Volkswagen: instantáneas de una probable nueva derrota del trabajo en Puebla / Sergio Mastretta

   “Volkswagen es la isla de la fantasía, mano –dice el de cigüeñales-, los que están dentro se quieren salir y los que están afuera nomás piensan en entrar.”

Instantáneas del verano en Volkswagen para intentar comprender el futuro incierto de la formación socio-ambiental que llamamos Ciudad de Puebla, atada como está irremediablemente a la existencia de la trasnacional alemana.

Agosto ha sido desde hace años el tiempo en el que se negocian contrato y salarios en la planta de Cuautlancingo. De cuando en cuando se estira la cuerda –como ahora para este próximo miércoles 31--, y la palabra huelga brota a regañadientes de los columnistas y la frase se pone en riesgo la existencia de miles de fuentes de trabajo aparece sin freno en las notas periodísticas. Normalmente no ocurre mayor cosa, un nuevo acuerdo contractual y un porcentaje de un diminuto dígito se firma y el tema dependencia estructural de la economía poblana a la industria automotriz se olvida hasta el siguiente verano.

Pero de cuando en cuando ocurre algo. De repente, y contra todas las estimaciones, se produce una rebelión. En 1972, en 1986, en 1992, en el 2000. Y los obreros votan no. Y estalla el conflicto. Cuando ha sido necesario es la propia empresa la que provoca el paro obligada por un exceso de stock o ha decidido empezar de cero el contrato colectivo, y entonces la huelga puede durar semanas, y cuando los obreros se brincan la cerca la autoridad tiene que intervenir a golpe de granaderos y Secretaria del Trabajo, como cuando se exterminó de tajo el contrato laboral en la coyuntura histórica de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Y si de paros se trata, son a conveniencia de la empresa para ajustar sus procesos productivos, como ha sido recurrente en los tiempos de la pandemia y la guerra de Ucrania por la crisis de componentes.

Sigo la pista a lo que sucede en Volkswagen desde 1986. El hermetismo es la consigna. Y sé que cuando apenas alcanzamos a preguntar qué ocurre los funcionarios alemanes ya fueron y vinieron veinte veces en defensa de sus intereses. El  lado poblano de la conversación, la de un gobierno con una mirada estratégica de lo que ocurre en el mundo, no mira más lejos del “no pongamos en riesgo los puestos de trabajo”. Pienso en ello y confirmo que, como ha sido siempre desde 1964, la presencia de la empresa alemana en Puebla se explica fundamentalmente en la precariedad salarial y en la explotación de la fuerza de trabajo. Y que muy poco sabemos ahora mismo de lo que pasa por la cabeza de los trabajadores y de lo que ocurre dentro de la planta ahora que han votado no al aumento propuesto por la dupla Sindicato-Empresa, como ocurrió el pasado 5 de agosto.

 

Más de 58 mil personas trabajan en Puebla en la industria automotriz. (Sintonía-UPAEP) Otras 14 mil en el cercano entorno tlaxcalteca. De todas ellas, 12 mil pasan sus días dentro de la planta en la autopista. 6,867 están dados de alta en el Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen.

 

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El día 3 de agosto, la corporación trasnacional anuncia una inversión de más de mil millones de dólares –similar, dicen, a la que dispuso para la implantación de AUDI en San José Chiapa en el 2012-2016—, para producir autos eléctricos en la planta de Cuautlancingo en los próximos años. La información no va más lejos. Difícil saber si lo dicho forma parte de la estrategia NEW AUTO que se propone una corporación que tuvo ingresos en el 2021 por 250 mil millones de euros, duplicó sus beneficios en 20 mil millones de euros, tiene un flujo de efectivo neto de la división automotriz de 15,500 millones de euros y ha recuperado la rentabilidad en los mercados de Canadá, Estados Unidos y México. Es la apuesta hacia la total movilidad elécrica en el mundo. “El portafolio de modelos actualizado de cinco SUVs, incluido el ID.4 totalmente eléctrico – ha dicho en marzo pasado el CEO Herbert Diess sobre lo ocurrido en el último año en Norteamérica para Volkswagen Group--, fue bien recibido. Estos modelos representaron más del 75 por ciento de las ventas en Estados Unidos con 375,030 unidades.” Y para confirmarlo, por lo pronto en el 2021 se vendieron 450 mil vehículos eléctricos de batería (BEVs), prácticamente el doble que en el 2020.

