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30 Junio 2024, Puebla, México.

A-sincronías. Historias verdaderas 3 / Günter Petrak

Cultura | Ficción | 26.MAY.2024

A-sincronías. Historias verdaderas 3 / Günter Petrak

A-sincronías

Eran los años 70 y no está por demás recordarles a los jóvenes de la generación Z o la Alpha que, en esa época, aunque ya se habían inventado las computadoras, no habían aparecido las PC ni las lap tops, ni los teléfonos celulares, no había relojes digitales o internet. Si querías saber la hora podías marcar el 03 en el teléfono o mirar los relojes de algunos comercios o comprarte un reloj de pulsera. En el centro de Puebla, un reloj muy grande estaba junto a la puerta de la tienda Woolworth. Ahí acordé con mi primo vernos a las 5:00 PM. Llegué puntual, pero no él. Esperé unos minutos y caminé a la esquina. Ahí, una linda chica movía los pies con ansiedad, daba media vuelta para acá, media vuelta para allá y se tronaba los dedos. Me aparté cuando se acercó a mí, para no pisarnos o chocar.
¬¬── ¿Qué hora es? ── me preguntó.
── No tengo reloj── le contesté── pero vi el de allá hace un rato y ya eran las 5:15. ¿Te dejaron plantada?¬
── Sí, mi novio… me enoja.
── A mí también me plantaron. ¿Te late tomarnos un café?
Aceptó y fuimos a la cafetería más cercana.
Ella se llamaba… es curioso, no lo recuerdo, pero sí recuerdo con nitidez su rostro, sus suaves manos, el pelo castaño, la ternura en su mirada, en su voz… y que hacía servicio social en un orfanato ubicado a unas cuadras de mi casa.
La charla duró lo que duraron los capuchinos y ella se despidió. Iría al café de Sanborns, donde acudía con su novio, tal vez lo encontraría ahí... La acompañé hasta la entrada y nos despedimos con un apretón de manos.
Por la noche le hablé a mi primo y le reclamé. Le conté lo que acabo de contarles y él me contó:
── Llegué unos minutos tarde y me fui al Sanborns a tomar un café con un chavo al que lo plantó su novia. Estuve con él hasta que llegó su chava…