SUSCRIBETE

17 Octubre 2024, Puebla, México.

Sobre la Secretaría de Cultura / Leopoldo Noyola Rocha

Cultura /Sociedad civil organizada | Opinión | 5.OCT.2024

Sobre la Secretaría de Cultura / Leopoldo Noyola Rocha

Una de las cosas positivas que resultaron de la polémica desaparición de la Secretaría de Cultura del Estado en el inicio de la gestión de Rafael Moreno Valle, y su conversión en Consejo, fue poner el tema de la cultura pública en la discusión política de Puebla. El que se haya constituido un Consejo de Cultura en lugar de una secretaría no tuvo mayor relevancia, pues la cultura social para Moreno Valle estaba en la construcción de vistosas infraestructuras como la Noria, el teleférico y las ciclovías. Ahí están, es la aportación de este gobernante con anhelos de niño que construyó su trenecito y sus obras primermundistas imaginando otra ciudad, de otra sociedad, tal vez de otro país. Los gobiernos que siguieron reavivaron la Secretaría de Cultura e implementaron diferentes modelos de apoyo a la cultura social en sus gestiones. Ninguno para destacar, ya por discretos o ya por desaparecidos, como se condolió el joven secretario de cultura de Mario Marín cuando lo visité para saber su parecer sobre la memoria poblana. El gobernador desapareció de la vista cuando el escándalo del “gober precioso” y su gabinete desapareció con él. “No podemos hacer nada”, confesó. Los últimos que recuerdo fueron Monserrat Galí y Julio Glockner, alineaciones de lujo para quienes mi único reclamo es la discreción con la que transitaron sus respectivos cargos.

 

Ahora el nuevo gobernador Alejandro Armenta detona la polémica al nombrar como su secretaria de cultura a una joven de 23 años que está por terminar su licenciatura en arte del diseño, Gloria Pacheco Mex, a quien espero que le vaya muy bien, pero que es garantía de enormes oquedades de información, de formación, de cultura general por razones estrictamente cronológicas; con una joven de esa edad, por muy inteligente que sea, se carece de una base histórica y vivencial sobre la cultura que no es posible conocer a esa edad.

 

¿De qué está hecha la cultura social?, ¿cómo aportar algo desde el gobierno a un fenómeno en constante movimiento que respira a su propio ritmo como es la cultura? A Puebla la puedes deconstruir en una multitud de símbolos culturales que entre mejor conozcas podrás tomar las mejores decisiones a la hora de intentar preservarlas, impulsarlas, desarrollarlas: patrimonio histórico, turismo, gastronomía, museos, parques, actividad deportiva, eventos artísticos –que siempre son los más visibles, pero nunca los únicos en la polifacética cultura humana. Solo en el tema de la artesanía la secretaría de cultura puede hacer un gran trabajo para su preservación y estímulo. Existen aquí comunidades –por aludir a un componente gregario de la cultura en el estado de Puebla– de teatro, de música y danza, pintura, literatura, barro bruñido y policromado, vidrio sopetleado, ónix, papel amate, alfarería, textiles, cerámica mayólica o Talavera; talabartería, cestería, palma, bordado en chaquira, figuras de piedra. Utilizar los edificios de la secretaría para que haya cineclubes, presentaciones cotidianas de libros, conferencias sobre el centro histórico, la historia, la literatura, las artes, la familia, la sexualidad. Y vaya que no he mencionado la cultura “comercial” de la gastronomía, museografía, turismo y religión.

 

No es que se deba tener un plan para hacer una obra cultural, sino que se puede tener un plan para trabajar e impulsar esa enorme cultura nuestra que está ahí, que no ocurre en Barcelona ni en Los Ángeles ni en Nueva York, sino que se halla y está viva en San Pablito, Zacapoaxtla, Xochitlán, Cuetzalan,  Tehuacán, Xicotlacoyan, Naupan, Huatlatlauca, Pahuatlán, Zacatlán, Huauchinango, Ixtacamaxtitlán, Chignahuapan, Hueyapan, Acatlán, Izúcar, Zapotiltlán, Los Reyes Metzontla, Zautla, Tenextatiloyan, Emilio Carranza, Atlixco, Tetela de Ocampo, Cuatempan, Xochitelpec, Tzicatlacoyan, Actempan, Cohuecan… y sus múltiples reflejos en la capital estatal, crisol de las artes y emblema de la poblanidad.

