Crónica de un funeral sin pueblo / Israel Velázquez G.

Del Mago de Oz a Carl Orff. De Hoy toca ser feliz a Carmina Burana. Extraño adiós para Miguel Barbosa Huerta en Puebla, un hombre que fue más reconocido y querido allende las fronteras del estado que gobernó. No son las masas las que acompañan al jefe político fallecido Pesan más los abrigos y el desconcierto de una clase política a la que, contra lo que se sabía de un hombre severamente enfermo, su muerte la descobija. Es este un funeral de mucha música y silencios, en el que más allá de los discursos, para todos queda claro que los lobos andan sueltos.

Su despedida comenzó con un regreso: alrededor de las 22:00 horas del martes 13 de diciembre su cuerpo arribó a la Funeraria Camino al Cielo, ubicada en la colonia Ampliación Momoxpan, y siguió este miércoles con una jornada en la que los tres poderes del estado le rindieron sendos homenajes.

Su destino lo ubica como el hombre que gobernó Puebla a la muerte de Martha Erika Alonso Hidalgo, la primera gobernadora de Puebla, y Ana Lucía Hill Mayoral, quien queda como encargada de despacho hasta que el Congreso disponga. Ellas son las dos únicas mujeres que han detentado el poder Ejecutivo y en medio está Barbosa.

Su último recorrido por las calles de Puebla fue acompañado por música de mariachi al llegar a la funeraria y después, para esperar su llegada al Congreso, por la canción Hoy toca ser feliz, de Mägo de Oz: «Cuando un sueño se te muera / O entre en coma una ilusión / No lo entierres ni lo llores, resucítalo / Y jamás des por perdida la partida, cree en ti y aunque duelan, las heridas curarán».

Toda esa gente con la que polemizó por diferencias políticas vino a Puebla a despedirlo, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien terminó por aceptar, sin pregunta de por medio, que la marcha nacional en apoyo a la 4T realizada el 27 de noviembre del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México, fue una reacción ante “una provocación” e idea del exgobernador de Puebla.

El presidente Andrés Manuel López Obrador se mantuvo distante de los políìticos poblanos que asistieron al homenaje a Miguel Barbosa. Su sola presencia es el mensaje: lo que quiera que ocurra en el nombramiento de quien suceda al gobernador fallecido será decidido en la Ciudad de México. De momento, Ana Lucía Hill, titular de la Secretaría de Gobernación, se mantiene como encargada de despacho hasta que el Congreso nombre al gobernador sustituto.

«Yo estaba pensando en un informe, nada más con miembros del gabinete, pero ya ven cómo son nuestros adversarios, muy provocadores, y se convocó a la manifestación, a la marcha, pero la iniciativa original fue de Miguel», afirmó en el tercero y último de los homenajes rendidos este día al exgobernador.

Rosario Orozgo, sus palabras en el funeral 

«Adoraba a sus hijos, fue un gran padre, un gran hombre, un gran hijo, un gran hermano y un gran amigo», dijo Rosario Orozco, viuda de Barbosa Huerta. También ella hizo referencia al tortuoso camino que su esposo atravesó para llegar a la gubernatura: «decía que había luchado contra un poder obscuro, un poder muy fuerte que tenía a Puebla dominada y bajo un yugo. Fueron necesarias dos batallas (…) fue un hombre frontal para combatir el crimen. Nunca se echó para atrás, por más que amenazaran a él no le importaba, decía ‹tenemos que hacerlo por Puebla›».

Todos en el Congreso olvidaron por un momento que este día se debía rendir un informe de gobierno y dieron paso al homenaje. El presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, afirmó que Barbosa deja un enorme legado transformador, que significó devolverle a campesinos, trabajadores, a la gente del pueblo, la dignidad y ese es quizá el legado más significativo de un gobernante.

Palabras sin sentido cuando se tiene en la mente que los medios afines al oficialismo y la clase política poblana voltearon la espalda a las peticiones de aumento salarial de los trabajadores de Volkswagen. No, no sólo los ignoraron. Se atrevieron a decir que eran los mejor pagados. ¿Qué hacía en ese entonces Céspedes Peregrina?

Cierto. No hay dinero que alcance cuando se tienen décadas de rezago en una administración estatal. Y eso lo sabía Barbosa: «A Puebla, el estado más andresmanuelista del país, no nos han dado nada, así de sencillo. En Oaxaca, estado consentido por la federación, desbordaron el presupuesto», afirmó en noviembre pasado.

