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1 Mayo 2024, Puebla, México.

Monreal en su laberinto / Carlos Figueroa Ibarra

Política | Opinión | 13.DIC.2022

Monreal en su laberinto / Carlos Figueroa Ibarra

 

El senador tendría que llevar a buen puerto el Plan B pues sigue siendo parte de Morena y de la 4T

 

En estos días Ricardo Monreal enfrentará otro de los momentos complicados a los que sus ambiciones lo han conducido. Tendrá que operar en el Senado la aprobación de la ley de reforma electoral que le ha enviado la Cámara de Diputados, como Plan B dado que no prosperó la reforma constitucional a la cual aspiraba el presidente López Obrador.  Monreal tendría que llevar a buen puerto tal reforma dado que ha dicho que sigue siendo parte de Morena y del proyecto de la 4T. Pero también es obvio que en pos de sus apetitos presidenciales ha estado coqueteando con la oposición de derecha que ha sido clara y tajante en rechazar el referido Plan B. ¿Qué hará Monreal? No se pueden prender velas a dos santos, ni estar con Dios y con el Diablo.

 

Considero a Ricardo Monreal, uno de los políticos más talentosos y avezados que hoy existen en el país. Experimentado negociador, cerebral en sus cálculos, articulador de acuerdos y alianzas, Monreal es indudablemente notable. Pero en la actualidad, el líder de la bancada de Morena en el Senado experimenta uno de sus momentos más complicados. Hoy por hoy se encuentra en tierra de nadie. En Morena y en las filas del más amplio movimiento de la 4T encuentra un enconado y amplio repudio. Esto se vio en la marcha del 27 de noviembre en la cual muchos de los manifestantes no escatimaron gritos de indignación y rechazo contra él. No la hubiera pasado bien si finalmente hubiese decidido   participar en la magna manifestación del último domingo de noviembre de 2022. Fue abucheado sonoramente en un evento político en Pachuca.

 

Advierto en Monreal una falencia notable que lo está llevando al fracaso. Esta es su ambición desmesurada por el poder la cual lo ha llevado por senderos equivocados que han dañado severamente su imagen. Se le califica de oportunista, inescrupuloso y hasta de traidor.  Desde muy temprano, poco tiempo después del fraude de 2006 si mal no recuerdo, Monreal manifestó su deseo de ser Presidente de México. Tal deseo lo expresó brevemente para después callarlo durante un buen tiempo.

 

Después del fraude de 2012, Monreal empezó a pavimentar el camino que se ha trazado. Fue diputado federal entre 2012 y 2015 y jefe de la entonces Delegación Cuauhtémoc entre 2015 y 2017. Allí comenzó su trastabilleo, al cuestionar la encuesta que favoreció a Claudia Sheinbaum para ser la candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por Morena y sus aliados. Comenzó abiertamente a coquetear con la oposición de derecha con el ánimo de ser su candidato para dicho puesto, pero era tarde pues tanto la coalición encabezada por el PAN como el PRI ya tenían sus candidatos.

En esa ocasión, Monreal pudo encontrar el camino de regreso a Morena, porque López Obrador necesitaba la unidad para asegurar el triunfo. Después de hacerlo, sufrir un rato, le tendió un puente ofreciéndole una senaduría y la jefatura de bancada en el Senado. Pero Monreal consolidó su imagen priista en las filas de Morena, como alguien interesado sobre todo en sus ambiciones personales y capaz de conciliar con la derecha.

 

La necesidad apremiante del triunfo en 2018, favoreció que a Monreal le resultara estirar la cuerda. Fue colocado en una pasarela en donde ahora sus ambiciones fueron puestas en la candidatura presidencial de 2024. Nuevamente trastabilleó al apoyar de manera vergonzante a la candidatura panista a la delegación que había gobernado provocando la derrota de Morena y sus aliados. Esto le ha provocado el escenario que le es ahora sumamente adverso: perdió la gracia del Presidente de México y líder moral de la 4T.

 

Andrés Manuel lo mencionó solamente una vez junto a Gerardo Fernández Noroña, como uno de los cinco precandidatos de la 4T. Esto sucedió, cuando lo vio operar para la reforma constitucional que amplía hasta 2028 la participación de las fuerzas armadas en la lucha contra la delincuencia.

 

Pero Andrés Manuel ya había perdido la confianza en él. Y lo que ha hecho Monreal en el mes de noviembre, lo termina de dejar fuera  del favor presidencial. Peor aún, le ha consolidado el repudio de la inmensa mayoría de las bases de la 4T. Monreal en los hechos está fuera de Morena quejándose de los ataques constantes que recibe, pidiendo piso parejo, retomando el discurso de la derecha con respecto a la polarización que provoca AMLO, por tanto, declarándose adalid de “la reconciliación”.

 

En la primera semana de noviembre en una conferencia de prensa en el Senado, Monreal cantó la canción “Diciembre me gustó para que te vayas”. Su ambigüedad con respecto a la reforma electoral que propugna López Obrador y su boicot a la lucha contra el glifosato, provocó una revuelta contra él de al menos la mitad de los senadores de Morena y sus aliados. Monreal terminó yéndose a la reunión interparlamentaria en España, la cual  usó como excusa para no ir a la marcha del 27 de noviembre.

 

En Madrid apareció con Santiago Creel y Gabriel Mancera y otros distinguidos integrantes de la oposición de derecha, anunciando que a su regreso a México iniciaría con Creel una gira por el país con la bandera de la reconciliación. ¿Creía Monreal que eso le abriría las puertas de la coalición de la derecha para una candidatura aunque fuera la de la jefatura de la Ciudad de México? El hecho cierto es que días después Creel dejó en claro que una cosa es la gira por la reconciliación y otra son las candidaturas de la alianza de la derecha.

 

Monreal se encuentra en un laberinto. Difícilmente podrá optar por una candidatura  por Morena y sus aliados. Y la coalición conservadora tampoco está muy entusiasmada en apoyarlo. Se está quedando como el perro de las dos tortas, para decirlo coloquialmente. Acaso por ello haya emitido una declaración en video diciendo que no se va de Morena. Tal vez piense que como en 2018, todavía hay camino de regreso a Morena. Es muy probable que no sea así. Depende de cuan holgado se vea el triunfo de Morena en 2024. En una de esas, Monreal ya cruzó el Rubicón.