Gobierno /Sociedad | Investigación | 21.ABR.2022
Puebla: lo que la policía no te cuenta sobre las drogas / ManatíMX
Una investigación de manatí.mx
Mundo Nuestro. Esta investigación fue realizada por el equipo de reporteros de la revista digital ManatíMX, y es un buen ejemplo para exponer la calidad del periodismo crítico que se realiza en Puebla.
Miles de personas han sido detenidas por posesión simple de sustancias psicoactivas en Puebla. Pero los comunicados que emite la policía cada día ocultan, en realidad, una estrategia de criminalización contra hombres jóvenes de colonias marginadas, sólo para simular el éxito contra las drogas.
POR MARIO GALEANA, GUADALUPE JUÁREZ y CARLOS GALEANA (ManatíMX)
A Arte* lo detuvo la policía estatal una mañana de enero de 2021 en el fraccionamiento Los Héroes, al sur de la ciudad de Puebla. Arte es productor de música y esa mañana llevaba una pipa con dos o tres gramos de cannabis porque quería fumar antes del desayuno. Pero cuando los policías lo consignaron, Arte pasó a convertirse ante el ministerio público en “El Espiralia”, un cibernarcotraficante que vendía droga por redes sociales y que portaba 15 dosis de cristal y 10 cuadros de LSD al momento de su detención.
Una fotografía de Arte con el rostro difuminado se publicó en por lo menos 13 medios de comunicación, que reprodujeron de forma íntegra un comunicado emitido por la policía. El cibernarco —decían— había sido localizado gracias a “labores de inteligencia”.
En todo ese año, la Secretaría de Seguridad Pública detuvo en la ciudad de Puebla a 256 personas por delitos contra la salud. En los comunicados que emitió por cada una de esas detenciones, la policía estatal dijo que el 80% estaban vinculados con grupos delictivos o eran considerados vendedores y distribuidores de droga. Así como ocurrió con Arte. Y así como ocurrió después con Fritz*, y con Leslie, y con otros nombres arrojados a las páginas de la nota roja.
En todo ese año, la Secretaría de Seguridad Pública detuvo en la ciudad de Puebla a 256 personas por delitos contra la salud. En los comunicados que emitió por cada una de esas detenciones, la policía estatal dijo que el 80% estaban vinculados con grupos delictivos o eran considerados vendedores y distribuidores de droga. Así como ocurrió con Arte. Y así como ocurrió después con Fritz*, y con Leslie, y con otros nombres arrojados a las páginas de la nota roja.
Porque entre esos comunicados plagados de alias, rostros anónimos y nombres de supuestos grupos criminales, se oculta un modus operandi extendido entre policías y ministerios públicos. Una estrategia de criminalización que ha alcanzado por igual a personas usuarias y no usuarias de sustancias psicoactivas.
Una política que no distingue entre colores de partidos y que se ha utilizado para detener a personas jóvenes, sobre todo hombres en sus veintes, procedentes de colonias marginadas por la falta de oportunidades. Hombres a los que se puede sembrar sustancias, armas o alias, sólo para engrosar estadísticas, informes y, sobre todo, una narrativa: la supuesta guerra contra las drogas.
Las policías municipal y estatal y los agentes de la fiscalía local de Puebla han detenido a miles de personas en los últimos años por delitos contra la salud y narcomenudeo.