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28 Marzo 2024, Puebla, México.

Río Sul: contemplar los rostros de la contaminación de la Cuenca Alta del Atoyac / Segunda parte

Naturaleza y sociedad /Ciudad /Gobierno | Reportaje | 3.JUN.2021

Río Sul: contemplar los rostros de la contaminación de la Cuenca Alta del Atoyac / Segunda parte

Río Sul, de qué estamos hablando / Segunda parte

 

Rostros en la catástrofe del agua

 

A media mañana del último sábado de mayo del 2021 el chofer de una pipa-tráiler repite indolente una maniobra que realiza un día sí y otro también: descarga el tanque con las aguas residuales de una lavandería industrial de mezclilla sobre los campos de béisbol aledaños a las instalaciones de PEMEX frente al estadio Cuautémoc.

Lo imagino viendo videítos en su celular trepado en su tractor a la espera de que el agua termine de escurrir. Por su cabeza no pasa que él es la herramienta de la comisión de un delito ambiental. Y ni por un segundo se le ocurre lo que la ley prescribe para un hecho así:

Artículo 416 del Código Penal Federal: Se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y de trescientos a tres mil días multa, al que ilícitamente descargue, deposite, o infiltre, lo autorice u ordene, aguas residuales, líquidos químicos o bioquímicos, desechos o contaminantes en los suelos, subsuelos, aguas marinas, ríos, cuencas, vasos o demás depósitos o corrientes de agua de competencia federal, que cause un riesgo de daño o dañe a los recursos naturales, a la flora, a la fauna, a la calidad del agua, a los ecosistemas o al ambiente.

El agua escurre mientras el pipero es obligado a levantar la cabeza: inspectores del SOAPAP acompañados de una patrulla de la policía estatal lo sacan de la ensoñación de su celular.

Yo quiero entender desde esta historia del pipero y el agua residual de la textilera Río Sul el conflicto del agua. Empiezo por darles rostro a sus actores. Desde ahí contemplar esta historia.

El empresario de Río Sul Eddy Abraham y sus maquinaciones inmobiliarias en Cola de Lagarto. Ni por asomo lo veremos por aquí.

Las obreras acaloradas en la lavandería mezclillera que son parte del promocional de los ingenieros ambientales de Water Next Solutions. Sus manos callosas, duras, vaporizadas al ritmo incesante de las lavadoras.

El pipero que cumple con su trabajo de descargar en el campo beisbolero y el escrito de autorización de Río Sul firmado por el representante legal de la empresa que presenta a los inspectores y policías que lo detienen.

Gustavo Gaytán y su sentimiento de soledad ante la apatía institucional.

El ingeniero Fierro y la desolación presupuestal que arrolla a la Comisión Nacional del Agua.

El agente del Ministerio Público Federal que saca de un cajón el código penal para buscar en él cómo se come el artículo 416.

Todos ellos alumbran la quiebra del agua como bien público y la desgracia del Atoyac.

 

 Manos callosas, duras, vaporizadas al ritmo incesante de las lavadoras. Salón de lavandería en Río Sul (Fotograma del video Water Solution + Río Sul en Facebook)

 

El operativo que sorprende al pipero el sábado 30 de mayo)

 

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Río Sul y su crimen contra el Atoyac: de qué estamos hablando / Primera parte

 

El enredo

 

En la facilidad con la que una empresa Río Sul se ha deshecho de sus aguas residuales en el parque industrial de La Resurrección se concentra todo el mal que aqueja a la Cuenca Alta del Atoyac: extracción ilegal y huachicoleo del agua, irregularidades y silencios en la administración de los pozos industriales, conexiones clandestinas a los colectores urbanos, opacidad e inoperancia en el manejo y supervisión de las plantas de tratamiento, descargas ilegales a cielo abierto, delitos ambientales que no se reconocen como tales, desgobierno y ausencia de rectoría de Estado, amparos y chicaneos legales en los juzgados, corrupción e impunidad.

