Historia nacional, ¿historia nuestra? / Sergio Mastretta

Historia nacional. Historia nuestra. ¿El punto y el espacio entra una y otra es un abismo que sólo se llena de vacío?

Historia propia. Cada quien la suya. Cada quien es soberano en ella. Empieza y termina con la vida de uno.

Suelto estas frases para confrontar todo el ruido que produce una fecha patria como la de hoy 16 de septiembre. Media mañana. Con un clic en la computadora voy de inmediato al desfile militar en el zócalo de la ciudad de México. Han dispuesto un tinglado a las puertas del Palacio Nacional desde el que el presidente y la corte civil ven pasar en este mismo instante el contingente motorizado que una sonora voz en artoparlante describe como el del “quinto batallón emblemático” trepado en hummers con metralletas 50 y lanza granadas. Ahí van los soldados con su historia propia trepada a la historia nacional. Si alguna historia cuenta para ellos es la de un presente de guerra a la que pueden acudir cualquier día de estos como el de ayer en Tepalcatepec, en la tierra caliente michoacana, en la que por más de veinte horas se enfrentan guardias nacionales y sicarios de un tal Mencho y su CJNG. es la historia real, nuestra, contemporánea, y para más de 300 mil muertos en quince años, absolutamente propia. Hay un parte y un recuento de bajas que pararán algún día en un archivo que expulgará un historiador para exponer como prueba documental de su explicación-comprensión de estos días que conmemoran una patria triste e incorregible en su ceguera ante el drama diario que la consume.

Cierro el video. La pregunta se sostiene: ¿dónde empieza y termina la historia nacional? ¿Cuándo esa historia es nuestra historia? ¿Cuándo deja de serlo? ¿Para quienes nunca lo fue?

Abro en otro clic, ahora en facebook, y doy con el coraje de mi amigo Martín Barrios por el hecho de que piezas de la arqueología de Tehuacán vayan a formar parte de una exposición conmemorativa de la grandeza de México en el Museo de Atropología: “Que nos arrebaten los símbolos aquí encontrados es un atentado a nuestra propia cultura.” Y con otras personas ha realizado un video que firman con la frase “no al saqueo, no al despojo”,

Miro el video que han subido a la red social. Observo sus rostros, escucho sus voces. Para ellos también hay una historia propia. La Señora de la falda de las estrellas, el Señor Xipe-Topec, la Guerrera Águila y y el Guerrero Jaguar son las piezas que  reclaman como parte fundamental de los popolocas en la región de Tehuacán y que, para ellos, la historia nacional quiere arrebatarles.

HIstoria antigua, si hay alguna, la que guarda esa señora de la falda de las estrellas. Ahí quedó encristalada, junto a los cercos míticos del águila y el jaguar. Desde esas piedras debo preguntarme si es posible una historia nuestra, colectiva, real, asumida por todos como propia. Desde la mía contemplo. Piedra y tiempo. Eso siempre seremos. Ahora mismo, una mañana de este16 de septiembre mío, de sol y nubes que se disputan la claridad del cielo. Un día más en el vacío de un país perdido en sus recónditos encierros.