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30 Octubre 2024, Puebla, México.

La etimología y la utilidad de palabras cultas / Juvenal Cruz Vega

Cultura /Universidades | Ensayo | 26.OCT.2024

La etimología y la utilidad de palabras cultas / Juvenal Cruz Vega

La utilidad de palabras cultas en la parte práctica del estudio y la docencia

Juvenal Cruz Vega. Director de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz

De mi máxima consideración. Dedico esta conferencia a los alumnos y profesores del Diplomado de Etimologías del Español de la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz.

 

Exordio.

a). Aristóteles. Met. Libro I, 980 a.

Πάντες ἄνθρωποι τοῦ εἰδέναι ὀρέγονται φύσει. Σημεῖον δ’ ἡ τῶν αἰσθήσεων ἀγάπησις. Καὶ γὰρ χωρὶς τῆς χρείας ἀγαπῶνται δι’ αὑτάς, καὶ μάλιστα τῶν ἄλλων ἡ διὰ τῶν ὀμμάτων. Οὐ  γὰρ  μόνον  ἵνα  πράττωμεν ἀλλὰ καὶ μηδὲν  μέλλοντες  πράττειν  τὸ  ὁρᾶν  αἱρούμεθα  ἀντὶ πάντων ὡς εἰπεῖν τῶν ἄλλων.

 

Todos los hombres desean saber por naturaleza. Por eso, el amor a los sentidos es la prueba. Y en efecto, independientemente de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, pero el más importante de los otros, de uno en uno, es el sentido de la vista. Pues no sólo cuando realizamos algo, sino también, cuando no queremos hacer nada, preferimos la vista en lugar de todos, es decir, de los otros sentidos.

 

b). Carta de Marco Tulio Cicerón a su amigo Ático. Ad Atticum, III, 5. 10 de abril del año 58.

Cicero Attico sal. D.

Terentia tibi et saepe et maximas agit gratias. Id est mihi gratissimum. Ego vivo miserrimus et maximo dolore conficior. Ad te quid scribam nescio. Si enim es Romae, iam me assequi non potes; sin es in via, cum eris me assecutus, coram agemus quae erunt agenda. Tantum te oro, ut quoniam me ipsum semper amasti, ut eodem amore sis. Ego enim idem sum; inimici mei mea mihi, non me ipsum ademerunt. Cura ut valeas.

Data IV Id. Apr., Thuriis.

Terencia también con frecuencia te agradece sobremanera. Esto es muy agradable para mí. Yo vivo muy infeliz y me debilito con un profundo dolor. Ignoro qué pueda escribirte. Pues si estás en Roma, ya no puedes alcanzarme; pero si estás en camino, cuando me alcances, en persona haremos las cosas, que debemos hacer. Solamente te pido una cosa: ya que siempre me has querido, ojalá sigas con el mismo cariño. Pues yo mismo lo estoy. Mis enemigos me han quitado mis bienes, pero no mi dignidad. Cuídate y que te vaya bien.

Dado en Turios el 10 de abril.

c). Alfonso Reyes Ochoa. La crítica de la edad ateniense (600 a 300 a. C.), 1941, en Obras Completas, Vol. XIII, FCE, México, 1961.

Viaja la cultura, no se está quieta, por tres siglos funda sus cuarteles en Atenas; por otros tres siglos en Alejandría; madura por otros cinco en Roma; ocho reposa en Constantinopla. Y al cabo se difunde por el Occidente europeo, para después cruzar los mares en espera de la “hora de América”, hoy más apremiante que nunca.

 

Pórtico

En esta disertación deseo compartir una reflexión sobre la etimología y su relación con las diversas disciplinas que predominan en el ámbito universitario, para que los estudiantes y profesores puedan apreciar el contenido, la forma y la estructura de las etimologías del español, su importancia, su comprensión y su vinculación con el currículo del Sistema Educativo Mexicano.

El oyente de la palabra en la medida de sus posibilidades podrá comprender esta disertación y complementarla en su estudio personal. Más allá de esto, podrá ejercitarse en el estudio de las etimologías al relacionar la semejanza y la diferencia de las palabras en griego, latín, español y otras lenguas modernas que se encuentren en el camino, utilizando la diacronía y la sincronía de las palabras, y también observando el contenido originario de la etimología como ciencia, ya que trata del origen, la evolución y la transformación que han tenido las palabras a través del tiempo y el espacio[1].

De este modo el lector y el audiente podrán alimentar sus propios ojos “ad libitum”, lo cual me recuerda un hermoso poema del poeta Publio Ovidio Nasón cuando describe a una doncella en el anfiteatro romano del siguiente modo: “yo no me considero un experto de finos caballos, pero ojalá aquel auriga derrote al que tú misma favoreces. He venido para hablar contigo y sentarme junto a ti, no sea que no conozcas el amor que me despierta. Tú contemplas las carreras y yo a ti, ambos observemos lo que nos deleita y cada uno que alimente sus propios ojos” [2].

 

Trataré en el desarrollo dos temas fundamentales: “noticia sucinta y sinóptica de las etimologías” y, “la etimología y su relación con otras disciplinas”. Para iluminar la parte teórica de este trabajo, comparto dos textos en griego y español: el primero es una paráfrasis sobre las partes de la oración, realizada por el gramático español Blas Goñi en el apéndice de textos que nos ofrece en su Gramática griega, con el fin de difundir los estudios de etimologías, lenguas clásicas, originarias y lenguas modernas entre los estudiantes universitarios; este texto alude a uno de los pasajes célebres del Arte gramatical de Dionisio de Tracia, uno de los gramáticos más antiguos de la historia del mundo occidental. Y en ese contexto y para esta reflexión, hago una traducción más cercana a nuestro medio, y a la vez presento un estudio sinóptico y etimológico de los casos gramaticales, con algunos ejemplos en griego, latín y español. Por cierto, este tema, es una de las lecciones que tantos problemas han ocasionado a los estudiantes de lenguas clásicas y modernas, especialmente, cuando se estudia, ruso, polaco, alemán, griego y latín. El segundo texto se llama Atenea, citado por la doctora Lourdes Rojas Álvarez en su Manual de Iniciación al griego, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México[3].