Lo ocurrido la mañana del sábado 30 de mayo en los campos de béisbol llanero en las inmediaciones de Pemex y el estadio Cuauhtémoc reúne a todos los actores posibles involucrados en la rutina estricta de la muerte diaria del río Atoyac: industrias de alto riesgo contaminante, instituciones de todos los niveles de gobierno siempre presupuestalmente ahogados y que se jalonean y avientan responsabilidades, abogados expertos en amparos y recursos para maniatar denuncias y procesos, autoridades judiciales que escurren el bulto y ciudadanos que vemos pasar estos hechos como quien pasa una historia más de las miles que se escurren por el tik tok con la misma turbiedad de una nota de sangre. Ciudadanos sorprendidos incluso de que este asunto sea un problema.

Pero esta vez la historia ha tomado un giro distinto: un organismo de gobierno, el SOAPAP, que realiza una inspección que deriva en la identificación de un delito y una carpeta de investigación abierta a tropezones en la Fiscalía General de la República con número FED/PUE/PBL/0001482/2021 y que obliga a todos los actores a tener que dar la cara.

Imagino el llano beisbolero en el que la pipa de la empresa Palacios arrojó el agua residual de la textilera. La tierra y el pasto la habrán absorbido de inmediato y sólo quedará una superficie plana y yerta. Y pienso que en este conflicto, como en la mayor parte de los que vive México, no conoceremos el fondo.

Y adivino lo que probablemente ocurra:

Las autoridades se disputarán la jurisdicción e intentarán echarse la bolita. El hecho mismo de si lo sucedido es un delito quedará puesto en duda: al pipero sorprendido infraganti lo presentan ante el juez más allá de las horas establecidas en la ley; la pipa detenida no es en sí misma el cuerpo del delito, ese se evapora y filtra entre segunda y el fílder central del llano beisbolero. Así que no hay delito que perseguir.

Los empresarios afirmarán que el agua que saca su planta de tratamiento es impoluta, que ellos no son capaces de arrojar aguas contaminadas en un campo de béisbol, denunciarán la corrupción de las autoridades y alegarán el riesgo en el que se pone su inversión y el compromiso con el empleo de sus trabajadores.

Los abogados de la empresa, el MP y el el juez se asegurarán de que el pleito no pase más de dos noches en los tribunales.

Y el tema estratégico, el río Atoyac, su muerte y añorada resurrección, seguirá esperando.

 

 

La punta de la hebra: la clausura de conexiones clandestinas

 

El jueves 3 por la mañana en que escribo este reportaje yo pienso en mi trabajo de reportero: independientemente de lo que hagan estos actores lo que me queda es tratar entenderl os hechos y contarlos lo mejor posible.

Y lo que ha ocurrido no ha sido una casualidad. El agua está ya hace tiempo en la entraña de nuestros conflictos. La escena del rotomartillo tiene un antes y un después. El conjunto de empresas textiles establecido en el predio que ocupa Río Sul tiene su propia historia de agua: un pozo perforado al menos desde el 2002, unas conexiones al colector urbano reconocidas o no pero que han visto pasar más de dos décadas de aguas turbulentas y fétidas, una relación con las dependencias SOAPAP y CNA de trámites, solicitudes, permisos, concesiones y conflictos. El ruido del rotomartillo no sorprende a nadie.

El rotomartillo es el punto de inflexión en esta historia: ¿por qué llegó a tener que romper y en ese punto específico la plancha de concreto armado?

 

La escena ocurre el 21 de mayo pasado, apenas unos días antes de que una pipa-tráiler con razón social Pipas de Agua Palacios (pipaspalacios.com) descargara ilegalmente en un baldío beisbolero frente al estadio Cuauhtémoc miles de litros de aguas residuales de la empresa textilera Río Sul. La retroexcavadora, armada con un roto-martillo, rompe la plancha 30 centímetros de concreto y armazón de varilla en la calle Resurrección justo enfrente de la planta productora de ropa de mezclilla de marca propiedad de los empresarios Eddy Abraham y Justo Olvera. Y la suya no es cualquier empresa: producen 850 mil prendas de mezclilla al mes, exportan el 90 por ciento de su producción, y consumen para ello en su lavandería 600 metros cúbicos de agua que extraen del subsuelo.

