
Universidades | Opinión | 5.MAR.2025
Movimiento estudiantil: cuestionamiento a la gestión universitaria / Germán Sánchez Daza

Los comentarios aquí expuestos están basados en la revisión de algunos de los pliegos petitorios, no agotan todas las demandas ni a cada una de las dependencias, pero es más una invitación a la reflexión y al diálogo entre los universitarios y con la sociedad
Germán Sánchez Daza es académico del Centro de Estudios del Desarrollo Económico y Social FE-BUAP
A más de una semana de que comenzaran las expresiones de descontento de las y los estudiantes de medicina, se mantienen paralizada la mayor parte de los espacios de nuestra Universidad (BUAP): CU, CCU, FFyL, Psicología …). Al mismo tiempo, la Rectoría ha implementado una campaña mediática (iniciada con la escena de la visita nocturna de la Rectora a CU) para responsabilizar a los estudiantes y presionarlos para la pronta finalización de su movimiento (“…que se pongan de acuerdo, para que nos hagan llegar ese pliego petitorio y para que empecemos estas reuniones de diálogo…”).
A pesar de los esfuerzos por minimizar o desvirtuar el movimiento, es innegable que existe un malestar de las y los estudiantes con las condiciones en que se desenvuelve la vida universitaria. No han tenido éxito ni la pretensión de identificar un origen externo y faccioso al descontento estudiantil ni el intento por reorientar las demandas y redefinir liderazgos a través de los operadores y representantes estudiantiles vinculados con las autoridades. Las demandas y expresiones de inconformidad se mantienen y se delinean más claramente.
La relevancia de la BUAP en la sociedad poblana (y a nivel nacional) es harto conocida, por ello el paro estudiantil cuestiona no solo a la Institución sino también la estabilidad política que se ha presumido tanto por las autoridades universitarias como las gubernamentales. Los pliegos petitorios visibilizan problemáticas de la BUAP en distintos niveles y alcances: infraestructura, gestión académica, relaciones laborales, ejercicio del gobierno y toma de decisión, relaciones entre los grupos de la élite burocrática, vínculos entre ésta y la estructura política (gobierno, partidos políticos y sus fracciones), modelo educativo y pedagógico, entre otros. Por el momento, nos interesa comentar solo algunos aspectos que evidencian la profundidad y alcance de las peticiones estudiantiles, y que, desde nuestra lectura, nos deben convocar a revisar toda la vida universitaria.
Primero, en términos de las demandas estudiantiles, la duda que se pretende sembrar es sobre si son construidas por esas manos ajenas o son propias. El seguimiento de los reportajes y notas periodísticas, así como los comunicados estudiantiles nos permiten identificar la intervención de los distintos grupos de intereses de la administración central (tanto de amigos como de sus ahora enemigos), así como de otros actores de la Universidad. Sin embargo, la propia dinámica de las manifestaciones y de las respuestas oficiales, visibilizan la ausencia de las instancias colegiadas formales, que deberían estar atendiendo y en sesión permanente efectiva: Consejo Universitario (salvo una Comisión que interviene … después de una semana), Consejos de Unidad (solo unos cuantos han sesionado y actuado) y Consejos por Función. Esta ausencia es parte de la forma de gestión y toma de decisiones vertical en la Universidad, por lo que está presente en los propios pliegos petitorios: “Se demanda que la representación estudiantil sea elegida democrática, transparente y que se garantice la participación de los estudiantes en la toma de decisiones … Denunciamos la falta de opciones en la última elección de la dirección de la facultad, donde solo hubo un candidato” (FIQ, ver significado al final del texto); “La universidad es una institución cuya razón de ser es la formación académica de los estudiantes, por lo que su comunidad debe contar con mecanismos democráticos que garanticen una representación equitativa en la toma de decisiones” (FCC); “Fuera la partidización de la universidad…Se busca que los estudiantes apoyen a un partido o candidato, proporcionando alumnos para el apoyo de campañas políticas como trabajadores” (FFyL).
En el mismo ámbito, segundo comentario, se puede leer el cuestionamiento a la falta de comunicación, mala gestión y prácticas autoritarias en los distintos niveles de la Institución, es el caso de Medicina (que pidieron la destitución de funcionarios de la Unidad), además: “Exigimos que la apertura de materias se base en encuestas que reflejen la demanda real de los estudiantes, y no en decisiones arbitrarias de la Secretaría” (IQ); “Mayor oferta de horarios y cupos de materias … Mejor difusión de la información oficial … Menor burocracia para el préstamo de equipo” (FCCom); “Mayor oferta de cupos y horarios de materias” (FA). La apertura de materias y gestión escolar es fundamental y un problema cotidiano, y que en la mayoría de los pliegos petitorios se incluye.
Vinculado a lo anterior, tercero, tiene que ver con la falta de docentes y críticas a su labor: “Maestros calificados y mayor capacitados … Mejor desempeño de maestros” (FCCom); “Profesores del área con experiencia dentro de la carrera y con experiencia específica en la materia que imparten” (FA); “La escasez de docentes de tiempo completo impacta negativamente en la disponibilidad de asignaturas y en la atención personalizada a los estudiantes” (FCC); “…que los profesores sean verdaderos docentes, con la capacidad de transmitir conocimientos de manera efectiva, y no simplemente facilitadores de materias … se limitan a asignar exposiciones a los estudiantes en lugar de impartir cátedras de calidad” (FIQ); “Profesores ineficientes en sus materias: falta de planeación en las clases, profesorado sin cédula profesional” (ARPA). En este sentido, se evidencia que en el caso de las unidades académicas de reciente creación es más aguda esta demanda, pues hacen falta no solo mayores contrataciones sino también que sean académicos especialistas en la materia. En las de mayor antigüedad se muestra la carencia de plazas y dedicación, al mismo tiempo que hay críticas a la discrecionalidad: “La falta de intervención en casos donde los profesores perjudican activamente el desempeño académico de los estudiantes es inaceptable. Casos previos han demostrado una clara parcialidad hacia los docentes, incluso cuando las denuncias estudiantiles son legítimas” (FIQ). Como exigencia y propuesta está la evaluación efectiva de la labor docente, con intervención de las y los estudiantes; cuestionando así procesos y prácticas institucionales como son el Programa Institucional de Evaluación Académica (PIEVA) y el Programa de Estímulos al Personal Docente (ESDPED), así como los discursos institucionales sobre la calidad educativa; todo ello ha desvirtuado la práctica docente y de investigación, promoviendo su burocratización, el productivismo y el individualismo.
