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11 Diciembre 2024, Puebla, México.

Río Atoyac y la historia sin fin de la burocracia que lo mata / Sergio Mastretta

Naturaleza y sociedad /Gobierno | Crónica | 10.FEB.2024

Río Atoyac y la historia sin fin de la burocracia que lo mata / Sergio Mastretta

Una historia sin fin

Primero un programa, ahora un comité. Por uvas no paran los políticos a la hora de hablar del Atoyac.

Escribí este párrafo en el 2022:

 "Es una historia sin fin la de la catástrofe del río Atoyac en su cuenca alta. Sin duda entre los tres ríos más contaminados de México, la suya es una realidad preñada de promesas incumplidas por los sucesivos gobiernos de los últimos treinta años y de impunidad sin freno de los actores principales de su contaminación: las industrias y los municipios cuyos desechos encuentran salida en su atormentado cauce."

Pero  los políticos lo han vuelto hacer, ahora con el nombre rimbombante de Comité de Ordenamiento Regional de la Cuenca del Alto Atoyac anunciado por supuesto en un evento en el que se toman la foto los gobernadores en turno en Puebla y Tlaxcala con la secretaria de Medio Ambiente federal María Luisa Albores. Faltaba más.

Para dar una idea de lo que significa este palabrerío, al evento no acuden representantes de los tres principales municipios conurbados de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla, San Andrés y San Pedro Cholula y la propia capital poblana con sus juntas auxiliares, todos ellos expponentes del desorden territorial que explica la catástrofe del río.

Presume la secretaria Albores: "Las acciones en favor del Río Atoyac, como la integración del Comité de Ordenamiento Ecológico de la Región de la Subcuenca del Alto Atoyac, Puebla y Tlaxcala, sienta las bases para las siguientes administraciones, mediante un trabajo en equipo con las autoridades municipales, estatales y la federación a fin de sanear este afluente".

Y la gobernadora tlaxcalteca pontifica: “Poner a salvo nuestros afluentes, garantizar el cuidado y distribución justa del agua, del suelo y los recursos naturales y promover una cultura ambiental, son pasos determinantes para fincar una prosperidad compartida y duradera.”

Y Salomón Céspedes resulta un visionario: "Resulta imperioso proteger nuestros ecosistemas para así procurar la sustentabilidad de los recursos naturales. Al ordenar nuestro entorno ecológico impedimos el saqueo de bosques y de especies endémicas, se regulan las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y de urbanización, además de otorgar mayor seguridad en la tenencia de la tierra."

Por acuerdos no paran estos personajes. Apenas en agosto de 2023 habían presentado el Programa de Ordenamiento Ecológico Regional de la Subcuenca del Alto Atoyac (POERSAA). "Un compromiso para las siguientes generaciones", dijo muy pomposo el gobernador poblano.

La foto de agosto de 2023.

La foto de febrero de 2024

Los tres piensan que no tenemos memoria:

Escribí en el 2022:

Los políticos lo han hecho una vez más. Cambian los gobiernos y los nombres de los funcionarios, pero las fórmulas y las fotografías replican lo sucedido desde hace treinta años. Y de nuevo encuentran un nombre rimbombante para cumplir con el propósito. Ahora lo han denominado Convenio Marco para el Saneamiento del Río Atoyac. Antes encontraron nominaciones similares, por ejemplo, en el 2011 le llamaron “Acuerdo de Coordinación para conjuntar acciones y recursos a fin de continuar con el saneamiento de la Cuenca del Alto Atoyac”, y se tomaron la foto los gobernadores de Puebla y Tlaxcala Rafael Moreno Valle y Mariano González. Y prometieron.

Como el 27 de marzo de 2008 José Luis Luege Tamargo, quien era director general de la Conagua, en representación del presidente Felipe Calderón, al anunciar una inversión de la federación y los gobiernos de Puebla y Tlaxcala por 2 mil 700 millones de pesos para sanear el Atoyac y la presa de Valsequillo. Ahí estuvo para firmar y prometer el gobernador poblano Mario Marín.

O el 25 de abril de 2011, otra vez con José Luis Luege Tamargo para encabezar un nuevo convenio, ahora con los gobernadores de Puebla y Tlaxcala, Rafael Moreno Valle y Mariano González. Reunión en Barranca Honda –justo el sitio de mayor contaminación del río, en los límites entre Puebla y Tlaxcala; el funcionario federal ofreció todo el respaldo económico del gobierno de Felipe Calderón para consolidar los proyectos que emprendan Tlaxcala y Puebla en pro del saneamiento de la cuenca.

Así que la historia sin fin

Esta vez, el lunes 28 de septiembre pasado, han firmado y se han fotografiado los gobernadores de Puebla y Tlaxcala, Miguel Barbosa y Marco Mena, y las funcionarias federales María Luisa Albores (SEMARNAT) y Blanca Jiménes (CONAGUA).Y reprodujeron el boletín de prensa todos los medios: “El convenio sienta las bases para poner fin a un largo proceso de degradación ecológica de la cuenca del río Atoyac…Se construirán diversas obras de drenaje y saneamiento… Y el acuerdo será un modelo de saneamiento que sirva de referencia para el rescate de otros ríos en diversos sitios del país, y para que el marco legal cuide el bienestar de las personas y defienda la vida.”

Y se refieren al hecho de fondo y que obliga a los mandatarios en turno: la recomendación No. 10/2017 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por la violación a los derechos humanos a un medio ambiente sano, saneamiento del agua y acceso a la información sobre la contaminación de los ríos Atoyac y Xochiac, debido a las descargas municipales e industriales, la que tres años después siguen sin cumplir todas y cada una de las autoridades que recibieron la recomendación: las dependencias federales Semarnat y Conagua, en la instrumentación de este convenio participan también la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), los gobiernos de los estados de Puebla y Tlaxcala, así como los municipios colindantes con el río y sus afluentes.

Y no faltan los anuncios: en el municipio de Puebla, la Conagua afirma que ha elaboradp el proyecto ejecutivo para integrar la Manifestación de Impacto Ambiental para 10 kilómetros de colectores y subcolectores; y dice que en Huejotzingo ya construye 60 sistemas de saneamiento no convencionales —con base en biodigestores— y 19 en Tlahuapan.

Sí, es la historia sin fin en la desgracia del río Atoyac.