 

 

 

La operación, realizada por técnicos y autoridades del agua en Puebla que se auxilian para descubrir las descargas de un robot diseñado para sobrevivir cargas de agua y químicos en un drenaje, descubre así con geo-posicionamiento cuatro conexiones clandestinas al colector del SOAPAP –tres desde el predio de Río Sul y una más desde el predio vecino, un conjunto con decenas de bodegas propiedad de una familia de apellido Kanan--, y procede a clausurarlas. En los días que siguen, y hasta la fecha, las pipas de la empresa Palacios acudirán a recoger las aguas que se generan de su proceso productivo, sin que alguien que no sean los piperos, sus jefes y sus contratantes sepan cuál es su destino.

El problema del pipero y de la empresa Río Sul es que el sábado 30 los descubrieron infraganti en ello.

 

El litigio Sermex-SOAPAP

 

El relato que presento aquí lo saco con tirabuzón a funcionarios de gobierno y ejecutivos de la empresa. El problema, en la medida en que consigo información sobre estos hechos, es complejo,  se escurre de toda comprensión sencilla en el hermetismo común con el que se manejan empresarios y autoridades y desaparece de la vista como el agua que se filtró en el campo de beisbol hacia el subsuelo. Si no ocurre la detención casual del pipero no nos enteraríamos de la existencia de otra empresa, Textiles Sermex de Puebla, que opera un pozo con registro de CNA y mantiene una conexión con el organismo operador del agua al menos desde el año 2002 y que renovó en el año 2018; es la empresa que abastece de agua para su proceso productivo a Río Sul sin que se explique en qué términos legales lo hace,  y que desde el 21 de mayo del 2019, está clausurada por el SOAPAP por descargar al colector agua contaminada, motivo por el cual pelea un juicio contencioso administrativo Expediente 382/2020-JCA-03-9 de la Tercera Sala Unitaria del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Puebla. Este juicio, todavía en trámite, pone en la mesa del conflicto a tres actores: los empresarios, el SOAPAP y la Comisión Nacional del Agua. 

Y las preguntas por el título del pozo a nombre de SERMEX, por el agua que utiliza Río Sul y que afirma sacar limpia de su planta de tratamiento y por el obligado permiso de descarga.

 

El pozo

 

En el predio de Río Sul operan también otras dos empresas además de Textiles Sermex de Puebla, S.A de C.V: OZA y Chief Textil, S.A.

Una búsqueda en el Registro Público del Agua (REPDA) https://app.conagua.gob.mx/consultarepda.aspx, bajo responsabilidad de la Comisión Nacional del Agua, identifica un permiso de extracción de agua de pozo con número de título 04PUE159419/18FMDL18 a nombre de Textiles Sermex de Puebla, S.A. de C.V., que le permite acceder a 351,591 metros cúbicos al año, otorgado el 5 de abril de 2018. El título significa una renovación de otro existente desde al menos el año 2002.

 

El título de concesiòn de CNA a Sermex.

 

De manera que las empresas comparten un pozo que les permite extraer alrededor de 954 metros cúbicos de agua, algo así como 90 pipas de diez mil litros cada día. Y con ellas Río Sul cuenta con el agua suficiente para lavar la mezclilla de 850 mil piezas mensuales. No hay registro alguno de permiso de extracción de agua para Río Sul. Y sin embargo, esta textilera opera desde hace más de veinte años.  La pregunta simple, ¿de dónde ha sacado el agua para el proceso de lavado de la mezclilla?

 Es un hecho que el título de concesión pertenece a la empresa Sermex. Y es precisamente Sermex la que ha demandado ante los tribunales al SOAPAP por la clausura de la conexión al colector que corre oculto bajo el concreto armado de la calle La Resurrección.

