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18 Abril 2024, Puebla, México.

Crónicas de guerra  7:   La Batalla de Santa Gertrudis

Cultura | Crónica | 5.JUN.2021

Crónicas de guerra 7: La Batalla de Santa Gertrudis

La derrota de Santa Gertrudis trajo como consecuencia la desmoralización de las tropas imperialistas.

El triunfo de las fuerzas republicanas sobre el invasor francés reforzado por contingentes austriacos y belgas y apoyados por sus socios conservadores del 16 de junio de 1866 en la meseta de Santa Gertrudis, es uno de los más importantes por las consecuencias políticas y militares que llevaron al restablecimiento de la República y a la derrota definitiva del imperialismo encabezado por Maximiliano de Habsburgo.

Tengo el honor de participar a ud. el espléndido triunfo que las tropas republicanas a mi mando han obtenido hoy en el punto de la Mesa de Santa Gertrudis, sobre respetables fuerzas de Austriacos y traidores que de Matamoros conducían un gran convoy de mercancías hacia Monterrey. Tan solo tenía yo mil quinientos hombres con la 1ª Brigada de Tamaulipas al mando del C. Coronel Canales, mientras el enemigo contaba con dos mil: de suerte que fiando en su número y superior artillería, me atacó en las posiciones que tenía desde ayer, para esperarlo.”

Esta es parte del mensaje que al terminar la batalla el comandante en jefe del Ejército del Norte, Mariano Escobedo mandó al Ministro de Guerra y Marina y al Presidente Juárez.

Antecedentes

El General Mariano Escobedo tenía establecido su cuartel general en Linares cuando le informaron  que el enemigo en las ciudades de Matamoros y Monterrey se preparaba para un movimiento; el de Matamoros debía custodiar un convoy de mercancías, pero la noticia debería ser confirmada para evitar caer en una trampa. Tomando las precauciones necesarias, Escobedo establece una división de infantería en la Villa de China en Nuevo León,  la 2ª brigada de caballería en el Paso del Zacate a seis leguas de la anterior y la 1ª Brigada también de caballería distribuida entre Monterrey y Cerralvo. Tenía que evitar que la columna que abandonaba Monterrey recibiera refuerzos por lo que el coronel Pedro Martínez al mando de la 3ª Brigada de caballería con cuatrocientos elementos amenaza a los imperialistas en Saltillo. El teniente coronel Antonio García observa las operaciones del enemigo en Monterrey e intercepta la comunicación entre los puestos del enemigo. Se supo que el general Mejía quería pasar un convoy de Matamoros a Monterrey.

Una columna de mil quinientos extranjeros y quinientos traidores conservadores habían salido de Monterrey el día 7 de junio. El general Gerónimo Treviño confirma la noticia.  Escobedo decide  ir al encuentro de los imperialistas, el día 9 se detiene en Villa de los Aldamas, el 10 avanza hasta los “Derramaderos” a tan solo cuatro leguas de Cerralvo. Desde ahí observa a su enemigo durante dos días que se aproxima al mando del coronel De Tucé, se trata de una columna de dos mil hombres compuesta de dos batallones de la legión extranjera, un destacamento belga, mexicanos traidores, caballería y seis piezas de artillería, ahí el comandante francés esperaría noticias del convoy que pasaría por Camargo y debería recibirlo en Mier. El convoy estaba compuesto de doscientos carros, escoltado por mil seiscientos mexicanos, trescientos austriacos y dos cañones comandados por el general Olvera. El calor era sofocante, las tropas sufrían mucho de sed, doce soldados austriacos ya habían sucumbido a la insolación.

