En el patrimonio biocultural de México existe una bebida fermentada conocida como pulque, una bebida con la que se practicaba la embriaguez ritual, misma que se permitía dependiendo de la jerarquía, el privilegio y la profesión en tiempos y circunstancias determinadas. Se bebía sin exceder el límite de cuatro tazas que representaban a los cuatro rumbos, si bebían más de cuatro se embriagaban, el efecto de la embriaguez se producía al ingerir la quinta jícara, aunque también se utilizaban otros recipientes dependiendo del rango y la edad del bebedor, como es el ometochtecómatl, un recipiente para honrar a los dioses, hecho de piedra en forma de conejo, donde se bebía el pulque con caña; el ticuiltecómatl, un vaso de tres pies alados con una nariguera alada; la jícara (xicalli), vasija de madera o de calabaza pequeño, el xoma (xomatli, macuilloctli), un recipiente elaborado con la penca de maguey, cortada en la parte de la acanaladura para beber pulque en la época prehispánica, cajete (caxil) de barro cocido, coloridos y decorados; y el tecomatl, un jarrón para depositar el pulque. Este tipo de recipientes se encuentran en el museo de sitio de Cholula. En la época actual los recipientes que se utilizan para beber el pulque son el chivo, la catrina y las jícaras de guaje (proveniente de las plantas de la familia de las calabazas).
La embriaguez ritual comunitaria se podía realizar una vez al año en fiestas especiales, por pensarse que el pulque debía nutrir a los dioses para mantener el orden del Universo. El objetivo principal de la embriaguez ritual era lograr una mejor interpretación de los mensajes que enviaban los dioses. Se utilizaba pulque y alucinógenos por ser sagrados y haber sido creados y enviados por Ehecatl; su efecto originaba una embriaguez ritual y sagrada; se destinaba solo a sacerdotes y ancianos para recibir los mensajes de los dioses, para convivir y alegrarse.
A los guerreros próximos a morir se les daba a consumir para entrar en un estado de relajación; Tezcatzoncatl era a quien se atribuía los efectos embriagantes del pulque. La embriaguez ritual se lograba bebiendo pulque agregando o consumiendo hongos, raíces, semillas y plantas comúnmente consideradas como divinas, porque al igual que el ser humano tenían espíritu que los identificaba y guiaba por mundos alternos en los que se debería ingresar con cautela, precaución y la protección de los dioses.
Las hierbas y hongos que se adicionaban al pulque o consumían a la par de beber son alucinógenos para lograr una embriaguez ritual. Estas se relacionaban con Tláloc porque nacen en tiempo de lluvias; las obtenían a través del tributo y comercio para originar junto con el pulque sueños y adivinaciones. Los hongos y plantas sagradas utilizadas en la embriaguez ritual son el peyote (Echinocactus williamsii Lem. ex Salm-Dyck), lo comían o adicionaban al pulque fresco o deshidratado, para lograr alucinaciones visuales coloridas, traspasar los tiempos de los mortales, predecir el futuro y adivinar. El efecto se debe a la mezcalina, una sustancia química que induce náuseas, vómitos y síntomas como midriasis, diaforesis, hipertensión, taquicardia, temblor, alteración en el tiempo y el espacio, visiones y risa. El efecto del cactus generalmente duraba en promedio de dos a tres días. El picietl o tabaco (Nicotiana rustica), la sustancia activa la mezcalina, la utilizaban sacerdotes en los rituales, generalmente la llevaban consigo en un huaje o calabazo lleno de polvo del mismo. En los templos siempre había picietl colocado en bolsas o jarritos para guardarlo, formaba parte de la ofrenda a los dioses. Lo fumaban, inhalaban o masticaban, se fumaba con cáñamo a manera de puro u hojas enrolladas para limpiar el cuerpo y el alma, entrar en trance y comunicarse con los dioses. O bien, se mezclaba con toloache para potenciar el efecto.
El pulque podía consumirse adicionando hongos llamados teonanacatl; las especies utilizadas eran Psylocibe mexicana y Conocybe siligienoides, alucinógenos cargados con altas cantidades de psilocibina y psilocina; alquilamina y dimetiltriptamina, se consumían frescos, secos y en polvo. Las semillas del toloache, nenxehuatl, toloatzin, toloa, tlapatl o tzitzintlápatl (Datura stramonium L.; Brougmansia sp.; tecomaxochitl (Datura ceratocaulis) (Datura innoxia Mill.), mixil (Datura discolor Bernh.). Hierbas con alto contenido de alcaloides derivados del ácido lisérgico (LSD) como atropina, escopolamina, ergina, amida del ácido lisérgico (ergina e isonergina), hiosamina, ajmacilina, serpentina y otros derivados del tropano.
Se utilizaban para entrar en estado de trance, mayor percepción de la consciencia, crear estados de delirium con alucinaciones intensas. Sus efectos son euforia, despersonalización, distorsión del campo visual, aislamiento del ambiente circundante, enrojecimiento cutáneo facial, sudoración, taquicardia e incremento de la presión arterial. Así como sequedad en boca, retención vesical, aumento de alucinaciones, fatiga, cefalea, sensación de bienestar.
Las semillas de olioluqui, coaxihuitl o Manto de la Virgen (Convolvulus corymbosus L.) y tochtetepo, tlitlitzin (Ipomoea violácea L.) contienen grandes cantidades de amida y de hidroxietilamida del ácido lisérgico (LSD) por su estrecha relación con la dietilamida del LSD, se utilizaban para comunicar con espíritus que pertenecían al mundo de lo sagrado. Favorecen el estado de trance, se utilizaban molidas en polvo, ingiriendo agua para inducir ilusiones visuales, euforia, alteraciones amnésicas y somnolencia. El lirio de agua (Castalia ampla Salisb.), una planta asociada a la muerte, los dioses, el inframundo y la otra vida, se empleaba para prácticas adivinatorias y de éxtasis, comunicarse con las deidades, las fuerzas de la naturaleza y convertirse en la personificación del maíz y la lluvia. El pipiltzintli (Salvia divinorum Epling & Játiva) receptor del opioide kappa; sus efectos son intensos, favorece introspección placentera, falta de atención a lo circundante, mayor sensibilidad a los estímulos luminosos y sonoros; utilizado para prácticas adivinatorias; sus efectos nocivos: disminución de la presión arterial y cefalea. La hierba que señala Francisco Hernández para fermentar la bebida es el ocpatli o cuapatli (Mimosa angustissima Mill.), se utilizaba para incrementar su fuerza embriagante del pulque, es fuente de digitoxina, estimulante del corazón, lo que determinaba que fuera más enérgico el efecto de la bebida.
El consumo del pulque con estas plantas y hongos se realizaba en las fiestas de la cosecha, simbolizaba la abundancia y fertilidad. Cuando desaparecía el efecto de la embriaguez, entonces se fumaba tabaco mezclado con liquidámbar y carbón, indicando con esto el final del gran banquete.
Literatura:
Tlapa, A. Margarita y J. Zamora Romero. La Tlahuanca la Fiesta de la Borrachera espiritual. 2023
