilidad del caminante al hacer inmersión en los escenarios naturales.
Primer ascenso: Cerro Zapotecas
La primera montaña que ascendió el grupo de caminantes de esta trilogía fue el cerro denominado Zapotecas, el cual está situado en el municipio de San Pedro Cholula; y de manera específica, este cerro está ubicado en las siguientes comunidades: San Cristóbal Tepontla, San Sebastián Tepalcatepec, San Juan Tlautla, San Francisco Coapan, San Gregorio Zacapechapan, San Agustín Calvario y San Antonio Zerezotla. La vegetación dominante de este cerro es el bosque de pino, encino y eucalipto; algunas flores de esta temporada son los girasoles morados, las dalias, la bella matlalxochitl, la Bidens odorata, entre otras. De modo que, por la abundancia de estas flores situadas en este recorrido, el caminante pudo atesorar en sus recuerdos la compañía del colibrí y un desfile de abundantes mariposas que se convierten en una antesala de las festividades del 1 y 2 de noviembre.
Además de estas pinceladas geográficas, botánicas y zoológicas que sitúan al caminante en la primera montaña, estos senderistas participantes, saben que han llegado a la primera cima, me refiero a la cumbre del cerro Zapotecas, debido a que, ante su mirada, aparece La Santa Cruz de esta montaña, la cual tiene la siguiente inscripción en la parte superior en lengua latina: INRI que corresponde a las siguientes palabras que forman la frase, Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, y que significa, Jesús de Nazaret rey de los judíos. De igual forma, en esta cruz figura otra inscripción que versa así: SANTA MISION, PP REDENTORISTAS. B.STA. MARIA XIXITLA II- 2-14- 1954. Un asunto más que el caminante de esta montaña debe saber, es el sentido del nombre del cerro Zapotecas que es una palabra que proviene del gentilicio nahuatl tzapotecatl que ha sido traducido con análoga fonética y escritura, a saber, zapotecas, sin embargo, sabemos que significa: el habitante del lugar de los árboles de zapote.
Después de un breve descanso y de una comida ligera con algunos frutos como manzanas, plátanos, frutos secos, pan y agua, al abrigo del sonido de las caracolas ejecutado por algunos participantes de esta marcha, llegó el momento de iniciar el descenso del cerro Zapotecas con dirección al poniente para continuar la caminata; en esta parte de la jornada todos los caminantes cruzaron por el pueblo de San Francisco Coapan; una vez que habían pasado a un costado de la presidencia auxiliar de esta comunidad, de su iglesia y de su panteón, a la mirada se presenta un puñado de paisajes que dan la bienvenida a la siguiente comunidad, me refiero a pueblo de San Miguel Papaxtla, el cual, en esta época del año, tiene abundantes cultivos de maíz, frijol, haba, por citar los más representativos. Una vez que terminamos de recorrer las calles del pueblo de San Miguel Papaxtla, nos encontramos nuevamente en la zona de cultivos, los cuales a través de sus senderos artesanales conducen al pie del segundo cerro denominado Tecajete.
Segundo ascenso: el cerro del Tecajete
La segunda montaña que ascendió el grupo de senderistas fue el cerro denominado Tecajete, situado en los municipios de san Jerónimo Tecuanipan y San Andrés Calpan, en específico, entre las comunidades de San Miguel Papaxtla y la comunidad de Dolores, respectivamente.
En este cerro podemos encontrar en la parte alta un pequeño bosque de coníferas, además, junto a las veredas hay abundante cempasúchil silvestre de exquisito aroma, de nombre científico Tagetes lunulata Ort., también figuran algunas enredaderas silvestres del género ipomea, así como arbustos de nombre tronadoras, igualmente, árboles de cazahuate, tepozán, y herbáceas como los alaches, además de helechos y arbustos como el tabaco cimarrón. Con respecto a la fauna, esta montaña es la morada de aves como las tortolitas, el colibrí, el gorrión, además, hay reptiles y otros animales como la serpiente de cascabel, mariposas, conejos, abejas, abejorros y escarabajos.
En la ruta hacia este cerro, la mirada del caminante de esta trilogía pudo disfrutar de los caminos artesanales del pueblo de San Miguel Papaxtla y de la montaña Tecajete, donde aún se respira la calma y la tranquilidad de un escenario rural y natural. Aquí el senderista pudo encontrarse con los pastores que conducen a sus toros, ovejas, cabras, burros y caballos a pastar a los campos. Asimismo, algunos caminantes tuvieron la oportunidad de saludar a los habitantes que se encontraban en sus tierras de cultivo, del mismo modo pudo degustar de los paisajes en los que figuran de los maizales, los cultivos de frijol, y diversos árboles frutales como el capulín, aguacates etc.
