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28 Septiembre 2024, Puebla, México.

Cuenca Libres-Oriental. Agua, tierra y vida para todos / Gerardo Romero Bartolo

Sociedad civil organizada /Naturaleza y sociedad /Economía | Opinión | 1.MAY.2024

Cuenca Libres-Oriental. Agua, tierra y vida para todos / Gerardo Romero Bartolo

Colectivo Ambiental Diente de León

Mundo Nuestro. El pasado 28 de abril, un grupo de agrupaciones civiles --Colectivo Flores Magòn, Colectivo Semilla y Colectivo Diente de León--, realizaron un Foro para conmemorar el Día Mundial de la Madre Tierra (22 de abril). En este foro se presentó un conjunto de ponencias a cual más importante por la grave problemàtica socioambiental que está atravesando nuestro país y estado. El Foro también fue un espacio de diálogo entre académicos y hombres y mujeres que están en la lucha diaria en defensa de su territorio, su agua, sus recursos naturales y la vida, dándose un diagnóstico importante. Hoy publicamos el primer texto presentado  en el Foro. Queremos aprovechar la ocasión  para agradecerle su participación a todas y todos los participantes y en especial a la Dra. Vania López, Directora del Doctorado en Economía de la BUAP, por su apoyo y solidaridad y por haber aceptado ser la anfitriona de un nuevo Encuentro en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente que se conmemora el 5 de junio de cada año. Finalmente y no menos importante, queremos agradecer a Sergio Mastretta, director de Mundo Nuestro por su apoyo y anuencia por permitirnos difundir los textos presentados en dicho Foro.  ¡Sin Justicia Ambiental, no habrá Justicia Social! (Gerardo Pérez Muñoz).

Cuenca Libres-Oriental. Agua, tierra y vida para todos

Gerardo Romero Bartolo

Gerardo Romero Bartolo es un joven originario de San Salvador el Seco. (Puebla). Nació en 1994 en el seno de una familia campesina. Es geógrafo por la UNAM e integrante del Colectivo Ambiental Diente de León. Ha elaborado diversos materiales audiovisuales (Sierra Norte de Puebla, geografía del despojo) que documentan diferentes resistencias territoriales

La Cuenca Libres-Oriental es un extenso territorio en el que se asientan municipios de Puebla, Tlaxcala y Veracruz. Está rodeada por algunas de las montañas con mayor altitud en México (los Humeros, la sierra de San Antonio, la Malinche, el Pico de Orizaba y el Cofre de Perote). En su interior se encuentran tres hermosos lagos (Totolcingo, el Salado y Tepeyahualco) y diversos cráter-laguna (Alchichica, San Luis Atexcac, La Preciosa, Aljojuca y San Miguel Tecuitlapa). Se trata de una cuenca endorreica; el agua que cae sobre su superficie se infiltra hacia los mantos acuíferos, los cuales constituyen una de sus riquezas naturales estratégicas ya que de ellos depende la vida y la economía de los pueblos de la región.

 

Previo a la Revolución Mexicana, en la región predominaron las haciendas propiedad de nacionales y extranjeros los cuales concentraron la tierra, el agua y el uso de la fuerza de trabajo de miles de peones y familias, quienes se asentaban en pequeños poblados en medio del olvido, la explotación y la humillación neocolonial. Fue justamente el proceso revolucionario el que, a partir de la lucha popular, logró transformar radicalmente la geografía de la Cuenca Libres-Oriental. A partir de la segunda década del siglo XX, miles de hectáreas fueron repartidas entre familias y comunidades de la región; tierras en las que, con el paso de los años, se potenció la milpa y una fuerte economía ligada al campo. Décadas después, la región se colocó como una de las regiones más importantes de Puebla en términos de producción agrícola, especialmente granos básicos. El proceso no fue armonioso por supuesto, ya que predominó un esquema clientelar y corporativo en el acceso de los pueblos a la tierra y el agua. No obstante, el proceso revolucionario brindó mejores condiciones de vida a las familias y comunidades de la región al favorecer su acceso a la tierra, el agua y otros recursos.

