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Crónicas de guerra  9  /  Monterrey: la puerta para el despojo de California

Cultura | Crónica | 1.JUL.2021

Crónicas de guerra 9 / Monterrey: la puerta para el despojo de California

El 7 de julio de 1846 el Comodoro John D. Sloat, comandante de una escuadrilla del Pacífico, atacó Monterrey, California

El 1842 Thomas Jones, basado en el rumor de que Estados Unidos estaba en Guerra con México, atacó y tomo Monterrey, una pequeña ciudad en el pacífico californiano ubicada entre San Francisco y Los Ángeles. Tuvo que pedir disculpas un día después cuando su cónsul, Thomas Larkin le hizo ver que estaba en un error. Pero para 1846, el ambicioso presidente norteamericano James Polk que presionaba a México en la frontera texana, planeaba al mismo tiempo una invasión naval a California.

Antecedentes

Los traficantes de pieles que se habían introducido en territorio californiano, unos con permiso, otros clandestinamente así como los cazadores de ballenas que operaban desde el puerto de San Francisco no se conformaban con los privilegios de que gozaban, ambicionaban poseer más bienes tanto de tierra como de mar. El presidente Andrew Jackson consciente del maravilloso territorio junto a las aguas del Pacífico y punto de partida de la ruta al Oriente consideraba que tenía que ser “parte del destino de la grandeza norteamericana”. Jackson intentó en 1835 negociar con México la adquisición de la parte norte de California incluyendo San Francisco cuando el Estado de California era un territorio escasamente poblado en su mayoría por mexicanos originarios de Sinaloa.

La acción separatista de California inicia con el engaño de Johann A. Sutter quien aparentando ser perseguido por los norteamericanos, se interna en este territorio. Las autoridades mexicanas creyéndolo un aliado le otorgan tierras en el valle de Sacramento y le conceden amparo. Sutter incrementa sus posesiones y adquiere cierto poder que utiliza para traicionar al gobierno mexicano y organiza una rebelión de 105 colonos extranjeros, por lo que el gobernador de California ordena la aprehensión de los sublevados entre los que se cuentan algunos ingleses y los envía presos al puerto de San Blas.

Poco tiempo después, el presidente Tyler promueve con mucha discreción la inmigración de ciudadanos norteamericanos hacia California, mientras el ministro norteamericano en México, Waddy Thompson sugiere a su gobierno la necesidad de establecer un consulado en Monterrey, California y abrir negociaciones con México para la adquisición de ese estado mexicano.

El Secretario de Estado Norteamericano David Webster ya había planeado y acordado con Inglaterra la repartición de las posesiones de ambos países por todo el Pacífico, por lo que sugiere un arreglo tripartita entre México, Estados Unidos y Gran Bretaña para que el gobierno mexicano ceda el territorio de California a los Estados Unidos como pago de las reclamaciones que ciudadanos norteamericanos e ingleses hacían al gobierno de México.

John C. Fremont, un militar estadounidense, era gran amigo de Joel Poinsett, quien había sido ministro plenipotenciario de Estados Unidos en México 20 años antes y que había sugerido la adquisición de Texas, Nuevo México, California, Sonora, Coahuila y Nuevo León. Fremont había visitado y explorado el amplio territorio de California en 1845 con el pretexto del desarrollo de las comunicaciones con Oregon al tiempo que Zachary Taylor organizaba su ejército en Texas para atacar México.  Fremont acompañado de 60 hombres fuertemente armados invadieron California a finales de 1845, hecho que prendió las alarmas mexicanas. Era un crudo invierno y en lugar de rechazar a los filibusteros y obligarlos a replegarse a las montañas, las autoridades mexicanas les permitieron pasar ahí el mal tiempo a condición de no acercarse a las zonas pobladas, pero Fremont violó la disposición. Esa actitud del invasor norteamericano era una provocación por lo que las débiles milicias mexicanas decidieron expulsarlo. En marzo de 1846 se estableció por unos cuantos días en un puesto en el que izó la bandera de los Estados Unidos y se retiró, pero en mayo de ese mismo año, organizó una revuelta de colonizadores  estadounidenses que copiando el modelo texano se proclamaron como una república independiente.

Hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta si esta revuelta y la declaración de independencia fue una acción planeada por el presidente Polk. De lo que sí hay certeza es que Fremont era un decidido expansionista. Fue así como nació la Bear Flag Republic.

