Mujeres, agua y vivienda / Assenet Lavalle
Hace un tiempo estuve presente en el Urban Thinkers Campus sobre agua y saneamiento para superar la inequidad urbana en América Latina, organizado por Hábitat para la Humanidad. Resultó, además de interesante, muy grato encontrar no solo a directoras de diversas entidades del continente, especialistas y consultoras, sino también mujeres líderes comunitarias que trabajan muy activamente por el acceso al agua y al saneamiento en sus localidades en Paraguay (el encuentro se puede ver en la fan page de Facebook, @habitatparalahumanidad). Me pareció inspiradora la participación de Rocío Vera, la presidenta de la junta de saneamiento de Sueño y Esperanza, un asentamiento precario de la ciudad de Capiatá, en el área metropolitana de Asunción. Rocío, con sus vecinos y en alianza con Hábitat Paraguay, se organizan y ponen en marcha diversas acciones para vencer las barreras de su acceso al agua y al saneamiento.
Se ha reconocido que las mujeres y las niñas de las comunidades pobres son las más afectadas por los obstáculos que representan la disponibilidad del agua en el día a día, puesto que comúnmente son las encargadas de las labores de acarreo y uso del agua para sus familias. El BID Invest, organismo miembro del Banco Interamericano de Desarrollo, afirma que es por esta razón que “las mujeres pueden desempeñar un papel clave en la implementación de soluciones innovadoras, que estén en sintonía con las necesidades y preferencias de las comunidades más vulnerables. Esto puede tener un impacto positivo no sólo en las zonas urbanas menos favorecidas, sino en la forma en que opera el sector actualmente (…) Este enfoque, centrado en el usuario, reconoce la importancia de la participación femenina en la provisión de agua y su utilidad, no solo para refinar el diseño y la gestión de los proyectos, sino también para incrementar la disposición de los consumidores a pagar por el servicio” (https://idbinvest.org/es/blog/genero/agua-mujeres-y-app-un-potencial-no-aprovechado).
Existen más ventajas de la participación de las mujeres en la gestión del agua. La empresa Deloitte, en su artículo Thirsty for change señala que cuando los hombres y las mujeres están igualmente involucrados en el diseño y la operación de los sistemas de agua, se logran mejoras significativas en la gobernabilidad, la transparencia y la sostenibilidad. Por ejemplo, en más de 120 proyectos de agua que incluyeron la participación de mujeres durante la fase de diseño, la efectividad fue seis a siete veces mayor que en proyectos que sólo incluían hombres. Las mujeres, sin duda, hacemos comunidad. No obstante, la participación femenina representa menos del 17% de la mano de obra de agua y saneamiento y apenas un mínimo aporte del personal a cargo de la gestión y la especialización técnica. Falta mucho por hacer para reducir la brecha de género en el abastecimiento y el saneamiento de agua, así como para garantizar el acceso a funciones clave, como ingenieras, gestoras y administradoras de servicios públicos (https://www2.deloitte.com/us/en/insights/deloitte-review/issue-20/women-in-water-management.html/#endnote-sup-10).
Ante la vasta información sobre el acceso al agua y el saneamiento en el mundo, pero al mismo tiempo escasos datos desagregados por género, el BID elaboró la infografía titulada “¿Tiene género el agua?” (https://publications.iadb.org/es/publicacion/17521/tiene-genero-el-agua). Para combatir las desigualdades, tenemos que empezar por medir la dimensión del problema, aquí la infografía:
Una interesante iniciativa en la escala de la vivienda, con enfoque comunitario y de género es el que desarrolla Hábitat para la Humanidad México en la Costa de Chiapas (https://www.youtube.com/watch?v=Iy-EHHrFo-Y). Frente a un limitado acceso, este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, muchas niñas, adolescentes y mujeres tendrán que seguir cargando con la responsabilidad de proveer agua para sus hogares.
