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11 Mayo 2024, Puebla, México.

BAR REFORMA / Günter Petrak

Ciudad /Cultura /Sociedad | Crónica | 3.FEB.2023

BAR REFORMA / Günter Petrak

“Agarrar valor”, pienso, escapar del tedio, de la rutina, encender la vela de una nueva amistad, de un amor, viajar en el tiempo

 

 

Su nombre completo es Antonio Arroyo Mijailidis. El apellido griego es herencia de su abuelo, quien fundó el Bar Reforma en Cholula hace 78 años. Tengo más de dos décadas de conocerlos y me complace decir que somos amigos: Toño, el bar y yo.

 

 

Hoy no he pedido la cerveza habitual porque mi anfitrión me ha invitado un mezcal, variedad tobalá, de la mixteca poblana. Y lo veo a él, a Toño, parado detrás de la barra, con su agradable sonrisa, en la misma pose y lugar que guarda su abuelo en la foto en blanco y negro, uno de tantos recuerdos que colman los espacios íntimos del Bar Reforma.

 

 

Por un momento me distraigo mirando las paredes y entonces, como si se hubiera abierto un portal del Tiempo, me encuentro viviendo en carne propia la anécdota que mi amigo cuenta con entusiasmo: las mesas están todas ocupadas por jóvenes, varios de ellos extranjeros, el bullicio es intenso, pero la chica polaca (¿o de la hoy desaparecida Checoslovaquia?) logra hacerse oír con su acento extraño: “¡Escuchen! ¿Se han fijado que en este bar las paredes contienen las tres cosas más necesarias para los mexicanos?”. Y los parroquianos, desconcertados, posan la mirada aquí y allá, tratando de comprender. “Sí, miren”, dice la joven, “aquí a mi izquierda está la religión (las fotografías de los templos de Cholula) … a mi derecha están las mujeres (destacan varias fotos de Marilyn Monroe) ¡y ahí al frente (la barra, el espejo, las botellas…) el chupe! ¡Salud!”. Y todo se vuelve risas y algarabía…

 

 

Regreso al casi silencio del presente. El sobrino de Toño prepara un par de sangrías, la famosa bebida que le ha dado fama al lugar.

― ¿Cuál es el secreto de esta fórmula, querido amigo? ―  Pregunto a mi anfitrión.

― Las proporciones…

 La bebida fue creación de su papá y se fue adecuando para hacerla más interesante a la vista. Aunque otros bares la imitaron, el Reforma aparece en la guía europea de turismo desde los años 50, gracias, entre otras cosas, a sus originales sangrías.

― ¿A qué edad entraste a trabajar en el bar?

― A los 15 ya ayudaba a mi abuelo…

Su abuelo nació en el puerto de Pireo en 1900. Trabajó como marinero y a los 21 años llegó a México con la intención de irse a EU. Veinte años después se establecería en Cholula. A juzgar por la primera licencia de funcionamiento de 1945, el hotel-bar Reforma debió haberse fundado en 1943.

 

 

¿Por qué Cholula? No lo sabemos. Quizá la magia de el pueblo habitado más antiguo de México. Don Basilio Mijailidis Kalfoglou llegó una vez a Atlixco y ahí conoció a quien sería su esposa. Un día se trasladaron a Cholula y se establecieron permanentemente.  Todo el mobiliario actual data de hace 78 años. Las mesas cuadradas están diseñadas para colocar la bebida en minicajas y poder jugar dominó. Las puertas abatibles tienen vidrios biselados. El sobrino de Toño, Juan Manuel, parece continuar con la tradición, entró a los 18 como asistente y ya es un experto barman.