Volkswagen Trinity El grupo Volkswagen —que también es dueño de las marcas Audi y Porsche, Seat, Bentley— emplea a unos 286,000 trabajadores en Alemania, 120 mil de ellos sindicalizados, y a unos 350,000 en otros países.

Leo en el mismo comunicado del 15 de marzo pasado sus planes para la planta en Wolfsburg:

“Trinity, el primer modelo de la marca Volkswagen basado en la SSP (Scalable Systems Platform) se producirá en una nueva fábrica optimizada para procesos de 2,000 millones de euros cerca de la sede principal. Utilizará los métodos de producción más innovadores y tendrá una huella neta neutra de CO2. Así, se convertirá en un modelo para la conversión gradual de la producción en la planta principal de Wolfsburg y en el resto de las plantas de Volkswagen.”

Así que 2,000 millones de euros para la planta en Alemania. No está nada mal entonces el anuncio de los mil millones de dólares para la planta poblana. La pone sin duda en la ruta correcta de la planeación estratégica de la corporación alemana.

Por lo pronto el gobernador Miguel Barbosa está feliz: “Es una inversión muy grande –afirma en su mañanera del 4 de agosto--, mayor que la representó la instalación de Audi acá en nuestro estado y se consolida la VW con la seguridad que otorga a sus trabajadores”.

Del trabajo hay que hablar entonces.

 

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El 5 de agosto el personal sindicalizado de Volkswagen de México rechaza la oferta salarial del 11 por ciento con 2 mil 586 votos en contra y  2 mil 248 a favor, en una jornada de votación en la que participan 4 mil 835 trabajadores, de una plantilla de 6 mil 867 trabajadores. Un número superior al 70 por ciento del universo de trabajadores sindicalizados. Ya la quisiéramos para una jornada electoral.

 

El comunicado del sindicato. El rechazo, ¿cómo explicarlo?

 

A la vista del nuevo recuento ordenado por la Secretaría del Trabajo para el día 31 de agosto, una nueva instantánea me la ofrece un amigo trabajador sindicalizado con un puesto de mantenimiento Categoría R, la más alta en el escalafón de la planta de Volkswagen: “Mi salario diario, con prestaciones, es de unos 1,200 pesos diarios. El salario del trabajador de una empresa proveedora ahí mismo dentro de la panta, por ejemplo, de SEGLO, es de 1,200 pesos a la semana.”

Una diferencia de 6 a 1.

 

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Encuentro la oferta de contratación abierta ahora mismo para trabajadores en la planta de Volkswagen en Chattanooga, en Tennessee, Estados Unidos, con un salario de arranque de 24.40 dólares la hora, 488 pesos mexicanos al precio de hoy sábado 27 de agosto. 3,904 pesos diarios.

Una diferencia de 4 a 1 respecto de los sindicalizados en Cuautlancingo.

Una diferencia de 19 a 1 respecto de los trabajadores no sindicalizados de la planta poblana.

Ya en esa pista, no es difícil averiguar el costo de la mano de obra en Alemania. El salario promedio mensual en ese país es de 4,380 euros, unos 87,600 pesos mexicanos. Más o menos la misma diferencia de 19 a 1 respecto del salario de un trabajador no sindicalizado que trabaja dentro de la planta de Volkswagen en Puebla.

 

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Lo previsible, las reacciones de los actores empresa, sindicato, gobierno y empresarios, que se reducen a una: “El rechazo pone en riesgo la existencia de la planta en Puebla.”

Lo que dice la empresa: “Se pone en riesgo el bienestar de 12 mil familias. No pongamos en riesgo la consolidación de nuestro futuro común. Hacemos un llamado a todo nuestro personal para proteger lo que juntos hemos construido con tanto esfuerzo... de manera muy especial al grupo que votó en contra del acuerdo. Pedimos a las autoridad que brinde su apoyo, que permita privilegiar un proceso con base en la razón.”

