Al menos por hoy: ¡Love Wins! / Tuss Fernández

Primero un poco de contexto:

Puebla fue el estado número 19 en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en octubre de 2020 por mandato de la SCJN. Tres años antes, en 2017 el máximo tribunal del país emitió una resolución que declaró inconstitucional parte del Código Civil del Estado que hasta entonces  permitía el matrimonio “entre un sólo hombre y una sola mujer (...) para perpetuar la especie”.

En agosto 2012 el portal Lado B como parte de las celebraciones de su aniversario organizó el primer foro “Matrimonio Igualitario en Puebla” con el fin de abrir la discusión del tema entre autoridades y sociedad civil. En el foro estuvieron presentes entre otros, el abogado Alex Alí Méndez quien fue el primero en obtener tres sentencias de amparo (basado en el derecho a la no discriminación) para conceder matrimonio a parejas del mismo sexo en México en 2010 y con las cuales se inició una estrategia jurídica para lograr la jurisprudencia en todo el país.

En Puebla, organizaciones como El Taller, Vida Plena, México Igualitario y Odesyr entre otras formaron parte de la estrategia jurídica y promovieron una serie de amparos individuales y colectivos, algunos de ellos desechados por la autoridad judicial bajo el absurdo de que las y los promovientes no habían “comprobado su homosexualidad”.

Luego esta historia vital del día de ayer:

Resulta que a las 13hrs estaba yo todo mugroso haciendo una talacha en casa cuando inesperadamente recibí una solicitud para presentarme urgentemente en el registro civil para la casación de un amigo. Y no anduve yo chingue y chingue casi una década con el Matrimonio Igualitario pa que luego nadie se casara así que rápidamente me bañé, me enfundé una camisa y llegué al juzgado a pelearme con los polis porque los novios llegaron tarde y no me los querían dejar pasar, pero no mi cielas, esta boda no se iba a retrasar sólo porque los polis quisieran irse temprano hoy; ¡yo me he esperado años! Aferrado como soy, convencí a las chicas del Registro de atenderlos y supongo que cuando los vieron entrar corriendo y a uno de ellos llegar empapado en sudor, sucumbieron al amor romántico y pues ¡habemus acta de matrimonio!

No me odien pero al menos por hoy: ¡Love Wins!

Pd. La atención en el registro civil la neta fue excepcional y eso me hizo el día.