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3 Mayo 2024, Puebla, México.

1989, la 28 de Octubre de Simitrio / Segunda parte

Ciudad /Economía /Política /Gobierno /Sociedad civil organizada | Entrevista | 27.OCT.2023

1989, la 28 de Octubre de Simitrio / Segunda parte

“Se nos vinieron encima los acontecimientos...”

Mundo Nuestro presenta en esta coyuntura de los cincuenta años de la organización popular 28 de Octubre una entrevista realizada al dirigente de la organización  en los últimos días de junio de 1989, apenas cuatro o cinco días antes de su detención. La entrevista publicada en tres partes en el periódico Cambio los días 29 y 30 de junio y 3 de julio, fue elaborada por Sergio Mastretta y Fernando Crisanto. 

En la imagen de portadilla Rubén Sarabia Sanchez en sus años jòvenes.

San Martín Texmelucan, Pue. “Se nos vinieron encima los acontecimientos”, acepta Simitrio. Por eso ahora tiene tiempo, no tiene a la vista ninguna reunión de representantes en el corralón de la 14 Poniente en la ciudad de Puebla. Y ahora, “las circunstancias concretas”, como él dice, lo obligan a la pausa y a la reflexión.

Por eso el dirigente de la organización popular más importante en los últimos años en la historia local acepta con buen ánimo los planteamientos críticos hacia la 28 de Octubre. Él mismo, de entrada, en la plática informal que antecede a cualquier entrevista, habla del anquilosamiento de los asesores del 28, así en masculino, como nombran los vendedores a su unión. Y por eso, de buen talante, acepta el líder responder a los cuestionamientos que muchos ciudadanos tienen contra sus seguidores.

Esta es la segunda parte de la entrevista.

--Hablas de una campaña de rectificación contra ese caudillismo y paternalismo de la dirigencia del 28. Eso supone una autocrítica, ¿cuáles son los errores que ustedes han cometido como dirigentes?

--Nosotros nunca evaluamos con la importancia necesaria los avisos de agresión que recibimos desde 1987, con las campañas de desprestigio emprendidas por la iniciativa privada y algunos sectores del gobierno en contra del 28. No tomamos las medidas organizativas ni políticas necesarias para prevenir al respecto. Y tampoco tomamos las medidas políticas que nos permitieran enfrentar el desfase entre el crecimiento cuantitativo y el desarrollo político y organizativo, lo que ahora nos está costando mucho en el terreno de la movilización de los compañeros. Debo decir que la organización siempre soslayó los actos que militantes suyos, ya sea de manera individual o el grupo realizaban tanto contra algunos elementos de la sociedad civil como contra algunos funcionarios gubernamentales, igual del municipio que del estado.

--¿De qué casos concretos hablarías=

--Por ejemplo la bronca que se presentó entre algunos compañeros con uno de los agentes de tránsito, que incluso resultó muerto. Otro el asunto que se presenta entre los taxistas con la población, en el sentido de que se mostraban agresivos y violentes, incluso hasta con la propia autoridad de Tránsito. Uno más, el problema en la Central de Abastos con el administrador. Y así por el estilo.

--¿por qué se soslayó esto?

--Es que simplemente nos limitamos a aclarar la situación real que se había presentado, pero nunca internamente nos preocupamos por hacer un trabajo que educara a la gente para que no sucediera este tipo de cosas. O que en el caso de que se tuviera que hacer se demostrara claramente que no había otro recurso. También debo decir que se cometió el error de no aclarar públicamente porqué nuestra organización en algunas ocasiones recurría a actos de fuerza, como la retención de algunas unidades de transporte de pasajeros y de otras unidades propiedad de empresas privadas en Puebla. Se recurría a ese tipo de acciones porque ya se habían agotado las posibilidades de negociación con las partes en las instancias legales correspondientes, y que incluso se había notificado al gobierno del estado de la existencia de estos conflictos y que el gobierno simple y sencillamente había aplicado la política de la tortuga. Nosotros procedíamos a las medidas de fuerza para forzar a la negociación que permitiera la solución del problema. El no haber explicado públicamente esto ha sido el caldo de cultivo para acusarnos de ser los Calígulas de Puebla.

--Pero esta imagen no cambió para evitar que la sociedad dejara de sentirse agredida por actos de abusos justificados con la frase “soy de la 28 de Octubre. Eso puso a elementos de la organización al margen de la ley. ¿Qué hicieron ustedes para contrarrestarlo?

--Fue una situación de soslayo: si era alguno o un grupo de individuos, la organización simplemente se deslindaba, pero nunca aclaró que esas acciones no eran parte de su política.

--En la práctica ustedes le dieron argumentos a sus enemigos…

--Así es, sin proponérnoslo.

--Dieron pie a que se les acusara de ser un estado dentro de otro estado, a que la gente dijera “Simitrio ya se excedió”, “lidera un grupo de choque, “es un cacique más…”, etc.

