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16 Marzo 2025, Puebla, México.

Fin de semana: Recuadros, comentarios y preguntas / Jorge Calles Santillana

Justicia /Gobierno /Sociedad civil organizada | Crónica | 11.MAR.2025

Fin de semana: Recuadros, comentarios y preguntas / Jorge Calles Santillana

Uno. Recuadro Uno: Llegamos todas”, afirmó la presidenta el día que tomó posesión del cargo y se comprometió a desarrollar un gobierno enfocado en el empoderamiento de las mujeres. No obstante, el sábado 8, fecha acordada por la Organización de las Naciones Unidas como el Día Internacional de las Mujeres, —con la finalidad de recuperar la memoria de varias luchas sociales emprendidas en varios puntos del planeta en pro de sus libertades y derechos, así como de desgracias letales ocurridas por decisiones irracionales de hombres con mentalidades opresoras— conmemoró la fecha solamente con un contingente de mujeres indígenas con las que se comprometió a luchar en contra del racismo y el clasismo.

La ceremonia tuvo lugar en el patio de un Palacio Nacional custodiado por vallas destinadas, según la misma presidenta, a resguardar la seguridad de las mujeres que protestarían a las puertas del recinto y de los policías encargados de protegerlo. Llegamos todas, dijo, pero no podemos admitir actos violentos. No le falta razón a la presidenta, ciertamente; sin embargo, habrá que recordarle que esas manifestaciones violentas se presentaron por primera vez en 2019, el primer Día de la Mujer del sexenio de López Obrador, como respuesta a su poca apertura a atender la grave problemática de género en el país. Convocatoria ésta que erosiona su slogan de asunción. Parece que no todas llegaron.

Recuadro Dos: En redes sociales y espacios domésticos se multiplicaron las felicitacionesexaltacionesreconocimientos agradecimientos a las mujeres. Sin ellas, se repitió hasta el cansancio, no hay vida. Sin ellas, se repitió también hasta el cansancio, no hay amor. Nos impulsan, nos inspiran, nos motivan, nos acompañan, nos hacen fuertes. Gracias, gracias, gracias. No en números similares, pero tampoco de manera escasa, circularon paralelamente descalificaciones a los movimientos feministas.

Una cosa es la defensa de las mujeres, se dijo, y otra la agenda feminista, la agenda de género cargada de absurdos y obsesiones. No faltó quien circulara un meme en el que se aprecia a una mujer portando un cartel con la leyenda “es más peligroso tener en casa a una feminista que a un violador”Difícil de creermás difícil de procesar. Pero prevaleció en las redes un ambiente de fiesta; también en el entorno exterior. No por algo, el Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP) sostiene que el 8 de marzo es una de las cuatro fechas del año en el que la demanda de flores se incrementa de manera significativa. Que las otras tres fechas sean el 14 de febrero, el 10 de mayo y el 18 de julio, días de San Valentín, de la Madres y de las Secretarias, respectivamente, ayudan a entender el significado social que para quienes las adquieren y regalan tienen esos ramos. Aun cuando regularmente son las mujeres quienes más adquieren flores (51 por ciento, según Interflora), en estas cuatro fechas se registra una conversión importante. Son hombres quienes las buscan como regalo.  No hay datos precisos, sin embargo, sobre la fecha del 8 de marzo, la inferencia es válida como hipótesis.

Recuadro Tres: El domingo 9, el Zócalo estuvo a reventar. 350 mil personas acudieron a saludar a la presidenta y a atender la información que daría sobre sus conversaciones y negociaciones con el presidente norteamericano, Donald Trump“No cederemos nuestra soberanía”, dijo categóricamente con una amplia sonrisa de boca, para que sus seguidores no tengan dudas. “México es grande y nadie lo someterá. Eso sí, mantendremos la cooperación con el gobierno vecino para evitar el ingreso del fentanilo. No queremos hacerle daño a ese país y a su población”, afirmó. Por si fuera poco, aseguró que los aranceles no dañarán a la economía mexicana, como dando por hecho que el 2 de abril será una fecha definitiva. Difícilmente, —parecía presumir la presidenta—, Trump optará por ampliar una vez más el plazo.  Mencionó cinco propuestas, ninguna innovadora, ninguna que no sea ya parte de su plan de gobierno, para hacerle frente a la embestida norteamericana. Saldremos adelante, sostuvo con convicción plena.

