Sobre la pobreza en la sierra totonaca / Manuel Espinosa Sainos

Una de las justificaciones de los empleados de los ayuntamientos para desviar las viviendas destinadas a los más necesitados y otorgarles a gente con más posibilidades económicas es que los más pobres no pueden pagar la cantidad que piden. Entonces esa vivienda se le da al amigo o al compañero de partido o a los mismos empleados de las alcaldías, pero no a la gente más humilde. ¿Que no sería mas viable que las autoridades otorgaran las viviendas de manera totalmente gratuita? Posibilidades tienen, pues los recursos llegan. ¿Sabrán ellos que cuando la gente gana cien pesos al día es tan difícil juntar 4 o 5 mil pesos? Es cuestión de querer y saber hacer bien las cosas. Ojalá las nuevas autoridades muestren más empatia con la gente antes de dar prioridad a su bolsillo. También es verdad que algunas familias les llega algún tipo de apoyo federal, pero cuando se es pobre ningun apoyo es suficiente y tampoco soluciona la pobreza, apenas y alcanza para cubrir ciertas necesidades.

Por fortuna poco a poco van cambiando las políticas públicas a nivel federal y ahora las viviendas llegan directamente a los beneficiados, eso está bien, porque cuando llega a través de los ayuntamientos muchas veces lucran con el programa o bien le otorgan a quién haya votado por ellos. Pero también a nivel local, cada vez más las estrategias políticas son más sofisticadas y los alcaldes optan por comprar, con dinero de nuestros impuestos, un terreno para construir viviendas y repartir lotes a la gente, todo eso estaría bien si no fuera para generar simpatizantes políticos. También hay promotores políticos que ofrecen viviendas y piden 2 mil 500 pesos para hacer el trámite, aún cuándo se sabe que todos los programas de gobierno son gratuitos y ningún servidor debe cobrar por ello.

En la sierra aún quedan muchas necesidades que ocasionan diversas situaciones de vulnerabilidad y cuando hay alguna desgracia, como las fuertes lluvias y huracanes, los primeros afectados son los de menos recursos, como el caso de la familia de la imagen en la localidad de Sekgnachuchut, en Ixtepec, que con el paso del huracán Grace hace más de 3 años, resultó severamente afectado en su vivienda.

He escuchado a personas que dicen que "la gente es pobre porque quiere". Yo no estoy de acuerdo, a nadie le gusta ser pobre. Nadie le gusta tener un hijo enfermo y no tener dinero para llevarlo a consulta, a nadie le gusta no poder comprarle un par de calzados o un litro de leche a su hijo o hija, a nadie le gusta no tener un terreno para sembrar, a nadie le gusta no tener donde vivir. Entonces no creo que la gente le guste ser pobre. Pienso que esta forma de pensar, de que "la gente es pobre porque quiere" es producto de otro tipo de pobreza : la pobreza mental.