Lo que dice el sindicato: Su Secretario General, José Juan Hernández López: “Siempre vamos a ser respetuosos de la voluntad de los compañeros y se actuará con transparencia. Hoy puedo asegurar a los compañeros que vienen tiempos mejores. La inversión que la empresa anunció, eso es bueno porque genera estabilidad en los empleos existentes y vamos a gestionar nuevas contrataciones.”

La postura del gobernador Miguel Barbosa: “El sindicato de Volkswagen debería cuidar su fuente de trabajo, pues los trabajadores de por sí son los mejores pagados del país, por lo que deben aceptar el alza salarial que ofreció la empresa. Recapaciten, cuiden su trabajo, cuiden la fuente de su trabajo.”

Lo que dicen los empresarios: El Consejo Coordinador Empresarial, por la vía de Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco, su presidente en Puebla, afirma que “los trabajadores ya tienen muchas prestaciones, lo que pretenden es muy ambicioso, tienen que ponerse en el lugar de la empresa, aquí lo importante es que sigan con sus empleos, tienen que cuidar a la empresa. Desgraciadamente la gente no piensa que el esfuerzo que hacen los empresarios, en este caso, los dueños de Volkswagen internacional, que las inversiones que se hacen no creas que salen de las ganancias, sino que salen de créditos mundiales, donde ellos hacen un esfuerzo de proveedores para poder incrementar las líneas de producción y generar más empleo, no es tanto de que la empresa esté ganando ese dinero y de ahí lo están pagando, yo creo que así es y así pasa en la mayoría de las empresas, es un esfuerzo por seguir creciendo, pero no es dinero de nuestros bolsillos en la mayoría de los casos.”

Luis Espinosa Rueda, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) Puebla, asegura que “el rechazo a la propuesta de aumento salarial es mala señal, se trata de intereses particulares y turbios. Es una muy mala señal, bueno no está todo dicho, ojalá lleguen a un buen acuerdo, entren en razón y que sigan apostando por tener una buena empresa que les paga, que va para largo. Estas actitudes de estos grupos dañen no solamente a Volkswagen Puebla, sino a toda la industria.”

 

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Más previsible la postura del gobierno federal, por la vía de la Secretaría del Trabajo, que saca de la manga un nuevo recuento para el día 31 de agosto. “Se ordena la realización de una nueva consulta en términos del artículo 34 inciso b) del Protocolo en la materia, lo anterior, con la finalidad de que participen más trabajadores en el ejercicio de consulta y se obtenga su apoyo mayoritario para la aprobación o no del convenio de revisión”.

Si eso aplicara en los procesos electorales que han  llevado a los gobernadores poblanos al poder, no habría elección que no se repitiera.

El asesor jurídico Arturo Blázquez afirma que hay dos escenarios: “El primer escenario: estalla la huelga, la producción en VW Puebla se para, el movimiento será sometido a validación por el Tribunal Laboral, este lo declara legítimo y se tendría que llegar a una nueva negociación con Volkswagen. En el segundo escenario: La huelga estalla, pero es declarada inexistente por carecer de elementos, entonces los trabajadores perderían el acuerdo salarial del 11 por ciento y no obtendrían ninguno.”

 

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¿Cómo explicar el voto de rechazo? La prensa no va más allá de las declaraciones presentadas arriba. Por ningún lado aparece la opinión de los trabajadores que rechazaron el aumento en la votación del 5 de agosto. ¿El rechazo es el resultado de la acción de un grupo organizado dentro de la empresa? Ese no parece ser de interés en la prensa local.

 

Encuentro un solo comentario que explica el rechazo. En el medio La Izquierda, firmado con el anónimo Obreros Críticos, y probablemente escrito por un sindicalista en Volkswagen despedido hace un tiempo, se afirma: “El aumento propuesto fue de 11% global y 9% al salario. Este fue rechazado en las urnas por miles de trabajadores que consideran que su trabajo vale más que ese porcentaje. Este porcentaje que aparenta parecer como alto, en realidad se trata de apenas un 0.5% debido a la enorme inflación que está afectando al mundo entero y que en México ya va por el 8.5% aumentando el costo de la vida drásticamente.”

