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20 Abril 2024, Puebla, México.

Una vida luminosa, memoria de María de los Ángeles Guzmán Ramos (1924-2008)

Sociedad | Crónica | 5.AGO.2021

Una vida luminosa, memoria de María de los Ángeles Guzmán Ramos (1924-2008)

Vida y milagros

A veces se sienten las penas como si fueran nuevas. Así me pasa cuando llega de nuevo el 5 de agosto, el día en que murió mi madre hace once años ya. Su vida fue especial. Dotada de una belleza única, fue tímida y a la vez arrojada. Se quedó viuda a los 46 años y con cinco hijos entre veinte y quince años. Ella siempre trabajó hombro con hombro al lado de mi papá para sacar la casa adelante. Él trabajando en una agencia de coches, y ella con su academia de danza, gracias a la cual toda una generación de mujeres, incluidas mi hermana y yo, aprendimos a hacer ejercicio, pues en las escuelas de entonces, la práctica del deporte no era importante.

Mi padre al morir nos dejó la mejor herencia posible: una buena educación, un respeto hacia las mujeres adelantado a su época, su pasión por la literatura, la escritura y la buena conversación y un terreno en las afueras de la ciudad. Nada más y nada menos. No atesoró riquezas sino vivencias y recuerdos.

 

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