Soy una canastera / Martín Barrios

Soy una canastera

hija de la Madre Tierra

vendo en la Ciudad de Indios

y no tengo límite ni frontera

Los ayuntamientos de Tehuacán me persiguen, me golpean

dice el racismo que mi presencia en las calles afea

que Tehuacán es moderno con Walmart y Aurrera

pero de las calles nunca jamás me podrán sacar

Vendo elotes, tunas, tortillas, tlacoyos, elotes

palmitos, cacayas, atole, tempezquiscles, chayotes,

me avientan alineadores y policías para que me quite

pero mi voz es limpia y profunda como el quelite

Mi arma es la canasta

alimenta tu cuerpo y mi alma

y la variedad de productos en ella

es amplia, deliciosa y vasta

Soy María Pompeya Qiahua

a esta india rebelde ningún gobierno la reprime ni calla

los panistas me encarcelaron para mantenerme a raya

pero no podrán expulsarme ni hacer que me vaya

No quieren que venda en la banqueta, en la calle

quieren humillarme y correrme, para que me calle

porque la política municipal es de un racismo infame

que destruyo en estas líneas con todo detalle

Soy Guadalupe Tecua

a esta canastera nahua se le respeta

porque mi vida ilumina esta urbe desde la banqueta

ya que mi dignidad laboral surca el mundo en línea recta

Mi canasta, mis huaraches, mi rebozo, mi delantal

son parte de la resistencia que viene de siglos atrás

somos guerreras en esta vida que corre de prisa

y la discriminación no la soportamos más

Soy una canastera

hija de la Tonantzin Tlalli, la Madre Tierra

Soy una mujer indígena

hija de Citlallicue, la Señora de la Falda de Estrellas.

----------------------------------------------------

Este poema está inspirado y dedicado a las heroicas mujeres indígenas llamadas "canasteras".

Estas mujeres de diversas culturas y pueblos indígenas del Valle, Mixteca y Sierra Negra de la región de Tehuacán, Ciudad de Indios; venden diariamente sus productos alimenticios o curativos en las calles de esta destruida, racista y colonizada ciudad.

Los ayuntamientos municipales de Tehuacán, provenientes de todos los basureros partidarios que han mal gobernado, han implementado una política de violento racismo contra ellas.

Les han robado, perseguido, golpeado y hasta encarcelado, como el episodio en que el racista mal gobierno de René Rezama Aradillas, emanado del PAN, metieron a la nahua María Pompeya Qiahua de la Unión de Canasteras a la cárcel, acusada de "ataques a las vías de comunicación" hace algunos años.

¿Su delito? Vender flor de calabaza, huitlacoches y otros productos del campo.

¿Esto no es racismo? ¿No es un acto violento de mentes estultas, colonialistas y colonizadas?

Un síndico, -que es por cierto maestro de derecho en cierta universidad- afirmó en el seguimiento a una recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitido contra el ayuntamiento municipal tehuacanero por actos de violentos desalojos para expulsarlas de la vía pública, que las canasteras daban "mal aspecto" a la urbe, porque está ya se estaba modernizando.

Que absurdo es el escupir para arriba, ya que según María Pompeya Qiahua, su madre también fue canastera.

Otro ejemplo de racismo fue cuando Andrés Artemio Caballero, conservador ex-alcalde tehuacanero emanado del PES y Morena, -el falaz "cambio verdadero"- , en la pandemia del Covid, orquestó su desalojo con la Guardia Nacional, para evitar "conglomeraciones" y "evitar contagios".

Y mientras esto sucedía en el centro de esta urbe indígena, las aglomeraciones de gente consumista abarrotaban los pasillos de basureros como "Plaza El Paseo" y tiendas como Elektra o Coppel.

¿Eso no es racismo y clasismo?

Lo vi, nadie me lo contó, ya que en los noventa, cuando existía la Comisión de Derechos Humanos "Cetilizchicahualiztli" ("Hacer una sola Fuerza), rentábamos una oficina en el mero centro de este pueblo y todos los días estábamos de su lado, defendiéndolas de los mercenarios municipales, que las golpeaban y robaban sus productos que vendían para su subsistencia.

Nos tocó estar en la acción directa de su resistencia.

Y en 1999, cuando estuvieron 38 delegados y delegadas de las bases del EZLN, en el marco de la Consulta Indígena, hubo una reunión entre la Unión de Canasteras con los indígenas del sureste mexicano.

La reunión fue un encuentro memorable de ambas resistencias.

En la fotografía, esta Guadalupe Tecua de Ajalpan.

En el trienio de mi vecino, el panista Eliseo Lezama, en medio de otro violento desalojo contra la banda urbana que vende al lado de las taqueras nahuas de Santa María Coapan y las canasteras y yerberas de San Antonio Cañada, Altepexi, Chapulco, Zinacatepec y Ajalpan, entre otros pueblos-, ella y su grupo, amarraron al "director" del Mercado 16 de Marzo, para llevarlo a la casa del ex- alcalde mencionado.

El objetivo era protestar y exigir el derecho a vender en las calles y detener la violencia.

Nos mandaron un grupo de antimotines a rescatar al ladino referido, en un acto no de diálogo o negociación, sino de franca represión.

Es cierto, que por evidentes racistas, derechistas y empresariales razones, los panistas han sido artífices de las peores políticas municipales, pero priístas y sus aliados morenistas, han continuado con el mismo pensamiento propio de un encomendero latifundista.

En el trienio de René Lezama Aradillas, su política racista era una pesadilla. Arremetieron contra los nahuas "limpiaparabrisas" y contra las canasteras. Abel Calzada, representante de la patronal y el ayuntamiento, les dieron un ultimátum para sacarlos de banquetas y esquinas, advirtiéndoles que en una maquiladora para emplearse hicieran fila.

No por nada, en su último informe de mal gobierno, René Lezama dijo "Prefiero que pase a la historia como lo peor que como pendejo", palabras más, palabras menos. Claro, se refería que estaba orgulloso de sus ideas racistas, patronales y clasistas.

Desafortunadamente, en el sector "progresista" también hay perspectivas clasistas, ya que en la época de Peña Nieto y su campaña, muchos jóvenes en las manifestaciones peroraban:

"Supérense, estudien en la universidad, para que no terminen como canasteras".

Otro ejemplo de la mente colonizada en la "izquierda" electoral, fue cuando en una sesión de Cabildo en el trienio del blanquiazul Felipe Mojarro Arroyo, el regidor plurinominal del PRD, un maestro de nombre Jesús, nahua originario de Tlacotepec de Díaz, votó a favor de la aprobación del Reglamento de Mercados, que de manera racista y clasista, dejaba sin derecho a vender en las calles a las canasteras.

Es de reconocerse que Mojarro Arroyo y la Síndico Municipal votaron a favor de las canasteras.

Eso es una muestra del "malinchismo" ladino a flor de piel.

Estamos en Tehuacán, Ciudad de Indios; y los derechos de los pueblos indígenas están por encima de bandos de policía y mal gobierno, de reglamentos comerciales, de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla, la Ley Orgánica Municipal poblana y Cabildos de Encomenderos Modernos.

¡Larga vida a las canasteras!