Enfrente, la cargada opositora conservadora no dejó de atacar el evento. Se ocuparon de ofrecer evidencias de acarreo, pero, sin duda, lo que más disfrutaron fue el video en el que se aprecia que Adán AugustoMonreal y Velasco, muy concentrados en salir bien en la foto en la que la figura principal es Andy López Beltrán, no registran el acercamiento de la presidenta a su grupo y reaccionan tardíamente a su paso. No hay duda de que fue una distracción, pero el comportamiento corporal de la presidenta deja ver que se sintió agraviada, tal vez porque la razón fuera el interés por quedar bien con el hijo del expresidente. Los involucrados cometieron el error de magnificar la pifia: se disculparon vía tuits con argumentos que ningún favor les hizo.

DOS. Este 8 de marzo fue el primero en la historia del país que la conmemoración tiene como marco a una mujer en la presidencia. Si Claudia Sheinbaum se lo hubiera propuesto, mediante una convocatoria plural —finamente planeada hasta en su más delicado detalle— habría podido poner fin a las protestas violentas y podría haber congregado a numerosos colectivos de mujeres de todos los niveles sociales y condiciones culturales para hablarle de frente al país patriarcal que seguimos siendo. Un ¡basta! de una presidenta de cara a las mujeres del país y con el establecimiento enérgico de una agenda puntual, integrada por políticas públicas y proyectos concretos orientados a atacar las violencias, injusticias y desigualdades en los sitios en los que ocurren y a las prácticas sociales que las hacen posible le habría dado, sin duda, un sello pro-mujer a su gestión que, con el tiempo, podría marcar una diferencia importante en las formas de pensar, sentir y actuar sociales hacia las mujeres.  Propuso, en cambio, diez programas entre los que sobresalen, sobre todo, reconocimientos. El más relevante, tal vez, sea el de los derechos agrarios de por lo menos 150 mil mujeres. Adicionalmente, la convocatoria a foros para delinear políticas a futuro.

Las realidades que enfrentan a diario las mujeres en todos los espacios en que confluyen cotidianamente requieren algo más que una propuesta débil. Los foros podrán ser relevantes, pero con el conocimiento extenso que ya existe sobre los padecimientos, injusticias y desigualdades de las mujeres, ¿no sería posible ya, y más conveniente, empujar una agenda más activa?

No deja de ser surrealista que el significado del 8 de marzo sea subvertido por una cultura patriarcal que siente permiso para volcarse en elogios —de naturaleza profundamente patriarcal— hacia las mujeres en un intento por lavar la conciencia por los agravios, atropellos, humillaciones y violencias que contra ellas ejerce el resto del año en todas sus formas y sin remordimientos.  La conmemoración de las luchas por la igualdad de las mujeres persigue hacernos ver que los frenos que se han puesto a las prácticas y representaciones sociales sobre las mujeres son, todavía, insuficientes. En vez de que demos rienda suelta a lo peor de la cultura patriarcal este día ¿por qué no nos ocupamos de reflexionar, el resto del año, sobre nuestros procederes y nos programamos para reconstruir nuestras concepciones sobre ellas y nuestros hábitos sociales?

Se entiende el manejo retórico de la soberanía como recurso para promover la unidad alrededor del poder en momentos críticos como el actual. No obstante, cabe la pregunta ¿por qué, mientras que Trump echa mano de la estridencia mediante calificativos como los de “terroristas” para referirse al crimen organizado y enfatizar su colusión con algunos sectores gubernamentales y miembros de la clase política, el gobierno mexicano, desde que López Obrador llegó a la presidencia, minimiza su existencia y en coyunturas como la actual se les menciona sólo haciendo referencia al flujo de fentanilo y a la inseguridad que en algunos momentos provocan?

¿Por qué estos últimos dos gobiernos no mencionan abiertamente al crimen organizado como una fuerza disruptiva del orden político y social y no lo declaran un actor al que urge someter para evitar que las estructuras económicas y sociales colapsen? ¿Por qué en momentos en que el gobierno norteamericano se erige como la única fuerza que menciona los problemas del país por su nombre el gobierno mexicano prefiere desviar el debate hacia la soberanía? ¿No terminaremos, como país, confundiendo soberanía con la defensa de los cárteles? ¿Por qué el tímido discurso?

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