Ciudad | Crónica | 15.ABR.2021
Ciudad de los Ángeles: 490 años de una urbe extraordinaria
Férrea memoria
Todas las fotografías fueron tomadas por Moisés Ramos.
La Ciudad de los Ángeles, hoy Cuatro veces Heroica Puebla de Zaragoza, fue fundada para luchar contra el régimen de encomienda de indígenas y tierras, en lo que hoy es México, tal como existía entre 1529 y 1530.
Desde esa época y hasta la consumación de la Independencia, de acuerdo con los libros de cabildo, la urbe se llamó oficialmente Ciudad de los Ángeles, nunca, ni remotamente Puebla de los Ángeles.
Los constructores de la ciudad fueron, principalmente, indígenas de los antiguos tlatocayotl o señoríos prehispánicos de Tlaxcala y Cholula, aunque también colaboraron naturales de Calpan, Huejotzingo, Tepeaca, Totomihuacán (hoy Totimehuacán) y Texcoco, incluso de Tlatelolco y México.
“El cuento del sueño del obispo Garcés se debe al autor de la Narración de la Maravillosa aparición del Arcángel S. Miguel, el padre jesuita Francisco de Florencia (1692)”, tal escribió en 1934 y publicó en 1936 Hugo Leicht.
El entonces bibliotecario de la Biblioteca Palafoxiana, se había unido a un grupo de interesados en dilucidar cuál fue el día y el año de la fundación de la Ciudad de los Ángeles, a propósito de los 400 años que cumplió la urbe en 1931.
“El cuento del obispo” de Tlaxcala, Julián Garcés de que los ángeles fundaron la ciudad, fue publicado más de 160 años después de la que se da como fecha oficial del establecimiento de la Ciudad de los Ángeles, 1531.
Garcés, por supuesto, ni se enteró de que había tenido tal “sueño”. Había muerto en Tlaxcala el 7 de diciembre de 1541.
En los Anales de Tecamachalco, crónica indígena de los siglos xvi-- xvii, se lee que los tlaxcaltecas no permitieron el establecimiento de los españoles en su territorio, el cual les había prometido Hernando Cortés sería independiente por la ayuda que le habían presentado en la lucha contra los mexicas:
“En el año 13 Pedernal [1531] se establecieron los españoles en Cuetlaxcoapan... Quisieron establecerse en Tlaxcala, pero no lo permitieron los señores”.
En los Anales de Puebla, Cholula y Tepeaca se lee:
“Año 13 pedernal. Se fundó la ciudad de los Ángeles. Fue a causa de los tripas blancas [los españoles], en Cuetlaxcoapan, hoy de los Ángeles y Nuestra señora Conquistadora...”
Salmerón recibió la orden de la reina española, que buscara un sitio para fundar una colonia de españoles en la naciente Nueva España.
El lugar “hallado” fue Cuetlaxcoapan o Cuetlaxcolapan, como se lee en diversos Anales y relaciones indígenas del siglo xvi.
En la Historia Tolteca-Chichimeca, lo mismo que en un libro de Gerónimo de Mendieta se lee que aquí, en el valle donde ahora está asentada la Cuatro Veces Heroica Puebla de Zaragoza, fue señorío de Ehecatl y Xólotl, quienes, anota Mendieta:
“...Vivían en Cuetlaxcoapan y Huitzilapan, donde ahora es la Ciudad de los Ángeles”.
La urbe angélica. Se sabe hoy con base en documentos diversos, tuvo varios “ensayos” y fundaciones.
La fundación en el lugar que hoy ocupa el centro histórico de la ciudad (posiblemente realizada en 1532), perteneció a los cholultecas, quienes le entregaron el terreno a los españoles, después de que los tlaxcaltecas les negaran establecerse en su señorío, según relata quien entonces gobernaba a los cholultecas, don Gabriel Chichimecahuatzin, señor de los chichimecas:
“Les dimos el Valle, allá, cerca del río [Atoyac]”.
Si los naturales de estas tierras, de los sometidos señoríos de Tlaxcala, Huejotzingo, Calpan, Tepeaca, Texcoco, Tlatelolco, México y Cholula realizaron la erección de la que sería la Ciudad de los Ángeles, fue, sin duda, porque preferían ese trabajo a ser parte de una encomienda.
Si bien la fundación de esta urbe —y, posteriormente la de otras— no acabó con la encomienda, también lo es que los naturales, en este caso acordaron con el oidor Juan de Salmerón el intercambio: mano de obra barata, casi gratis —sólo a los indígenas de la encomienda de Saavedra se les daba de comer— para no tributar.
En los más antiguos documentos que poseemos, podemos leer las gestiones que Juan de Salmerón hizo para que los naturales cedieran sus tierras: primero la parte del valle que perteneció a los totomihuacas, y posteriormente el que fue de los cholultecas. Más adelante, serían acuerdos del oidor con los señores de Calpan, Quecholac, Tepeyacac y Cuautinchan, a fin de delimitar la Ciudad de los Ángeles y esos señoríos.
