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26 Abril 2024, Puebla, México.

Un regreso seguro a clases es posible / Análisis de la revista Nexos

Gobierno /Sociedad | Investigación | 19.AGO.2021

Un regreso seguro a clases es posible / Análisis de la revista Nexos

Andreu Comas García • Rafael Bojalil Parra

Andreu Comas García es profesor investigador de la Facultad de Medicina y del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Rafael Bojalil Parra es pofesor investigador del Departamento de Atención a la Salud de la UAM-Xochimilco.

 

Ilustración: Raquel Moreno / revista Nexos

 

Mientras que a nivel mundial la mayoría de los países ha reiniciado clases de manera presencial o híbrida dependiendo del contexto epidemiológico, en México las escuelas han estado oficialmente cerradas desde el 23 de marzo de 2020. Como consecuencia del encierro prolongado y el distanciamiento social, se estima que durante la pandemia ha incrementado la deserción escolar, que el aprendizaje y el desarrollo cognitivo han disminuido, y que trastornos como obesidad, ansiedad, depresión y adicciones han aumentado. Lo mismo ha sucedido con la violencia intrafamiliar, entre otras situaciones.

El regreso a las aulas es una necesidad inaplazable, pero tiene que hacerse de manera planificada, tomando en cuenta el contexto epidemiológico y social de cada comunidad. No puede existir un plan o protocolo único para todas las escuelas, porque sus condiciones difieren. Tampoco pueden abrir todas de manera simultánea, simplemente por el tiempo y la inversión que cada escuela requiere para implementar los protocolos. Aquí es donde los gobiernos a nivel federal, estatal y local tienen una responsabilidad clave: tanto en canalizar recursos que permitan que las condiciones adecuadas se cumplan cuanto antes, como en vigilar que sólo abran las escuelas que tengan protocolos convenientes.

Se observa una gran polarización al hablar del regreso a clases en nuestro país. Por un lado, se dice que “llueva, truene o relampaguee” se abrirán las escuelas; por el otro, se sostiene que hacerlo es totalmente irresponsable, porque manda a las y los más jóvenes de la sociedad directamente al contagio, con los riesgos que ello conlleva. Pareciera que a los ojos de algunos sectores de la sociedad y del gobierno sólo existen blanco y negro. Las clases deben reanudarse cuanto antes, pero el regreso a las aulas no puede ser por decreto y de manera simultánea sin considerar las condiciones regionales y locales. Para un regreso exitoso, las estrategias planteadas en los protocolos deben basarse en evidencia científica y adaptarse a cada realidad.

 

El sector de la sociedad que abiertamente está en contra de abrir las escuelas percibe que esto será una catástrofe. Las preocupaciones fundamentales que se escuchan son, por ejemplo, que las niñas y los niños no son capaces de usar mascarillas, y que se aglomeran; que niños o personal con síntomas podrían entrar a las instalaciones; que la infraestructura para la ventilación adecuada es muy cara, y que las personas no cumplen con los protocolos en general. Sin embargo, la experiencia de los últimos meses en México y en otros países nos indica que es posible sortear estos obstáculos.

 

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