 

Tan solo en la artesanía poblana existen 30 mil artesanos especializados, más otros 120 mil que complementan la actividad artesanal con la agrícola. En el estado existen 5 mil productos artesanales divididos en 17 ramas ¿dónde están? Los agentes culturales en la ciudad (cultura, literatura, plástica, teatro) tienen muchas cosas que exhibir, que presentar, que vender; los jóvenes están ávidos de propuestas y son receptivos a ellas, basta con que sean económicas, interactivas y provechosas.

 

¿Cómo escuchar a los agentes de la cultura sin que implique grandes gastos que quite oportunidad a otras cosas? Distribuyendo su dinero, claro, pero sobre todo su influencia, su garante, su información. Tan solo con tener un órgano de difusión pulcro e informado sobre la cultura que sucede en la entidad o, al menos, en la capital del Estado, se haría una labor muy importante a favor de la cultura poblana.

 

Pero, además, el gobierno de una entidad tan rica como Puebla puede sembrar en tierra fértil abriendo sus cauces mediante talleres experimentales, promocionando publicaciones, atrayendo actividades artesanales casi olvidadas, exhibiéndolas adecuadamente en la desperdiciada ex Casa del Artesano Poblano con su hermoso edificio del Siglo XVII o en otro espacio pertinente. En la mayoría de los casos no se requieren grandes inversiones, sino gestión, promoción, intención. Ahora, imaginen a 217 municipios reunidos alrededor de un proyecto.

 

El mejor enfoque para discutir la cultura en México es el realismo, lo que somos como sociedad, lo que tenemos, lo que creamos. Dicen los estudiosos que la cultura es la actividad lúdica de una sociedad, lo que le procura placer estético, que es formativa, que alimenta su civilidad y fomenta la convivencia humana. En Puebla se hacen presentaciones de libros, se abren cine clubes, numerosos eventos universitarios; están las ferias, la gastronomía, los conciertos; eventos escolares, exposiciones pictóricas, librerías; actividades teatrales, escultóricas, artesanales. La cultura de las calles de Puebla, sus cafés y restaurantes; la cultura del sol, del turismo cultural, el arqueológico, la historia colonial, la memoria colectiva. La cultura intrínseca en la belleza colonial de una ciudad como esta. Un gobierno democrático debe tener como tarea cultural canalizar de la mejor manera sus recursos siempre exiguos para encausar las manifestaciones culturales que ya existen, reforzarlas, pues ellas representan la cultura poblana.

 

Un gobierno no puede inventar la cultura, su tarea es administrar la eventualidad cultural acondicionando espacios e invirtiendo en infraestructura; promocionando y generando la discusión de los temas culturales, acercándolos a la sociedad; la labor cultural del gobierno se realiza cuando logra provocar reacciones, perpetuar, instaurar, repetir, y su posibilidad creativa y exitosa depende de distinguir los múltiples experimentos de la cultura local, la riqueza subyacente en la cultura local, esa que se genera sin necesidad de convocatoria, que surge en las casas, en la calle, en las escuelas, en las universidades; que sucede más allá de voluntades oficiales, lo que no quiere decir que no pueda haber obra cultural de parte de un gobierno. La historia muestra casos ejemplares de gobernantes creativos. Si un gobierno logra resolver cómo apreciar la cultura social, cómo evaluar la cultura de un estado como Puebla, habrá en consecuencia una obra cultural. Cuando la cultura es considerada como recurso social, como riqueza propia que hay que encauzar, divulgar y estimular, porque esa es nuestra cultura, la única que tenemos. No tiene que inventarse nada, aunque puede ayudar mucho en hacerla exitosa, en hacerla permanente; en hacerla mejor, sembrarla en los niños y los jóvenes, implementarla como un ejercicio de participación social permanente en las secundarias y preparatorias (imaginen revivir el teatro universitario, recuperar la danza en las escuelas, la música como materia opcional). Atreverse, pues. Le deseo lo mejor a Gloria Pacheco Mex para bien suyo y de los poblanos, su éxito es el éxito de la entidad y su fracaso también pertenecerá al conjunto.