 

¿Y la descarga? La bolita entre el SOAPAP y la Comisión Nacional del Agua

 

Si hay pozo legal tiene que existir permiso de descarga. Título y permiso de descarga los otorga la Comisión Nacional del Agua. En el mismo sistema REPDA averiguo que no existe permiso alguno de descarga para ninguna de estas cuatro empresas.

El miércoles 2 de junio por la mañana busco vía whats a Julio Fierro, funcionario de la delegación en Puebla de la Comisión Nacional del Agua, le expongo que tengo conocimiento del permiso de extracción a nombre de SERMEX y esto me responde:

“La empresa  no tiene permiso de descarga con Conagua, hasta donde tengo conocimiento está conectada al colector a cargo de SOAPAP, y derivado de la pipa que sorprendieron descargando en un terreno ya hay una Carpeta de Investigación en la FGR. Cuando se les otorgó el título acreditaron que las descargas iban al colector de Soapap, desde luego que tienen la obligación de acreditar a donde van sus descargas.”

Me dice que el oficio de acreditación lo debe tener SOAPAP y que de seguro está en el expediente.

Me comunico entonces con Gustavo Gaytán, director del SOAPAP. Me confirma el juicio administrativo que interpuso Sermex, la empresa que sí cuenta con un historial de conexión legal al colector, conexión que fue clausurada el 21 de mayo de 2019 por descargar aguas contaminadas, asunto que derivó en el pleito legal. Gaytán me confirma que Río Sul no tiene autorización de descarga. Y que fue precisamente por ello que el 21 de mayo pasado realizaron la inspección que derivó en la clausura de las tres conexiones clandestinas que descubrieron provenientes del predio que ocupa Río Sul. Y respecto del juicio me dice que el litigio está en trámite y que el organismo apenas recientemente contestó la demanda.

Buen enredo, entonces.

Tengo muchas más preguntas, así que acudo nuevamente por Whats con el funcionario Fierro, de la CNA:

“Hola, Julio. Ya tengo más clara la jugada: hasta donde entiendo, Sermex sí acreditó con ustedes la documentación que probaba en el 2018 la conexión con el SOAPAP. Tengo muchos interrogantes respecto a la operación del pozo de Sermex antes y después del reconocimiento del título. Como sabes, ahí hay cuatro empresas: Sermex (la titular del pozo), Río Sul, la fábrica con lavandería que enfrenta el problema de la descarga en el campo de beis) y dos más, Chief Textil y OZA. ¿Ustedes tienen claro cuál es la relación entre ellas? Río Sul no tiene pozo autorizado, así que supongo que se abastece de Sermex. De ser así, ¿cuál es la situación legal de Río Sul respecto del uso del agua y su descarga? ¿Existe de parte de CNA algún proceso de certificación del comportamiento de Sermex? ¿Auditorías ambientales voluntarias de parte de la empresa o realizadas por ustedes? Si ustedes no les autorizan descarga y SOAPAP les clausuró desde el 21 de mayo de 2019, hecho que derivó en un juicio administrativo actualmente en trámite, ¿en dónde ha descargado las aguas residuales de la planta de tratamiento? ¿Cuánto reutilizan y cuánto desechan? En fin, ¿cuál es diagnóstico que CNA tiene de la situación del pozo con título 04PUE159419/18FMDL18 a nombre de Textiles Sermex de Puebla, S.A?”

Su respuesta:

“Tengo entendido que son empresas hermanas por así decirlo, y en el tema de la descargas sé que tienen planta de tratamiento, dado que no descarga directamente a un bien nacional y lo hace o hacían con Soapap es competencia de dicha instancia verificar la calidad de las descargas que emiten en su caso, si son titulares de derechos de agua deben pagar derechos en términos de la ley federal de derechos por ser un uso industrial, lo hacen de manera trimestral. De esta manera se determina el volumen que emplean y los pagos que deben realizar. El título a la fecha se encuentra vigente.”

