diciembre 6, 2025, Puebla, México

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Genocidio en Gaza: ¿y el humanismo universitario? / Germán Sánchez Daza

(Imagen de portadilla tomada de La Jornada de Oriente. Estudiantes de la BUAP marchan en repudio al genocidio en Gaza)

En los últimos meses se ha agudizado la guerra contra el pueblo palestino por parte del gobierno sionista de Israel; las atrocidades cometidas por éste han llevado no solo a que la Corte Penal Internacional emita órdenes de detención contra el primer ministro Netanyahu -por “presuntos crímenes de guerra y de lesa humanidad”-, sino que se ha generalizado la convicción de que se trata de una política genocida. A pesar de la estrategia mediática del gobierno sionista (la narrativa de estado, hasbará), con amplio apoyo de la presidencia estadounidense, se ha impuesto el reconocimiento de que se trata de toda una política colonialista que se ha forjado desde varias décadas atrás y que hoy busca no solo la apropiación de los territorios palestinos, sino la expulsión de estos y su exterminio.

Las expresiones críticas y de repudio mundial al genocidio también han ido creciendo, voces provenientes de los diversos gobiernos y organizaciones civiles son cada vez más amplias. Las manifestaciones públicas son de decenas de miles en Europa, Asia, América Latina, Australia, África; donde se denuncian las atrocidades cometidas por el Estado Sionista y su ejército. Es importante destacar que también, en varias ciudades israelies, la población se ha reunido para expresar su masivo repudio a la política de exterminio y han exigido la conclusión de la guerra (se habla de más de un millón de personas). Además, en la prensa se ha informado que las organizaciones israelíes de derechos humanos (B’Tselem y Phri) afirmaron que el gobierno de Tel Aviv comete genocidio contra los palestinos en Gaza al desmantelar paso a paso los sistemas de salud y de sustento de vida; en este mismo sentido destacan personajes como el escritor israelí David Grossman, premiado con la máxima distinción cultural del país, quien afirmó que la palabra genocidio no puede ya evitarse y que la ocupación israelí era un punto de quiebre moral de su país, “la ocupación nos ha corrompido… hemos sucumbido a la tentación de nuestro poder absoluto”.

Diferentes frases y conceptos buscan expresar la tragedia: crisis humanitaria, carrera frenética por la supervivencia, hambruna en Gaza y Cisjordania, politicidio… y las imágenes registran la criminalidad del gobierno sionista: niñas y niños, bebés, mujeres, hombres… mutilados, asesinados, desnutridos ya en el sendero dela muerte por hambre. Algún presidente dijo “Una vergüenza para toda la humanidad”.

 

Las cifras del genocidio

En el ámbito de la disputa mediática, destacan los números y la interpretación de ellos; sin embargo, pese a la descalificación del gobierno israelí, la información más referida a nivel mundial es la emitida por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, siglas en inglés), que en su último informe nos proporciona los siguientes datos, contabilizando desde el 7 de octubre de 2023 al 13 de agosto de 2025:

* 61, 722 palestinos muertos y 154,525 heridos, en Gaza. Más del 30%, son menores de edad, incluso bebés;

* asesinados 360 miembros del equipo sanitario de Naciones Unidas;

* 13 mil ingresos de niña/os para tratamiento de desnutrición aguda;

* 21.5% de la población en Gaza han alcanzado la desnutrición, es decir uno de cada cinco niños (se habla de 227 personas muertas por inanición, 103 de ellos niños);  

* 1.9 millones de personas (90% de la población gazatí, ha sido desplazada, incluso en varias ocasiones;

* en Cisjordania, 995 palestinos asesinados, 210 de ellos niña/os;

* 239 periodistas asesinados;

* más del 86% de la Franja de Gaza es zona militarizada por Israel.

A pesar de que el gobierno sionista afirma que “no hay señales de un fenómeno de desnutrición generalizada”, otras fuentes de información señalan que 55 mil palestinas embarazadas enfrentan desnutrición; consecuencias que se agudizan con las medidas de control y restricción al auxilio alimentario y sanitario internacional. En este contexto, relatoras de la ONU hablan de que se trata también de un medicidio, al atacar deliberadamente hospitales, así como a los trabajadores de la salud y paramédicos, a quienes también “intentan matar de hambre con el objetivo de erradicar la atención médica en el devastado enclave”.

 

  

 

  

La persistencia del carácter genocida y exterminador del gobierno sionista

Es indudable que el genocidio del pueblo palestino tiene una explicación histórica muy profunda, donde los intereses económicos del capitalismo neocolonial y las posiciones derechistas y racistas de partidos y gobiernos de Israel y de otros países, en especial de Estados Unidos y sus aliados (ver la entrevista de R. Khalidi en (https://sinpermiso.info/textos/palestina-israel-una-nueva-secuencia-en-un-largo-conflicto-colonial-entrevista), al respecto remito al lector al reciente dossier publicado por la revista Sin Permiso y reproducido en Mundo Nuestro (https://mundonuestro.mx/content/2025-07-30/la-barbarie-de-gaza-matar-de-hambre-por-si-faltaba-algun-crimen-mas-dossier-de-la), en el cual se hace un análisis amplio y detenido del genocidio del pueblo palestino.

