diciembre 15, 2025, Puebla, México

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Confiar e inspirar, el nuevo liderazgo / Xavier Gutiérrez

Esta nueva corriente avanza en el mundo sepultando la obsolescencia de Mandar y Controlar

Lenta pero firmemente está surgiendo en el mundo un nuevo liderazgo en todos los planos, que significa un cambio profundo para bien, y sin embargo muchos no están enterados. Unos están con tal comodidad en su estado de confort que ni siquiera lo advierten.

Otros se resisten con todas sus fuerzas a aceptarlo, lo rechazan. Otros más   lo intuyen, pero la inercia de su interior y la que los rodea levantan una muralla.

in embargo, otros más, los más conscientes, abiertos a los cambios y con una profunda visión, sentido humanista y progresista, lo están adoptando e incorporando exitosamente en muchos frentes. Están de acuerdo en que es el liderazgo del presente y el futuro, sin la menor duda.

Se denomina Confiar e Inspirar y es todo lo contrario a Mandar y Controlar, el modelo que ha regido las relaciones de poder durante décadas en empresas, organizaciones profesionales y civiles, sindicatos, universidades, instituciones públicas y privadas y en la familia misma.

Su promotor es Stephen M. R. Covey, un genio mundial del liderazgo y desarrollo humano, quien concita la simpatía, coincidencia y apoyo de más de 50 de los hombres más poderosos en los Estados Unidos en una gran diversidad de instituciones, particularmente en el mundo empresarial. En realidad, ningún campo donde haya seres humanos para proyectar y realizar algo en provecho propio o general   está vedado a esta innovación.

Y cada día este concepto del nuevo liderazgo suma millones de adeptos, empezando por las empresas icónicas de diversos países, gobiernos, inclusive el mismo ejército de los Estados Unidos.

Covey y su equipo sostienen que prácticamente en todas partes Mandar y Controlar consiste en que se hagan las cosas, pero ignorando el poder potencial de los individuos que ejecutan esas tareas; es también una forma de ser eficiente con las personas, intentar motivarlas en lugar de inspirarlas; es asimismo, ver el interés propio y la competición más que fijar la atención en el servicio y el cuidado.

Consiste, de igual modo, en gritar las órdenes para que todos hagan exactamente aquello que se espera que hagan; no porque quieren sino porque “tienen” que hacerlo. En resumidas cuentas, se trata de controlar a las personas en vez de liberar su potencial.

Dice textualmente: “El juego ha cambiado radicalmente. ¿Entonces por qué tantos de nosotros seguimos aferrándonos al viejo estilo de liderazgo? Operar hoy en día desde un paradigma de Mandar y Controlar es como intentar jugar al tenis con un palo de golf. El instrumento es completamente inadecuado para la realidad, para el juego en cuestión.”

Confiar e Inspirar, en cambio, es la nueva forma de liderar: su objetivo es liberar el talento y el potencial de las personas, -empoderarlos e inspirarlos de veras- más que intentar contenerlos y controlarlos; busca confiar en que las personas hagan lo correcto e inspirarlas para que realicen funciones significativas.

(Inspirar, dice el diccionario, es infundir o hacer nacer en el ánimo o la mente de otro, afecto, ideas, designios. Es sentirse motivado por alguien o algo para el desarrollo de la propia creación. Encontrar su atractivo, incentivo o modelo en algo o alguien; es el estímulo para motivar o alentar. Inspirar, en su raíz latina significa “respirar dentro”.)

Al exponer su teoría, la ilustra con un sinfín de casos de empresas, familias, corporaciones importantes de distintos países, que hoy aún mantienen el obsoleto sistema de liderazgo de Mandar y Controlar, que conduce a la coerción, la sumisión, la contención y, en última instancia, al estancamiento.

Agrega que es normal que en el pasado, Mandar y Controlar lograra el cumplimiento de los hijos, los estudiantes y los empleados, pero indudablemente que no despertaba la creatividad y el entusiasmo, la inspiración o el compromiso; y con toda certeza -subraya- no hará ninguna de esas cosas en la actualidad.

Insiste en que hoy el juego ha cambiado. Y, no obstante, gobiernos y empresas de todos los tamaños, se mantienen en el pasado de ese modelo de liderazgo y organización, tratando de ignorar que hoy el mundo, a partir de la valoración del ser humano, los estudios psicológicos, los avances en materia de desarrollo humano y productividad, apunten hacia otra dirección, la brújula señala hacia Confiar e Inspirar.

Su argumentación es riquísima, avalada con la ejemplificación de estadísticas, empresas que fracasan y cierran o pierden grandes fortunas por aferrarse al modelo antiguo de Mandar y Controlar, a pesar de demostrar en su trabajo y propuesta que hay cinco fuerzas emergentes que objetivamente   dimensionan la marcha del mundo en otro sentido. Y las cita:

La naturaleza del mundo ha cambiado, la naturaleza del trabajo ha cambiado, la naturaleza del lugar de trabajo ha cambiado, la naturaleza de la fuerza laboral ha cambiado y la naturaleza de la elección ha cambiado.

Refiere cómo la pandemia de COVID-19 y los avances tecnológicos imponen modalidades impensadas hace algunos años y el acceso a cualquier cosa desde cualquier lugar del mundo.

Covey y su equipo fundamentan las razones del nuevo liderazgo en un profundo estudio, pero además le incorpora casos ejemplares donde el nuevo modelo de Confiar e Inspirar aportan resultados demoledores.

Uno de ellos, por ejemplo, es el de Satya Nadella, una mujer ejecutiva de la India, quien al hacerse cargo como directora ejecutiva de Microsoft en 2014 (una empresa con más de cien mil empleados), adoptó una serie de cambios dirigidos a confiar e inspirar en ellos y en su trabajo y al cabo de un tiempo esto dio como resultado que dicha empresa con un valor en el mercado de 300 mil millones de dólares, llegase a 2 billones, siendo la segunda compañía en la historia que consigue una valoración tan alta.

Esta referencia es tan solo una del riquísimo muestrario que se documenta y expone y que tiene como síntesis estos dos conceptos hermanados: Confiar e Inspirar.