 

1). Noticia sucinta y sinóptica de las etimologías

Desde la época clásica durante los siglos V y IV antes de Cristo, se comenzó a estudiar las etimologías, porque se ha querido llegar al conocimiento de las cosas a través de las palabras. Platón en su diálogo el “Cratilo” hace un estudio estricto sobre el origen de la palabra. También los alejandrinos y los estoicos hicieron estudios etimológicos en los siglos III y II a. C. Los gramáticos griegos y romanos estudiaron las etimologías, principalmente Dionisio de Tracia, Aristófanes de Bizancio, Elio Estilón, Marco Terencio Varrón, Antonio Guiphon, Marco Fabio Quintiliano, Remio Palemón, Donato Elio; igualmente los eruditos cristianos fueron estudiosos de las etimologías, desde el siglo II d. C. hasta el siglo XIII, tales como Justino Mártir, San Agustín, San Ambrosio, San Jerónimo, San Juan Crisóstomo, San Isidoro de Sevilla, San Alberto  Magno y Santo Tomás de Aquino, entre otros. Los renacentistas y humanistas como Erasmo de Rotterdam, Antonio de Nebrija, Juan Luis Vives, Lorenzo Valla, Francisco el Brocense. Desde el siglo XVII hasta los siglos XIX y XXI se ha seguido el estudio etimológico en todas las áreas del conocimiento, no sólo médicos eruditos, como Luigi Galvani, sino también botánicos como Karl Von Linneo, astrónomos como Galileo Galilei, físicos como Isaac Newton y Nicolás Copérnico, filósofos como Renato Descartes, Baruch Spinoza, Emmanuel Kant y muchos más que no cabrían en esta lista.

Con la aparición de la lingüística comparada y general, la etimología tomó mayor auge[4], sobre todo, con Franz Bopp, Rasmus Rask, Jacob Grimm, Georg Curtius, Ferdinand de Saussure, Charles Bally, Albert Sechehaye. Sin duda, la etimología con el estudio de las lenguas flexivas, camíticas, semíticas e indoeuropeas creció de una forma incomparada.

Así pues, desde 1950 los estudios de esta ciencia han avanzado en todo el mundo, los cuales nos han llegado de las nuevas escuelas, a partir de la fenomenología, existencialismo, estructuralismo, personalismo, hermenéutica, la neoescolástica, etcétera. Por ejemplo, si recordamos la introducción al libro de Miguel de Unamuno, “Sobre el sentimiento trágico de la vida”, publicado en 1913, destaca ya desde la primera página, la emoción del pensamiento humanista como filantropía universal, cuando hace exégesis de la sentencia de Terencio el Africano al decir: “Homo sum, humani nihil a me alienum puto” (hombre soy, y pienso que nada de lo humano es ajeno para mí) [5].

Igualmente, con la aparición de las escuelas modernas de filología clásica, letras clásicas, humanidades clásicas, filosofía, lingüística y literatura, el estudio etimológico se ha puesto más interesante, debido a los nuevos aportes con diversas metodologías. Sin duda alguna, también han aportado mucho al estudio de las etimologías las asociaciones de la filología, lingüística, filosofía, historia, estudios clásicos, los cuales han aparecido en varias partes del mundo, desde el inicio del siglo XX hasta nuestros días.

En México existen diferentes instituciones que siguen promoviendo el análisis de la palabra, por ejemplo: Instituto de Investigaciones Filológicas, Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Asociación Mexicana de Estudios Clásicos A. C, Departamento de Lenguas de la Universidad Pontificia de México y la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz en la ciudad de Puebla, en la cual todos los días nos divertimos con el estudio, evolución, transformación y el invento de nuevas palabras, esto es, el estudio de las etimologías grecolatinas de las lenguas modernas[6].

 

2). La etimología y su relación con otras ciencias

Si estudiamos etimologías grecolatinas del español, podremos conocer con más profundidad la lengua española, pues la misma etimología en su contenido muestra cuatro elementos propios a saber: raíz, prefijo, infijo y sufijo. Y para tener conciencia de esta sabiduría hay que tener presente que la etimología estudia el origen de las palabras, la razón de su existencia, de su significación y de su forma. Busca las relaciones que hay entre las palabras, su unidad que existe para llegar a otra unidad más antigua de la que procede[7].

La palabra etimología es un estudio interdisciplinario y por lo mismo tiene relaciones muy estrechas con varias disciplinas, tal como lo hace saber uno de los principales estudiosos en sus “Etimologías”, san Isidoro de Sevilla, cuya obra enciclopédica fue compuesta durante los últimos años del siglo VI y concluida poco antes de su muerte. El título original de la obra es: “Originum sive etymologiarum libri XX[8]”. Cada una de las materias que allí se mencionan, forman la temática de los planes de estudio de la historia de las etimologías, y que actualmente debería estudiarse como materia de tronco común para comprender el estudio universitario. Por ejemplo: gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, música, astronomía, medicina, derecho, cronología; biblia, teología, iglesia, sectas, escuelas, lenguas, pueblos, lexicología, anatomía, zoología, geografía, arquitectura; mineralogía, pesos, medidas; agricultura, milicia, juegos, educación; solamente por decir algunos nombres de las asignaturas y nomenclaturas de su estudio.

Por eso en múltiples cursos he apuntado la relación que tiene la etimología con numerosas y espaciosas disciplinas para lograr al menos una parte de su contenido, especialmente, con la gramática, morfología, semántica, ontología, epistemología, lógica, pragmática, sintaxis, semiótica, hermenéutica, filología, exegética, historia, filosofía y ética[9].

