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25 Abril 2024, Puebla, México.

Sociedad | Crónica | 11.MAY.2021

Con la mochila al hombro. Cartas desde la cárcel de Matamoros de la más alta seguridad (XXII)

Desde la prisión, César Montes denuncia planes para asesinarlo a cambio de dinero y reducción de pena. Pese a ello César dice que volverá a la libertad, para cultivar orquídeas, alimentar colibríes y que lo hará sin cultivar odios.

Con Nuestra América se une al clamor nacional e internacional por un proceso debido al Comandante César Montes, por el respeto a sus derechos humanos y constitucionales y por su seguridad sanitaria; por eso, semanalmente compartiremos páginas de su diario “Con la mochila al hombro. Cartas desde la cárcel”. 

27 de abril de 2021.

Hay días de gran monotonía, los más. Otros de gran alegría por las noticias. Saberse querido, apoyado, que no está solo, logran la gran diferencia. Rompe la monotonía, cambia el carácter, fortalece el espíritu, mantiene la moral alta. 

De pronto, el espíritu libre deposita esperanzas de continuar siéndolo aún entre rejas. 

Mi hijo adoptivo, ahora médico, me envía medicamentos preventivos y apoyo económico, en medio de sus limitaciones, pero sobre todo afecto, mucho afecto y la fe de que saldré libre.  Siguen llegando vídeos de apoyo nacional e internacionales. Ya van veintidós, bien montados, musicalizados, con fotos oportunas, es un trabajo profesional y de calidad.  Sobre todo, hecho con modestia y amor. El amor que es motor del mundo. Podrán tenerme entre rejas, pero no pueden quitarme la verdad que me asiste, la moral que resiste, el afecto de mi pueblo (el sureste mexicano en Chiapas, los países centroamericanos por los cuales luché a riesgo de mi vida), el amor de mis hijas, el viejo amor que no se olvida, ni se deja y que nunca dice adiós.

Volveré a cultivar orquídeas, bonsáis, buganvilias, rosales y polinizadores, al mismo tiempo qué alimentaré colibríes, pajarillos sembraré y flores para las mariposas monarca. Redactaré la parte final de mi autobiografía, los relatos de la cárcel y seguiré leyendo hasta quedar ciego, para que tú veas.

Saldré fortalecido y como dijo Pepe Mújica: sin cultivar odios en mí jamás. Todo por el amor a la humanidad y a los seres humanos que me han acompañado en esta dura travesía.

 

1 de mayo de 2021.

 

Vino una juez y una oficial a la exhibición personal que interpuso mi abogado defensor, hice saber que: 

1.- NO ME VOY A SUICIDAR, NO ME AHORCARÉ EN EL BAÑO, NI EN MI LITERA.

2.- Que durante más de seis meses he sufrido agresiones verbales a las cuales no he dado importancia por el bajo nivel de la persona que lo hace, que no hay razones para atender canalizaciones de la agresividad de un privado que tiene larga condena por asesinato. 

3.- Que el día de ayer ese reo me echó deliberadamente cloro en el brazo y los pies, lo cual representa una escalada que es previsible a dónde puede llegar, basado en el historial del agresor

4.- Que temo por mi vida porque es reo ya asesinó en prisión a otro preso, y que a cambio de dinero y/o reducción de la pena es capaz de atentar contra mi vida. 

Tomaron nota que la agresión había sido presenciada por el Alcaide Douglas Rosales quien no hizo nada, al contrario, dejó dicho que había sido accidental con lo que se demostró que está encubriendo al agresor.

Vino mi abogado defensor y hablamos, acordamos que con su fe pública haga una declaración expresa en el sentido de que si aparezco colgado NO ES SUICIDIO, SINO ASESINATO.

No hay dramatismo en esto. Es el simple cálculo de las probabilidades, el conocimiento de los métodos de las granjas penales y el ritmo ascendente de las agresiones verbales a las físicas. Con agresiones verbales mi respuesta fue ignorarlas, sonreír, retirarme, eso le dolió más aún. Por su bajo nivel cultural, por eso la agresión física. 

¿Y ahora qué sigue? Todos lo sabemos.