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19 Marzo 2024, Puebla, México.

Alfonso Vélez Pliego hoy / Carlos Figueroa Ibarra

Universidades | Opinión | 12.OCT.2021

Alfonso Vélez Pliego hoy / Carlos Figueroa Ibarra

Cuando estas líneas sean publicadas estaremos por rendir un homenaje Alfonso Vélez Pliego en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP. Será el martes 12 de octubre a las 12 del día y el acto conmemorativo se realizará de manera híbrida en la Casa del Libro “Gilberto Bosques Saldívar” y se difundirá a través de la página https://www.facebook.com/icsyh. El evento se aprovechará para entregarle un pin de oro como homenaje al Profesor Emérito de la BUAP e investigador del instituto Dr. Pedro Hernández Ornelas. Estarán presentes en el homenaje a Alfonso, el Arquitecto Ambrosio Guzmán quien fuera amigo de Alfonso y copartícipe con él en la labor que hizo de rescate del patrimonio cultural de la ciudad de Puebla por parte de la universidad. También harán semblanzas de Vélez Pliego los Doctores Ricardo Moreno Botello y Francisco Vélez Pliego, compañeros de gestas universitarias del Director Fundador del ICSyH-AVP.

Fue Alfonso Vélez Pliego un personaje notable en la historia de la UAP después llamada BUAP. Nacido en el seno de una familia encabezada por don Alfonso Vélez López, quien fuera prominente figura desde la época avilacamachista y secretario General de Gobierno durante la gestión de Fausto M. Ortega (1957-1963). Muy pronto el segundo de los nueve hermanos dio muestras que se encaminaba en un sendero distinto al de su padre. No cabe duda que en ello influyeron el impacto en América Latina de la revolución cubana, las luchas estudiantiles por la reforma universitaria y también las luchas sociales que se observaron en la Puebla de la década de los sesenta del siglo XX. Proviniendo de la familia en la que había nacido, lo esperable hubiese sido que el joven Alfonso se hubiera encaminado por el sendero de la vida política tal como se estilaba en el México de aquella época: con un partido hegemónico que se confundía con el Estado y que era la vía para el ascenso político y social de todos aquellos hombres y mujeres que querían labrarse un futuro en el terreno de la política.

Alfonso Vélez Pliego escogió otro camino. Terminó sus estudios de Derecho pero lo que realmente le apasionó y en la que se tituló fue la carrera de Historia y el campo de las Ciencias Sociales. Con ello dejaba el sendero del joven abogado que se insertaría en la administración pública y haría carrera política en el partido dominante. En lugar de ello, se encaminó por la senda del universitario que se involucraría en la lucha contra el autoritarismo que representaba dicho partido. Se unió a la generación de jóvenes que harían de la UAP un centro de resistencia contra el oscurantismo clerical y contra el autoritarismo priísta. Aquellos jóvenes tenían ya figuras señeras de esa lucha en el liderazgo del Ing. Luis Rivera Terrazas y en figuras prominentes como el Químico Sergio Flores y el también Químico Jaime Kravzov Jinich. De ellos aprendió que la militancia política muy bien se podía combinar con la excelencia académica. Muy pronto fueron evidentes las dotes intelectuales y el capital social del joven Vélez Pliego, por lo que su ingreso al Partido Comunista Mexicano fue sucedido por una rápida carrera que lo llevó a ser su secretario General del Comité Regional Puebla-Tlaxcala.

Fueron los años setenta del siglo pasado intensos y duros para la Universidad Autónoma de Puebla. La lucha por la reforma universitaria, por una universidad crítica, democrática y popular, la presencia importante del PCM en esa lucha, desató el anticomunismo expresado en la universidad con el surgimiento del Frente Unido Anticomunista (FUA) y con una campaña liderada por la jerarquía eclesiástica local con el lema de “Cristianismo Sí, Comunismo No”. La violencia se desató y cobró víctimas entre los universitarios que luchaban por un ambiente académico libre de sombras y una vida política democrática. Los más notables de ellos fueron como se sabe Alfonso CalderónEnrique Cabrera Barroso y Joel Arriaga. Pero no fueron los únicos y el propio Alfonso sufrió esas agresiones como lo fue el atentado terrorista contra su casa.

Fue Alfonso Vélez Pliego un convencido de las bondades de la autonomía universitaria. De esa autonomía que es el imprescindible espacio para el florecimiento científico y cultural de cualquier universidad. Por ello la defendió aún en contra de su propio partido como empezó a observarse en un abigarrado proceso que culminaría con su elección como Rector en 1981. Seis años fue rector de la UAP Alfonso Vélez Pliego en los cuales la universidad mostró un equilibrio entre la preservación de la academia y la continuación del compromiso social que la había caracterizado en la década precedente. En el contexto del Programa de la Universidad Crítica, Democrática y Popular iniciado en 1971-1972, nuestra casa de estudios abrió brecha en relación a acciones de rescatepreservación y difusión del patrimonio cultural universitario y de la ciudad de Puebla. Este programa fue ampliado y profundizado durante el Rectorado 1981-1987, período en el cual se adquirieron 15 de los 46 inmuebles que tiene la institución en el centro histórico, razón por la cual se le otorgó en 1986 el premio Francisco de la Maza. Alfonso fue además el principal inspirador de la Ley de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla promulgada en 1991.

En el contexto del cambio de época observado con el derrumbe soviético y el auge neoliberal, Alfonso Vélez Pliego no renegó nunca de los ideales que había abrazado desde joven. Recuerdo muy bien cómo en uno de los pasillos del Edificio Carolino, me comentó un artículo de Adolfo Sánchez Vázquez publicado en la revista Dialéctica en el contexto del fin de la Guerra Fría. En dicho artículo el gran filósofo marxista decía que la gran paradoja de este tiempo era que nunca antes la humanidad había estado tan necesitada del socialismo y nunca había estado tan lejos de él. Y luego, en el contexto de un convivio fuera del ámbito universitario me dijo “llevaré siempre grabados en mi corazón la hoz y el martillo”. Por ello mismo, en un momento en el que el neoliberalismo estaba tratando de enterrar el pasado del movimiento de la reforma universitaria describiéndolo como una época de caos, Alfonso Vélez Pliego siempre reivindicó ese movimiento de reforma universitaria y las luchas universitarias de los años sesenta y setenta del siglo XX. En su convencida opinión tales movimientos y luchas no podían desvincularse de la importancia académica nacional e internacional que después tuvo y hoy tiene la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Por todo ello considero que Alfonso Vélez Pliego no es una figura universitaria del pasado, como tampoco lo son los otros grandes personajes universitarios en los cuales él se inspiró. En los dieciséis años que tuve trato con él, pude advertir a un político y a un académico que no tomaba como personales las controversias y los ataques, que tenía una enorme inteligencia e intuición para captar el momento político, las alianzas y las metas que podían conseguirse, que estaba convencido de la necesidad de la pluralidad, la democracia, la tolerancia y la negociación, que pensaba a la universidad como un espacio para el saber y el humanismo. He aquí pues, la actualidad de la figura de Alfonso Vélez Pliego.