Yo sigo entonces con más preguntas:

“¿Cuál es la responsabilidad de CNA en la certificación continua de la PTAR (Planta de Tratamiento de Aguas Residuales) existente ahí? ¿La tienen dada de alta? ¿Hay un seguimiento de su operación? ¿A quién le compete regular la operación de la planta en base a las normas? ¿Tiene la CNA un plan de trabajo en base a usuarios prioritarios por volumen de consumo y grado de contaminación del agua en sus procesos productivos? ¿Cómo ubican a la planta de Río Sul? ¿La dio de alta la empresa Río Sul o depende de SERMEX? ¿Quién supervisó la construcción de la planta?”

Su respuesta:

“No porque es una planta privada y el permiso lo obtuvieron con Soapap, esta instancia les debe exigir una calidad del agua en términos de la NÓM-002-SEMARNAT-1996.”

Yo voy por más preguntas:

“Tengo otras sobre el mismo pozo y su construcción y operación: ¿ya existía antes del 2018? Sermex tiene contrato con SOAPAP desde el 2002, ¿existía otro título?, ¿operaban clandestinamente?”

Su respuesta:

“Operaban con título de Sermex.”

 

El juicio contencioso administrativo SERMEX VS SOAPAP

 

Por lo pronto yo confirmo en internet la existencia del juicio tal como aparece en la lista de acuerdos del tribunal contencioso del estado de Puebla:

 

 

 

Río Sul, su postura

 

A mediodía del miércoles 2 de junio logro comunicarme con un alto funcionario de la empresa Río Sul. Es obligado contar con su punto de vista. Intenté antes, sin suerte, conversar con el representante legal, Oscar Guillermo Hernández Luna. Más tarde recibo una llamada de otro funcionario de la empresa que me pide no lo identifique y que, en síntesis, me dice lo siguiente:

"Nuestra planta de tratamiento nos permite reciclar la mayor parte del agua que consumimos. Nos cerraron la conexión al colector a pesar de que les ganamos un juicio. Es una mafia. Las pipas que contratamos tienen permiso de descargar en parques y campos deportivos porque el agua es tratada, a eso se compromete la empresa de las pipas. Nos han hecho auditorías y no han encontrado problemas con el manejo del agua residual de nuestra planta.  Ayer y antier estuvieron aquí inspectores federales (no me quiso decir de qué dependencia) y no encontraron nada irregular. Jamás arrojaríamos agua contaminada a un campo. El agua residual de nuestra planta es tan buena que la utilizan otras empresas para sus procesos. Te invito a que nos visites y veas su funcionamiento. Exportamos el 90 por ciento de nuestra producción y estamos certificados todo el tiempo por nuestros mismos clientes. Te lo juro por mis hijos que nosotros no contaminamos."

Me dice, además, que van a sacar un comunicado con su postura y que me hablará el representante legal para responder los cuestionamientos que no me permite hacerle: ¿Por qué dice que ya ganaron el juicio?, ¿de qué va el juicio y contra quién?; por qué operan sin permisos del SOAPAP y CNA; ¿Sermex le vende el agua a Río Sul?, ¿tienen autorización para ello?; ¿Sermex es de su propiedad? ¿Y OZA y Chief Textil  son de ustedes?; si la concesión del pozo la obtienen en el 2018, ¿de dónde se abastecían?, tenían otro título de concesión?; si les clausuraron la conexión de Sermex y no tienen permiso de descarga por CNA, ¿qué hacían con los remanentes del agua tratada y no reutilizada en el proceso?; ¿quién certifica la operación de la planta de tratamiento?, ¿la CNA?; ¿desde cuándo ocupan las pipas de la empresa Palacios?, ¿con qué permisos la empresa de pipas Palacios descarga a cielo abierto agua industrial?, ¿en qué otros sitios descarga?

Y una más que no le hice: ¿por qué hacen cosas buenas que parecen malas?