 

 

Originalmente, el abuelo Mijailidis quiso fundar una lonchería y hotel. El hotel permanece, pero al final ha sido más práctico servir alimentos preparados en otro lugar. Frente a la puerta lateral del bar hay una excelente taquería y no pierdo la oportunidad de pedir una orden de tacos árabes que el sobrino de mi amigo encarga solícito. También pido una cerveza y Toño me pone otro mezcal. A estas alturas no sé cuánto he tomado y empiezo a sentir que floto como los personajes de “El Túnel del Tiempo”, una serie de televisión que se transmitió en los años 60 del siglo pasado (por cierto, alude a un proyecto secreto llamado Tic-Toc que consistió en construir una máquina del tiempo, ¿algo que ver con la app Tik Tok actual?).

 

 

Unas de las fotos que me muestra mi amigo son de esa década, y vuelvo al túnel del tiempo, los parroquianos del Bar Reforma acudían a ver el box en TV, la mayoría eran hombres; pero para los años 70 llegaban muchas mujeres. Eso me llama la atención, pues la ley les prohibía la entrada. ¿Algún lector recuerda el letrero: “Prohibida la entrada a perros, mujeres, mendigos, uniformados, vendedores y menores de edad”? Esa ley se derogó en 1981 , sin embargo, el Reforma nunca tuvo un letrero semejante, eso sí, durante buena parte de su historia sólo tuvo un baño, mixto. Actualmente hay sanitario diferenciado, pero ambos tienen un ingenioso artilugio, el “vomitatorio”.

 

 

El vomitatorio no existe como tal en las tiendas, se trata de un diseño original que muy pocos establecimientos se precian de tener. Los de este bar (uno en cada baño) son de cerámica tipo talavera y originalmente tenían un instructivo, pero poco a poco los usuarios se fueron robando las letras o las cambiaron y así, en el “servicio” de mujeres el artefacto terminó llamándose “guacatorio”.

¿Cuánta gente los habrá usado? Yo no, pero entre la cerveza y los mezcales me veo en la necesidad de acudir a “desahogarme” …

 

 

Cuando regreso a la barra, me detengo frente a la pared donde están las fotos de los templos de Cholula, los que señaló la referida polaca de la anécdota. Es un verdadero retablo, creado por el profesor Antonio Arroyo y Parra quien, enamorado de Cholula, se dedicó, allá por 1989, a fotografiar todos los templos católicos de esta ciudad, echando por tierra el mito de que son 365 (en realidad hay 128). Claro que en el bar Reforma se invita a los clientes a preservar el mito y así, quien quiera saber cuántos templos hay realmente, en lugar de visitar uno por uno, pueden acudir a ver las fotos en el establecimiento.

 

 

En la pared de enfrente hay varios retratos de Marilyn Monroe, de quien el papá de Toño es fan (actualmente tiene 90 años y se le ve en excelente forma). Más abajo hay un calendario de 1948, con un anuncio de Orange Crush y un refrigerador tan longevo como el bar. Sobre la estantería donde se colocan las botellas, en el otro muro, hay un espejo, una caja registradora antigua y más arriba, anuncios originales de la Casa Madero.

 

No puedo evitar detenerme en las fotos donde está el profesor Arroyo con el compositor Armando Manzanero o con la deportista Ana Guevara y luego me descubro en una foto con Toño y mi maestro de fotografía y amigo Arturo Piera. Me lo presentó mi anfitrión…  como un efluvio mezcalero me inunda la nostalgia, ¡cuántos grandes amigos, cuántas charlas, cuántas nuevas amistades están asociadas en mi vida con este espacio! Y repaso con Toño algunos nombres y la feliz y triste historia de nuestro amigo austriaco Gerhard Schneider, quien conoció a Ana Bredee en el bar, hicieron pareja, instalaron un excelente restaurante en San Andrés Cholula y entonces, ella murió, tan joven…

  • ¿Cuántas parejas se habrán conocido aquí, amigo?
  • A veces se casan y vuelven al bar a agradecer. En ocasiones traen recuerdos de su boda… otros vienen antes de la ceremonia para “agarrar valor”…

“Agarrar valor”, pienso, escapar del tedio, de la rutina, encender la vela de una nueva amistad, de un amor, viajar en el tiempo, experimentar nuevas bebidas… en el BAR REFORMA.