Diremos algunas nociones de algunas disciplinas con el fin de estudiar más aspectos interdisciplinarios de la etimología como ciencia. La gramática, la cual a través de la historia es considerada “como el arte de escribir y de hablar correcta y elegantemente una lengua y el libro en que se enseña”[10]. Una de sus partes fundamentales es la morfología, porque comienza con las partes de la oración, tanto variables como invariables, las cuales son las siguientes: artículo, nombre o sustantivo, pronombre, adjetivo o participio, verbo, adverbio, preposición, conjunción e interjección[11]

La semántica le da significado a cada una de las partes de la oración, para eso se hace ayudar de todas sus relaciones semánticas a saber: monosemia, polisemia, homonimia, sinonimia, antonimia, metáfora, paronimia, metonimia y pragmática. Pero la semántica no puede estar sola, necesita un equipo para tener mayor elasticidad; generalmente suelo unirla a la filosofía porque así ambas tienen una mayor compresión, sobre todo, echándole la mano a la etimología[12].

La ontología al estudiar la naturaleza, el ser, la analogía, el fundamento y la proporcionalidad le da mayor horizonte y sentido a las palabras, al comprender más puntos de vista de las mismas. Por esta razón trabaja muy cerca de la morfología y de la semántica o analogía. Otra forma de llamar a la ontología es considerándola metafísica. Por esta razón el filósofo mexicano Mauricio Beuchot escribe al respecto: “La metafísica es el fundamento de toda la filosofía. Y la lógica es su acompañante. La metafísica permite que tengamos una buena filosofía del hombre o antropología filosófica. Ésta hace que tengamos una ética bien adaptada a lo que el ser humano es. La semiótica y la hermenéutica tienen que ver con el lenguaje. La semiótica se ha privilegiado en la filosofía analítica, y la hermenéutica en la filosofía continental, pero me parece que se pueden complementar bien” [13]

La epistemología o teoría del conocimiento al estudiar, como lo indica su nombre, las teorías del conocimiento, le da a la etimología mayor certeza en el significado de las palabras. Aquí conviene aludir a aquella sentencia antiquísima de Marco Terencio Varrón, al decir: “quien entiende bien las palabras, entiende bien las cosas”. Así, se ve una relación de las palabras con el lenguaje y con su fundamento. Se inicia con una filosofía del lenguaje al relacionar la palabra con el conocimiento, el ser, y sobre todo, con la verdad, que es el objeto formal de la teoría del conocimiento, de allí que la etimología estudie el significado verdadero o auténtico de las palabras. 

La teoría del conocimiento o epistemología le da más exactitud a las palabras. Por eso es necesario definir a la misma epistemología del modo siguiente: “la investigación filosófica que versa sobre la posibilidad y el alcance del conocimiento humano, verdadero y cierto. Esta investigación plantea por lo tanto dos preguntas: ¿Es capaz el entendimiento humano de adquirir un conocimiento verdadero y cierto, es decir, de un conocimiento por el cual el hombre conozca el ente real, tal como es, y por el que también se sepa que la cosa así conocida es tal? Suponiendo que la respuesta a esta primera pregunta sea afirmativa, la segunda pregunta se plantea entonces en estos términos: ¿Hasta dónde se extiende esta capacidad del entendimiento humano? Y en particular, ¿es posible realmente un conocimiento metafísico, verdadero y cierto? ¿es posible la metafísica como ciencia” [14]

La lógica es una ciencia interdisciplinaria, es arte, ciencia y método del pensamiento. Su objeto de estudio es el pensamiento o las estructurales mentales, pero desde el punto de vista formal, trata de la corrección de los pensamientos. En la actualidad hay muchas escuelas de la lógica y tipos de lógica: desde la lógica natural, matemática, lógica de símbolos, lógica material y lógica formal, entre otras. Cualquier escuela de la lógica es útil y necesaria en la composición y descomposición de las palabras, siempre y cuando, ésta, le entregue el razonamiento a las palabras. Desde el punto de vista de la lógica formal comparto dos nociones sobre esta palabra, las cuales pueden fortalecer el estudio de las humanidades, una es del doctor Alonso G. López, tomada de su libro: “Logica et ontologia”: “Lógica es la ciencia directiva del mismo acto de la razón para conocer la verdad”[15].  La segunda noción es más amplia, es del doctor Guillermo Hernández Flores. “Es una ciencia práctica y normativa que estudia el pensamiento en sí mismo (idea, juicio y raciocinio), desde el punto de vista de la rectitud a fin de proceder en ella fácil y sin error a través de la luz natural de la razón” [16].

 

3). Acerca de la gramática. Περὶ τῆς γραμματικῆς.

Τῆς λέξεως στοιχεῖὰ ἐστι τὰ γράμματα· φωνήεντα μέν ἐστι α, ε... σύμφωνα δὲ β... Τοῦ λόγου μέρη ἐστίν, ἄρθρον, ὄνομα, ἐπίθετον, ἀντωνυμία, ῥῆμα, ἑπίῤῥημα, πρόθεσις, σύνδεσμος, καὶ ἐπίφθεγμα.Τὸ ἄρθρον ἐστί στοιχεῖον λόγου πτωτικὸν, διορίζον τὰ γένη τῶν ὀνομάτων καὶ τοὺς ἀριθμούς. Aἱ πτώσεις εἰσί, ὀνομαστικὴ, γενικὴ, δοτικὴ, αἰτιατικὴ, καὶ κλητικὴ ὀρθὴ μέν ἐστι. . . πλάγιαι δε…Ὁ σύνδεσμός ἐστι μέρος λόγου ἄπτωτον, συνδοῦν... καὶ τὰ ἄλα (κ. τ. α.). Τὴν φωνὴν διατείνε (ἀνές)!

Las letras son los elementos de las palabras. Son vocales:  α, ε ... Son consonantes Β... Las partes de la oración son: artículo, nombre, adjetivo, pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción e interjección. El artículo es el elemento declinable de la oración, que distingue el género y el número de los nombres. Los casos son: nominativo, genitivo, dativo, acusativo y vocativo. Ciertamente el vocativo es un caso recto, y los otros son oblicuos[17].

