Allende y la BUAP, cincuenta años después / Carlos Figueroa Ibarra

n septiembre de 1970 América Latina y el mundo se vieron conmocionados con una noticia extraordinaria acontecida en Chile. Después de varios intentos el socialista, Salvador Allende ganaba la presidencia de ese país al frente de una coalición de socialistas, comunistas y socialcristianos y lo hacía en nombre de un proyecto socialista.

Se trataba de una herejía porque la gesta chilena se planteaba la realización de una revolución pacífica en la cual la conquista del gobierno se lograba a través de un proceso electoral. Siendo yo un adolescente que ya estaba cursando el segundo semestre de la carrera de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, recuerdo muy bien como esa victoria impactó al movimiento estudiantil en dicha universidad y en otras casas de estudios del país.

México apenas salía del estupor de la matanza de Tlatelolco y los principales dirigentes estudiantiles todavía estaban en Lecumberri. Y en la entonces Universidad Autónoma de Puebla pese a la zaga de esa derrota el movimiento de reforma universitaria se aprestaba a dar un salto muy importante: la conquista de la rectoría de dicha universidad con el Químico Sergio Flores. Uno de los recuerdos inolvidables que tengo de aquellos años estudiantiles fue la presentación en 1971 de Sergio Flores como flamante rector de la UAP en el entonces Auditorio de la Facultad de Ciencias. Fue Hugo Gutiérrez Vega quien hizo la elogiosa introducción de esa presentación y el público estudiantil; el docente progresista escuchó con atención el relato de Sergio Flores de cómo en Puebla una coalición de fuerzas democráticas había logrado llegar a la dirección universitaria.

El triunfo de la izquierda en la universidad poblana era el resultado de una coalición mutatis mutandis similar a la chilena: masones, liberales, comunistas, socialcristianos, se habían rebelado contra el oscurantismo presente en la universidad e inauguraban una nueva época en la misma. Pero en 1973, cuando la Universidad Crítica, Democrática y Popular se aprestaba a entrar en una nueva fase con la llegada del Ingeniero Luis Rivera Terrazas a la rectoría de la UAP, en Chile el gobierno de la Unidad Popular se encontraba ya zozobrando merced a la conspiración golpista que encabezaría Augusto Pinochet. El golpe del 11 de septiembre de 1973 conmocionó a todas las universidades de México y la UAP no fue la excepción.

A la UAP arribaron exiliados de Chile y del cono sur que se unieron a los centroamericanos que arribaron poco tiempo después. El golpe de Chile fue sentido desde el movimiento popular y estudiantil hasta en los medios oficiales del gobierno que encabezaba Luis Echeverría. Nuestra universidad no sólo fue una casa solidaria para el exilio latinoamericano, sino también vio en Chile una gesta histórica que perduraría por mucho tiempo. En el vestíbulo del Edificio Carolino hay un testimonio contundente de ese espíritu: el busto de Salvador Allende Gossens.

Un grupo universitario que lleva el nombre de Comisión Universitaria de la Verdad Histórica ha encabezado la organización de actividades conmemorativas del golpe de Estado y el sacrificio de Allende. Desgraciadamente las conmemoraciones que deberían haberse iniciado el viernes 1 de septiembre comenzaron mal. Estaba anunciada una ceremonia frente al busto de Allende a las 18 horas con la presencia de la Rectora Lilia Cedillo y la embajadora chilena Beatriz de Jesús Sánchez. La dependencia universitaria encargada del protocolo solicitó que al final del evento no se cantara el himno Venceremos, canción icónica de la izquierda latinoamericana, pidió a quien iba a dar un breve discurso que lo enviara por escrito para ser revisado y al medio día anunció a los organizadores que la ceremonia se cancelaba. La embajadora dio una conferencia en uno de los auditorios del Carolino ante una audiencia compuesta fundamentalmente por estudiantes desinteresados llevados para llenar el auditorio. Los organizadores del evento ya no estuvimos presentes por la noticia de la cancelación del mismo. Sin embargo, el evento por alguna razón, acaso el interés mismo de la embajadora, se llevó a cabo frente a un empolvado busto de Allende, pero la rectora no estuvo presente. El evento y sus incidencias parecieran simbolizar la diferencia entre la BUAP de ahora y la UAP de hace cincuenta años.

Esperemos que las actividades que comenzaron el lunes 4 de septiembre se realicen sin ningún contratiempo. Entre el lunes 4 y el viernes 8 de septiembre a las 17 horas se realizará un ciclo de cine debate en el Auditorio de la Casa Presno (Juan de Palafox y Mendoza 208, Centro Histórico) del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”.

El lunes 11 de septiembre está convocada a las 10.45 una ceremonia luctuosa frente al busto de Allende y la entrega de una ofrenda floral. A las 17 horas se realizar una mesa redonda internacionalista con el tema de “Allende la experiencia chilena y las tareas de la izquierda en America Latina”. Inaugurará el evento el director del ICSYH-AVP, Dr. Giuseppe Lo Brutto y participarán también Jaime Estay Reyno (Chile), Carlos Figueroa Ibarra (Guatemala-Mexico), Rafael Archondo Quiroga (Bolivia) y Roberto Borja Ochoa (México).

El golpe de Estado contra Allende fue una tragedia para la izquierda mundial. Significó un retroceso de décadas. Por fortuna, en las últimas dos décadas, en otro contexto, con otros derroteros, el camino señalado por Salvador Allende está siendo seguido como lo muestran los ciclos progresistas que hemos observado.