Ya en la parta superior de la montaña, se puede notar que figuran dos cimas, una del lado norte y otra del lado sur. Un recorrido de aproximadamente 15 minutos, te da la oportunidad de visitar los dos miradores citados, desde donde se puede apreciar la parte cóncava de este cerro que forma la figura del cajete que es una forma semejante a una vasija, en el cual está contenido el pequeño bosque de coníferas. En el mirador de la parte norte se puede disfrutar de un puñado de paisajes hacia el horizonte tlaxcalteca, por su parte, en el mirador de la parte sur, se pueden observar los paisajes de San Jerónimo Tecuanipan y San Buenaventura Nealtican, los cuales acarician la retina del alma. En este mismo mirador, me refiero al de la parte sur se encuentra un altar en honor a Cristo Rey, visible a los pueblos que están situados en las proximidades del cerro Tecajete. Además, por ser el mes de septiembre, el mes patrio, en este mirador se encuentra la bandera de México, símbolo de la independencia y la libertad.
A todo esto, es recomendable, que el caminante lleve consigo el significado de la palabra Tecajete, el cual es un termino que proviene del vocablo nahuatl tecaxitl, que significa cajete de piedra o “vasija de piedra”, a su vez, la palabra tecaxitl, integra los vocablos tetl que significa piedra, y caxitl, cajete. La figura más próxima a la montaña Tecajete, y de sobra conocida en la cocina mexicana, es la figura del molcajete. De acuerdo con esta nota, algunos caminantes de esta trilogía, tuvieron la sensación de estar recorriendo la periferia de un enorme molcajete, representada por el cerro Tecajete.
Después de caminar las dos elevaciones del cerro Tecajete y rehidratarnos en este lugar, se inició el descenso de este cerro por la cara poniente con dirección hacia los bellos parajes de San Buenaventura Nealtican hasta llegar a la ex-hacienda de San Benito. Aproximadamente a unos 500 metros de esta ex-hacienda, está situado un hermoso jagüey, cobijado por la sombra de unos fresnos gigantes, en este lugar, los organizadores del evento, por su generosidad y benevolencia, recibieron a los caminantes de esta trilogía, con algunos aperitivos y comida para reponer las energías gastadas por las horas de la marcha. Desde este jagüey a la tercera cima, que corresponde al cerro del Teoton, aún faltaban dos horas de jornada, aproximadamente. Después de este par de horas de caminata, los senderistas y la montaña del Teoton se encontraron frente a frente, cruzando sus miradas, como si la montaña quisiera ser contemplada y admirada; y el caminante llega a la cita para contemplarla y admirarla.
Tercer ascenso: cerro Teoton
La tercera y última montaña que se ascendió en esta trilogía fue el cerro del Teoton ubicado en el municipio de San Nicolás de los Ranchos, en específico en la comunidad de San Pedro Yancuictlalpan.
Algunas pinceladas de la flora que podemos encontrar en este cerro son arboles de encino, cazahuate, coníferas; también podemos ver pastizales, cempasúchil silvestre, enredaderas silvestres del género ipomea, dalias, entre otras plantas. En lo que corresponde a la fauna, en el recorrido se puede apreciar las madrigueras de tlalcoyote o tejón; por esto los habitantes de San Pedro Yancuictlalpan llaman al lugar, Santuario del tlalcoyote; también, se pueden observar abundantes mariposas, así como escuchar una diversidad de cantos de las aves canoras de esta montaña. Los caminos de ascenso hacia la cima del Teotón son senderos artesanales de tierras arenosas, de tepetate, y pedregosas. En el recorrido que te conduce a la cima, de junio a octubre el paisaje está integrado por una plétora de cultivos de maíz, tejocote, manzana, pera, nogal, capulín. En esta trilogía, el ascenso fue por la cara oriente de este cerro en la cual, aproximadamente a la mitad del recorrido se encuentra una formación de rocas denominada Cuauhtechac, que de acuerdo a los habitantes de san Pedro Yancuictlalpan, este vocablo significa en la piedra del sacrificio del águila (nota retomada de una inscripción de los Mayordomos, año 2017). Es oportuno remarcar que la Piedra del Águila es un lugar sagrado para los habitantes de Yancuictlalpan, por lo cual los integrantes de los clubes alpinos y todos los caminantes debemos respetar. Ya en la cima del cerro Teotón, también se encuentra la piedra de la sanación o la piedra de la curación.
Existe otra ruta de ascenso a esta montaña, ubicada en la parte poniente, en este recorrido se pueden apreciar las madrigueras del tlalcoyote o tejón, al llegar a la cima, figura una escalinata de cemento y una cruz de hierro con la inscripción INRI, que corresponde a las siglas de la frase latina Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, y que significa, Jesús de Nazareth, Rey de los Judíos. Igualmente, en la cima se encuentra una capilla, edificada en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción. En cuanto a la denominación del lugar, sugerimos que la palabra, Teoton proviene del sustantivo teotl que significa dios, y del apócope de la palabra tonac, es decir -ton con el significado de abundancia, por lo cual proponemos que por esto lo habitantes de San Pedro Yancuictlalpan traducen a la palabra Teoton como Dios Grande.