A partir de este estudio podemos hacer la etimología de los casos gramaticales con algunos ejemplos, como sigue. Los casos gramaticales de las lenguas indoeuropeas antiguas son ocho: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, ablativo, instrumental y locativo. En la gramática lo usamos en la declinación, y de aquí, destacamos dos elementos fundamentales: forma y función. La primera es el paradigma, el modelo o el nombre de cada una de las declinaciones: por ejemplo: primera declinación, segunda declinación, etcétera; en latín son cinco declinaciones y en griego son tres. El segundo elemento es el caso gramatical o la función, sintagma o estructura gramatical que tiene una palabra nominal (sustantivo, pronombre o adjetivo) dentro de la unidad sintáctica. La lengua latina ha conservado seis casos, el griego cinco, el alemán y otras pocas lenguas han conservado cuatro de ellos y las lenguas romances no conservan ninguno de los casos, lo suplieron por la preposición[18].

 

4). Etimología y los casos gramaticales[19]

a). NominativoEste es el caso que sirve pata formar el sujeto y el predicado nominal. Su paso a las lenguas germanas y romances es el supino del verbo latino nomino-nominas-nominare-nominavi-nominatum, cuyo significado es nombrar. La palabra nominativus, lleva consigo el radical del supino. Su correspondiente en lengua griega es νομαστική, el cual se compone del sustantivo  νομα-νόματος-τό: nombre. Su raíz verbal es νόμαζω: nombrar, numerar, especificar, pronunciar, expresar, designar, llamar, prometer. El sufijo ική, pasó al latín ico o ica, significando:  arte, referente a.  Por tanto, la palabra νομαστική significa referente al nombre.

b). Genitivo

Este caso se utiliza para construir el complemento adnominal o determinativo. Su etimología deriva del supino genitum, cuyo origen es el verbo latino gigno-gignis-gignere-genui-genitum: engendrar, crear, hacer, nacer, poner huevos, proceder, originar, provenir. En griego la palabra genitivo se dice γενική. Para su comprensión más exacta se tomó la segunda raíz del verbo γίγνομαι. La primera raíz es γιγν. La segunda raíz es γεν, la cual usa el aoristo indicativo. Este verbo tiene los mismos significados que el verbo latino gignere. Además significa: ser, llegar a ser, suceder, acontecer, nacer, venir, entre otros. Para ampliar la explicación y pensar seriamente en el verbo, conviene enunciarlo: γίγνομαι (γίνομαι)-γενήσομαι-ἐγενόμην-γγονα (γεγνημαι)-ἐγενήθην: Primera raíz: γίγν. Segunda raíz: γεν, γν, γον.

c). Dativo

El dativo es el caso que sirve para construir el objeto o complemento indirecto de la oración. Su raíz ha sido tomada del supino del verbo do-das-dare-dedi-datum: dar, entregar, conceder, obsequiar. En griego se dice dativo δοτική. Su composición es el tema δο, del verbo δίδωμι: dar donar, procurar, entregar, presentar, conceder, transmitir, enseñar, abandonar, permitir, otorgar, perdonar, ordenar, prestar.

 

d). Acusativo

Este caso es utilizado para edificar el predicado verbal, también llamado objeto directo y complemento directo. Su origen viene del supino del verbo accuso-accusas-accusare-accusavi-accusatum, de donde se compuso la palabra accusativus. Significa: acusar, culpar, llevar a juicio, quejarse de, reprochar, juzgar, causar. Su correspondiente en griego es αἰτία–ας - ἡ: causa, acusación, imputación, motivo, fundamento, ocasión, oportunidad. El verbo griego ατιάομαι significa: considerar como causa, considerar como autor de, hacer responsable, acusar. La palabra acusativo en griego se dice ατιατική.

e). Vocativo

Este caso sirve para construir el sujeto apelativo, el complemento invocativo o simplemente “el vocativo”. Su construcción deriva del supino latino del verbo voco-vocas-vocare-vacavi-vocatum: llamar, invocar, hablar en voz alta, gritar, etcétera. Su correspondiente en griego, es el verbo καλέω, cuyas raíces son καλ y κλη: llamar, invocar, gritar, considerar. La palabra vocativo en griego se dice κλητική.

f). Ablativo

Este caso sirve para construir el complemento circunstancial, el cual se divide en tres grupos: separativo, instrumental y locativo. El antiguo indoeuropeo tenía ocho casos; además de los anteriores, el ablativo, el locativo y el instrumental. El latín redujo estos tres casos a ablativo; el griego elidió el ablativo latino, y su función la construyó con la preposición más genitivo, dativo y acusativo. La palabra ablativo está tomada del supino ablatum, del verbo aufero-aufers-auferre-abstuli-ablatum: separar, llevar, cargar, entre otros; este caso sirve para construir el complemento circunstancial por antonomasia, esto es, en relación a los otros casos que también componen el complemento circunstancia. Su correspondiente en griego es el verbo φέρω: llevar encima, llevar de un lado a otro, llevar teniendo, arrastrar consigo, pagar, ganar, recabar, etcétera.

g). Locativo. El caso locativo se compuso del supino locatum, a su vez del verbo loco-locas-locare-locavi-locatum: colocar, poner en un lugar, disponer, depositar. Es el caso que expresa fundamentalmente la relación del lugar en donde algo está o se realiza. En latín se construye en ablativo precedido de la preposición in y en genitivo con el llamado genitivo locativo, o como algunos dice en caso locativo, que es un caso arcaico que utilizó el latín como modelo en el latín clásico, y después en todos los periodos. Se construye con verbos de lugar y nombres de ciudad. En griego se construye en dativo precedido de la preposición ἐν y se llama complemento circunstancial locativo.

h). Instrumental. El caso gramatical instrumental ha sido tomado del sustantivo instrumentum-i (neutro) y significa: instrumento, órgano como en griego ὄργανον-ου-. Este caso denota principalmente la relación de medio o instrumento o causa. En latín se construye en ablativo y se llama “ablativo de instrumento” o “ablativo instrumental”. En griego se construye en dativo y se denomina dativo de instrumento. Como definición podemos decir: Sintagma, estructura o función que denota el medio o el instrumento del que se vale el sujeto para realizar la acción.

 

Epílogo.

 

Para terminar esta disertación les obsequio un texto sobre el nacimiento de Atenea y una nota para seguir ampliando el estudio de la etimología y el amor a la palabra[20].