Razones son obras, son amores
Españoles que hasta 1530—1531 no habían recibido encomiendas, es decir, repartición de pobladores naturales de estas tierras para recibir de ellos tributo y usar de los hombres y mujeres para el servicio personal, sobre todo viejos conquistadores y soldados, “vivían semierrantes y sin ocupación fija… vivían a menudo a costa de los indígenas…y les daban malos ejemplos. Se trataba de convertirlos en labradores dedicados al trabajo de la tierra, sin esperar todo de la obtención de la encomienda”; fueron ellos una razón de la fundación de la Ciudad de los Ángeles.
“Crear un núcleo español para hacer más seguras las comunicaciones vitales de México con la Metrópoli” (los viajes de la antigua Tenochtitlán a Veracruz para ir hacia España, y de Veracruz llegando de España hacia la capital conquistada) fue otra razón de la fundación de la Ciudad de los Ángeles; y una más, no menos importante fue el crear un emplazamiento, base militar si los españoles necesitaban agruparse y defenderse de los naturales de la entonces Nueva España
La Ciudad de los Ángeles, hoy Cuatro veces Heroica Puebla de Zaragoza fue fundada a petición de Julián Garcés, primer obispo de Tlaxcala y de los frailes menores o franciscanos; por una orden de la reina Isabel de Portugal, esposa del emperador Carlos v de Alemania, i de España; fue instituida por Juan de Salmerón con apoyo de los franciscanos que buscaban implantar la Utopía del Renacimiento en lo que hoy es México, lo mismo que poner en práctica las ideas del Milenarismo para establecer, aquí en la Tierra, la Ciudad de Dios.
En el siglo xvi, cuando fue fundada la Ciudad de los Ángeles “dos discursos orientados a presentar opciones de solución perfecta a los problemas sociales”: la Utopía y el Milenarismo.
Así, la Ciudad de los Ángeles no fue únicamente una opción ante el problema de los españoles vagabundos a nueve años de la caída de Tenochtitlán, ni la solución a la encomienda de indígenas a viejos conquistadores; tampoco fue únicamente la construcción del emplazamiento en el que se refrescarían los viajeros que iban del Puerto de Veracruz a la ciudad de México y viceversa; menos aún fue el simple establecimiento de un emplazamiento militar. No.
La fundación de la Ciudad de los Ángeles obedece a la idea, basada en la Utopía y el Milenarismo de ser, como las urbes ahí descritas “soluciones de sociedad y ciudad a un tiempo.”
Por lo anterior, en la Ciudad de los Ángeles se estableció una sociedad de agricultores y artesanos —como estaba escrito en la Utopía, de Tomás Moro, modelo tomado por los fundadores de la Angelópolis— por lo que no es casual que se haya extendido el dominio de los angelopolitanos a Atlixco —Val de Cristo y posteriormente Villa de Carreón—, pues la agricultura y la artesanía eran las bases planteadas en el modelo utópico de Moro para mantener la economía de la ciudad ideal.
Cierto es que la traza cuadriculada, de damero o ajedrezada de la Ciudad de los Ángeles fue retomada de las propuesta Renacentistas de lo que la urbe debe ser, y cuál debe ser su arquitectura, pero también lo es el que ésas propuestas no eran sino el retorno no sólo a la construcción de una ciudad suficientemente aireada y asoleada para garantizar la salud pública; o protegida por tres cerros y su calles rectas que llevan a un centro —previsión de defensa militar— sino también es la muestra de la revaloración de la idea del establecimiento de la ciudad perfecta.
Fundada fundación
Pese a que se ha manejado como fecha oficial de la fundación de la ciudad el 16 de abril de 1531, no cabe duda que hubo ensayos anteriores a esa fundación, y la ciudad no estuvo establecida de manera definitiva sino hasta 1534.
Otra fecha considerada como la de la fundación de la ciudad —que cuenta con algún apoyo documental— es la de “la víspera” y el día 29 de septiembre, la cual para el historiador Mariano Fernández de Echeverría y Veytia correspondería a 1531, aun cuando no existe base alguna para dar como cierto ese año.
Pero ¿por qué no hay una fecha exacta de la fundación, del establecimiento de la ciudad? ¿Por qué las dudas? En parte se debe a la pérdida de los dos primeros libros del Cabildo de la antigua Ciudad de los Ángeles.
Pedro López de Villaseñor, en 1781, al recopilar los documentos del Ayuntamiento poblano, hoy en el Archivo Histórico de la ciudad, escribió en su libro Cartilla vieja… de la Muy noble y muy Leal Ciudad de los Ángeles:
El “26 de agosto de 1586 años, consta que ya estaba perdido el libro primero” del Ayuntamiento de acuerdo con “un testimonio que el escribano del cabildo Marcos Rodríguez Zapata sacó” ese día.