Y ofrece dos ideas que ayudan a entender lo ocurrido. La responsabilidad del sindicato: “Uno de los errores es no hacer partícipe de la vida político/ sindical a los agremiados, no tener una escuela de cuadros, ni politizar de fondo a la base trabajadora, hoy se ven los resultados.”

También señala la responsabilidad de la empresa: “VW también tiene su parte, ya que se beneficia de alejar a los obreros de la vida político/ sindical y ha generado hartazgo, pues años de abusos, malos tratos, sometimiento con sus vaivenes, siempre buscó la forma de algún modo para que el comité en turno, se sometiera a sus intereses.”

 

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Boletín Informativo del sindicato con fecha 21 de julio de 2022.

 

Tengo a la vista la relación de salarios y categorías en la planta de Volkswagen. Las preguntas que surgen son elementales:

¿Cuál es la relación entre las 22 categorías y el número de trabajadores existentes para cada una? Es decir, ¿cuánto cuesta realmente la mano de obra en Volkswagen?

Y más, según la lista de resultados de la votación, que precisa el número de sindicalizados en 6,867, y si se atiende a la declaración de la empresa en el sentido de que está en riesgo el bienestar de doce mil familias en Volkswagen, deben existir al menos cinco mil trabajadores más dentro de la planta que no forman parte del grupo sindicalizado. ¿Son los trabajadores de confianza? ¿Son los trabajadores de las empresas proveedoras y que trabajan dentro de la planta bajo el esquema del outsourcing?

 

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En el portal Glassdoor cualquiera puede subir el salario que percibe y en la empresa para la que trabaje en el mundo. 761 empleados de Volkswagen en Puebla han compartido su sueldo en Glassdoor en un listado del día 24 de agosto pasado.

De ahí tomo la siguiente lista de los veinte sueldos con menos ingresos en la planta de Cuautlancingo:

 

                                                               

Puesto	Ingreso mensual
Practicante de Ingeniería	$     826
Talento Joven	$ 5,000
Auxiliar Desarrollo Técnico (Practicante)	$ 5,000
Técnico automotriz (Contratista)	$ 6,000
Obrero general	$ 6,000
Lavador	$ 6,000
Operador de máquina	$ 6,000
Técnico Seguridad e Higiene	$ 7,000
Auxiliar de Enfermería	$ 7,000
Pasante de Ingeniería	$ 8,000
Seguridad (Contratista)	$ 8,000
Recepcionista	$ 8,000
Estudiante de Posgrado	$ 8,000
Obrero (Contratista)	$ 9,000
Auxiliar Administrativo	$ 9,000
Mecánico de Mantenimiento	$  9,000
Especialista en Seguridad Privada	$  9,000
Seguridad	$ 10,000
Ingeniero Mecatrónico	$ 10,000
Técnico Superior	$ 11,000
Hojalatero (Contratista)	$ 11,000
Operativo (Contratista)	$ 12,000
Ingeniero Electricista (Contratista)	$ 11,000
Ingeniero Automotriz (Contratista)	$ 12,000
Business Development	$ 12,000
Técnico en Refrigeración (Contratista)	$ 12,000
Ingeniero Mecánico (Contratista)	$ 12,000
Durability Driver	$ 13,000

Analista Financiero (Contratista)	$ 13,000
Ingeniero Eléctrico y Electrónico	$ 13,000
Ingeniero en Soldadura (Contratista)	$ 13,000
Matricero (Contratista)	$ 13,000
Asistente Ejecutivo	$ 13,000
Consultor CRM (Contratista)	$ 13,000

 

 

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Busco el costo de la mano de obra en alguna de las empresas de autopartes que existen en el clúster automotriz de Puebla y Tlaxcala. Encuentro en Huejotzingo una empresa de origen alemán DRÄXLMAIER Group. El resultado no es muy alentador para quien quiera trabajar como obrero ahí. Ninguno de los puestos de trabajo en líneas de producción alcanza los 5 mil pesos mensuales.