Μεγάλην εἶχε τιμὴν Ἀθήνησιν  Ἀθηνᾶ καὶ τὸ ὄνομα  ἔδωκε τῇ πόλειεἶπον  δὲ ὅτι  ἐκ  τῆς  κεφαλῆς  τοῦ πατρὸς  αὐτῆςτοῦ Διός, ἐξῆλθε. Καὶ ὡς πρὸς τὸν πόλεμον δόρυ ἔφερεν Ἀθηνᾶ ἐν τῇ δεξιᾷ, ἐν δὲ τῇ  ἀριστερᾷ  ἀσπίδα· ἐπὶ  δὲ τοῦ κράνους ἐκάθητο γλαῦξ· σημεῖον δαὕτη ὄρνις τῆς σοφίας, θεὸς δὲ σοφίας  Ἀθηνᾶ. Τῶν δἀνθρώπων φίλτατος τῇ Ἀθηνᾷ Ὀδυσσεύς, ὡς εὑρεῖν πάρεστιν ἐν τῇ Ὀδυσσείᾳ τοῦ Ὁμήρου.

Atenea, quien también dio su nombre a la ciudad, tenía mucho respeto en Atenas. Pues se decía que ella nació de la cabeza de su padre Zeus. Atenea, así como portaba una lanza en la mano derecha para la guerra, igualmente llevaba un escudo en la mano izquierda. Y sobre su yelmo posaba una lechuza, pues esta ave era el símbolo de la sabiduría, y Atenea era la diosa de la sabiduría. Para ella, Odiseo era el más querido de todos los hombres, tal como suele encontrarse en la Odisea de Homero.

 

Observación sobre la mitología griega y sobre Atenea

Este texto está apto para seguir entrenándose en el arte de la traducción. Por su labor gramatical tiene un poco

de dificultades. En el texto figuran nombres de las tres declinaciones, adjetivos de las tres clases; en los verbos se encuentran los tiempos primarios y secundarios; de éstos últimos, comenzó a figurar el aoristo, especialmente el aoristo segundo. De las oraciones destacan las coordinadas y subordinadas, sustantivas, intransitivas y transitivas.

El último fragmento de este texto es muy hermoso para comentar su sintaxis: es una oración compuesta, la principal es una oración sustantiva con verbo elidido ἦν, sus dos nominativos son Ὀδυσσεύς y φίλτατος; también lleva un complemento determinativo de relación o de superlativo, debido al adjetivo en grado superlativo, tal como figura en la oración siguiente: Τῶν δἀνθρώπων φίλτατος τῇ Ἀθηνᾷ Ὀδυσσεύς. La oración subordinada es circunstancial comparativa, precedida de la conjunción ὡς y con una perífrasis verbal, es decir, ὡς εὑρεῖν πάρεστιν ἐν τῇ Ὀδυσσείᾳ τοῦ Ὁμήρου.

Culturalmente el texto presenta temas de diversos géneros: biografía, mitología, historia, etimología, filología, filosofía, hermenéutica, lingüística y teología.

En este texto figuran varios personajes claves de la literatura antigua: Zeus, Atenea, Odiseo y Homero. Zeus es el más grande de los dioses del Panteón helénico. Es esencialmente el dios de la luz, del cielo sereno y del rayo; es hermano de Poseidón y de Hades. Es el centro de la religión olímpica que aparece desde Homero en el siglo IX a. C. Desde el punto de vista didáctico, Zeus es el centro de todos los dioses, por ejemplo: Hera (Juno), Poseidón (Neptuno), Deméter (Demétra), Apolo (Apolo), Artemisa (Diana), Efesto (Vulcano), Afrodita (Venus), Atenea (Minerva o Pallas), Ares (Marte), Dioniso (Baco).

Estos dioses colaboran con Zeus en el gobierno del mundo: cosa que parecía muy racional, siendo el mundo tan grande. Están lejanos de la vida de los hombres, es un deísmo. Los actos de culto oficial son generalmente sin interioridad; puro ritualismo exterior (excepto los grandes santuarios).

Con demasiada facilidad y poco estudio, se atribuían a los dioses vicios indignos y groseros, provocando incredulidad y ateísmo (sobre todo en Homero y sus poemas) (antropomorfismo).

En Roma varios de estos dioses son asimilados a los dioses de la religión astral y aplicados a los planetas, quedando hasta hoy como nombres de astros y como nombres de los días de la semana. Ya en el Hesiodo los dioses están presentados con más respeto: Zeus es padre de la justicia, que tiene orden en el mundo, y la religión es la base del vivir moral.

Hay muchas noticias sobre mitos y tradiciones religiosas en los poetas antiguos (llamados más tarde “teólogos” por Porfirio), líricos y trágicos: sobre todo, Esquilo y Píndaro en Grecia, y Ovidio en Roma.

En Esquilo y Píndaro la religión va unida a una alta moral individual y social: fuente de nobleza y de ἀρετή: virtud + valor + resistencia + habilidad + nobleza moral, es decir, una sinergia de valores.

El motivo “místico”, es decir, el deseo de unión íntima con la divinidad, está presente en el teatro de Sófocles y Esquilo; Eurípides ya lo critica. Pero vuelve insistentemente en los grandes filósofos: Sócrates, Platón, Plutarco, Plotino y en todas las grandes corrientes helenísticas.

Buenas informaciones sobre muchos mitos y cultos en los historiadores: Heródoto, Ecato, Stesímbroto… pero queda muy poco. En los filósofos hay frecuentes alusiones a mitos, ritos y misterios, pero con poca profundización. Más detalles véase Introducción a la cultura y a la filosofía de Grecia antigua, Pedro Gasparotto, Universidad Pontificia de México, 1991, pp. 30-34.

El texto que presentamos trata de una de las hijas de Zeus, Atenea, quien también es hija de Metis. Ésta se hallaba en cinta y a punto de dar a luz una hija, cuando Zeus se la tragó. Lo hizo por consejo de Urano y Gea, quienes le revelaron, que si Metis tenía una hija, inmediatamente arrebataría a Zeus el imperio del cielo. Desde entonces comenzó a dolerle la cabeza a Zeus, y al llegar la hora del parto, Hefesto por mandato de Zeus le partió la cabeza, y de ésta salió una joven completamente armada: era Atenea. De allí la tradición de la diosa guerrera, armada con una lanza, una coraza de piel de cabra y un yelmo en la cabeza. En la Ilíada, Homero la pinta favoreciendo a los Aqueos. Sus favoritos contra Troya son: Diómedes, Aquiles, Menelao y Odiseo, también a Herácles.

