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29 Marzo 2024, Puebla, México.

La memecracia en la conquista de la clase media

Política /Sociedad | Opinión | 16.JUN.2021

La memecracia en la conquista de la clase media

El reciente proceso electoral intermedio ha dejado un sinfín de elementos para el análisis y la reflexión.

Recientemente, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que los medios de comunicación influyeron en los resultados electorales del pasado 6 de junio.

Adversarios, detractores y algunos comunicadores se levantaron de su silla negándolo todo, con la firme convicción de que las plazas obtenidas son consecuencia de un rechazo general a los gobiernos de Morena.

Lo cierto es que la desinformación movilizó a las clases medias y las llevó a votar, ¿cómo es esto posible?

Por tratarse de elecciones intermedias, se esperaba un bajo nivel de participación; sin embargo, en las principales capitales del país, la participación fue muy alta, particularmente en aquellas zonas donde las clases media, media-alta y alta residen.

Consideremos en primera instancia la conectividad: la mayoría de las zonas urbanas con alta conectividad de México concentran también la mayor cantidad de colonias, barrios y fraccionamientos en donde el acceso a internet, datos y las condiciones de sus habitantes favorecen la penetración de información y noticias de forma digital. Es decir, el mayor consumo de contenidos digitales se da en este sector de la población.

Las redes sociales se han caracterizado por ser emocionales y por exacerbar, mediante contenidos gráficos y audiovisuales, posiciones políticas, opiniones personales, y editorializaciones de acciones de gobierno.

Por su facilidad de interpretación, la asimilación inmediata, su carácter hilarante y la facilidad de su uso y redistribución casi inmediata, los llamados memes son un gran recurso para fijar una idea en el imaginario colectivo de la población hiperconectada.

La clase media, (media-baja, media-media, media alta, C típico, para no distraer la discusión en conceptos y criterios) formada en el neoliberalismo, se caracteriza por la preocupación constante en alejarse de la denominada clase baja o pobreza, asumiendo a la cultura del esfuerzo como una de sus principales fortalezas. En su mayoría, es consumidora tanto de artefactos tecnológicos (celulares, computadoras, tablets) como de contenidos digitales (redes sociales, portales de noticias, revistas digitales, servicios de mensajería), condición que permite además a los grandes corporativos de internet como Google, Facebook o Amazon, tener caracterizados y registrados sus perfiles de consumo y comportamiento. En resumen: la clase media es el principal motor de la microsegmentación.

La clase media transita permanentemente entre dos grandes prejuicios y estereotipos mediáticos: los llamados fifís y los llamados chairos. La conversación digital ha radicalizado estos estereotipos y les redujo a un enfrentamiento clasista en la que Morena y AMLO son la variable entre una y otra. En otras palabras: estar con AMLO o no estarlo.

Entonces, con todos estos ingredientes, inundar las redes sociales con memes, fakenews, contenidos sensacionalistas, opiniones de influencers y noticias manipuladas, sesgadas o incompletas de algunos medios de comunicación, sin duda impactó en este segmento de la población que, contra todo pronóstico, pasó del «todos son iguales» que le alejaba de las casillas, a un voto que, lejos de ser de castigo, fue de miedo y de autoprotección, por un peligro inducido que no analiza, únicamente reacciona.

La intoxicación mediática que sufre la clase media en todo el mundo generalmente se previene con educación, con formación cívica, con integración y participación política y con diálogo permanente con este sector.

Toca entonces revisar cuál ha sido la relación de los gobiernos de la Cuarta Transformación con la clase media, si se le han dado mensajes contundentes de integración en un modelo de gobierno que en la búsqueda de justicia social debe atender las demandas de quienes más lo necesitan, sin olvidar las de este sector tan complejo de nuestro país.

Hasta la próxima.