Fremont y los colonos establecidos en California estaban convencidos de su superioridad racial, pensaban que las penurias padecidas durante el recorrido para llegar a ese lugar les otorgaba el derecho de su colonización. Sin embargo, les causaba temor las evidentes diferencias entre colonos y mexicanos que se acentuaban en la medida en que los primeros se incrementaban y los funcionarios locales discutían la posibilidad de expulsarlos. Los colonos empezaron a correr el rumor de que el gobierno alentaba a atacarlos e incendiar sus cultivos; era difícil para los recién llegados distinguir entre indios hostiles e indios amigables, su temor principal era que indios y mexicanos hicieran una alianza y juntos los atacaran y expulsaran.

Los indios se mantuvieron neutrales, sobre todo durante la revuelta de la Bandera del Oso y la invasión de Fremont, pero pudo más el temor y los prejuicios raciales y decidieron establecer una república independiente. Su primer paso fue apoderarse de ganado de rancheros mexicanos y secuestrar a algunos prominentes ciudadanos mexicanos. Aún no llegaban las noticias de que la invasión norteamericana a México ya había comenzado y que se entablaban combates en las cercanías de Matamoros.

Al darse a conocer oficialmente la declaración de guerra, en julio de 1846, la marina de los Estados Unidos inició la captura de poblaciones costeras mexicanas. Fremont y sus filibusteros aprovecharon la situación y se declararon soldados norteamericanos pero sin la disciplina castrense, lo que puso en verdaderos aprietos a las autoridades mexicanas de California. La población mexicana de ese estado norteño era de apenas 7300 habitantes contando ancianos, mujeres y niños y, por la naturaleza ganadera de la región, se encontraban muy dispersos por todo ese vasto territorio.

La batalla de Monterrey

El 7 de julio de 1846 el Comodoro John D. Sloat, comandante de una escuadrilla del Pacífico, atacó Monterrey, California; pequeña población defendida por un pequeño grupo de guardacostas mexicanos, esa batalla fue un poco más que una escaramuza, los ciudadanos mexicanos que contaban con algún armamento útil enfrentaron a las tropas navales norteamericanas, los mexicanos se resistían a rendirse al comodoro Sloat. Marinos mexicanos intentaron tomar el lugar en el que se encontraba el buque de comodoro invasor, pero en seguida fueron atacados y sometidos por los buques de guerra norteamericanos USS Savannah, Cyane y Levant. Al tomar posesión de esta ciudad, el norte de California quedaba prácticamente bajo dominio yanqui.

Según las fuentes norteamericanas, Sloat era únicamente un oficial de la marina de Estados Unidos y no poseía poder de decisión, no contaba con la autorización del presidente James K. Polk para ocupar ninguna población mexicana. Debido a la aparente desobediencia del marino y para justificar la flagrante violación al Derecho Internacional que los estadounidenses estaban cometiendo, se dice que Sloat fue sancionado, pero en realidad era un ardid para encubrir esta actuación que formaba parte del plan perfectamente detallado por Polk para despojar a México de este riquísimo territorio.

El despojo del resto de California

Los rancheros mexicanos que defendían el suelo de California, aunque eran por la naturaleza de su trabajo excelentes jinetes, no contaban con las armas necesarias para enfrentar a los facinerosos además de que por los conflictos políticos nacionales, la población se encontraba dividida; fueron muy pocos los que lograron reunirse para enfrentar al enemigo, además, muchos de ellos veían con simpatía la amenaza de la posible conquista que más adelante se concretó. Por su parte, los marinos y combatientes norteamericanos contaban con mejores armas y muy buen entrenamiento militar.        Muchos de los mexicanos habitantes de California habían entablado amistad y relaciones cercanas con los colonos provenientes de Estados Unidos, eran sus amigos y a veces sus parientes, por eso les costaba trabajo verlos como extranjeros invasores, eso facilitó el que los estadounidenses rápidamente dominaran las poblaciones californianas, pero la misma geografía de la región y las amplias costas que los buques de guerra yanquis tenían que controlar se dificultaba pues esos mismos barcos tenían que imponer el bloqueo marítimo en toda la costa accidental de México. En cuanto los almirantes consideraron que California estaba bajo control se trasladaron hacia el sur, los militares disciplinados de la marina norteamericana que custodiaba california fueron reemplazados por aventureros y filibusteros que despreciaban a los mexicanos, sus expolios provocaron la proliferación de guerrilleros mexicanos por todo el norte del país, a estos filibusteros fronterizos hubo quien los llamó “indios blancos”.