--Esa es la imagen que el gobierno ha querido darnos. Nosotros nunca pretendimos crear un estado dentro de otro estado., ni tener nuestro propio tribunal. Todo este tipo de asuntos fueron tratados en tres instancias: en términos jurídicos, en la negociación directa con la contraparte, y si no había avances, planteábamos el asunto ante el gobierno del estado. Llegamos a tener reuniones, por ejemplo, con representantes de la Cámara Textil de Puebla en la oficina de la Subsecretaría de Gobierno, para tratar asuntos como el de POPUSA, que ahora salió a la luz porque se encontró una unidad de ellos en el local. Eran problemas de los que el gobierno sabía perfectamente de qué trataban, pero ese no es el problema, pues solo lo sabíamos el gobierno y nosotros, no la opinión pública. Ese fue nuestro error, porque ahora así se justifica la afirmación de que nos excedimos y que rebasamos la legalidad.

--Ustedes han mantenido una imagen, digamos, estudiantil: la mezclilla, el pelo largo. ¿No favorece esto a la imagen de pandilleros que la derecha maneja?

--Así es. Nosotros partimos del criterio de que un principio de verdad es el hecho, la práctica concreta. A nosotros nos pueden acusar de lo que quieran, de pandilleros, drogadictos, etc. Pero nuestros hechos son los que dirán qué tan falsas o verdaderas son esas afirmaciones. Después de quince años de trabajo nuestra práctica acusa que somos unos activistas sociales y que la imagen que se nos quiere crear es falsa.

--Bien, en medio de esta conflicto, entre el dirigente que ha negociado directamente con gobernadores y el hombre que ahora es perseguido, ¿dónde está el individuo, Rubén Sarabia, hasta dónde es blanca paloma, hasta donde un hombre finalmente con defectos y virtudes, capaz de dirigir un movimiento de la magnitud del 28 de Octubre, que llega a contar con diez mil militantes?

--En principio no soy ninguna blanca paloma, ni hampón, ni gánster ni nada por el estilo. No puedo jactarme de puras virtudes, también tengo errores. Soy responsable de mis actos, y reconozco públicamente que los actos que la organización ha realizado tanto por la vía legal como la ilegal han sido dirigidos y avalados por mí en razón de las circunstancias concretas. Yo participé en el acuerdo de que se tomaran las calles en 1973, incluso por la violencia. Y cuando se trató de tomar los camiones en 1987para poder forzar la negociación con el gobierno del estado, que yo sabía que era un acto ilegal y violento, yo dirigí personalmente la operación. Soy una persona que asume la responsabilidad de sus actos. En cuanto a la capacidad como dirigente, pues los mismos hechos hablan. No soy un ente sobrenatural, me atengo a las circunstancias, considero todos los factores y tendencias que intervienen en ellas, y de acuerdo con eso trazo las directrices para el movimiento. Por eso considero que mi capacidad para dirigir un movimiento de esas magnitudes está probada fehacientemente.

--El movimiento popular crece por la injusticia social, eso ni el mismo sector privado ni la derecha poblana pueden negarlo. El mismo PAN reconocía con Francisco Fraile esto. La existencia de un líder como tú es una presencia natural porque los partidos no han sabido responder a las demandas sociales de un sector cada vez más amplio por la crisis. ¿Pero no creció tanto y de tal modo que se te salieron del huacal?

--Esa es una tesis del gobierno para justificar la agresión. Nos califican de enemigos totales a los que hay que destruir. Lo que pasa es que hay una mentalidad política en el país en el sentido de ver que toda la organización gira en torno al dirigente. Se  piensa que en nuestro caso existe un alto grado de caudillismo y paternalismo, pero la organización no gira en torno al caudillo a al líder, sino en torno a su estructura organizativa. Además, el crecimiento del 28 se dio siempre de manera orgánica. Todo grupo que llegaba al 29 creaba su propia estructura o se le asignaba la militancia en alguna de las ya existentes. Pero evidentemente la estructura de los ambulantes no es apta para admitir en su seno a otros sectores, a los obreros o los campesinos, por ejemplo. Por eso creamos las coordinadoras, la de inquilinos, la de colonos, con su estructura particular de organización que se coordinan con el conjunto de la organización a través del Consejo General de Representantes y de la asesoría del 28. Entonces no hay rebasamiento. Aunque no faltan alguna persona o grupo de elementos que en razón de sus intereses particulares realizan acciones sin la aprobación de la organización, y evidentemente en contra los propios planteamientos de ella.

--Cómo quien, por ejemplo?

--Como el caso de los taxistas o la gente que se vio envuelta en el homicidio del agente de Tránsito. La organización no tienen como política matar a los funcionarios, en el terreno del enfrentamiento político la política ha sido la de exhibirlos en sus capacidades e incapacidades, y el en balance se ve qué tan bueno o malos son.