Sabido es que cuando alguien fallece se olvidan los agravios, o por lo menos se les pone en pausa por un mínimo sentido de humanidad, pero eso no borra realidades ni evita que la vida siga su curso. Quizá por eso ya comienzan a barajarse los nombres de posibles gobernadores sustitutos, entre los que se menciona al mismo Céspedes Peregrina.

Quizá por eso más de uno de los testigos de las honras fúnebres aprovechaban la espera para comentar que Barbosa murió el 13 de diciembre de 2022, a un día de que se cumplieran cuatro años de que asumiera la gubernatura Martha Erika Alonso Hidalgo, la mujer que en 2018 lo derrotó en las urnas, y a casi una semana del 24 de diciembre, fecha en la que hace cuatro años fallecieron Martha Erika y su esposo, el exgobernador y entonces senador Rafael Moreno Valle Rosas.

Quizá por eso un espontáneo que dijo llamarse Fernando Morales tomó su guitarra y decidió entonar la canción «Qué chula es Puebla» ahí a un ladito de la calle que comunica al Congreso con el Palacio de Justicia.

Atrás de las vallas de seguridad, la gente observa, comenta, murmura. No hubo multitudes ni afuera del Congreso, ni del Palacio de Justicia ni de Casa Aguayo. Vino, eso sí, la plana mayor de Morena, el partido que arropó a Barbosa tras su salida del PRD. No faltaron la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo; ni los gobernadores de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda; Quintana Roo, Mara Lezama; Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya; Sonora, Alfredo Durazo Montaño; Oaxaca, Salomón Jara Cruz; Sinaloa, Rubén Rocha Moya y, Zacatecas, David Monreal Ávila.

También lo despidieron los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; Energía, Rocío Nahle; Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez; Bienestar, Ariadna Montiel Reyes; Trabajo, María Luisa Alcalde Luján; Educación Pública, Leticia Ramírez Anaya; Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores; Economía, Raquel Buenrostro Sánchez.

Y hasta los directores generales del IMSS, Zoé Robledo, que no ha podido construir el nuevo hospital San Alejandro, o lo que sea que lo sustituya; y Manuel Bartlett Díaz, titular de la CFE y exgobernador de Puebla.

Nadie o casi nadie tenía ya en la memoria que la administración de Barbosa no estuvo exenta de casos y situaciones polémicas, como el hallazgo en enero pasado del cadáver de un bebé en el penal de San Miguel, que había sido exhumado de un panteón en Iztapalapa, Ciudad de México. O que en plena pandemia de Covid19 aseguró que «si ustedes son ricos están en riesgo, si ustedes son pobres, no. Los pobres somos inmunes”. Y en otra ocasión recomendó, para evitar volver a enfermarse de coronavirus, “caldo de pollo con cebollita y chile bien picoso».

Que bajo su administración se giraron órdenes de aprehensión en contra de cuando menos 18 alcaldes y ex alcaldes acusados de desvío de recursos públicos, nexos con el crimen organizado, abuso de autoridad, asesinato, ejercicio indebido de funciones, protección a la delincuencia organizada, y portación ilegal de armas.

Que el 30 de agosto de 2022 rompió públicamente con Gerardo Fernández Noroña: «Aquí se te apreciaba y se te respetaba, perdiste a un amigo. Te lo digo para que ya no andes haciendo tiktoks ni ese tipo de payasadas. Perdiste a un amigo, alguien que te apreciaba, siempre te apreció y te respetó». El 27 de agosto Noroña había apoyado el destape del diputado federal Ignacio Mier Velazco por la gubernatura de Puebla.

Que en julio de 2022 afirmó que «todos los que han sido secretarios de Seguridad Pública me desobedecieron, me engañaron porque yo los instruí a la destrucción de más de 100 cuartos, departamentos, gimnasios, y demás edificaciones dentro del penal de San Miguel, y todos me dijeron que estaban destruidos, que ya lo habían hecho, pero no. Eso lo hicieron los tres, ya para qué digo los nombres».

La ciudad, el estado, quedan otra vez en la incertidumbre ante la nueva disputa por el poder que ya se avecina. Se dice fácil, pero lo que hagan o dejen de hacer los hombres de poder en lo que resta del actual sexenio repercutirá en la vida de más de 6 millones de habitantes desperdigados en 217 municipios.

Extraño es que en su despedida hayan tocado Carmina Burana, de Carl Orff, una obra basada en poemas que exaltan el gozo por vivir y el interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y el goce de la naturaleza; que critican las clases sociales y en especial a las personas que ostentan el poder. Queda la duda.