 

La planta de tratamiento

 

El mejor argumento de Río Sul es su planta de tratamiento. Cuenta con ella al menos desde el año 2009, entonces una planta de tratamiento físico-químico por sedimentación, según puede identificarse en el timelapse de Google Earth. Sin embargo, en algún momento después del 2012, los empresarios invirtieron en una nueva planta y para ello compraron la tecnología de la empresa de origen italiano Water Next Solutions, que tiene sede en Puebla y en Italia y que presume un proceso cien por ciento biológico y con la que renovaron la antigua planta de la lavandería.

Y presumen en serio, como puede verse en este video:

 

https://www.facebook.com/riosuljeans/

 

Water Next Solutions afirma que Río Sul consume diariamente en su lavandería 600 metros cúbicos de agua para la producción de 850 mil prendas de mezclilla cada mes, y que de su proceso termina con altos índices de contaminación: 1200 partículas de demanda química d oxígeno DQB, 550 partículas en demanda biológica de oxígeno DBO, 1050 partículas en sólidos suspendidos SST, 550  de turbidez y 4065 en color, pero que la operación de la planta ha permitido reducir estos números en más del 97 por ciento por lo que logra dejar las aguas residuales por debajo del mínimo que exige la norma 003-SEMARNAT-1997.

De nuevo las preguntas elementales: si la recuperación es en los términos que presumen, ¿por qué no se dan de alta como usuarios del colector urbano que pasa a cinco metros de su puerta?, ¿por qué las conexiones clandestinas?; ¿y por qué no tienen registro de descarga en el REPDA de la Comisión Nacional del Agua?

Todas las respuestas están ocultas en la demanda que los empresarios de Río Sul establecieron contra el SOAPAP y que se tramita en el juicio contencioso administrativo Expediente 382/2020-JCA-03-9 de la Tercera Sala Unitaria del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Puebla.

El enredo legal y las opacidades que conjugan empresa y autoridades se regaron en la superficie  de tierra y pasto del campo de beis frente al Cuauhtemoc. El 30 de mayo, y de casualidad, la autoridad del agua –que hacía una inspección en otra textilera de nombre La Herradura-- sorprende infraganti a al pipero arrojando aguas en el descampado beisbolero. No es una pipa cualquiera, es una que pertenece a una reconocida empresa de transporte de agua en la ciudad, Pipas Palacio. La detienen y los testimonios de su operación quedan registrados en redes y medios y ya es un escándalo ese sábado a mediodía.

Estamos acostumbrados a ellas. En las  juntas auxiliares representan cacicazgos y sometimiento. Su servicio es cada vez más obligado: casas habitación, comercios y restaurantes, fábricas enteras,  todo mundo las ocupa. En las calles de la ciudad circulan como prueba de la derrota del manejo armónico de la más elemental de las necesidades, el agua.

Nada más no hay que preguntarles de dónde y qué contiene el agua que transportan

 

 

Desgracia

 

Intento recapitular:

Del conflicto legal con SOAPAP y las conexiones clausuradas a la operación concreta de la planta de tratamiento Water Nedt con el consumo de al menos 600 metros cúbicos diarios hay un salto difícil de explicar. Antes y después. La legalidad en el uso del agua misma, y la certificación del agua que tratan.

Río Sul afirma que reutiliza la mayor parte del agua que consume, y que es una mínima parte el agua residual que con pipas se utiliza para el riego de parques a y campos de beis.

La clausura de la descarga en el 2019 a Sermex y las tres descargas descubiertas y clausuradas el pasado 21 de mayo indican que, tratada o no y con un monto no identificado, el agua residual de la empresa Río Sul ha ido a parar al colector urbano o a baldíos en campos de beis como el existente frente al estadio Cuauhtémoc.

Ese salto contiene preguntas como las planteadas aquí. Preguntas que es obligación de la autoridad atender.

Y a la vista del público quedará expuesta una vez más, con la turbiedad y fetidez de las aguas derramadas en la zona del jardín central del llano beisbolero, la desgracia que pesa sobre el río Atoyac.