Finalmente, en la cima de este cerro todo visitante puede disfrutar de uno de los miradores más completos del valle poblano, pues al poniente, ante la mirada se encuentran los majestuosos volcanes Popocatepetl e Iztaccihuatl, y las comunidades de San Nicolás de los Ranchos y San Mateo Ozolco; al sur figuran los cerros Tequiolo o Teteolotitla, Metepec, Xaltepec, y los pueblos de San Buenaventura Nealtican, San Baltazar Atlimeyaya, San Juan Tianguismanalco, San Jerónimo Tecuanipan; al oriente, se sitúan los cerros Teotzin, Tecajete, Zapotecas, Malinche, el pueblo de San Miguel Papaxtla, la ciudad de San Pedro Cholula, la ciudad de Puebla y parte de Tlaxcala; al norte, se puede ver la eterna montaña Iztaccíhuatl, y las comunidades de San Andrés Calpan, San Lucas Atzala y otra parte de Tlaxcala.
En este relato sucinto de la caminata denominada Trilogía de los cerros Zapotecas, Tecajete y Teoton el lector ha notado que, a través de cada paso, los caminantes leen y releen la geografía regional y su toponimia hasta hacerla parte de su ser; de manera semejante, el lector también ha visto que este recorrido se convierte en una caminata botánica y zoológica que le permite a cada senderista hacer conciencia de la riqueza de la flora y la fauna regional. Habría que decir también que el caminante de esta trilogía, al estar inmerso en la hermosura de los paisajes, repletos de nubes, de montañas, de pueblos, de sol y de cielo encuentra su vocación, ese llamado para convertirse en el Homo viator in Pulcritudinem, es decir, en el ser humano caminante hacia la Belleza del que habla Alejandro Ostos-Ávila.
Ahora bien, deseo agregar una nota más, pero antes quiero remarcar que, este breve relato por su naturaleza sólo ha descrito algunos pensamientos y sentimientos vividos que pudo recordar el caminante que escribe estas líneas. Dicho esto, la nota es la siguiente: en alguna parte de este recorrido, algunos caminantes realizaron su marcha en silencio, únicamente, se notaba en su rostro el esfuerzo y el cansancio que generaba cada paso, al mismo tiempo, en su mirada se podía leer una alegría serena, llena de gratitud y cobijada por el cielo tan antiguo y tan nuevo; sólo ellos lo saben, mas considero que con cada paso que entregaban en la marcha tejían una oración o hacían una plegaria al Dador de la vida, a Dios Padre.
Para finalizar el recorrido hecho con estas palabras, solo quiero agregar que la caminata de esta trilogía se convierte en un momento de solidaridad y de asombro. De solidaridad, porque, para decirlo con el estilo de Francesc Torralba: “los caminantes formaron un todo, en cada paso de este recorrido se sentían más unidos, daban lo mejor de cada uno para el resto de los compañeros, lo importante no era demostrar quién era el más rápido y fuerte, sino que el grupo llegara con bien a la meta, fue una manera de humanizarse y ponerse al servicio de los compañeros de camino.” De admiración, porque cada caminante al estar inmerso en la belleza de los paisajes, para decirlo, también con Francesc Torralba: “se situaba en el silencio que es el lenguaje de la admiración, pues quien se admira calla, y mientras está en silencio tiene la esperanza de captar un destello de luz, quiere saber más, quiere entender por qué existe el mundo, es decir, el árbol, la montaña, el sol; asimismo, esta admiración provoca que el caminante abra sus ojos de par en par, que tome conciencia de su propia fragilidad, pero, al mismo tiempo, se deja embelesar por la belleza que todo lo impregna.”
Agradecimientos y felicitación
Quiero agradecer a mis amigos Justino Saucedo Totozintle y a Teresita Tlapa Cinto por la invitación a este noble acontecimiento que fue ponerse en movimiento para poder habitar en los caminos artesanales y recorrer la ruta sagrada de la Trilogía de los cerros Zapotecas, Tecajete y Teoton.
Por otra parte, vaya una felicitación y un centenar de aplausos a la representante del Club Alpino San Bernardo de Cholula, a María Sirenia Herlinda López, conocida en el mundo alpino y senderista como Shene, por la cuadragésima cuarta caminata denominada Trilogía de los cerros Zapotecas, Tecajete y Teoton.
Finalmente, también doy un agradecimiento a Justino Saucedo Totozintle, a Teresita Tlapa Cinto y a Shene por las fotos proporcionadas para embellecer este relato.