Lo más hermoso en la Odisea, es que Atenea ayuda a Odiseo a regresar a la isla de Itaca. Atenea con frecuencia dirige ruegos a su padre Zeus para favorecer al héroe. El prestigio que Atenea tiene en la ciudad que lleva su nombre es, que se trata de la diosa que usa la razón, por eso preside las artes y la literatura, función en la que tiende a suplantar a las musas. Sin embargo, mantiene una relación más estrecha con la filosofía que con la poesía y la música. También protege las artes inferiores: hilanderas, tejedoras, bordadoras, etcétera.

Varios la consideran la inventora del carro de guerra, la invención del aceite de oliva y la introducción del mismo olivo en Atenas. Atenea contaba con templos en Esparta, Mégara, Argos, Atenas, etcétera. Ella permaneció virgen, de ahí que la llamaron ΠΑΡΘΕΝΟΣ: virgen, doncella. En Atenas la inmortalizaron en un templo llamado ΠΑΡΘΕΝΩΝ: templo de la virgen. Hay un mito que narra que Atenea tuvo un hijo, fruto de la inesperada persecución de Hefesto, el cual en su deseo mojó la pierna de la diosa, la cual, asqueada se secó con lana y tiró la inmundicia al suelo. De la tierra así fecunda nació Erictonio, a quién Atenea consideró hijo suyo, lo educó y quiso hacerlo inmortal. Lo encerró en un cofre, guardado por una serpiente y lo confió a las hijas del rey de Atenas (Aglauro).

Los atributos de Atenea eran la lanza, el casco y la égida. La égida era un bien del que participaba en común con Zeus. En su escudo fijó la cabeza de la Gorgona, que le había dado Perseo y que tenía la virtud de trocar en piedra a quien la mirara. Su ave favorita era la lechuza, su planta el olivo. Era alta de rasgos serenos, más majestuosa que bella, es tradicionalmente descrita como la diosa de los ojos garzos, la amante de las letras, la consentida del Olimpo.

El cristianismo a través de su contacto con Roma Occidental y Oriental asimiló esta tradición y el nombre que le dio a María es “la virgen”, es decir, παρθένος, aunque con el contenido de la religión judeocristiana.

Así, pues, queridos amigos. Aludiendo a la última palabra de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Don Miguel de Cervantes Saavedra, también les digo: Vale. Pero como son muchos, corrijo: Velete (adiós). Maximas vobis gratias, carissimi amici, studentes et Hispane loquentes.

 

Ciudad de Puebla. 24 de octubre de 2024.

 

[1] Puede verse esta idea en Etimologías grecolatinas del Español. Agustín Mateos Muñoz. Editorial Esfinge. Primera edición, 1966. Vigésima tercera edición, 1986, pp.13-15.

[2] (Ovidio, Amores. III. 2). “Non ego nobilium sedeo studiosus equorum; cui tamen ipsa faves vincat ut ille precor. Ut loquerer tecum veni tecumque sederem, ne tibi non notus quem facis esset amor. Tu cursus spectas, ego te - spectemus uterque quod iuvat, atque oculos pascat uterque suos”.

[3] Rojas Álvarez María de Lourdes. Iniciación al griego. Método teórico-práctico. Vol. I. Tercera edición. Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM, México 2006, p. 373. Versión española mía.

[4] La palabra española auge es de origen latino, del verbo Augeo-auges-augere-auxi-auctum: crecer, aumentar, crecer, enriquecer. Del infinitivo augere se extrae la palabra auge, del perfecto auxi la palabra auxilio y del supino auctum las palabras autor y autoridad. Puede verse su paralelo con el verbo griego αὐξάνω-αὐξήσω-ηὔξησα-ηὔξηκα-ηὐξήθην: aumentar, agrandar, crecer.

[5] Terencio Afer. Heautontimorumenos 77. 

[6] Por ejemplo, he propuesto la palabra andrismo en lugar de machismo, cuando se habla de feminismo para que se argumente con más precisión y con mayor justicia en la igualdad de género. De ἀνήρ-ἀνδρός-ὁ: hombre, varón, señor, esposo, marido. Igualmente, la palabra homomonio en lugar de matrimonio, cuando se quiere hablar de la unidad de varón con varón y de mujer con mujer desde el punto de vista jurídico. De ὅμοιος-α-ον: igual, parecido semejante, de donde se compone el sufijo homo, y el sustantivo latino: munus-muneris (n): función, deber, cargo, oficio. Hay numerosas noticias en las páginas de cada una de las asociaciones e instituciones. Véase por ejemplo el siguiente libro: Estudios clásicos en América en el Tercer Milenio. Compilación de Lourdes Rojas Álvarez y Carolina Ponce Hernández. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras y Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología. México, 2006, 214 pp. En la página 144 se lee lo siguiente sobre la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz: “Mención especial merece la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, fundada por el profesor Juvenal Cruz Vega en el Estado de Puebla, que de manera privada ofrece cursos de latín y griego desde 1995, y próximamente planea abrir cursos de sánscrito, hebreo y náhuatl. Por sus aulas han pasado mil trecientos veintidós alumnos de latín y setecientos setenta y cinco de griego. Actualmente cuenta con tres profesores de tiempo completo y ciento veintiocho alumnos, número notable si se considera su carácter laico y particular”. Después de esta fecha, han pasado 18 años, y ya tenemos un proyecto bien establecido de las lenguas clásicas y modernas, y especialmente un programa excelente de etimologías del español con las siguientes lenguas: griego, latín, náhuatl, hebreo, árabe, sánscrito, inglés, francés, alemán, italiano, ruso, chino y portugués.

