Cholula es uno de los centros urbanos mesoamericanos que aún conserva parte de su legado arquitectónico. Conserva aún fisonomía y elementos de la arquitectura urbana mesoamericana, conformada por un gran conjunto de edificios que son parte del legado arquitectónico del México antiguo. Con formas de organización espacial del territorio que surgieron y dieron origen a la urbanización en Mesoamérica a través de los desplazamientos humanos ocasionados por diversos factores culturales o naturales como la sismicidad, el vulcanismo, las inundaciones y por acción del ser humano, que dieron origen a nuevas estructuras que pasaron de aldeas a una diversidad de asentamientos y formas de organización espacial como centros urbanos.
El desarrollo cultural dio origen a obra urbana de infraestructura, eran asentamientos permanente ocupados, poblados y extensos, con una organización política jerarquizada y centralizada, conformada por una organización estratificada y heterogénea que compartía una identidad cultural, relaciones sociales reciprocas y unida a través de la ritualidad y la cosmovisión mesoamericana. Estas ciudades fueron representaciones del cosmos, con diversas orientaciones en sus edificios y calzadas de acuerdo con el sol o grupos de estrellas, fueron reproducciones de la geografía sagrada donde habitaban las deidades, se encontraba el poder del gobernante. Montañas artificiales eran los centros de poder y eran reconocidos por su población sujeta. Cada ciudad era considerada como el punto de origen del pueblo, pero también la entrada a la montaña sagrada donde habitaban los ancestros, el agua y el maíz que dan sustento al ser humano.
Las plazas mesoamericanas no tenían un modelo general, existía una diversidad en su forma y función, es decir de acuerdo con los intereses de sus habitantes, de cómo concebían el mundo y su entorno. Las formas podían ser radial, lineal, reticular, sectorial, de múltiples núcleos, de acuerdo con su función o a las actividades que desarrollaban, que podían ser reales, rituales, astronómicas, administrativas, comerciales militares. De ahí el encanto de las ciudades prehispánicas como Cholula.
La Gran Plaza de Cholula era cívico religiosa y mercantil, por ser la ciudad sagrada del Altiplano Central. A la llegada de los conquistadores españoles, Cholula fue transformada con el inicio de la tributación a la Corona española en 1535. Al recibir el título de ciudad por la real cédula el 27 de octubre de 1537 se produjo la mayor transformación, dictándose la traza reticular de la nueva ciudad colonial en 1542; en 1543 Juan Francisco, maestro Alarife, midió “la legua de tierra por cada viento, media cada una de llano, desde el centro e iglesia de dicha ciudad”, esta área comprendía la casa de los tecpan y de los pili, para dar a la ciudad la forma de una ciudad renacentista, congregando a los indígenas, dándoles solares, para someterlos a la traza reticular, emprendida no por el Estado sino por la Iglesia, para la conversión de los indígenas.
Se obliga así la congregación del pueblo en la forma de nuevas comunidades; al mismo tiempo, para fortalecer la nueva religión se induce al pueblo hacia el espacio cubierto, pero no se consigue; los indígenas fueron denigrados por los conquistadores de la forma más cruel que se pueda uno imaginar para aceptar la congregación habitacional y los espacios cubiertos del cristianismo. Marginándolos para vivir dispersos, en pequeñas aldeas desperdigadas. La ciudad virreinal fue construida sobre la traza preexistente.
La plaza de la nueva ciudad de Cholula no es un cuadrángulo, sino más bien un trapezoide, aglutina los edificios más importantes, tanto civiles como religiosos. Al oriente el convento de San Gabriel; al poniente las casas reales, precedidas por los imponentes portales; al norte la parroquia de San Pedro; y al sur casas particulares y comercios.
La plaza tiene las siguientes medidas: de oriente a poniente 296.18 varas (247.60 m); del lado sur y en la parte norte 277.90 varas (232.32 m); en el sentido norte sur, en la parte oriente de la plaza, 248.13 varas (207.43 m); y en la parte poniente 240.68 varas (201.20 m). Sacando un promedio tenemos un área de 70,152 varas, esto es 49,026.22 m2, lo que representa un espacio enorme; posiblemente el levantamiento no sea el original y haya sido mayor, pues la colindancia norte del convento no coincide con la de la plaza.
Las modificaciones al espacio abierto comenzaron desde fecha muy temprana, como podemos ver en el plano de 1581 realizado por Gabriel de Rojas. El Camino Real a México, “México ohtli” (“ohtli” o “útil” quiere decir camino), hoy Avenida Hidalgo, que tiene 9.04 varas de ancho y pasa por el sur de la plaza. En la parte norte pasa el “Uexotzinco ohtli”, hoy Avenida 4 Oriente, que tiene de ancho 18.50 varas, en modificaciones posteriores disminuye en la parte poniente a 10.96 varas. La otra calle que cruza la plaza es la calle 2 Norte, que también tiene una anchura de 18.50 varas. El plano histórico incluye otro camino que sale en la parte norte de la plaza, el “Tlaxcallan ohtli”, y que suponemos coincide con la calle 5 de Mayo, donde Gabriel de Rojas ubica la Audiencia en un edificio con portales. Este lugar está ocupado hoy por la parroquia, y los portales se encuentran en la parte poniente de la plaza. En el plano se observa una fuente y el lugar donde se colocaba el tianguis.
El mapa que acompañó a la Relación Geográfica de Gabriel de Rojas representa al cuerpo de la ciudad de forma imaginaria, no es más que una representación esquemática de la ciudad, a la que agregó elementos como el Tlachihualtepetl, la cabecera, el topónimo, los caminos, la ubicación de la casa del corregidor, la audiencia y el tianguis. Kluber concluyó que “cada manzana del mapa de 1581 corresponde a seis o nueve manzanas modernas trazadas en una cuadricula de 1581 y se cambió el eje largo de cada manzana cuando las grandes manzanas se subdividieron; también señala que la simetría de las cabeceras que se observan en el mapa no es real, al representar a las cabeceras observamos seis iglesias junto al cerro, templos que representan la edificación antigua de las iglesias de cada cabecera o barrio, observando errores en la ubicación de la iglesia de San Miguel, que se encuentra situada a una cuadra al norte del convento franciscano, en lugar de atrás del convento, dividiendo y desviando el camino a Puebla, mismo que pasaba junto a la pirámide. Un error más es la ubicación de San Andrés: no se ubicaba en la cuadra siguiente a San Miguel, sino entre San Miguel y San Andrés, mediando ocho manzanas, y San pablo no se encontraba a una cuadra del centro de Cholula, sino a seis cuadras de distancia del centro de Cholula.
Cholula con la traza reticular, estableció una plaza y en torno a ella se estableció la nueva clase dominante, llamando a todas las áreas con el nombre de Centro de la Ciudad, caracterizándose Cholula en el siglo XVI como un lugar donde se enfrentaron y se manifestó el poderío de los nuevos burgueses, dominando a los indígenas a nivel económico, en el aspecto social y cultural.



