SUSCRIBETE

7 Noviembre 2024, Puebla, México.

A seis años de los terremotos de 2017: la realidad laboral de la restauración / Rutilia Amigón

Gobierno | Investigación | 15.NOV.2023

A seis años de los terremotos de 2017: la realidad laboral de la restauración / Rutilia Amigón

Tercera de 5 partes

Templo de Santa María, en Cohetzala.

 

La mano de obra es otro factor que posiblemente esté influyendo en retrasar el comienzo de los trabajos. Un aspecto que no se consideró en la planeación de esta etapa de intervenciones es el relativo a los usos y costumbres de las comunidades. Octubre y noviembre es temporada de cosechas por lo cual muchas personas de los pueblos no se ocupan en otros trabajos. Las dificultades que enfrentan algunas constructoras para conseguir mano de obra local también exhiben el trato brindado a los trabajadores: largas jornadas, riesgos muy altos, falta de seguridad en el trabajo y sin seguro médico, así como un salario que no responde a esas condiciones. En comunidades de pocos habitantes las condiciones laborales desfavorables se difunden rápidamente.

Por otra parte, difícilmente una constructora tiene el suficiente personal capacitado para atender una obra y menos tres o cuatro a la vez. Por lo general llegan a la comunidad con un maestro albañil con cierta experiencia en la intervención de inmuebles patrimoniales y proceden a contratar a trabajadores locales. Si bien esto representa una oportunidad de empleo para la población, ese personal requiere de capacitación la cual se brinda en la obra. Pero adquirir la destreza necesaria en el costurado o inyección de grietas, por ejemplo, lleva por lo menos un par de meses y el corto lapso acordado para concluir la obra no favorece el aprendizaje. Algunos constructores han optado por traer consigo a trabajadores foráneos que tampoco tienen experiencia en la intervención del patrimonio, aunque se les exige avanzar en tareas en las cuales son neófitos. Es un hecho que la falta de personal con experiencia repercutirá en la calidad de los trabajos y en la respuesta del inmueble ante un nuevo sismo de consideración.

En la Mixteca en 2018 se prestó especial atención en instruir a los trabajadores de varias obras. Se les capacitó en diversas labores propias del ramo y llegaron a ser diestros en todo ello. Ese personal llegó a constituir un patrimonio, forjado en el contexto de la emergencia, que era vital cuidar y arraigar en sus pueblos. Sin embargo, hoy en día es un patrimonio perdido ya que, ante la suspensión de las obras en 2019, se dispersó. Muchos emigraron a los Estados Unidos, en búsqueda de mejores oportunidades, cuando podrían estar encabezando cuadrillas de trabajo en algunas obras.

La supervisión y la residencia de las obras es otro factor por demás preocupante en la Mixteca y otras zonas, por la frecuente ausencia en sitio de un profesional con experiencia en el ramo de la restauración por parte de la empresa, y, por la notoria falta de control por parte de la supervisión de INFRA e INAH al respecto de cómo se están realizando los trabajos en varios lugares. Dos ejemplos bastan:

 

Costado del templo de Santa María, en Cohetzala.

 

En Santa María de la Concepción, en Cohetzala, un templo con cuantiosos daños estructurales severos, el 8 de octubre se halló al personal retirando en el exterior elementos colapsados, que no son producto de los sismos de 2017 sino de eventos anteriores. Otros liberaban materiales en el riesgoso sector del muro testero y en el interior, sin el adecuado apuntalamiento, ni equipo, ni medidas mínimas de protección.

 

Torre del templo de Santiago Jacob, en Mitepec, Jolalpan.

 

En Mitepec: “¡Párale güey, Alejandro dice que se puede coser!” Le gritaba el encargado, la mañana del jueves 19 de octubre, a uno de los albañiles encaramados en lo más alto de una insegura torre de andamios con más de 20 m de altura. Maniobraba a golpe de maceta en el cupulín de la fracturada y riesgosa torre campanario, del templo de Santiago Jacob, en Mitepec, Jolalpan. El oficial había retirado ya una parte del aseguramiento metálico en el último cuerpo de la torre, quizá por eso mientras golpeaba, tuve la sensación que la torre se movía. Antes de los gritos del maestro, se escuchó la caída estruendosa de material. El resto de trabajadores se afanaban en retirar en el interior el apuntalamiento de madera que la Fundación Jenkins donó en 2018. 

 

Talud con falla estructural al oriente del templo de Santa Maria, en Cohetzala.

 

De vuelta al caso de Santa María, Cohetzala, al oriente de su extenso atrio, corre un talud de poco más de 30 m de altura y 70 de desarrollo. El templo se ubica próximo a la cima del talud. Resultaron con afectaciones a causa del sismo no solo el inmueble sino también el terreno. El doctor Efraín Ovando y Shelley (investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM), visitó el sitio el 21 de marzo de 2019 acompañado de los doctores Fernando Peña Mondragón y Marcos Mauricio Chaves Cano (investigadores de ese instituto). A partir de la inspección del lugar y la revisión de algunos estudios el Dr. Ovando concluyó que los agrietamientos en el talud y piso de la capilla abierta, son “…evidencias de que hubo desplazamientos laterales hacia el talud...”  y que este: “…se encuentra técnicamente en un estado de falla o bien en una condición límite de estabilidad. Se recomendó realizar estudios urgentes para valorar la estabilidad del talud y los efectos de eventuales deslizamientos, para definir medidas que lo estabilicen, sobre todo en caso de llevar a cabo la rehabilitación del templo. Se entregaron al INAH las notas técnicas de los mencionados investigadores. Sin embargo, en ninguno de los 68 planos subidos a Compranet en el procedimiento respectivo, se registran acciones para atender la condición del suelo y talud en el atrio de Santa María. Y en un exceso de negligencia, se han iniciado trabajos en el templo ignorando el problema de fondo.

Templo de Santa María, en Cohetzala.

El INAH adjudicó por AD la obra de Santa María de la Concepción, Cohetzala, a Mantenimiento y Espacio S.A. de C.V. mediante el contrato INAH OP RDTSMC 021-1P/2023 – AD, pero la ejecuta Construcciones Terrestres S.A. DE C.V. Lo mismo sucede con el templo de Santiago Jacob, de Mitepec. El INAH adjudicó por AD esa obra a la firma Rovic Construcciones S.A. de C.V. INAH OP ADTSVJ 028-1T/2023 – AD, pero el personal es de M&P Constructores S.A. de C.V. No son los únicos casos en donde los constructores efectúan ese tipo de ajustes entre sí. El CINAHP debe explicar por qué lo permite.

Con respecto a los materiales utilizados, en varios sitios se está procediendo a preparar los morteros empleando cal a solo unos días de haberse apagado, contraviniendo la especificación de emplear cal añeja. Además, hay datos de que en ciertas obras la cal es de dudosa calidad y eso sin duda afectará la calidad de los morteros. Asimismo, tendrá consecuencias el que algunos constructores, sin compromiso con el patrimonio, estén incorporando a las mezclas aditivos químicos para subsanar el uso de cal con tan poco tiempo de hidratación. Es urgente que se revise la calidad y tipo de los materiales y procedimientos constructivos que se están empleando en los trabajos y eso es tarea de la supervisión tanto del CINAHP como de INFRA.