Tiempos de ahora

La producción y distribución de alimentos sigue siendo uno de los problemas a nivel mundial. En las comunidades rurales sentimos que esta situación nos afecta cada vez más, porque hay cultivos que ya no se siembran o no hay suficiente. Las familias viven ahora más la falta de agua, el cambio en el clima y la desaparición o el uso limitado de plantas y animales silvestres en la alimentación. Al mismo tiempo va ganando terreno una concepción del desarrollo en nuestro imaginario social donde el consumo de comida de la ciudad, en lugar de la que se produce en casa, se mira como “modernidad"

La agricultura es una de las actividades que realizan las familias campesinas para la subsistencia, pero también para la recreación cultural y espiritual. En las labores del campo hay una convivencia con la naturaleza y en las relaciones familiares que permiten la transmisión de saberes, habilidades y de valores que son importantes de retomar y enriquecer. También hay un contacto con el territorio que permite dimensionar la herencia como historia y responsabilidad de nuestros pueblos. 
En años recientes en la defensa del territorio hemos sido testigos de un cambio en la forma en que las familias dimensionan las practicas agroecológicas y los de huertos familiares. Ahora con mucha claridad  forman parte del ser suj etos y sujetas de derechos y no sólo de la supervivencia. Derechos que tenemos a una alimentación sana, a la identidad, a la cultura, a la economía local entre otros aspectos.

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