[7] Es lo que se entiende etimológicamente de la palabra etimología. De ἔτυμος-ον: verdadero, efectivo, cierto, auténtico, sincero. Y λόγος-οῦ-ὁ: palabra, pensamiento, estudio, reflexión, discurso, conferencia, disertación, libro, tratado. Aunque hoy es una ciencia independiente, en otro tiempo era la parte esencial de la filología e instrumento insustituible para la lingüística; analiza los elementos que componen una palabra, comprende las raíces que la forman en su lengua y escritura original y con el significado que en ella tienen; igualmente explica la evolución o transformación que el pueblo al usarla le va dando en su forma, su sonido y su significado. Más detalles véase Filología. Apuntes de etimología, Alonso Torres Lemus. Editorial Porrúa. México, 1976, pp. 13-34.

[8] Veinte libros del origen o de las etimologías. 

[9] Al menos explico una de ellas. La ética. Comparto un texto de Joseph De Finance de su Ethica generalis, donde explica lo siguiente en latín: “Secundum etymon, ethica scientia est quae tractat de ἦθος: ἦθος autem significat consuetudinem, dein modum habitualem agendi, tandem indolem. Idem sensus est vocis Latinae mos-moris, unde ethica vocatur etiam scientia (vel melius philosophia moralis) moralis. Posset ergo definiri: scientia de actione humana”. Según su etimología, la ética es la ciencia que trata acerca del θος, pero el θος significa costumbre, después significó el modo habitual de actuar, finalmente significó carácter. También existe el mismo sentido de la palabra latina mos-moris, de donde la ética se llama también ciencia moral (mejor aún, filosofía moral). Por lo tanto, podría definirse la ciencia de la acción humana. Con esta nota iniciamos esta disciplina con la etimología de la palabra ética y algunos apuntes de los estudiosos de las fuentes primarias. Por ejemplo, las Éticas de Aristóteles, especialmente la “Magna Moralia” y la “Política”. Modernamente nos lleva a las obras de Xavier Zubiri como: “Naturaleza, Historia, Dios” y “Sobre la esencia”, donde alude al nivel moral y ontológico de las costumbres, lo cual se transforma en acción humana y carácter. Por otro lado, lo conecto con algo personal: Yo llevé la asignatura de Ética con dos grandes maestros. Con el doctor Fernando Morales Lechuga, con quien conocí el libro de “Ética” de José Rubén Sanabria y a varios autores que lo citaban. En cambio, con el doctor Jesús Herrera Aceves, llevé “Ética y Axiología”: la primera: “ciencia de los actos humanos” y la segunda: “ciencia de los valores”.  Este erudito profesor, también discípulo De Joseph De Finance citaba diversos libros originales y entre ellos el libro que comentamos en sus diversas ediciones: latín, francés e italiano. Sin duda, fue con mi maestro el doctor Justino Cortés Castellanos, quien me leía en latín a este autor y quien me sugirió que en las clases de latín compartiera notas de los grandes autores contemporáneos que escribían en esta bella lengua con el fin de estudiar con más seriedad el latín y los diversos géneros literarios en los que se sigue conservando la lengua latina. En síntesis, desde esta perspectiva, la ética puede considerarse: “una ciencia práctica y normativa que estudia la maldad y la bondad de los actos humanos a través de la razón”.

[10] Aquí tomo la noción de la gramática tradicional que recogido la Real Academia de la Lengua Española. Le doy mi propio matiz y la pongo en latín, imitando la estructura del latín de la época imperial. “Grammatica est ars scribendi et loquendi recte atque ornate aliquam linguam ac librum in quo docetur”.

[11] Para ampliar el tema de la gramática véase mi conferencia La gramática y la sintaxis un preámbulo para estudiar las humanidades, las lenguas clásicas y modernas. Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz. Puebla, 2023. Seminario permanente de filosofía y Cátedra Extraordinaria de Hermenéutica Analógica, en la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, Puebla, 4 de noviembre de 2023.

[12] Al respecto recomiendo tres conferencias mías: La tarea y vocación del filósofo. Seminario permanente de filosofía y Cátedra Extraordinaria de Hermenéutica Analógica, en la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, Puebla, 30 de septiembre de 2023; La pregunta por la filosofía. Seminario permanente de filosofía y Cátedra Extraordinaria de Hermenéutica Analógica, en la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, Puebla, 14 de octubre de 2023; Filosofía, filología y sabiduría primera en tiempos de crisis. Seminario permanente de filosofía y Cátedra Extraordinaria de Hermenéutica Analógica, en la Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, Puebla, 21 de octubre de 2023.

[13] En todos los entrecomillados al referirme a Mauricio Beuchot, sigo mi libro: Encuentro con Mauricio Beuchot. Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz. Puebla, Pue, 2015.

[14] Sigo en esta parte el libro de mi maestro, el doctor Erasmo Bautista Lucas. Los fundamentos del conocimiento. Universidad Pontificia de México. Ciudad de México 2000, pp. 97.

[15] Lógica et ontologia. Vol. II, Luis G. López. Universidad Católica Angelopolitana, Puebla, Pue, 1926, p. 3.

[16] Conversación con el doctor Guillermo Hernández Flores. Academia de Lenguas Clásicas Fray Alonso de la Veracruz, Puebla, Pue, 2024. Véase toda la parte de su docencia.  

