Reconfiguración empresarial en Tehuacán: de obreros a empresarios de marca propia

Hasta la década de los ochenta del siglo pasado, Tehuacán se caracterizaba por un empresariado local arraigado en actividades tradicionales, vinculadas a los recursos naturales, como la industria embotelladora, porcina y avícola. Sin embargo, en la década de los noventa, este escenario experimentó un cambio significativo con la llegada de la industria maquiladora de exportación, que dio lugar a un empresario diversificado, compuesto tanto por sujetos locales como extranjeros, subcontratados para la exportación. En la actualidad, en Tehuacán emerge un nuevo tipo de empresario local, incursionando en eslabones de la cadena productiva del vestido de mayor valor agregado, aspecto que exploraremos a continuación.

Empresario de exportación en Tehuacán

La industria del vestido tehuacanera de los años noventa se convirtió en la más importante del estado. De acuerdo con declaraciones del ayuntamiento municipal, el empleo de la maquila se consideró el más estable, alcanzando una tasa de desempleo del cero por ciento. En este contexto, destaca que el desarrollo de la industria del vestido nacional, bajo un modelo de acumulación neoliberal caracterizado por su fuerte dependencia de empresas transnacionales, estuvo lidereada, principalmente, por familias de procedencia extranjera. En el caso específico de Tehuacán, los primeros empresarios del auge exportador fueron de origen libanés, quienes operaban con un modelo de inversión de capital mixto y producción intrarregional.

También destacaron empresarios locales, dueños de empresas que se encadenaron a las transnacionales a través de prácticas de subcontratación, estos empresarios promovieron una red social de producción regional y local. Los empresarios de los noventa, también llamados empresarios exportadores, fomentaron y fortalecieron vínculos con actores políticos para consolidar la expansión del sector. Una de las principales estrategias de empresarios tanto extranjeros como nacionales ubicados en el municipio se centró en la producción al menor costo posible, situación altamente criticada debido a la cuestión laboral, caracterizada por la explotación y precariedad que desencadenó dicha medida.

Esta estructura empresarial se modificó a principios de siglo. Las diversas crisis económicas (2001 y 2008), la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio y al mercado global de la confección (caracterizada por una producción basada en el menor costo) y la reciente crisis sanitaria, han afectado de manera considerable a la industria del vestido, provocando la salida de capitales extranjeros y la disminución de la producción destinada a la exportación. Con lo cual las grandes maquilas dejaron de ser rentables, obligando a algunas a cerrar operaciones y provocando un aumento significativo del desempleo.

Lo anterior propició dos situaciones. Primero, los empresarios tradicionales de la industria en Tehuacán diversificaron sus actividades económicas. Segundo, este suceso ha dado pauta a la formación de un nuevo empresario tehuacanero; se trata, en su gran mayoría, de sujetos que durante el auge exportador tuvieron relación con la industria ya sea como trabajadores o como revendedores de prendas.

Empresario tehuacanero de marca propia

La idea de establecer un diseño y marca propia surge de la necesidad que tuvieron los trabajadores por buscar un empleo después de la crisis en la industria del vestido, misma que los dejó desempleados. De esta manera, con un conocimiento previo sobre el proceso productivo, operativo y administrativo, los antiguos obreros optaron por establecer su propia empresa, adentrándose en fases productivas de mayor valor agregado.

Las diferencias más notables entre un empresario con marca propia y uno subcontratado para ensamblar prendas de vestir se presentan en aspectos económicos y productivos. En el caso de los primeros empresarios, el margen de ganancia puede llegar hasta $50.00 por prenda, en comparación con los segundos, cuyo margen alcanza los $5.00 por unidad. Además, en la subcontratación, las ordenes de producción son constantes, asegurando el trabajo, mientras que el empresario de marca propia ajusta su producción según la demanda de ventas.

En lo que respecta al ámbito productivo, en el Cuadro 1 se muestran las actividades productivas a cargo del empresario tehuacanero de marca propia. Este proceso productivo abarca diversas fases, que van desde el diseño de moda, patronaje y selección de materias primas, hasta el corte de tela, confección de la prenda, lavado, planchado, empaque, distribución y ventas tanto al por mayor como al por menor.

Asimismo, algunos empresarios tehuacaneros de marca propia han decidido externalizar ciertas etapas productivas. Una parte de empresarios optan por contratar a un centro de diseño para que se encargue del diseño de sus prendas, mientras ellos se encargan de la maquila y venta. Otros empresarios prefieren diseñar internamente, pero subcontratan la maquila. También existen aquellos que externalizan tanto el diseño como la maquila, centrándose exclusivamente en la venta de sus productos.

Esta reconfiguración también se cristaliza en la cultura empresarial, los nuevos empresarios de la industria del vestido en Tehuacán no solo son dueños de los medios de producción, sino que adaptan sus laborales a las necesidades de su empresa. Algunos participan en la cadena del proceso productivo, en la cadena comercial, en el área administrativa o todas estas actividades a la vez.

En este contexto, debe destacarse el hecho de que estos nuevos empresarios se encuentran inmersos en un entorno de precariedad laboral, caracterizado por extensas jornadas de trabajo, mismas que superan las 48 horas a la semana, incluso tienen un horario más amplio que el de los obreros. Dichas jornadas extendidas resultan de la responsabilidad que asumen por acumular capital.  Esta situación de precariedad laboral no es nueva para los empresarios con marca propia pues ya estaban sometidos a ella desde que eran obreros y revendedores.

La reconfiguración empresarial tiene un impacto significativo para Tehuacán. En términos económicos mantienen viva a la industria pilar del municipio, ofreciendo empleo y añadiendo valor agregado a su economía. En el ámbito cultural, se está gestando una cultura empresarial influenciada por los antecedentes de la industria. Esta cultura no solo facilita un mayor acercamiento con empleados y clientes, sino también fortalece los lazos laborales con otros empresarios locales. No obstante, persisten prácticas informales de subcontratación.

Pese a su lucha por mantenerse en el mercado, estos empresarios siguen enfrentándose a diversos retos. El principal de ellos es la escasez de mano de obra. Según el testimonio de los empresarios, la obtención de fuerza laboral se ha vuelto un desafío, en gran medida, debido a la proliferación de micro talleres originada por la subcontratación informal. Estos talleres, al operar en la informalidad y evadir impuestos y contribuciones sociales, tienen la capacidad de ofrecer salarios más altos a los obreros, absorbiendo así una parte significativa de la mano de obra disponible. Esta reproducción de empresas se acentuó en 2019, de acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) se observó un aumento en el número de establecimientos dedicados a la fabricación de prendas de vestir en el municipio, pasando de 347 en marzo a 685 en noviembre, de 2019. Señalando que el 81% de estos establecimientos son micro talleres.

Finalmente, se destaca que transitar de obreros o revendedores a empresarios con marca propia ha significado un proceso de transformación, aprendizaje y resistencia. Ante esta realidad, se hace un llamado a las instituciones correspondientes para la creación de políticas/medidas que fortalezcan a estos empresarios, comprometiéndolos con el bienestar general y estableciendo así las bases para un desarrollo colectivo de Tehuacán.

Referencias

INEGI (2019) Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas. México, INEGI

INEGI (2023) Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte. México, INEGI