Llegan nuevas noticias del movimiento del enemigo, el coronel Canales informa del movimiento imperialista desde Matamoros lo que obliga a Mariano Escobedo a cambiar sus planes y, a marchas forzadas alcanza la Mesa de Santa Isabel el 15 de junio por la mañana; solamente lo separan 3 leguas de su enemigo el cual se acerca reduciendo la distancia a tan solo una legua. Doscientos caballos del invasor realizan un reconocimiento acercándose a la primera línea de Escobedo, se produce un ligero combate y el enemigo europeo es rechazado. Escobedo retrocede una milla pero a la mañana siguiente regresa a su posición anterior. Sabiendo que el enemigo estaba obligado a avanzar pues tenía necesidad de abastecerse de agua tanto para sus soldados como para las mulas que jalaban los trenes de carga, los republicanos se preparan para el combate.

El combate

Escobedo divide su ejército en 5 columnas, deja una de reserva.  La primera columna de infantería se compone de 250 hombres de la 1ª Brigada al mando de los coroneles I. A. Flores y Luis G. Cáceres. La 2ª columna la componen otros 250 soldados  bajo las órdenes de los coroneles Miguel Palacios y Edelmiro Mayer. La 3ª columna cuenta con 300 hombres, los comandan los coroneles Francisco Naranjo y Adolfo Garza. La 4ª columna pertenece a la Brigada de Tamaulipas, también se compone de 300 efectivos, sus jefes son los coroneles Servando Canales y Julián Cerda, la caballería se divide en dos columnas, la primera es la Legión del Norte y está bajo las órdenes del teniente coronel Joaquín Garza Leal y la 2ª pertenece a Exploradores de Lampazos, los comandantes son Juan N. Sáenz e Higinio Villarreal, ambos bajo las órdenes del general Gerónimo Treviño. La reserva se compone de 300 soldados de los Cuerpos de Zapadores, Tiradores y Rifleros de Río Grande del Estado de Coahuila encabezados por el coronel Salvador F. de Cavada y el teniente coronel Vicente Mariscal.

   

Mariano Escobedo coloca su ejército en el lugar que ha escogido y espera el ataque del enemigo, los imperialistas adelantan sus columnas y dejan todos sus trenes en la retaguardia.  

 

 El día 16 de junio de 1866 a las seis y media de la mañana truena el primer cañonazo del ejército imperialista iniciando así el ataque sobre los juaristas de Mariano Escobedo, a este cañonazo le sigue un intenso fuego vivo de artillería y las columnas austriacas inician lentamente su avance. 

El ejército republicano sigue estrictamente las órdenes previamente dadas por su comandante; la infantería permanece pecho a tierra y la caballería está oculta en un pequeño bosque, el enemigo avanza y cuando se encuentre a menos de un tiro de fusil (el alcance de los fusiles mexicanos era muy inferior al alcance de los austriacos), Escobedo da la orden de cargar sobre el enemigo.

La orden se ejecuta con increíble precisión, la infantería se aproxima al enemigo austro-traidor a paso de carga y se entabla tremendo combate con arma blanca, bayonetas y sables reducen la ventaja imperialista superior en armas de fuego, el enemigo simula un ataque por la izquierda pero lo que en realidad intenta es enviar por la derecha dos columnas que ha preparado cuidadosamente, pretende envolver a los republicanos aprovechando el momento más intenso de la lucha cuerpo a cuerpo; de pronto, la caballería juarista al mando del general Gerónimo Treviño que leyendo atinadamente el desarrollo del combate ataca, no espera la orden que Escobedo estaba a punto de dar. Treviño carga de manera vigorosa por la derecha, la carga de la caballería mexicana fue tan oportuna que cuando las infanterías beligerantes chocan por el centro, la carga de Treviño arrolla y envuelve al enemigo por su izquierda.

El combate con arma blanca dura poco, todo concluye a las siete y media de la mañana quedando la fuerza austro-traidora completamente destruida.

            Las tropas de Mariano Escobedo arrebataron al enemigo más de mil fusiles y otras armas de varios tipos más toda su artillería formada por seis cañones de combate, dos de montaña y un gran número de municiones. Quedan en el campo de batalla más de cuatrocientos muertos, la mayor parte son cuerpos de austriacos y traidores, además de gran cantidad de heridos. Los republicanos hacen más de ochocientos prisioneros de los cuales doscientos son extranjeros. Los juaristas perdieron alrededor de doscientos hombres entre muertos y heridos.

