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29 Marzo 2024, Puebla, México.

Voluntad política: un acto de autoridad para revivir un río / Verónica Mastretta

Naturaleza y sociedad /Ciudad /Gobierno | Opinión | 27.JUN.2021

Voluntad política: un acto de autoridad para revivir un río / Verónica Mastretta

Vida y milagros

 

El 4 y 5  de diciembre de 2015 Dale la Cara al Atoyac A.C. hizo dos  muestreos de la calidad del agua del río Atoyac en dos puntos de un tramo que cruza la ciudad de Puebla: el primero, donde se unen el Atoyac y el Zahuapan que viene de Tlaxcala, junto a la ex fábrica La Constancia; el segundo en el  Ecoparque  Metropolitano, a  la altura  de  Cúmulo  de  Virgo.

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En la revista H2O presentamos  un   breve   resumen   de   los   resultados. Para hacer ese texto más comprensible usamos una comparación: si el tramo del río que monitoreamos fuera  una  persona, estaría al  borde de   la muerte. Sufriría  paros respiratorios varias veces al día,  cuando los indicadores de oxígeno disuelto en el agua bajan a cero; una parte de su cerebro moriría con cada paro y dejaría secuelas irreversibles en su organismo. Sus riñones e hígado estarían al borde del colapso por la cantidad de metales pesados imposibles de procesar. Tendría un sistema digestivo infestado por los parásitos y una enorme colonia de cisticercos en el cerebro y en el hígado. Las venas de su cuerpo y su corazón estarían tapadas por grasas muy por encima de los niveles de colesterol con los que un ser humano puede vivir; presentaría síntomas de haber ingerido grasas derivadas de productos del petróleo que también lo estarían envenenando. Sufriría los síntomas de una persona a la que se ha envenenado con cianuro y tendría enfermedades degenerativas y cerebrales producto de la ingesta de plomo y otros metales que producen síntomas de locura o daño mental irreversible. En ese día la persona moriría. Si el río permaneciera con los parámetros obtenidos, el río estaría muerto.

 

 

Para este 2021 se han tomado nuevas muestras y  los parámetros son iguales o peores. La Secretaría de Salud del Estado de Puebla, @SaludGobPue, subió un tweet el pasado 10 de junio advirtiendo a quienes hubieran estado en contacto con el agua del Atoyac lo siguiente: "Si tuviste contacto con el río Atoyac y presentas dolor de cabeza, fiebre repentina, nauseas, etc.,  ¡Acude a tu unidad de salud más cercana! #PrevenirEsSalud". Esta publicación reconoce la gravedad del problema. 

La diferencia entre una persona muerta y un río muerto es que los ríos pueden ser resucitados.

Pruebas exitosas de esta afirmación hay cientos en el mundo, y la diferencia entre la vida y la muerte ha dependido de varias cosas: una ciudadanía activa en la defensa del agua, un sistema judicial  eficaz para sancionar a quienes contaminan  y una autoridad con visión de estadista, que decide apostar presupuesto y voluntad política a acciones a largo plazo cuyos resultados no serán inmediatos ni cosechará quien las emprenda. 

Las muestras  de las aguas vertidas al río arrojaron indicadores por encima de la norma y  provienen de muchas fuentes: de usos domésticos y asimilables a los mismos, cuyo servicio  y responsabilidad es atribución de los ayuntamientos. Provienen de otras fuentes que están normadas por la federación pero que debieran ser acotadas desde los municipios cuando otorgan licencias de funcionamiento:  talleres automotrices, industria del petróleo, rastros, procesadoras de carnes y embutidos , agroquímicos,  industria cosmética, industria farmacéutica, industrias textiles  e industrias relacionadas con la fabricación de autopartes y procesamiento de metales. Las   descargas   domiciliarias   o   asimilables   a   éstas,   así   como   las descargas   clandestinas   no   asimilables   a   descargas   municipales,   cuando   son   vertidas   a   los colectores de la ciudad y luego al río sin el tratamiento adecuado, constituyen violaciones a la norma y delitos ambientales que rarísima vez son sancionadas. No existen plantas  de tratamiento costeables que puedan tratar todas estas aguas mezcladas, ni tampoco es justo trasladar los costos ambientales de las industrias a la ciudadanía.

Foto tomada del portal pueblosencamino.org

El largo y caro camino de la aplicación de las normas ambientales se ejemplifica con un caso: en 2017 nuestra organización interpuso una demanda contra los contaminadores del río, basándonos en los compuestos que encontramos en los monitoreos, que de alguna manera son como la huella digital de un asesino. La demanda  FED/PUE/PBL/0000371/2017 fue presentada ante  la Procuraduría General de la República, PGR, hoy FGR. En ese entonces nos visitaron dos de los seis agentes ministeriales con los que contaba la Unidad de Delitos Ambientales para todo el país. Les mostramos los puntos del monitoreo y no supimos  más del asunto.  Este 3 de mayo de 2021, cuatro años después, la FGR nos solicitó en un término de no más de 3 días hábiles, aportar nuevas pruebas o datos que puedan fortalecer la carpeta de investigación mencionada. Ignoro si en estos cuatro años la FGR ha hecho las investigaciones pertinentes  que tengan validez ante un juez para constituir  un delito ambiental y sancionar a los responsables.

 

Los gobiernos estatales, aunque no tienen facultades de inspección y vigilancia en materia de descargas de agua, sí pueden por ley coordinar los esfuerzos de las autoridades federales y municipales que están fallando. Tiene también bajo su responsabilidad la planeación y el ordenamiento del territorio alineado a disponibilidad hídrica. Son los coordinadores obligados  para que los municipios del estado se relacionen con un mínimo orden  y armonía en una cuenca hídrica compartida.  Es una facultad enorme. La Comisión Estatal de Agua y Saneamiento, CEAS,  tendría que ser primero que nada una instancia de planeación y no solo una sucursal de ejecución de obras hidráulicas que carecen de sustento y lógica. Ahí está como ejemplo el colector industrial Morelos que hizo la anterior administración y que está abandonado porque solo trasladaba el problema y los costos de las aguas industriales contaminadas de un municipio a otro sin resolver el fondo.

 

 

El martes 15 de junio de 2021 se publicó en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Puebla  un acuerdo de un punto ÚNICO del gobernador Luis Miguel  Barbosa en el que se instruye al titular de Planeación y Finanzas para que encabece un grupo de trabajo intergubernamental en el que participarán diferentes secretarias e instituciones: la Secretaría de Medio Ambiente, Infraestructura, el encargado del CEAS y  el director SOAPAP, entre otros,  para que elaboren una propuesta objetiva  de saneamiento del Río Atoyac. Puede ser, por fin, una acción correcta y eficaz para la recuperación de la cuenca del Atoyac. Se requiere trabajo gubernamental  interno e interdisciplinario que derive en hechos y presupuestos específicos.  Para eso son electas las autoridades, para gobernar.  Ya de consultas y consejos ha habido más que suficiente.