Nos interesa destacar la funesta y nefasta persistencia de la estrategia sinonista de los últimos meses. La discursiva gubernamental de que las acciones emprendidas a partir del 7 de octubre de 2023 buscan la seguridad del pueblo israelí es cínicamente sostenida, siendo respaldada por el gobierno de Trump y sus aliados europeos. La magnitud de la hecatombe ha hecho, paradójicamente, evocar el holocausto judío y la segunda guerra mundial. La conversión de la franja de Gaza en un gran campo de concentración, bajo el control y autoridad del ejército israelí, incluyendo su alimentación; que, a partir de la matanza efectuada por Hamas en octubre, se convirtió en un espacio de guerra, de exterminio y destrucción, sin el menor respeto a los derechos humanos. La reciente conmemoración del 80 aniversario de la bomba atómica de Nagasaki registra la brutalidad del poder de la hegemonía político-militar de Estados Unidos, masacrando a 70 mil seres humanos, cifra que seguramente alcanzará la actual fase de guerra neocolonial del gobierno israelí.

El bloqueo a la ayuda humanitaria, los bombardeos y persecuciones selectivas; la decisión reciente de tomar la ciudad de Gaza y ocupar toda la franja -que significará la expulsión de un millón de palestinos al sur de ésta; avanzar sobre Cisjordania, donde viven 3 millones de palestinos y 500 mil israelíes -que han implantado colonias ilegales, violatorias del derecho internacional; … es la política neocolonial de invasión y expulsión del territorio palestino, es la estrategia del genocidio, de los asesinatos sistemáticos, de la hambruna y el exterminio.

El asesinato selectivo de periodistas y personal de salud forma parte de la estrategia de imposición y silenciamiento, de invisibilizar la tragedia y la criminalidad, de eludir la solidaridad y la crítica. El exterminio incluye también la destrucción cultural: en un acto de hostigamiento, el ministro ultranacionalista de Seguridad Nacional israelí llamó a realizar la conquista de Gaza, en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén oriental, lugar sagrado del islam, donde además rezó, acto que viola las normas establecidas desde hace varias décadas. La descomposición y deshumanización del sionismo se muestra en las bárbaras acciones, tortura y vejación de presos y ultraje de cadáveres, realizadas por soldados israelís, pero también con las proclamas y llamados de líderes gubernamentales y religiosos: el rabino R. Shaulov, instó a matar de hambre a todos los niños gazatíes al considerarlos futuros terroristas.

 

La industria de la guerra y el genocidio del capital

Como lo planteó ya desde hace más de un siglo Rosa Luxemburgo, el militarismo, la guerra, es una industria de gran rentabilidad para el capital, de valorización, una buena parte del monto total es extraído del erario público (financiamientos, préstamos y contratos) y son los mismos Estados los grandes demandantes de sus productos y servicios. Como se aprecia en el cuadro, el gasto militar a nivel mundial se incrementó entre 2020 y 2024 en un 21.4%, siendo EUA el que más gasto efectúa, solo en 2024 representa el 36.2% del total mundial, con la finalidad de garantizar su poder político militar, aun cuando recientemente ha reclamado una mayor participación a sus socios de la OTAN. Destaca que Israel, en el último año, incrementó su gasto en 64.7%, que es equivalente al 8.8% de su PIB, muy por encima de lo que dedica EUA, que representa el 3,.4%.

Desde el ámbito de la producción de armas, las cien empresas más importantes a nivel mundial aumentaron sus ventas entre de 571 a 632 mil millones de dólares entre 2020 y 2023, solo el incremento de este último año respecto a 2022 fue de 4.2%; la suma de las empresas estadounidenses representa el 50% del total.

Hay todo un vasto conglomerado de empresas que están beneficiándose de la guerra genocida, desde las biotecnológicas y agroalimentarias hasta automotrices. Recientemente se ha difundido ampliamente el respaldo de grandes consorcios tecnológicos a la práctica genocida. Se ha informado que OpenAI, Google, Anthropic y xAI (empresa de E. Musk), han obtenido contratos de hasta 200 millones de dólares cada uno para fomentar las capacidades avanzadas de IA en el Departamento de Defensa (https://elpais.com/tecnologia/2025-07-21/las-grandes-tecnologicas-se-lanzan-al-negocio-de-la-guerra-asi-se-militariza-silicon-valley.html). Además, F. Albanese, relatora de la ONU, ha informado que “Microsoft, HP, IBM, Google y Amazon, y otras empresas más, han contribuido en el desarrollo de tecnologías de vigilancia en esta guerra, subrayando que  IBM ha contribuido a la recopilación y uso gubernamental de bases de datos biométricos de palestinos, mientras que Microsoft, Palantir, Google y Amazon dan soporte en la nube y a los sistemas del gobierno y el Ejército israelí” (ver texto de S. Ribeiro https://www.jornada.com.mx/2025/08/09/opinion/015a1eco).

Según F. Albanese se trata de la economía del genocidio, aunque con mayor certeza el EZLN afirma que es el genocidio del sistema capitalista contra Palestina.