[17] Gramática griega, Blas Goñi. Editorial Aramburu, Pamplona, 1955, p. 307. Pongo un paralelo con el fragmento original de donde se inspiró Blas Goñi. Dionisio de Tracia. Arte gramatical 12-13.  “Λέξις ἐστὶ μέρος σημαντικὸν ἐλάχιστον τοῦ κατὰ σύνταξιν λόγου. Λόγος δέ ἐστι πεζῆς τε καὶ ἐμμέτρου λέξεως σύνθεσις διάνοιαν αὐτοτελῆ δηλοῦσα. Τοῦ δὲ λόγου μέρη ἐστὶν ὀκτώ· ὄνομα, ῥῆμα, μετοχή, ἄρθρον, ἀντωνυμία, πρόθεσις, ἐπίρρημα καὶ σύνδεσμος. ἡ γὰρ προσηγορία ὡς εἶδος τῷ ὀνόματι ὑποβέβληται. τῶν δὲ μερῶν τοῦ λόγου κλίνεται μὲν ε’, ὄνομα, ῥῆμα, μετοχή, ἄρθρον, ἀντωνυμία. ἄκλιτα δὲ γ’ πρόθεσις, ἐπίρρημα, σύνδεσμος. ὄνομά ἐστι μέρος λόγου πτωτικόν, σῶμα ἢ πρᾶγμα σημαῖνον, σῶμα μὲν οἷον λίθος, πρᾶγμα δὲ οἷον παιδεία· κοινῶς τε καὶ ἰδίως λεγόμενον, κοινῶς μὲν οἷον ἄνθρωπος, ἵππος, ἰδίως δὲ οἷον Σωκράτης, Πλάτων. Παρέπεται δὲ τῷ ὀνόματι πέντε· γένη, εἴδη, σχήματα, ἀριθμοί, πτώσεις. Γένη μὲν οὖν εἰσι τρία· ἀρσενικόν, θηλυκὸν καὶ οὐδέτερον”. (Palabra es la parte significativa más pequeña de una oración desde el punto de vista de la sintaxis. Oración es un conjunto de palabras prosaicas y métricas, que expresan un pensamiento completo. Las partes de la oración son ocho: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción. Ciertamente el nombre propio como especie, se subordina al nombre. De las partes de la oración, se declinan cinco: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre. Tres son indeclinables: la preposición, el adverbio y la conjunción. El nombre es una parte declinable de la oración que significa cosa o actividad, cosa, por ejemplo, “piedra”, y actividad, por ejemplo, “educación”, y se dice propia y comúnmente: comúnmente, por ejemplo, “hombre”, “caballo”, y propiamente, por ejemplo, “Sócrates”, “Platón”. Acompañan al nombre cinco elementos: géneros, especies, formas, números y casos. Ciertamente, los géneros son tres: masculino, femenino y neutro). Igualmente, en latín Donato Elio  Ars Grammatica. Don. A.G. II.1-17. “Partes  orationis sunt octo, nomen, pronomen, verbum, adverbium, participium, coniuctio, praepositio, interiectio. Ex his duae sunt principales partes orationis, nomen et verbum. Latini articulum non adnumerant, Graeci interiectionem. Multi plures, multi pauciores partes orationis putant. Verum ex omnibus tres sunt: quae sex casibus inflectuntur, nomen, pronomen et participium. Nomen est pars orationis cum casu, corpus aut rem proprie communiterve significans… Genera nominum sunt quattuor, masculinum, femininum, neutrum, commune…Numeri sunt duo, singularis et pluralis… Casus sunt sex, nominativus, genitivus, dativus, accusativus, vocativus, ablativus. Ex his duo recti appellantur, nominativus et vocativus, reliqui obliqui…Pronomen est pars orationis, quae pro nomine posita tantundem paene significat personamque iterdum recipit…Verbum est pars pars orationis cum tempore et persona sine casu, aut agere aliquid aut pati aut neutrum significans…Adverbium est pars orationis, quae adiecta verbo significationem eius explanat atque implet… Adverbia aut a se nascuntur, ut heri, hodie, nuper, aut ab aliis partibus orationis veniunt… ut doctus, docte…Participium est pars orationis dicta, quod partem capiat nominis partem verbi. Recipit enim a nomine genera et casus, a verbo tempora et significationes, ab utroque numerum…Coniuctio est pars orationis adnectens ordinansque sententiam…Praepositio est pars orationis, quae praeposita aliis partibus orationis significationem earum aut mutat aut complet aut minuit… Interiectio est pars orationis interiecta aiis partibus orationis ad exprimendos animi adfectus”. (Las partes de la oración son ocho: nombre, pronombre, verbo, adverbio, participio, conjunción, preposición, interjección. De estas, dos son las partes principales de la oración: el nombre y el verbo. Los latinos no cuentan el artículo; los griegos, la interjección. Muchos piensan que las partes de la oración son más; muchos que son menos. Pero de todas hay tres que se declinan por 6 casos: el nombre, el pronombre, y el participio. El nombre es la parte de la oración con caso, que indican una cosa o un asunto de manera propia o de manera común. Los géneros de Los nombres son cuatro: masculino, femenino, neutro y común. Los números son dos: singular y plural. Los casos son seis: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, ablativo. De estos, dos se llaman rectos: el nominativo y el vocativo; los demás, oblicuos. El pronombre es la parte de la oración que, puesta en lugar del nombre, indica casi lo mismo y a veces recibe persona. El verbo es la parte de la oración con tiempo y persona, sin caso, que indica hacer algo, o sufrirlo, o ninguna de las dos cosas. El adverbio es la parte de la oración que, añadida al verbo explica y completa su significado. Los adverbios o nacen de sí mismos como heri (ayer), hodie (hoy), nuper (hace poco); o vienen de otras partes de la oración... como docte (doctamente, de doctus (docto)). El participio es la parte de la oración (así) llamada porque tomó una parte del nombre y una parte del verbo. Recibe, pues, del nombre, géneros y casos; del verbo, tiempos y significaciones; de los dos, el número. La conjunción es la parte de la oración que une y ordena el pensamiento. La preposición es la parte de la oración que, antepuesta otras partes de la oración, cambia o completa o disminuye su significado. La interjección es la parte de la oración puesto en medio de otras partes de la oración para expresar los afectos del mismo).

[18] Esta parte ha quedado bien documentada en el libro de Francisco Villar, Los indoeuropeos y los orígenes de Europa, Editorial Gredos, Madrid, 1996, 614 pp.

[19] Un trabajo bien documentado, véase mi conferencia Vocación y talento del maestro ante la crisis del humanismo y las humanidades, en el marco del XXIX Coloquio Nacional de Filosofía; “Las filosofías ante los grandes problemas mundiales”, organizado por el Círculo Mexicano de profesores de Filosofía A.C; Facultad de Filosofía Letras de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, 19 de octubre de 2017.

[20] La Atenea. Iniciación al griego. Método teórico-práctico. Lourdes Rojas Álvarez. Op. Cit; p. 373. Versión española mía.

 

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