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16 Septiembre 2024, Puebla, México.

Zaid en San Juan Raya y la esperanza de un mejor futuro para México / Sergio Mastretta

Cultura /Sociedad civil organizada /Naturaleza y sociedad | Crónica | 25.AGO.2024

Zaid en San Juan Raya y la esperanza de un mejor futuro para México / Sergio Mastretta

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Zaíd tiene 12 años, y mañana, como  otros centenares de miles de niños y niñas poblanas, regresará para su primer día de clases en segundo de secundaria de su escuela en Zapotitlán de las Salinas, en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán. Zaíd vive en San Juan Raya, a 12 kilómetros de terracería de la cabecera municipal, así que tendrá que abordar y pagar los 25 pesos que cuesta el transporte en la combi. Hace cuentas por supuesto, 250 pesos  a la semana por la ida y vuelta diaria más sus alimentos, como él mismo me recuerda, un poco más de mil cien pesos mensuales. En San Juan Raya hay una secundaria, pero solo tiene  un  maestro para todos los alumnos de la escuela, así que con el apoyo de sus papás se inscribió en la secundaria de Zapotitlán y a ella regresa despues del mes de vacación.

 

 

Pero Zaíd tiene un trabajo: forma parte del equipo de guías de la organización de ecoturismo que la comunidad sostiene y desde la que resguarda en San Juan Raya una de las riquezas natuarales más valiosas de nuestro país. No es fácil describir la acumulación de conocimientos científicos que sobre la biodiversidad y la historia geológica --dinosaurios incluídos-- Zaíd ha logrado concentrar. Tuvo que acomopañar en silencio a sus expertos compañeros decenas de veces en su trabajo con los grupos de turistas que visitan la comunidad hasta lograr la experiencia necesaria para realizar el trabajo de guía ya por su propia cuenta. Pero como  niño campesino ha ayudado desde pequeño a sus padres en la milpa y en el cuidado de los animales, así que sus recorridos por estos montes de cactus milenarios le han agusado los sentidos para sobrevivir en la ruda tarea de ser un hombre del desierto.

Él nos ha llevado a conocer al milenario Sotolín (Beaucarnea oedipus), que para los urbanos como yo se identifica como Pata de Elefante. Y ha sido para mí la experiencia más grata que recuerde en mucho tiempo. No lo espanta ninguna de nuestras preguntas profanas --que te ocurre, por ejemplo, sin tienes la mala fortuna  de rosar una mala mujer--, y para las que no tiene respuesta saca libreta y se asegura que no quede en el are.

Medita un momento para un interrogante prematuro: qué estudiará cuando alcance la edad de la universidad. Sonríe. No lo sé, me dice.

San Juan Raya tiene 270 habitantes en la cuenta de Inegi. En la memoria de la gente en esta comunidad de migrantes el hecho de que ahoa mismo al menos 50 hombres y mujeres jóvenes han cruzado la frontera para trabajar anónimos e indocumentados en restaurantes, construcciones, panaderías, campos agrícolas en California, Texas y Nueva York.

Este lunes Zaíd regresa para el primer día de clases de su segundo de secundaria. Por la sabiduría de su cristalina sonrisa me convezo de que el suyo es un mejor futuro para México.