Alquimia de poder

Esta maravillosa foto que circula en redes, es del foto periodista @jesquintanar de @Milenio
El 15 de noviembre de 2025 se terminó de develar la realidad de un México en franca y abierta convulsión social, indignación, polaridad y desesperación de una sociedad que se montó en el llamado de sus jóvenes para sumarse a tomar las calles del país, como objetivo central, el zócalo de la ciudad de México y como destino final, la desafiante intención de entrar a Palacio Nacional.
La marcha de la generación Z transmutó en una amplia participación de ciudadanos de todas la edades y condiciones quienes se sumaron al entusiasmo de los jóvenes que avanzaban desde temprana hora con su bandera.
Muchos rostros de jóvenes con su playera blanca, gorras, agua, mochila. Sonrientes y gritones.
De esas imágenes sui generis que se graban en estas circunstancias fue la de una mujer con su botella de agua bendita, dándole la bendición a uno de los jóvenes que cubierto del rostro, agradeció el gesto.
Mucha ciudadanía igual que políticos y los oportunistas de siempre que se montan en este tipo de actos para abanderar causas.
La imagen de los jóvenes cubiertos del rostro, algunos con playeras blancas y negras no se podían ignorar por la rapidez con la que avanzaban y se movían entre el contingente.
La ciudadanía que llegó a la plancha del zócalo fue una marea de voces y gritos que dejaron en claro que ya no se trata de derechas, centros, o izquierdas. Se trata de una realidad que rebasó al Estado, pero también a nosotros como ciudadanos.
Consignas, gritos, recuerdos de seres que desaparecieron, que murieron, que son extorsionados, que son perseguidos, amenazados.
Esa enorme marea se plantó desafiante en un zócalo capitalino sitiado. En los altos de Palacio Nacional se observaban las siluetas de quienes desde ahí comunicaban con radios, el desplazamiento de los manifestantes.
Las voces de consigna por momentos se confundían entre los gritos aguerridos de los jóvenes y las banderas de muchísima gente madura que se mantuvo detrás de la llamada generación Z, donde no todos cumplían el requisito, pues había jóvenes mayores de 25 años que lideraban diferentes grupos.
El ánimo empezó a elevarse, las placas de acero retumbaban frente a las embestidas de los jóvenes. Ellos empezaron a ganar terreno.
Las placas se tambaleaban, los jóvenes escalaban, los gritos se agudizaban, el gas pimienta se incrementaba. Era el momento para tomar el control.
Parte de Guerra de un Alquimista
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