 

 

 

Dice de sí misma esta proveedora de arneses eléctricos para la industria automotriz:

“En México, el crecimiento es constante: Lo que inició con 950 empleados se convirtió en más de 18 mil asociados DRÄXLMAIER en el país. Ahora, las plantas ubicadas en México pertenecen a una red internacional de más de 60 locaciones ubicadas en todo el mundo.”

Busco un ejemplo más, también en el tema de los arneses que ocupa Vokswagen en sus procesos y que dejó de realizar en su planta de Cuautlancigo, Fujikura Automotive, instalada al día de hoy en el antiguo camino a la Resurrección.

 

Fujikura Automotive paga 1,044 pesos a la semana a sus trabajadoras.

Estos arneses se producían antes dentro de la planta de Volkswagen. Fue una de las empresas que formaron parte del proceso de fractalización del trabajo que la empresa alemana realizó en los primeros años de la década de los noventa. Siemens primero, Alcoa Fujikura, después, DRÄXLMAIER y Fujikura Automotive ahora. Ejemplos de los salarios reales en la industria automotriz mexicana.

 

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Mi amigo mecánico de mantenimiento lleva  poco más de treinta años trabajando en la planta. Su testimonio sí que ayuda a entender mucho de lo que ocurre ahí adentro.

“Si tú ves la lista de categorías de salario que publicó el sindicato, la mayor parte de  los compañeros cae en la media tabla, alrededor de los 500 pesos diarios. Pero eso es para los sindicalizados, no para los proveedores, esos no pasan de los 200 pesos diarios. Y son un resto, ahí están todos los que trabajan en logística, en mantenimiento, en almacén, en limpieza, en comedores, seguridad, todos ellos trabajan outsourcing para un titipuchal de empresas como SEGLO, SERVINSA, DHL, CC. Bueno, ya hasta hay dos OXXO y un Farmatodo dentro de la planta. La realidad es que en Volkswagen pocos ganamos bien y muchos ganan poco. Yo sé que mis prestaciones son a costa del mal pago a los proveedores, pero no hay de otra para que la empresa sea competitiva contra las otras armadoras. Y eso ha ocurrido poco a poco en los últimos treinta años. Antes en Planta había más de quince mil sindicalizados, todo se hacía ahí adentro. Ahora han desaparecido líneas enteras, como todo el Frontdent que es la defensa completita, toda llega de fuera, igual que los motores, las bielas, los cigüeñales, los arneses, los tanques de gasolina. Antes todo se fundía en planta, y ya ves, se llevaron los motores a Silao, y ahí trabajan al 6por 1, seis días por uno de descanso y están en manos de la CTM. Desaparecieron los maquinados. Así que hoy en planta sólo encuentras montaje, todo llega de fuera, aquí sólo se ensambla.  Así vemos cómo de un día para otro desaparecen líneas enteras, en un fin de semana y ya aparecen a lo mejor en Huejotzingo. Por ejemplo, lo que llamamos pierna, los resortes y amortiguadores. Y sigue pasando, de un día para otro cambian todo, la razón social, encuentras a las mimas personas nada más que con otro color de bata y otro logotipo, para que nadie pueda crear derechos como los que estamos sindicalizados. Todo eso lo ha permitido el sindicato y nadie decimos nada. Jamás vas a ver que se haga justicia porque a los primeros que no nos conviene es a nosotros, los trabajadores de planta.”

 

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Movilidad eléctrica total es la apuesta de Volkswagen Group.

Ausencia total de pensamiento estratégico en la sociedad poblana. Inercia llana y vil de la dependencia.

Ahí está metida ya la planta poblana. Fractalización y outsourcing en México y en China. Una minoría de obreros poblanos con salarios sindicalizados alrededor de seis veces abajo de lo que Volkswagen paga en Estados Unidos y Alemania. Una mayorìa, adentro y afuera de la planta, con salarios 19 veces abajo que los de sus colegas del primer mundo.

El miércoles 31 los trabajadores sindicalizados en Volkswagen tendrán que votar nuevamente si aceptan o no el aumento del 11 por ciento ofrecido en el acuerdo entre el sindicato y la empresa.

Una pregunta simple cierra estas instantáneas: ¿volverá a ser derrotado el trabajo?