 

El cómplice silencio de las instituciones universitarias, incluida la (B)UAP

Las críticas a la guerra genocida se desataron desde sus inicios, en los campus universitarios de diversos países fueron escenarios de debate, sin embargo, el poder de los Estados se hizo presente, la libertad de expresión fue coartada y las medidas represivas no se hicieron esperar. En Estados Unidos, se implementaron diversas acciones persecutorias (desde la restricción de contratos y financiamiento, hasta exigencias político-judiciales), en contra de universidades como Harvard, Pennsylvania, MIT, Columbia, California, entre otras, con la finalidad de evitar las expresiones críticas al genocidio sionista. Igualmente se da la persecución individualizada de estudiantes y académicos extranjeros. Si bien se ha dado una importante defensa institucional (p. e. las autoridades de Harvard), al final han tenido que negociar o rendirse, como es el caso de Columbia.

  1. Soriano, en febrero de 2024 (https://sinpermiso.info/textos/el-silencio-de-la-universidad-espanola-en-el-conflicto-palestino-israeli), mostraba el silencio institucional de las universidades españolas y, en su caso, las puntuales y cuidadosas declaraciones sobre el genocidio del pueblo español, lo cual contrastaba con el activismo crítico de las comunidades estudiantiles y académicas, reclamando el inexplicable silencio ante el genocidio y el bombardeo de las universidades de Gaza.

En el caso de México, también ha ido creciendo la inconformidad y las expresiones de repudio a la política neocolonial y genocida del gobierno sionista y de EUA. Cabe destacar que la posición gubernamental -de “apego a la Constitución”, reconociendo a ambos Estados y condenando la “agresión”- ha sido criticada por no ser contundente ante el genocidio y la tragedia humanitaria, crítica que se expresa en el antimonumento sembrado en el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. 

En este marco, la semana pasada, el Dr. Hugo Aboites mencionaba como cinco rectores universitarios israelíes condenaron al gobierno de Netanyahu y citaba ““Estamos horrorizados por las escenas que se ven en Gaza, incluyendo la muerte diaria de bebés por hambre y enfermedades”, destacando su carácter ético, y recordaba también que solo El Colegio de México ha roto relaciones con instituciones israelíes por su colaboración con el gobierno sionista, y planteaba que “Las universidades mexicanas, en particular, tienen el mandato constitucional de ejercer la crítica, ‘el libre examen de las ideas´; sin embargo, no lo hacen, guardan silencio. Y –paradójico–, en Israel hay instituciones que condenan, pero no en México. ¿Por qué?” (https://web.jornada.com.mx/2025/08/16/opinion/012a1pol).

            En el caso de la BUAP, desde el inicio de la guerra de exterminio, varios colectivxs estudiantiles (en colaboración con otros colectivxs culturales, feministas) han promovido acciones de protesta y difusión, de solidaridad con el pueblo palestino, organizando actos político-culturales y académicos en el campus universitario y en el centro de la ciudad; asimismo, algunos grupos de académicos han publicado su posición crítica. Sin embargo, es notorio el silencio y mutismo institucional, que contrasta con su discurso, narrativa de poder, que plasmaron en el Estatuto Orgánico en 2023 y el Plan de Desarrollo Institucional 2021-2025, ambos promovidos por la administración rectoral actual.

            Baste citar que plantean como Misión de la BUAP: “…formar profesionales con alta preparación, ciudadanía crítica, sentido humanista y de comunidades productivas que, con ética rigurosa contribuyan al desarrollo sustentable y justo de mujeres y hombres del estado de Puebla, del país y de las regiones del mundo donde participen.”, y como conjunto de valores y principios enuncia: Justicia, Verdad, Apertura, Inclusión, Solidaridad, Respeto, entre otros. Si estos son los principios y valores que sostienen y proponer en el proceso de aprendizaje de los universitarios, ¿Cuál es la razón por la que no los concretan? Difundiendo y debatiendo, y se posicionan ante esta crisis humanitaria, ante el genocidio del pueblo palestino.

            La respuesta a esta pregunta puede ser que sus intereses como élite corporativa, que conduce y posee a la BUAP, no les permite tomar una posición crítica frente a la tragedia humanitaria y ser consecuentes con el discurso que enarbolan. Quizá será oportuno hacer esta pregunta en el proceso de elección de rector/a para el periodo 2025-2029, si bien recién hoy se aprueba la convocatoria, ha sido adelantado el inicio de la campaña de reelección de la actual rectora (encubierta de festejos de bienvenida a los estudiantes de nuevo ingreso y una encuesta de opinión, con recursos institucionales).

            Finalmente, es pertinente hacer la propuesta al máximo órgano de la BUAP: que se abra el debate sobre el genocidio al pueblo palestino, que la institución tome una posición crítica, previamente consensuada y con amplia difusión en cada espacio universitario.  

Germán Sánchez Daza / Académico del CEDES-UAP

(Imagen de portadilla tomada de La Jornada de Oriente. Estudiantes de la BUAP marchan en repudio al genocidio en Gaza)