El comandante militar estadounidense de los Ángeles Archibald Gillespie empeoró la relación entre colonos recién llegados y los residentes mexicanos porque imponía castigos demasiado severos a estos últimos cuando cometían delitos aunque fueran delitos menores, pero en septiembre de 1846, al retirarse las fuerzas navales para bloquear los puertos del sur, los mexicanos se sublevaron y lo obligaron a retirarse a la costa para ser evacuados en espera de la fuerza naval, aun cuando los refuerzos llegaron poco después, no pudieron recuperar de inmediato el territorio perdido, la resistencia mexicana se extendió principalmente al sur de California.

El 7 de octubre de 1846, el ejército estadounidense llegó al Rancho Domínguez de San Pedro, era una superficie de 3,500 hectáreas propiedad de Don Manuel Domínguez al sur de la ciudad de los Ángeles.

El capitán José Antonio Carrillo, con tan sólo cincuenta Lanceros Californianos, resistió la invasión de 203 marines yanquis que llegaban bajo el mando del Capitán William Mervine que pretendía recuperar la ciudad de los Ángeles. Catorce marines norteamericanos murieron atravesados por lanzas patriotas, ningún mexicano pereció en este enfrentamiento. El capitán Carrillo desarrolló una interesante estrategia, ordenó que llevaran los caballos a través de las colinas polvorientas de Domínguez hasta una colina conocida hoy como Carson Hills transportando un pequeño cañón, Carrillo y sus tropas engañaron a los invasores haciéndoles creer que se encontraban frente a una fuerza tácticamente superior. Mervine considerando las víctimas ya sufridas y la supuesta superioridad mexicana y de gran habilidad táctica mostrada en el combate previo, huyó con sus 189 marines restantes hacia la Bahía de San Pedro.

En un sangriento enfrentamiento en diciembre del mismo año, el pequeño ejército estadounidense que Stephen Keary había llevado desde Nuevo México fue totalmente derrotado. Este acto de defensa nacional demuestra que muchos mexicanos de California no aceptaban la conquista norteamericana. La resistencia al dominio norteamericano se prolongó por muchos meses más con grandes desventajas con respecto a los invasores yanquis,  los mexicanos estaban muy dispersos por todo el territorio en disputa y enfrentaban enormes dificultades para el sostenimiento familiar, el armamento era escaso y obsoleto.

La relativa calma del norte de California permitió que Fremont se fortificara aumentando significativamente el número de sus efectivos, al sentirse suficientemente poderoso, inició una lenta pero contundente marcha hacia el sur.

Los sobrevivientes de Stephen Kearny lograron hacer contacto con la marina norteamericana y fueron reforzados por los marinos yanquis con una potente artillería y elementos castrenses muy bien equipados y entrenados. Los mexicanos que resistían el gran poder de fuego norteamericano estaban completamente aislados del centro de México lo que no permitía albergar ninguna esperanza de recibir refuerzos.

Para enero de 1847 los yanquis se apoderaron nuevamente de los Ángeles, unos cuantos días después, la resistencia mexicana se percató de que ya era imposible continuar con la defensa de su territorio. Los blancos norteamericanos establecieron un dominio y control total sobre los mexicanos y los indios californianos, además, el descubrimiento de oro en el norte de California desató la fiebre del preciado metal lo que atrajo a miles de forasteros y filibusteros estadounidenses acelerando el ritmo de despojo de tierras de los originales dueños de manera violenta y con el apoyo de tribunales a modo. Los que sufrieron el despojo, la invasión y la discriminación yanqui refieren que este hecho fue más desgarrador que la guerra misma de 1846-1848.

Referencias

Batalla de Monterrey, California. Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/batalla_de_monterrey_(california) el 24 de junio de 2021.

Guardino, Peter. (2018). La Marcha Fúnebre. Una historia de la guerra entre México y Estados Unidos. Libros Granos de Sal. México.

Valdés, José. (2019). Breve Historia de la Guerra con los Estados Unidos. Fondo de Cultura Económica. México.