El 28 de mayo de 1594, de acuerdo a otro testimonio del cabildo, al comparecer ante el alcalde ordinario Pablo Patiño Ávila “el doctor Arboleda, abogado”, se habla del daño al segundo libro de las actas del Ayuntamiento: “…el primero libro del cabildo lo han hurtado y en el segundo libro… falta otra hoja, que la quitaron y rasgaron…”
Finalmente el propio Villaseñor cita la pérdida de ése segundo libro —explicando que los libros que se conservan hasta hoy inician en el número 3—, y que se buscó recuperar, así fuera sólo el primero, por lo menos desde el 11 de agosto de 1617, cuando se reportó su pérdida, según se lee en el libro 15 del Ayuntamiento:
“Este día se acordó que el regidor Juan de Narváez, procurador mayor de esta Ciudad, pida y saque censuras en razón de un libro que no [a]parece de este cabildo, que es el primero, a donde está la fundación de esta dicha ciudad y otros papeles y autos que le tocan…”
Villaseñor afirma que por “tan lamentable daño, quedó el hecho, por el transcurso del tiempo, de la fundación [de la Ciudad de los Ángeles] sujeto solamente a los discursos y opiniones, sin esperanza alguna de recobrar las precisas, forzadas y útiles noticias más que necesarias para la memoria de la posteridad…”
En pleno siglo xviii, Villaseñor inicia su libro, la Cartilla vieja… con estas palabras: “…aquellos dichosos primeros héroes que, felizmente, plantaron esta muy Noble y muy Leal Ciudad de los Ángeles… [y] también las especiales concurrentes que mediaron en su fundación, las que, mañosa, la emulación o la envidia o desgracia consiguió acumular en los términos de la ignorancia para que ninguna pluma, hasta hoy, haya tenido la gloria de manifestarlas.”
Con ese antecedente, la falta de datos precisos sobre su fundación inicia la historia de la Ciudad de los Ángeles, hoy Cuatro veces Heroica Puebla de Zaragoza.
Ensayo, error, acierto
Como las ciudades españolas establecidas en América desde la llegada de Cristóbal Colón, la Ciudad de los Ángeles —como las del resto de la Nueva España—, fue hecha con base en pruebas que incluían errores, los cuales podían llevar al éxito definitivo.
“Las ciudades en tanto proyecto fueron continuamente modificadas y hasta reelaboradas a lo largo de la Colonia”, nos recuerda Eloy Méndez Sáinz.
Así, tenemos noticia de por lo menos una “fundación” de la ciudad ahora conocida como Puebla, anterior al 16 de abril de 1531, en el mismo año: Motolinía, el único testigo de la fundación en la fecha aceptada hasta ahora como oficial, dejó escrito en su dos libros que le han sobrevivido: “la ciudad se comenzó a edificar en el año de 1530…”
Haciendo cuentas, por la fecha que él da, octavas de Pascua, domingo 16 de abril, no pudo ser en 1530; debió haber sido en 1531. Pero hay más: si Motolinía escribió “se comenzó”, es probable que sea correcta la fecha de 1530, pero no tenemos ningún documento que lo avale.
Lo que sí sabemos es que en marzo de 1531, “nuevamente se ha comenzado a hacer un pueblo de cristianos…” escribió el franciscano fray Luis de Fuensalida a la emperatriz española, gobernadora por ausencia de Carlos v, Isabel, de lo cual se infiere que, antes de ese mes, y quizá de ese año, se había iniciado la fundación de lo que los franciscanos querían fuera “un pueblo de cristianos todos labradores e granjeros”, como escribió el propio Fuensalida, o “una humilde sociedad de campesino igualitarios”, en palabras de Julia Hirschberg.
Fray Juan de Zumárraga, primer obispo de México, es citado en 1781 por Pedro López de Villaseñor como quien puso “la primera piedra para efectuar la fundación de la ciudad”; e insiste: “el que diera principio a la ciudad…”
No existe ningún documento más que hable de Zumárraga como fundador de Puebla.
Juan de Salmerón, y no otro u otros es el verdadero fundador de la Ciudad de los Ángeles, pues incluso propuso este nombre a la Corona española, el cual le fue aceptado; dirigió los trabajos y se apoyó en los franciscanos para conseguir la mano de obra de los naturales. En el mismo mes de marzo de 1531, en una carta dejó escrito el oidor de la Real Audiencia, gobierno de la Nueva España en ese tiempo: “se comienza a ensayar la puebla de los Ángeles, que creo que tendrá éste nombre hasta que de allá se mande… Y de esta población que ahora ensayamos quisiera dar una vuelta en estos quince días de semana santa y Pascua…” (Las cursivas son mías.)
Aquí cabe recordar que el título de Ciudad de los Ángeles, y no sólo puebla, población, lo otorgó la reina española por real cédula el 20 de marzo de 1532, hecho que fue conocido por el cabildo de la ciudad el martes 25 de febrero de 1533.
Y quienes erigieron, quienes construyeron la Ciudad de los Ángeles que hoy cumple 490 años, fueron, principalmente, indígenas de los antiguos tlatocayotl o señoríos prehispánicos de Tlaxcala y Cholula, aunque también colaboraron naturales de Calpan, Huejotzingo, Tepeaca, Totomihuacán (hoy Totimehuacán), Texcoco e incluso Tlatelolco y México.