Cuarto. La crítica a la discrecionalidad de las autoridades y a la insuficiencia de las normas existentes es mayor en la aguda problemática del acoso: “Resolución a las denuncias de acoso y/o violencia de profesores” (FA); “Además de los protocolos con los que ya contamos, rechazamos el encubrimiento de profesores denunciados de acoso sexual por parte de directivos y el personal administrativo, así como la nula resolución de casos entre estudiantes y la forzosa convivencia con los abusadores” (FFyL); “Se solicita que se hagan efectivas las denuncias de acoso por parte del alumnado siendo transparentes en el proceso de solución” (FIQ). La situación es bastante grave, fue visibilizada en el movimiento de 2020, y se expresa no solo en los pliegos petitorios sino también en los carteles de denuncia pegados en los edificios; si bien existen normas y acciones implementadas por la Institución, hoy se muestra no solo que persiste, sino que además de ser insuficientes, se denuncia la complicidad institucional. Consideramos que ésta problemática debe ser atendida de manera prioritaria, no puede ser solucionada de forma burocrática, sino que se debe involucrar a la totalidad de la comunidad universitaria, generando espacios abiertos, dialógicos y democráticos, que nos permitan encontrar los procesos adecuados y las medidas pertinentes para resarcir el tejido social, la búsqueda de la justicia y reparación de los daños que las violencias han causado en sus víctimas, y sobre todo frenar de manera enérgica las estructuras que sostienen la persistencia del acoso y la violencia.
En el contexto de estas últimas críticas, quinto comentario, es lamentable que otro de los grandes ausentes sean los académicos, escasas plantas o colectivos se han manifestado (FCFM, FE, Antropología, ICUAP, FFyL) y solo un Sindicato (SUNTUAP). Varios de los pliegos petitorios estudiantiles señalan la falta de profesores, la contratación inadecuada, la discrecionalidad en las contrataciones y en la aplicación de la normatividad, así como la política e instrumentos de calidad inoperantes. No es difícil concluir que la gestión de las relaciones laborales por la Institución es ineficiente y clientelar. Asimismo, la falta de plazas para profesores de tiempo completo y de recursos suficientes para asegurar el buen funcionamiento de los procesos educativos tiene que ver con la transparencia de recursos y con políticas federales y estatales que efectivamente garanticen la gratuidad y el derecho a la educación, mismas que no existen. Se trata entonces de un cuestionamiento a la gestión laboral de la Institución, a las políticas educativas y a las mismas relaciones entre Institución y gobiernos.
Es necesario recuperar el planteamiento hecho por el SUNTUAP, y que está presente también en los pliegos estudiantiles: no se debe estigmatizar la labor académica ni generalizar las críticas a todos los docentes e investigadores. En este sentido se afirma: “Es fundamental garantizar que los profesores cuenten con condiciones laborales dignas, incluyendo una remuneración justa y estabilidad en su contratación. Esto no solo contribuiría al bienestar del personal académico, sino que también fomentaría un entorno de enseñanza más productivo y comprometido con la formación de los estudiantes” (FCC); “Estamos completamente a favor de la impartición de educación de calidad, para lo que es indispensable reconocer el trabajo de los académicos … por lo que transformar a todos los maestros hora clase a tiempo completo sería el inicio de la solución del problema” (SUNTUAP). A lo cual agregaría: es urgente que los académicos reflexionemos colectiva y autocríticamente los cuestionamientos del estudiantado, que examinemos las políticas institucionales y gubernamentales y que hagamos nuestros los reclamos del diálogo y democracia que enarbolan las y los estudiantes.
Los comentarios aquí expuestos están basados en la revisión de algunos de los pliegos petitorios, no agotan todas las demandas ni a cada una de las dependencias, pero es más una invitación a la reflexión y al diálogo entre los universitarios y con la sociedad. Dichos pliegos expresan problemáticas específicas y la diversidad de condiciones, incluso se pueden encontrar dos versiones de una misma Facultad, que son reelaboraciones más argumentadas, es comprensible que el logro de un pliego general requiere un mayor esfuerzo y tiempo.
Finalmente, los universitarios debemos reivindicar el derecho humano a la disidencia, a la libertad de expresión y a la organización, no permitamos actos de violencia, persecuciones o sanciones. El diálogo y la tolerancia son fundamentales para lograr una Universidad autónoma frente a los poderes políticos y fácticos, democrática y comprometida en la construcción de una sociedad justa y con mayor equidad.
Acrónimos:
ARPA: Facultad de Artes Plásticas y Audivisuales
FA: Facultad de Artes
FCC: Facultad de Ciencias de la Computación
FCCom: Faculta de Ciencia de la Comunicación
FE: Facultad de Economía
FFyL: Facultad de Filosofía y Letras
FIQ: Facultad de Ingeniería Química
ICUAP: Instituto de Ciencias de la BUAP
SUNTUAP: Sindicato Unitario de Trabajadores de la UAP