Bartolomé fue uno de los apóstoles de Jesús, mencionado en los tres evangelios sinópticos, siempre en compañía de Felipe. En el Evangelio de Juan, donde no aparece con el nombre de Bartolomé, se le ha identificado con Natanael, que también está relacionado siempre con Felipe y fue uno de los discípulos a los que Jesús se apareció en el Mar de Tiberiades después de su resurrección, la tradición asimiló a Bartolomé y a Natanael como uno solo. Según Mateo, Marcos y Lucas, Bartolomé fue uno de los doce apóstoles; relata el evangelista que cuando vio Jesús que se acercaba Natanael dijo de él: “Este sí que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño”. Según los Hechos de los Apóstoles fue también testigo de la ascensión de Jesús. Bartolomé evangelizó Asia Menor, el noroeste de la India y la Gran Armenia. La tradición armenia le atribuye también la predicación del cristianismo en el país caucásico, junto a Judas Tadeo. Ambos son considerados santos patrones de la Iglesia apostólica armenia , puesto que se cree fueron los primeros en fundar el cristianismo en esas regiones. En este último país, mientras predicaba a los idólatras, Bartolomé fue arrestado y condenado a muerte un 24 de agosto. San Bartolomé es venerado como santo en la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y otras denominaciones cristianas.
Martirio de Bartolomé
Su martirio y muerte se atribuyen a Astiages, rey de Armenia y hermano del rey Polimio, a quien Bartolomé habría convertido al cristianismo. Como los sacerdotes de los templos paganos, que se estaban quedando sin seguidores, protestaron ante Astiages de la labor evangelizadora de Bartolomé, Astiages mandó llamarlo y le ordenó que adorara a sus ídolos. Ante la negativa de Bartolomé, el rey ordenó que fuera desollado vivo en su presencia hasta que renunciase a su Dios o muriese. En la Capilla Sixtina, pintada por Miguel Ángel, la piel que tiene san Bartolomé en sus manos contiene un autorretrato del mismo autor, detalle que no se descubrió hasta bien entrado el siglo XIX. En el colgajo de piel se pueden distinguir con total nitidez las facciones del pintor.
¿Por qué se dice que el 24 de agosto el Diablo Anda Suelto?
San Bartolomé Apóstol sometió al diablo. La fiesta litúrgica de san Bartolomé Apóstol es cada 24 de agosto, el mismo día que la creencia popular señala como un día fatídico en el que está suelto el diablo. La leyenda cuenta que San Bartolomé era dueño de una región importante en un valle, por lo que generó la envidia y codicia de muchos, lo que propició que el Diablo aprovechara la situación de varias maneras y, se dice, retó a Bartolomé a una carrera en el monte. Quien ganara se quedaría con todo. Al ver que durante la carrera el Diablo tenía ventaja sobre él, San Bartolomé clamó a Dios para no perder, fue entonces que el santo se hizo tan fuerte que de un salto cruzó al otro lado del caudaloso río, aterrizando en una piedra que le permitió continuar su carrera. El diablo intentando lo mismo, estaba a mitad de camino y se hundió en el río y se ahogó. Por ello se dice, que el Diablo busca venganza cada 24 de agosto (día en el que San Bartolomé murió), y hace “maldades” a los fieles creyentes. Algunos tienen la creencia que el Diablo sale, desde el 23 de agosto a las 11:00 horas para comenzar con sus fechorías, ocasionando accidentes u otro tipo de cosas que ponen en peligro a las personas de fe. Incluso hay quien ni siquiera sale de sus hogares este día, por temor a que le pueda ocurrir algo malo o catastrófico. Según cuenta alguna leyenda, a las 23:00 horas del 23 de agosto se le salen las cadenas al Diablo que lo tienen atado al infierno. Desde ese momento, hasta el día siguiente, sale a las calles para provocar accidentes y maldades que pueden derivar en consecuencias fatales.
Reliquias. Se cree que sus reliquias reposan en la iglesia de San Bartolomé en la Isla Tiberina de la ciudad de Roma. Algunas partes del cráneo son veneradas en la Colegiata de Fráncfort del Meno. Según la tradición armenia, el Monasterio de San Bartolomé fue fundado por el rey arsácida Sanatruk en el siglo I sobre la tumba del apóstol, quien lo curó de la lepra.
Patronazgo. San Bartolomé, su iconografía lo representa frecuentemente con un cuchillo símbolo de su martirio y es el patrón de aquellos que trabajan las pieles, fabrican o usan cuero, guantes, abrigos, cinturones y botas, encuadernadores, fabricantes de libros, pastores y vaqueros. También de las modistas por llevar su piel sobre los brazos. Era sanador de las convulsiones, crisis espasmódicas y enfermedades nerviosas en general.
Mitos y leyendas aparte, los relatos de Bartolomé nos enseña la importancia de la valentía y la fidelidad a pesar de las adversidades. También, a los creyentes, les recuerda la necesidad de perseverar en la fe incluso en medio de la persecución y el sufrimiento. Finalmente, algunas de las oraciones a Bartolomé instan a tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible… “Que, siendo mi protector, me protejas de mi propio egoísmo”. Para reflexionar.
Procesión con la imagen de la parroquia de San Bartolomé en Cólliga (Cuenca).
Icono de San Bartolomé apóstol.
Martirio de San Bartolomé, iglesia en Hungría.
San Bartolomé (detalle de la Capilla Sixtina).
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Martirio de San Bartolomé pintado por Mattia Preti
Martirio de San Bartolomé.
Imagen de San Bartolomé en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Vellisca).
Iglesia de San Bartolomé, Gavín, Huesca, España.