A pesar de la superioridad numérica del enemigo, éste sucumbió ante el arrojo y decisión de los mexicanos, los soldados austriacos fieles al usurpador Maximiliano imploraban clemencia de rodillas; los republicanos, fieros en el combate, se mostraron generosos en el triunfo pues no fusilaron a los súbditos de Napoleón III, lo que estos valientes querían era arrojar de nuestro territorio a los extranjeros invasores.

Conclusiones

La derrota de Santa Gertrudis trajo como consecuencia la desmoralización de las tropas imperialistas, sobre todo de las que escoltaban el convoy de Monterrey a Mier y que ocasionó la rendición de Matamoros. Las cartas que fueron interceptadas al comandante extranjero muestran el alto grado de desconcierto que reinaba entre sus soldados muchos de los cuales desertaron en gran número incluyendo soldados belgas.

            La rendición de Matamoros posterior a este combate se produjo de manera inesperada aunque ya se preveía su rendición a las fuerzas juaristas triunfadoras en Santa Gertrudis, lo sorprendente de esa rendición fue que cuando apenas las tropas republicanas habían acampado a cincuenta leguas de distancia de esa ciudad fronteriza, los enemigos la abandonaron precipitadamente. Esta fuga del enemigo permitió que los republicanos establecieran ahí una fuerte base de operaciones  Las  armas y pertrechos abandonados en esta ciudad fortificaron al ejército defensor de la república lo que facilitó que después de la toma de Monterrey la guerra siguiera favoreciéndolos en su avance al interior de la república. Matamoros permitía el contacto directo con Estados Unidos lo que facilitaba la obtención de armas y municiones.

Esta batalla echa por tierra la idea de que los defensores de la República eran bandas desorganizadas que aprovechaban la situación para el pillaje, que se daban a la fuga en cuanto se iniciaba su persecución, que evitaban el enfrentamiento con el enemigo.

Las fuentes francesas acusan que filibusteros americanos, negros liberados y desertores no dejaban de engrosar las filas de lo que ellos llamaban guerrillas enemigas.Las circunstancias en la que se da este triunfo en el que los traidores y los soldados austriacos fueron completamente derrotados  demuestran el coraje y la efectividad de los juaristas pues los derrotados eran los custodios de un valioso capital.

Este triunfo no puede ser considerado como un hecho aislado, se trata del fruto cosechado por el gran trabajo desarrollado por los patriotas pues establece la base para arrancarle al imperio el control de la frontera. Este triunfo es un eslabón mas de la cadena de victorias republicanas formada por El Paso de Cabras, Santa Isabel, Real del Catorce y Valle de la Purísima, entre otros.

Referencias

Batalla de Santa Gertrudis. 16 de junio de 1866: se celebra la batalla de Santa Gertrudis cerca del rancho de Santa Gertrudis, de Camargo, Tamaulipas. Periódico el Riego. Recuperado de http://elriego.com/noticia/3ef27d34-309c-4d8c-b276-133d3eca7169 el 1 de junio de 2021.

Documentos relativos a la batalla de Santa Gertrudis en que las fuerzas republicanas obtuvieron una completa victoria sobre una división de austriacos y traidores el 16 de junio de 1866. Harvard University - Collection Development Department. Widener Library. HCL / Matamoros [Tamaulipas, México] : Impr. del Gobierno a cargo de Segura y Ambros, 1866: Recuperado de http://pds.lib.hardvard.edu/pds/temp/async/4460257-1-17.pdf el 31 de mayo de 2021.

Noix, G. (1874) Expédition du Mexique 1861 -1867 Récit Politique et  Militaire.  Librairie Militaire de J. Dumaine. Libraire-Éditeur. Paris.

Taibo, Francisco Ignacio (2017). La gloria y el ensueño que forjó una patria. Tomo 2. La caída del imperio. Editorial Planeta. México.