 

No obstante, a partir de la imposición del proyecto neoliberal, la región experimentó una reconfiguración territorial basada en el despojo, la concentración y la privatización de la tierra, la cual pasó progresivamente a manos de terratenientes y empresas privadas nacionales y transnacionales. Se trató de una auténtica contrarrevolución de las clases dominantes que se afianzó con la privatización salinista de la propiedad ejidal y la entrada en vigor del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

 

A partir de entonces, y mediante una política estatal de despojo, represión y violencia, una gran superficie territorial de la Cuenca Libres-Oriental fue acaparada por capitales privados. Al mismo tiempo, se promovió una agricultura tóxica que desplazó paulatinamente a la milpa en tanto sistema agrícola milenario y miles de pobladores se vieron forzados a migrar a Estados Unidos. Visto así, el neoliberalismo fue una auténtica contrarrevolución que anuló conquistas populares históricas como la tierra, el agua y la libertad.

 

Tras cuatro décadas de neoliberalismo, las milpas, bosques y solares de la Cuenca Libres-Oriental fueron reemplazados por parques solares como los de la española Iberdrola, granjas porcinas como las de Granjas Carroll (subsidiaria de la estadounidense Smithfield), empresas automotrices como la alemana Audi, cerveceras como la holandesa Heineken, agronegocios como los de la estadounidense Driscoll’s y concesiones mineras como las de la canadiense Almaden Minerals.

 

Figura 1. Industrias asentadas en la Cuenca Libres-Oriental. Autor: Gerardo Romero Bartolo

 

En su conjunto, la industria extractiva se ha constituido como un metabolismo que demanda enormes volúmenes de agua y materias primas, al tiempo que se ha configurado como el principal responsable del acaparamiento, privatización y contaminación del agua superficial, subterránea y atmosférica. Se trata de un proceso de despojo hídrico a los pueblos y campesinos de la zona, quienes no sólo se ven afectados por la exclusión en el acceso al agua subterránea, sino también del agua de lluvia producto del bombardeo sistemático a las nubes por parte de empresas automotrices, agrícolas y agroempresarios.

 

Como resultado del proceso de territorialización del modelo neoliberal, la Cuenca Libres-Oriental es hoy uno de los territorios más devastados a nivel socioambiental y de salud en México. Considérese que la SEMARNAT catalogó en 2019 a la cuenca como un infierno ambiental ya que presenta uno de los escenarios toxicológicos más graves a nivel nacional, producto de contaminantes emitidos por industrias instaladas en la región. Asimismo, en 2021, el CONAHCYT identificó a la cuenca como una Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental, producto de la convergencia extrema de agentes tóxicos y procesos contaminantes. Lo anterior es sumamente preocupante pues a pesar de lo anterior, la devastación hídrica, ambiental y sanitaria es desconocida y permanece oculta, tristemente.

 

A pesar de que la Cuarta Transformación ha logrado poner límites al salvaje proyecto de acumulación neoliberal, en beneficio de las clases obreras y campesinas, es necesario reconocer, en un ejercicio autocrítico, que dicho proceso político ha sido limitado en materia hídrica, agrícola y ambiental. En el caso de la Cuenca Libres-Oriental, la justicia ambiental sigue pendiente; las deudas históricas con los pueblos persisten. Considérese que el ejido se sigue privatizando; las nubes de lluvia siguen siendo bombardeadas por privados; el agua de los acuíferos sigue siendo acaparada por unos cuantos; la industria sigue contaminando con total impunidad y la milpa sigue siendo desplazada por los agronegocios tóxicos.

 

En este escenario, diversos pueblos de la región han comenzado una amplia lucha con el objetivo de recuperar la gestión soberana de la Cuenca Libres-Oriental en beneficio de todas las comunidades. No se trata de una disputa por este o aquel trozo territorial o recurso, sino de una amplia lucha por la cuenca, el agua y la vida. Los retos son mayúsculos, es cierto, pero en el camino estamos, para revertir la larga noche neoliberal, y devolver la tierra y el agua al pueblo, el único soberano.

 

Figura 2. Espiritualidad y semillas campesinas en la Cuenca Libres-Oriental. Autor: Gerardo Romero Bartolo.

¡Tierra, agua y libertad para los pueblos!