Senderos / Iván Uriel Atanacio Medellín

Los surcos no se caminan ni se recorren…se labran.

En el surco no hacen ola aguas mansas ni prenden hierbas húmedos maderos; los surcos son laberintos lineales, avenidas sin aceras, camellones sin árboles, alamedas sin estatuas, inconmensurables. Paredes no existen, tampoco manivelas, engaños ni simulaciones. Uno se pierde hasta que la planta desiste la natura, y se hace de mimos para sembrarse. Entonces el surco se muestra como la vida: a fragmentos. Intensos abaten, leves como la anécdota. El sentido del surco es que se da, y en ese darse nos convierte. Los surcos se vuelven el todo, y nosotros los fragmentos. El Surco

El final de un viaje es volver al inicio…

Así como la palabra, cuando se escucha en el silencio.

Y entonces la ausencia de fe hizo palabra, y el silencio de Dios hizo promesa, ríos a manantiales vertieron la tierra, y el espíritu a plenitud, abrazó el alma. La vida es una quimera, el amor, la esperanza. Voy rumbo a El Ítamo a encontrar la planta que lo cura todo, algo ha muerto en mí para que siga vivo. El Ítamo

 Todo ideal proviene de un anhelo, y los anhelos…son los sueños despiertos.

En estos tiempos que la tierra tiembla, la lluvia ahoga y azota el viento, bien vale escucharnos en la voz de la natura, y mirarnos en la otredad que nos confronta, así, desde esa mirada que nos refleja, desde esa mirada que nos conforta, darnos cobijo, regazo y aliento, darnos en un mar de abrazos, a cada momento. El Muro

Un día despertaré con tu nombre en mis labios
Con mi mano peinando, en la lluvia los sueños
Detrás del muro y al muro delante
Los otros mundos, los mundos nuevos
Delante al muro, no basta la ausencia
Detrás del muro, solo basta el amarse

Yo te nombro penumbra de la noche
Solo sombras alucinan la lucerna
Ya te nombra la mar que olas levanta
Las aguas de los ríos que revienta

Ya te nombro bajo el río y sobre el muro
Era el cielo, un futuro de presentes
Un pasado, de futuros...eso era

Yo te nombro sueños de la noche,
Ya te busco entre mares y fronteras
No hay más que estos lazos para asirse
A una imagen tallada en la madera

He de volver algún día
Mis huellas quedarán sobre la arena
Volveré cuando el invierno sea paisaje
Y verano la quimera de tu entrega

He de volver algún día
Eso dijo quien vuelve y no regresa
Es motivo, es razón, la circunstancia
Nadie vuelve…

Si no hay alguien que le espera.